El arzobispo de Milán no comparte el alarmismo producido por el coronavirus

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En el norte de Italia se ha desatado el pánico debido al coronavirus, la enfermedad venida de China que ha matado a más de 2500 personas y ha infectado a cerca de 80.000 personas.

En Italia son 7 los fallecidos y más de 200 los infectados. Una de las regiones afectadas es Lombardía, donde en su capital, Milán, se han suspendido los teatros, los cines, los colegios… y las misas.

Radio Vaticano ha entrevistado a su arzobispo, Mario Delpini, que ha dicho vivir la situación «con cierta serenidad», y no comparte «este alarmismo generalizado», aunque también entiende «que este aspecto psicológico, dado el énfasis puesto por tantos medios de comunicación y el espacio que se le da a todas estas noticias».

«También entiendo que la gente acumule víveres, que la gente se ponga en dificultad en las actividades más ordinarias. Creo que siguiendo las indicaciones de las autoridades competentes, damos la suficiente serenidad para hacer lo que se puede hacer».

Les ofrecemos la entrevista publicada en Vatican News:

A nivel de celebraciones litúrgicas, especialmente en vista de las que abren el tiempo de Cuaresma, ¿cómo se comportarán, cuáles son las indicaciones?

Las indicaciones son las de la Región, de evitar las reuniones. En la diócesis de Milán las celebraciones son en gran parte de rito ambrosiano y por lo tanto el miércoles de ceniza no se celebra. Pero en mi opinión la línea general de evitar las reuniones es válida… Se encontrará otra forma de introducirse en la Cuaresma.

¿Cuál podría ser la alternativa?

La alternativa podría ser dedicarse más personalmente a la oración y la penitencia, a la meditación del Evangelio, y luego, quizás, realizar un rito significativo más adelante en la Cuaresma. De acuerdo con lo que sucederá… No parece, por ahora, que necesitemos anticiparnos demasiado porque las medidas restrictivas, al menos aquí en la Región, conciernen a los próximos siete días. La catedral de Milán está cerrada por el momento, hoy y mañana se comportará según los flujos turísticos de Milán.

¿Qué piensa de las zonas más aisladas que en cualquier caso gravitan en torno a su diócesis y que también se han visto afectadas por el contagio?

Han suspendido las escuelas por ejemplo, parece prudente adaptarse a estas decisiones y por lo que veo las cosas son temporales, reducidas en el tiempo. Es sólo cuestión de esperar y ver si estas medidas resultan tranquilizadoras.

En un nivel más espiritual, ¿qué podemos aprender de esta contingencia?

Podemos aprender mucho, por ejemplo, podemos aprender cómo una cierta comunicación produce alarmismo, cómo una cierta comunicación nos ayuda a ser sabios y prudentes y que la buena comunicación es el tema determinante. Desde el punto de vista científico, este episodio, al menos para mí, ha dado lugar a muchos interrogantes sobre las inversiones que se hacen en la investigación. En muchas partes se invierte mucho en la investigación relativa al tratamiento de personas que pueden pagar… digamos, en las enfermedades de los ricos. En los países de los que proceden algunas enfermedades que se convierten en epidemias, me parece que no hay tanto cuidado para elevar el nivel de vida, el nivel de higiene, el nivel de prevención… Esto también da lugar al deseo de expresar la solidaridad con los contagiados, con los países que están sujetos a restricciones muy estrictas. Que el Señor bendiga a los científicos. Que el Señor bendiga a todos, para que nos volvamos tal vez menos presuntuosos y busquemos soluciones juntos. Que bendiga a las instituciones, para que sean sabias al actuar.

Entrevista publicada en Vatican News.

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Comentarios
4 comentarios en “El arzobispo de Milán no comparte el alarmismo producido por el coronavirus
  1. Otro bocazas, típico de los bergo liantes. Un día dice A, otro B, según las reacciones del personal, al que hay que echarle carnaza, como a las fieras, para calmarlo y que sigan aportando soldi.

    1. Il contagio del coronavirus e i mostri dell’ideologia
      Aldo Maria Valli. Duc in Altum
      Di fronte al contagio del coronavirus la prima reazione di noi post-moderni autosufficienti è il panico unito allo sconcerto. Ma come? Ci hanno fatto credere che siamo al riparo da queste cose, che certi problemi appartengono al passato, che la scienza e la tecnica ci hanno regalato un mondo in cui possiamo fare ciò che vogliamo senza preoccuparci delle conseguenze, e adesso improvvisamente ci scopriamo deboli e indifesi? La lentezza nel prendere provvedimenti adeguati è figlia, prima ancora dell’incapacità organizzativa, di questo atteggiamento culturale. L’uomo post-moderno autosufficiente assomiglia a un bambino viziato: cresciuto nella certezza di essere libero da certe paure e praticamente onnipotente, nel momento in cui si scopre fragile e indifeso fatica ad accettare la realtà e si mette a piagnucolare.

  2. No tiene Fe.

    ¿No implora la ayuda divina?

    Suspendiendo bajo pretexto la Santa Misa, que es el sacrificio perpetuo, el milagro más grande que hay en el Universo y la oración más perfecta que existe, sólo atrae el ataque de todos los dem.onios del infie.rno sobre su diócesis.

    Tiene maneras de prevenirse. Puede pedir que vayan con barbijo y comulguen en la mano. Está comprobado que sólo los perfiles de riesgo corren peligro de vida, tales como diabéticos, EPOC, y los muy ancianos.

    Y sino, aunque sea puede celebrarla igual, a puertas cerradas.

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