Un recuerdo de nuestra fragilidad

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Marco Tosatti ha publicado en su blog, Stilum Curiae, una carta que le ha enviado Ettore Gotti Tedeschi en la que el ex director del banco vaticano hace una breve reflexión de carácter espiritual, nacida del coloquio con Mons. Nicola Bux, en tiempos del Coronavirus.

Querido Marco, esta mañana en un breve coloquio telefónico con Don Nicola Bux, ha incentivado una reflexión que quizá agradará a tus lectores de Stilum Curiæ. Me decía Don Nicola que la angustia provocada por el Coronavirus ha llevado a muchas personas, que no se planteaban el problema de la fragilidad de la vida humana y el sentido de la misma, a pasar a considerarlo seriamente, pidiéndole conversaciones espirituales. Esto me ha hecho meditar mucho, tanto  que extraigo una lección…

Me he recordado no solo de la lectura del Génesis 3,19 “Memento homo quis pulvis es..”, sino también lo que San Pablo escribía que “cuando soy débil, es entonces cuando soy fuerte” y “en la debilidad se manifiesta la fuerza de Dios” (2 Cor 12.10). Y hoy somos muy débiles.

También Seneca escribió “vivimos como deberíamos vivir siempre, sin sin olvidar cuan frágiles somos”. Sabiduría filosófica.

Don Nicola Bux me ha mostrado con sus palabras, un valor misterioso de la existencia humana, que está en saber redescubrir el sentido de nuestros límites humanos, pero de igual modo la dignidad de esta nuestra fragilidad. Nos sentimos semidioses, pero basta un bacilo, un virus, para reportanos a la realidad y reflexionar el sentido de la vida. Nuestra supuesta autisuficiencia, el sentimiento de inmortalidad, frecuentemente proveniente del éxito profesional (casi siempre insostenible) o de la salud intocable (en la que confiabamos, descubriendo que es imposible), se revela de un golpe ser solo una ilusión que nos abre los ojos ante nuestros infaltables límites.

Límites que necesitan del auxilio de Dios, pero también la ayuda de los demás, generando imprevistamente una santa solidaridad hacia el prójimo. Nuestra fragilidad, en un momento de angustia como este por el virus, del que no entendemos mucho, genera la necesidad de disponibilidad de atención solidaria que se convierte en “terapéutica” en doble sentido, para el prójimo y para nosotros. Sobretodo en un momento en el que las urgencias de los hospitales estan cerradas, los mismos excedidos, los medicos parados en cuarentena y todo el tiempo sus teléfonos ocupados (por ayudar a los pacientes); en este momento descubrimos no solo cuan locos fuimos pensando no tener límites, pero también cuan peligroso era hacerlo, porque olvidábamos lo que es caridad y solidaridad, en el dar y en el recibir.

Ser obligados a probar el sufrimiento y el dolor, que en sí no son ciertamente bienes, ni para nosotros ni para el prójimo, nos permite transformarlos en valores, en ocasión de crecimiento espiritual en un mundo de espanto totalmente materialístico.

Benedicto XVI en “Spe Salvi” (n.38) explica que “La medida de la humanidad se determina esencialmente en la relación con el sufrimiento y el que sufre” y esto vale tanto para el individuo como para la sociedad. Pero también San Pablo en la carta a los colosenses declara “Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo (Místico), que es la Iglesia” (Col 1.24).

¿Podría ser esta una ocasión para ofrecer nuestras mortificaciones también, y sobretodo, por nuestra Iglesia?

Yo creo que si.

Tuyo, Ettore Gotti Tedeschi

Horas después, en el mismo blog, han publicado un apéndice a esta reflexión del propio Gotti Tedescchi:

No es verdad que el Evangelio está “superado”, y mas bien todavía ni siquiera “cumplido”. 

Querido Marco, este apéndice, con el que abuso de Stilum Curiæ, se debe a los mensajes que amigos y colegas “laicísimos” me han escrito, apreciando alguna de mis palabras y lamentando el sorprendente silencio de la autoridad moral en este momento de desconcierto.

¿Pero por qué un apéndice?. Porque he notado por los mails recibidos, que esta perturbación del Coronavirus que ha llegado inesperadamente, parece no discriminar a nadie insinuándose en nuestra vida haciendola apreciar precaria.

He notado que el sufrimiento puede exponer la creatura a la tentación de la desesperación o a la resignación que Dios sea indiferente a nuestros dolores.

Con este apéndice quisiera solo buscar provocar que la mayor cantidad de gente posible se convenciera que el ser humano -cada ser humano- es mucho más grande que su precaria condición corporal.

Parafraseando Bernanos, si este Coronavirus provocara venticuatro horas de sufrimiento y dudas, y a la vez un solo minuto de reflexión sobre la condición humana, generando esperanza, tendría un valor, porque pudiera hacernos disponibles para querer entender la Verdad de esta misma condición humana, que demostramos no haber entendido completamente.

Un amigo “laico” (es decir católico no practicante), importante financiero, el también sometido a cuarentena, habiéndose comprobado el contagio, me ha escrito comentando mi intervención esta mañana en Stilum Cuariæ, diciéndome que en este momento tendría necesidad de amor, además de los cuidados.

Me ha escrito que ha entendido que no quiere sentirse mas solo en esta tierra, que es sin dudas el “domicilio menos estable”, y que no quiere hacerse mas el sordo a las preguntas que hasta ayer su corazón le hacía.

Querido Marco, te estoy muy agradecido por haberme concedido publicar mi escrito esta mañana, leyendo los mails de amigos y colegas, he entendido  algo que no había pensado. No es verdad que el Evangelio (y la Verdad evangélica) esté “superado”. ¡NO!. Ni siquiera jamás ha sido plenamente “cumplido”. (Con la excepción de pocos santos).

Tuyo, Ettore Gotti Tedeschi

Publicado en Stilum Curiae.

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Comentarios
10 comentarios en “Un recuerdo de nuestra fragilidad
  1. Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican: Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guarda.
    Si nos «desprendemos» de Dios quedamos a nuestros solos esfuerzos y queda demostrada la fragilidad humana.
    Esta Cuaresma será definitivamente distinta nos obligará -realmente- a «frenar» y dar una vuelta por nuestra alma para ver cómo estamos frente a Dios y esa situación de regreso a la Oración y a la meditación se presenta como un llamado claro a la conversión que nos llevará a Cristo, si rezamos con fe y fervor perderemos el miedo.

  2. El hombre actual , apoyándose en el poder que le otorga la ciencia, considera que puede ser como Dios y se arroga el derecho a manipular la vida y a decidir quién debe vivir y quié n debe morir . Y apoyándose en el bienestar material, se dice a sí mismo lo del rico hacendado de la parábola de S. Lucas (12,19-20 ) : » Alma , tienes muchos bienes almacenados para muchos años ; descansa, come, bebe y pásalo bien». Olvida, sin embargo, la contestación de Dios : «Necio, esta noche te pedirán tu alma y lo que has acaparado ¿para quién será? «. Vivimos en una sociedad materialista y hedonista , que persigue borrar el sentido transcendente de la vida humana. Sólo existe el «aquí y ahora» y el «a vivir que son dos días» . Pero cuando el hombre se enfrenta repentinamente a la posibilidad de una muerte inesperada y cercana, como puede suceder en una epidemia, la realidad se impone y se ve obligado a recordar que tiene un alma y que tiene que entregarla cuando se le pida .

    1. Querida Maria R. Siempre tan delicada y bondadosa. Con un alma llena de sensibilidad. Que Dios te bendiga a ti y a tu familia. Un abrazo muy grande.

  3. En este viaje de ida sin vuelta a mi lo que me interesa es saber a dónde se van los que se van. Y a partir de aquí podemos establecer un debate de si vale la pena el irse o no irse. O decir vaya porquería de la ciencia humana que tanto dice y tan poco consigue.

    1. Queramos o no aqui no nos vamos a quedar nadie, y en este sentido, la ciencia no tiene nada que decir. Respecto a si la vida merece la pena o no, yo me respondo a mi misma que solamente por los padres y hermanos que me ha dado Dios, el balance es positivo. Y aun asi, a veces se me hace tan difícil dificil levantarme de la cama… Y por último, decirte que a todos nos gustaría saber como es el otro lado. Solo se que existe, tengo pruebas de ello, y Juan Manuel de Prada ha escrito un artículo diciendo que tiene experiencias que lo avalan. Nuestros amados seres están a nuestro lado siempre. Y ojala te respondan aquellos que saben más que yo, para asi aprender. A mi, en el articulo de esta casa Memento Mori, me respondieron dos almas de Dios, Maria R. y Seletotsira. Maria R. es todo amor y sabiduria, y Seletotsira, contundencia y seguridad. Leelo, por favor, y aporta posteriormente tu opinion. Un saludo.

  4. En la maravillosa película «Ben Hur», cuando Ben Hur esta ante la cueva de los leprosos, observandolos consternado, su prometida Míriam, dice algo maravilloso, real como la vida misma: «en la vida hay algo mas de lo que se ve». Y esto es algo que por desgracia, se nos olvida a menudo, y que otros ni se plantean. Que grande es Dios!

  5. Muchas gracias María Eugenia por lo que me dices . La frase que comentas de «Ben Hur» , una película preciosa de la época en que el cine era todavía realmente un arte, es muy cierta y en esa línea a mi me gusta también mucho una del «Pequeño Príncipe» que dice : «Lo esencial es invisible a los ojos» . Es realmente así. Un fuerte abrazo .

    1. Si, el maravilloso libro de A. de Saint-Exupery. Siempre en mis oraciones, Maria R. Un beso grande, aun en tiempos de Coronavirus. Y ciertamente, aquello era cine de categoría, como tu.

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