«Cuando se cede a las tentaciones y pasiones, uno no es señor y protagonista de su vida»

Vatican News
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Lo dijo el Papa en el Ángelus del domingo 16 de febrero. Les ofrecemos las palabras del Papa, publicadas en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (cf. Mateo 5, 17-37) está tomado del “Sermón de la Montaña” y trata el tema del cumplimiento de la Ley: cómo debo cumplir la Ley, cómo hacerlo. Jesús quiere ayudar a sus oyentes a tener un acercamiento justo a las prescripciones de los Mandamientos dados a Moisés, exhortándolos a estar disponibles para Dios que nos educa para la verdadera libertad y responsabilidad a través de la Ley. Se trata de vivirla como un instrumento de libertad. No olvidemos esto: vivir la Ley como un instrumento de libertad, que me ayude a ser más libre, que me ayude a no ser esclavo de las pasiones y el pecado. Pensemos en las guerras, pensemos en las consecuencias de las guerras, pensemos en esa niña que murió de frío en Siria anteayer. Tantas calamidades, tantas. Esto es el resultado de las pasiones, y la gente que hace la guerra no sabe cómo dominar sus pasiones. No cumplen con la ley. Cuando se cede a las tentaciones y pasiones, uno no es señor y protagonista de su vida, sino que se vuelve incapaz de manejarla con voluntad y responsabilidad.

El discurso de Jesús está estructurado en cuatro antítesis, expresadas con la fórmula «Habéis oído que se dijo… pues yo os digo». Estas antítesis se refieren a otras tantas situaciones de la vida cotidiana: el asesinato, el adulterios, el divorcios y el juramento. Jesús no suprime las prescripciones relativas a estas cuestiones, sino que explica su pleno significado e indica el espíritu en el que deben ser observadas. Nos anima a pasar de la observancia formal de la Ley a la observancia sustancial, aceptando la Ley en nuestros corazones, que es el centro de las intenciones, decisiones, palabras y gestos de cada uno de nosotros. Del corazón salen las buenas y las malas acciones.

Acogiendo la Ley de Dios en nuestros corazones entendemos que, cuando no amamos a nuestro prójimo, nos matamos de alguna manera a nosotros mismos y a los demás, porque el odio, la rivalidad y la división matan la caridad fraternal, que es la base de las relaciones interpersonales. Y esto se aplica a lo que he dicho sobre las guerras y también a las habladurías, porque el lenguaje mata. Aceptando la Ley de Dios en el corazón se entiende que los deseos deben ser guiados, porque no se puede tener todo lo que uno desea, y no es bueno ceder a sentimientos egoístas y posesivos. Cuando se acepta la Ley de Dios en el corazón, se comprende que hay que abandonar un estilo de vida de promesas rotas, así como pasar de la prohibición del perjurio a la decisión de no jurar en absoluto, asumiendo la actitud de plena sinceridad con todos.

Y Jesús es consciente de que no es fácil vivir los mandamientos de una manera tan completa. Por eso nos ofrece la ayuda de su amor: vino al mundo no sólo para cumplir la Ley, sino también para darnos su gracia, para que podamos realizar la voluntad de Dios, amándolo a Él y a nuestros hermanos y hermanas. ¡Todo, todo lo podemos hacer con la gracia de Dios! Así, la santidad no es otra cosa que guardar esta gratitud que Dios nos ha dado, esta gracia. Se trata de confiar y encomendarse a Él, a su Gracia, a esa gratitud que nos ha dado y coger la mano que nos tiende constantemente, para que nuestros esfuerzos y nuestro compromiso necesario puedan ser sostenidos por su ayuda, llena de bondad y misericordia.

Hoy Jesús nos pide que avancemos en el camino del amor que nos ha indicado y que comienza en el corazón. Éste es el camino que hay que seguir para vivir como cristianos. Que la Virgen María nos ayude a seguir el camino trazado por su Hijo, a alcanzar la verdadera alegría y a difundir la justicia y la paz por todas partes.


Después del Ángelus

¡Queridos hermanos y hermanas!

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos; en particular, a los provenientes de Croacia y Serbia; de Trappes, en Francia; de la diócesis de Toledo, en España; y a los estudiantes del “Colegio La Asunción Cuestablanca” de Madrid.

Saludo a los fieles de Biancavilla, Fiuggi, Aprilia, Pescara y Treviso; a los jóvenes confirmantes de Serravalle Scrivia, Quarto d’Altino y Rosolina.

Y a todos os deseo un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

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Comentarios
11 comentarios en “«Cuando se cede a las tentaciones y pasiones, uno no es señor y protagonista de su vida»
  1. Oh Padre Belzu! El in fierno! Si existe es a donde usted se dirige, empecinado en esa actitud anti Iglesia. No hace mas que atacar al Vicario de Cristo, y escupirle, como si usted estuviese pir encima de él.

  2. Estimado belzu Gracias por poner en palabras lo que querriamos gritar y no nos sale
    De perplejos estupefactos desconcertados anonadados azorados de lo que tenemos ver y oir
    Ojala le pueda dar un gran abrazo en el cielo

  3. Si, soy sacerdote, felizmente casado y con 8 hijos, que procuramos educar para que vayan al cielo. Mi mujer y yo ejercemos el sacerdocio común de los fieles con alma sacerdotal y mentalidad laical; otros todavía no han estrenado el ministerial. Ejercemos, dentro de la Iglesia, la sana crítica a la que todos estamos llamados y, por tanto, desenmascaramos a los que se han puesto una máscara para disimular su odio al católico y a lo católico. Gracias a todos y un fuere abrazo en Cristo, nuestro Salvador, el único.

  4. Cuando se cede a las tentaciones… Vaya, si cedió a la tentación. Llegó a la cúspide por la vía que ya sabemos, se hizo al poder omnimodo. El poder masón.

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