La misa fue ofrecida por los enfermos de la epidemia del coronavirus.
(Aciprensa/InfoVaticana)- El Papa Francisco pidió a los fieles que sientan “vergüenza” de pecar, porque la vergüenza por el pecado, por el mal cometido, “es una gracia” necesaria para acceder a la misericordia de Dios.
Lo dijo el Santo Padre durante la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa Marta, que por primera vez en todo el pontificado, ha sido retransmitida en directo para permitir a los fieles que lo deseen seguir las celebraciones en unión de oración con el Papa tras las medidas restrictivas adoptadas para evitar la propagación del coronavirus COVID-19.
Estas medias implican la suspensión hasta el próximo 15 de marzo de las Audiencias Generales de los miércoles, del rezo del Ángelus dominical desde el Palacio Apostólico, y la celebración de la Misa diaria en Santa Marta sin la asistencia de fieles, entre otras.
At the first live broadcast Mass from Casa Santa Marta, Pope Francis says the Masses this week will be offered for "the sick of this coronavirus epidemic, for the doctors, nurses and volunteers, for their families, for the elderly in nursing homes, and for prisoners" pic.twitter.com/6wwPicb1yb
— Catholic Sat (@CatholicSat) March 9, 2020
Además, la Conferencia Episcopal Italiana decidió la suspensión de todas las Misas en Italia hasta el próximo 3 de abril.
En la homilía pronunciada en la Misa de este lunes, el Papa explicó que en la Primera Lectura, del Profeta Daniel, se puede encontrar una confesión de los pecados.
“El pueblo reconoce que ha pecado. Reconoce que el Señor ha sido fiel, pero ‘nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos sido malos, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus normas’”.
Francisco subrayó que esa confesión es también un ejemplo sobre cómo hacer un correcto examen de conciencia. “Cuando nosotros nos preparamos a recibir el sacramento de la reconciliación, debemos hacer el examen de conciencia, y ver qué he hecho y delante de Dios: ‘He pecado’”.
Ese “reconocer que he pecado” no puede ser únicamente “hacer un elenco de los pecados, de forma intelectual: ‘He pecado en esto…, se lo digo al padre y el padre me perdona’. No es necesario. No es justo hacer eso. Eso sería como hacer un elenco de las cosas que debo hacer, que debo tener, que he hecho mal… Pero se queda en la cabeza”.
Por el contrario, “una verdadera confesión de los pecados se debe quedar en el corazón. Ir a confesarse no es únicamente decir al sacerdote: ‘Esta es la lista. He hecho esto, esto, esto…’. Y luego me voy y he sido perdonado. No es eso. Se necesita un paso más, que es la confesión de nuestras miserias, pero desde el corazón. Es decir, que ese elenco que he hecho de cosas malas baje al corazón. Y así hace Daniel, el Profeta: ‘A ti, Señor, la justicia, a nosotros la vergüenza’”.
El Pontífice insistió en que “cuando yo reconozco que he pecado, que no he obrado bien, y eso lo siento en el corazón, surge ese sentimiento de vergüenza: ‘Me avergüenzo de haber hecho esto. Pido perdón con vergüenza’”.
Para Francisco “la vergüenza por nuestros pecados es una gracia. Debemos pedirla: ‘Señor, que yo me avergüence”’.
Explicó que “una persona que ha perdido la vergüenza pierde la autoridad moral, pierde el respeto de los demás: ‘Es un sinvergüenza’. Lo mismo sucede con Dios. Para nosotros la vergüenza. ‘A ti la justicia, a nosotros la vergüenza (…). Al Señor Dios nuestro, la piedad y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él’”.
En ese sentido, hizo hincapié en que el Profeta “primero dice la ‘justicia’, luego el ‘perdón’, la misericordia. Cuando tenemos, no solo la memoria de los pecados que hemos cometido, sino también el sentimiento, la vergüenza, eso toca el corazón de Dios y Él responde con misericordia. El camino para ir al encuentro de la misericordia de Dios es avergonzarse de las cosas malas que hemos hecho”.
De esa manera, “cuando acuda a confesarme diré no solo el elenco de pecados, sino también el sentimiento de confusión, de vergüenza, por haberle hecho eso a un Dios tan bueno, tan misericordioso, tan justo”.
El Papa Francisco finalizó su homilía pidiendo “la gracia de la vergüenza, de avergonzarnos de nuestros pecados. Que el Señor nos conceda esta gracia a todos nosotros”.
Artículo publicado en Aciprensa.
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Mirad la cara de miedoso que phone. Que «a mi edad, no tengo nada que persero.» A ver si es cerdas, bergoglio. Sal a la vale. Ja ja
Qué » a mi edad no tengo nada que perdet» A ver si es verdad, bergoglio.
Sujeto,verbo,y predicado.
Podrían ser un poco más precisos. La suspensión es respecto a las misas públicas con fieles. Dudo que pueden suspenderlas en un convento de clausura y mucho menos una misa que celebre el sacerdote con un asistente o incluso solo, que no es menos Misa que la que dice un Papa con miles de personas…
Morlane y demás seudónimos, deja ya la maría, que te sienta mal….
Por favor puede argumentar dice está el error del comentario en vez de insultar? Puede argumentar porque hay más contagios en una misa con una comunidad de clausura que en un restaurante, que en el decreto italiano no han cerrado con tal de mantener una separación de un metro?
Morlaco+Sifilítico es un troll. No le hagan caso. Va sembrando odio y porquería en todas las páginas católicas. Naturalmente sin dar la cara, porque los traidores suelen ser además, cobardes.
Dejen que lo larguen los moderadores.
¡Cambia de disco!
De pecar claro que hay que tener vergüenza. De lo que no hay que tenerla es de confesar el pecado.
Si yo, que no soy nadie, llego a esta conclusión y Francisco no, ya me contarás…
Francisco… Otra cosa! De lo que hay que tener miedo no es del virus, por mucha corona que tenga.
De lo que hay que tener miedo es de lo que mata el alma.
Privar a los italianos de la Santa Misa es un triunfo satánico o masónico, que tanto da…
Ellos han cogido la medida del punto débil en el Vaticano.
Qué valentía, qué modelo!!!
todo eso está muy bien; está sorprendentemente bien. Más, si le añadimos la manga ancha para admitir tranquilamente a los adúlteros en la santa comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo, le añadimos el abandono de la Iglesia católica china en manos del régime totalitario, las sandeces ofensivas dichas por él con relación a la Virgen, los santos y el mismo Dios… no pega ni con cola de impacto. Que no, que no eres ya creíble.
Al menos para un buen número de católicos.
Pues sí. Bergoglio y sus amicus están que se cagan de miedo.
Sabias palabras de su Santidad. Es como dice «Pero nucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan grande y tan bueno como vos…»
Te jodes😜
Belzunegui.
Creo que, por desgracia, se equivoca porque Francisco claro que hará algo. En cuanto pueda le dará algún cargo.