El Vaticano ha publicado una carta del Papa Francisco al presidente de la Academia Pontificia Eclesiástica, lugar donde se forma el cuerpo diplomático de la Santa Sede.
En la carta, fechada el 11 de febrero, el Papa informa al presidente de la academia que ha decidido que a partir del curso 2020/21, los alumnos que entren a estudiar y formarse para ser nuncios, tengan que pasar un año fuera de su diócesis como misioneros.
Publicamos la carta del Papa, ofrecida por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Querido hermano
Al concluir el trabajo de la reciente Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Pan-Amazónica, expresé el deseo de que los sacerdotes que se preparan para el servicio diplomático de la Santa Sede dediquen un año de su formación al compromiso misionero en una diócesis.
Estoy convencido de que tal experiencia será útil para todos los jóvenes que preparan o comienzan el servicio sacerdotal, pero en particular para aquellos que en el futuro serán llamados a colaborar con los Representantes pontificios y, posteriormente, puedan convertirse en enviados de la Santa Sede a las naciones e iglesias particulares.
De hecho, como ya he tenido ocasión de recordarle a la comunidad de esta Academia Eclesiástica Pontificia: “La misión que algún día serás llamado a llevar a cabo te llevará a todas partes del mundo. En Europa necesitada de despertar; en África, sedienta de reconciliación; en América Latina, hambrienta de alimento e interioridad; en Norteamérica, la intención de redescubrir las raíces de una identidad que no se define a partir de la exclusión; en Asia y Oceanía, desafiados por la capacidad de fermentar en la diáspora y el diálogo con la inmensidad de las culturas ancestrales «(25 de junio de 2015).
Para afrontar estos desafíos crecientes para la Iglesia y para el mundo de manera positiva, los futuros diplomáticos de la Santa Sede deben adquirir, además de la sólida formación sacerdotal y pastoral, y la específica que ofrece esta Academia, también una experiencia de misión personal fuera del propia Diócesis de origen, compartiendo con las Iglesias misioneras un período de viaje junto con su comunidad, participando en su actividad evangelizadora diaria.
Por lo tanto, me dirijo a usted, querido hermano, quien recientemente asumió el cargo de Presidente de la Academia Eclesiástica Pontificia, solicitándole que implemente mi deseo de enriquecer el plan de estudios de la formación académica con un año dedicado por completo al servicio misionero en las Iglesias particulares diseminadas por todo el mundo. Esta nueva experiencia entrará en vigencia con los nuevos alumnos que comenzarán su formación en el próximo año académico 2020/2021.
Con el objetivo de elaborar este proyecto con mayor detalle y comenzar bien, primero tendrá que haber una colaboración estrecha con la Secretaría de Estado y, más precisamente, con la Sección para el Personal Diplomático de la Santa Sede, así como con los Representantes pontificios, que ciertamente no dejará de proporcionar una valiosa ayuda para identificar las Iglesias particulares listas para recibir a los estudiantes y seguir de cerca su experiencia.
Estoy seguro de que, habiendo superado las preocupaciones iniciales que podrían surgir ante este nuevo estilo de formación para futuros diplomáticos de la Santa Sede, la experiencia misionera que se promoverá será útil no solo para jóvenes académicos, sino también para Iglesias individuales con en el que colaborarán y, espero, inspirarán en otros sacerdotes de la Iglesia universal el deseo de estar disponibles para llevar a cabo un período de servicio misionero fuera de su propia diócesis.
En conclusión, confiando a la Virgen María, Madre de la Iglesia, esta nueva modalidad de formación de futuros colaboradores en el servicio diplomático de la Santa Sede, le envío con afecto a usted, querido hermano y a toda la comunidad de la Academia eclesiástica pontificia, un cordial saludo y mi Bendición Apostólica, pidiéndole por favor que se acuerde de mí en sus oraciones.
Vaticano, 11 de febrero de 2020.
Francisco
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Una buena iniciativa, que el Señor ayude y siga bendiciendo todo lo que sea para anunciar a Jesucristo.
Hemano monje, ayudeme a convencer al Padte Belzunegui de que está en pecado mortal. El de monio se está apoderando de él. Mire las cosas tan terribles que dice del Papa. Necesita ayuda.
Ya lo que faltaba. Un monje trapense dedicando tiempo a leer y comentar en estas páginas.
Al monje trapense, en el supuesto que sea tal, le debería bastar con su intensa y dura vida de espiritualidad y trabajo, y dedicar el poco tiempo que ello le deja para recreaciones y solaces más edificantes.
Si alguien, papa incluido,piensa que los alumnos de la academia van a ir alguna de esas diócesis misioneras en las mismas condiciones que puede ir un sacerdote de una diócesis, por ejemplo, de España a una diócesis o territorio América del Sur o de África es que no conoce lo que es el cuerpo diplomático de la Santa sede… Actualmente tienen que hacer ya un tirocinio en alguna nunciatura que siempre está en países de misión y me figuro que prepararan algo de ese estilo. Por otra parte los primeros interesados en que no conozcan las cosas muy de primera mano son los mismos obispos de esos lugares que ya se encargarán de pasear a los futuros diplomáticos rezando para que si les tratan bien alguno de ellos aterricé en su país y le promocione, o al menos no le fastidie demasiado. Lo que hay que pensar a fondo, y no con medidas de cara a la galería, es la misma existencia y privilegios del cuerpo diplomático de la Santa sede.
No sé si está usted en lo cierto. Pero su comentario me ha parecido bastante razonable. Por el titular en principio lo veía bien. Pero claro, no sé nada del tema. Y al leerle me di cuenta de ello.
No se preocupe, casi nadie de los que escribimos aquí sabemos de lo que hablamos, solo pasamos el rato
Belzunegui, tal como yo lo veo, Francisco es un falso pogre (y lo digo con todo el respeto del mundo), yo creo que jamás ha tenido la más mínima intención de cambiar nada simplemente de caer bien a ese sector de la Iglesia a la cual en realidad nunca ha pertenecido, sencillamente se movía como pez en el agua en ese papel,no le de más vueltas. A la hora de la verdad y cuando tenía a los progres expectantes no ha transigido con las esperanzas de cambio de éstos, esa es la realidad más palpable. Ahora, se ha metido en un jardín tremendo, en el que no le quedará más remido que dejarse de ambigüedades y abrazar la tradición, por que a su izquierda ya nadie confiará en él. Evidentemente esto no es información es opinión.
Nada como aprender a destrozar iglesias locales, antes de pasar a contribuir a la destrucción de la Iglesia universal…
Una muy acertada decisión de Su Santidad. Definitivamente el Espíritu Santo lo asiste.
» ….en este portal estamos para razonar a la luz de la fe..»
Y tirar mierda a diestra y siniestra ……a la luz de la fe …
Exacto. A la luz de la fe y no a la de las vísceras y humores propios. Aplíquese el cuento.
Bueno, esto me parece bien pero es que de fondo veo la estatua de Lutero y sacerdotes y monjas arrodillados ante la Pachamama,,entonces me sabe a mierda,,solo nos quiere confundir mas y mas.
Debe marcharse.
Padre Belzu, sufro por usted. Su caida es inminente. Le queda poco tiempo ya. Arrepientase. Hagalo publico, y confiesese. No puerda un minuto, Padre. El de monio se está haciendo con su alma.
Yo creo que el padrecito está muy enfermo, su obsesión es patológica, vive ante el ordenador y no ante el sagrario, no sé si está comiendo
Pues me parece muy bien. En nuestra diócesis si vinieran una docena cada año tendrían un montón de parroquias que falta sacerdote. Sería pastoral de la tercera edad en la España vacía.
Pues no estoy de acuerdo con usted. Tanto nuncio como misionero son sacerdotes de Cristo. Y si ser nuncio les hacer pensar que su función es diferente a la de misionero, entiendo que el Papa quiera que pasen por una misión y se manchen de barro y sudor sin poder tomar una ducha en la nunciatura. Que no olviden su misión principal, anunciar el Evangelio al mundo allá donde vayan.
Lo de sinvergüenza, sobra. Empiezo a pensar que algunos comentaristas anti Francisco son de la rama cismáticos tradicionalista. Si no, no me explico el descontento con la exhortación última del Papa. Parece que les fastidia que haya contradicho los temores que teníamos muchos católicos, en lugar de dar gracias a Dios.
Excelente ..
La Tradición esta viva ….
Se trata de una iniciativa muy buena y fenomenal que exhorta el Santo Padre, El Papa Francisco hacia el Ministerio Eclesial Diplomático en el caso de Nunciaturas Apostólicas, bueno, laMisión es trascendental dentro del Sacerdocio, y bastante más ayudará hacia una Nunciatura Apostólica de cualquier lugar del planeta, de los continentes, dentro de Nuestra Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
Ayudará de bastante el estad y cumplid con el presente momento misional el cual permite estar atentos, salir hacia el encuentro del hermano y hermana quien debe conocer las verdades de la Fé, La Palabra del Señor, y además con la ayuda de los Sacramentos y La Vida Divina de Dios manifestada en La Iglesia Católica llegar a llenar las capacidades espirituales que Dios mismo ha puesto para con sus criaturas. Para concluir, el llegar a ser aquella Iglesia en Salida de la cual nos habla el Santo Padre mismo, El Papa Francisco, que sea cercana, Misional, Misionera y Triunfante tal cual lo es Jesucristo.
Y después de terminar la carrera diplomática ……volver un rato a las misiones …
Tengo la teoría de que aunque los hombres tenemos tendencia al pecado, es decir, al mal, sigue latiendo en algún lugar una parte de nuestro origen divino, de manera que es tan difícil encontrar a un hombre absolutamente malvado, como a uno perfecto a los ojos de Dios. Así pues, me parece excelente esta idea de su santidad, de hecho, creo que es casi lo único bueno que le encuentro. El contacto con los pobres de la Tierra, el anunciarles de que existe otro mundo en el que sus miserias se acabarán, que si siguen a Jesucristo podrán salvarse de las llamas de la condenación eterna, puede ser algo tremendamente bueno y formativo para los futuros representantes diplomáticos de la Iglesia.