(Aciprensa/InfoVaticana)- La cristiana pakistaní Asia Bibi, que estuvo sentenciada a muerte y pasó nueve años en prisión, ha señalado que desea encontrarse con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y conseguir el asilo político en el país galo.
La madre de cinco hijos fue condenada en 2009 y sentenciada a muerte en la horca. Fue falsamente acusada de hacer comentarios despectivos sobre el profeta Mahoma después de una discusión por un poco de agua. Estuvo detenida en el corredor de la muerte hasta octubre de 2018, cuando se revocó su condena. En mayo de 2019 salió de Pakistán, país de mayoría musulmana, y ahora vive exiliada en Canadá, en un lugar secreto.
Actualmente, Asia Bibi se encuentra en París, la primera ciudad que visita fuera de Canadá, tras dejar Pakistán el año pasado.
Según señala Asia News este 25 de febrero, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, otorgó a Asia Bibi el reconocimiento como ciudadana honorífica, que le fue conferido en 2014 cuando estaba en prisión.
Asia Bibi señaló en una entrevista a la prensa francesa que espera conocer al presidente Emmanuel Macron este viernes 28 de febrero. Sin embargo, indicó que no hay una reunión oficial programada por el mandatario. “Obviamente me gustaría que el presidente escuchara mi solicitud”, resaltó Bibi. “Mi mayor deseo es vivir en Francia”, añadió.
Asia Bibi, que se ha convertido en un símbolo de la persecución religiosa contra los cristianos, señaló que está “enormemente agradecida con Canadá” por ofrecerle protección a ella y a su familia.
El mes pasado, Asia Bibi anunció la publicación de su autobiografía “Enfin Libre!” (¡Finalmente libre!), que redactó junto con la periodista francesa Anne-Isabelle Tollet, quien luchó por su liberación llevando a cabo una tenaz campaña.
Bibi se encuentra en París para promocionar su libro, que ha sido publicado en español por la editorial Homo Legens.
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En la descripción del libro podemos leer:
El drama de Asia Bibi ha conmovido e indignado durante años a buena parte del mundo civilizado. Acusada insidiosamente de haber blasfemado contra Alá, esta cristiana pakistaní fue condenada a muerte por el tribunal local correspondiente. Tras varias apelaciones y años de sufrimiento en prisiones inmundas, lejos de su familia, el Tribunal Supremo la declaró inocente: quedaba libre por fin.
Este libro acierta a mostrar el calvario de Asia Bibi, víctima del fundamentalismo islámico y de un ordenamiento jurídico asentado en gran medida sobre él. Pero acierta a mostrar implícitamente algo más elocuente, si cabe: por un lado, que la luz de Dios se percibe con mayor vigor cuando la quebrada que atravesamos es más oscura y que, por otro, la verdadera esperanza consiste en preservar la fe cuando todo parece perdido. Asia Bibi, que nunca desconfió de Dios, es testimonio vivo de esta doble verdad.
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No lo tiene fácil, no. Ignoro por qué razón quiere vivir en Francia. Pero no van a dejar de perseguirle allá donde vaya.
El único lugar donde yo vi paneles públicos reclamando la liberación de Asia Bibi fue en París: delante del Hôtel de Ville. Seguramente en Francia Asia tiene apoyos.
Esta mujer tiene méritos suficientes como para que Francisco moviera todos los hilos por ella, pero no lo hizo ni lo hará porque es paquistaní católica.
Ya dijo en su día que él no podía hacer nada por ella porque era un asunto interno de aquel país. Sin embargo, los «refugiados» musulmanes de Soros, si son asuntos del Vaticano. A mí que me lo expliquen.
Conocemos muy bien el discernimiento bergo liante.
En casa estuvimos siguiendo su calvario a través de publicaciones de los Trinitarios ( SIT) y también de algún diario fiable y solidario con su tremendo drama. Supimos que dos ministros paquistaníes, uno musulmán y otro cristianó, fueron cruelmente asesinados por querer cambiar la, Ley de Blasfemia ( Asia nunca blasfemó). Sabemos que no la ahorcaron porque había presión mediática. No se atrevía el gobierno paquistaní. Indigna el que Francisco no tuviera Misericordia de una cristiana perseguida y más siendo el líder espiritual de los católicos. Lo hemos visto retorcerse en el suelo besando pies de todos pero NINGUNA VOZ FIRME EN FAVOR DE ELLA Y De los cristianos perseguidos…Si Francisco no ve a Cristo sufriente en ella y su familia quien abogará por su desesperante situación?… Por otro lado, de Macrón nada bueno me esperaría. Soy ignorante en este punto: por que no se queda en Canadá, País que parece le ha ayudado?
Me parece muy peligroso que desee vivir en Francia. Está llena de musulmanes y el presidente Macron quiere poner en marcha un plan para combatir el «separatismo islamista». Hay barrios donde la policía no entra y los conductores del metro se niegan a parar. Son barrios donde rige la ley islámica. Si a mí me dan a elegir, Canadá sin ninguna duda.
Me parece una temeridad quedarse en Francia. Deberían aconsejarle quedarse en Canadá, por su seguridad física, aunque allí la tiranía de «género» creo que está también bastante institucionalizada. Y creo que es un error sacar su fotografía en público. Debería pixelarse su cara como se hace con los niños.
Yo me enteré de toda su odisea gracias a «Hazte Oír» que lo difundió y pidió mucha ayuda.
Esperemos que Dios la proteja.
Parece que para algunos , miente Asia Bibi .
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