¡EXTRA! InfoVaticana y Religión Digital están de acuerdo en algo

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No es en absoluto cosa de todos los días que yo coincida con el flamígero Jesús Bastante, de Religión Digital, y casi nunca por los mismos motivos, pero no es menos curioso que la coincidencia esté en reconocer el profundo patetismo del episcopado español.

Hemos hablado aquí por extenso del papelón de nuestra jerarquía en toda la sucesión de desmanes y abusos de poder que han rodeado la exhumación de Franco, ante los que ni uno solo de nuestros obispos -soberanos en sus diócesis, por lo que sé- ha dicho esta boca es mía, permitiendo sin un murmullo de protesta, por ejemplo, que hombres armados ‘tomaran’ un lugar de culto sin la pertinente orden judicial.

Hemos recordado aquí la deuda de gratitud que el clero español tiene con Franco que, posiciones políticas al margen, sencillamente les salvó de la extinción. La Iglesia hace sin duda bien desvinculándose de regímenes políticos concretos, pero la realidad es que no lo hizo, bien al contrario, y solo ahora, cuando es meramente un cadáver de 44 años y defenderlo solo puede traer problemas, se da esa muda ‘desconexión’.

Y Bastante, desde el otro extremo, no duda en sacarles los colores desde la primera línea: “Cuando Franco murió, la Iglesia española había dejado ‘atados y bien atados’ sus privilegios en una sociedad que intentaba avanzar, lentamente, hacia la democracia”, empieza. Y sigue: “Los obispos no se oponen a la exhumación de Franco, pero sí al fin de las prebendas que les dio el dictador. El nuevo Concordato (ahora llamado Acuerdos Iglesia-Estado), que se negoció a la par que la Constitución y fue aprobado ahora hace 40 años, continúa dotando a la Iglesia de múltiples beneficios fiscales, económicos, jurídicos y de presencia social”.

Y sigue: “La enseñanza de la Religión católica es de oferta obligatoria y sus profesores son designados por el obispo del lugar (que puede despedirlos sin dar razón alguna), pero pagados por la Administración. Con el personal religioso en hospitales públicos, el Ejército o las prisiones sucede tres cuartos de lo mismo”.

Y sigue: “La Iglesia está exenta de multitud de impuestos y, por si fuera poco, las administraciones todavía no han dado el paso de exigir el pago de aquellos que sí debería pagar, como el IBI para aquellas actividades que no tengan fin estrictamente pastoral o de culto (garajes, pisos de alquiler, museos, etc…). Pero, además, los obispos han logrado registrar a su nombre, con el único aval de su firma, 35.000 bienes en el período 1998-2015”. Y la X de la renta, por supuesto.

Bastante se equivoca bastante en general, y no nos referimos solo al hecho de atribuir a Franco palabras de Menéndez Pelayo. Por ejemplo, se equivoca de medio a medio si piensa que esta publicación ‘ultracatólica’ quiera algo distinto a esa “Iglesia pobre” por la que Francisco suspiraba al inicio de su pontificado y que va a acabar llegando -extraños son los caminos de la Providencia del ‘Dios de las sorpresas’- por la quiebra de las finanzas vaticanas. Cuando nos enteramos de que se han ‘distraído’ unos mil millones de dólares del Óbolo de San Pedro -que solo puede dedicarse a fines de caridad con los más necesitados-, no podemos dejar de preguntarnos cuántos años más habrá que esperar para que se limpien esos establos.

La Iglesia a la que aspira Bastante no tiene nada que ver con la que concebimos nosotros, pero al menos podemos coincidir en eso: debe ser pobre, de modo que ser obispo no sea un cargo humanamente apetecible que atraiga a los clérigos más ambiciosos, burocratizados y acomodaticios. Debe ser pobre para ser libre y poder hablar claro al poder en defensa de los derechos de los fieles, y para hablarle a los fieles de Dios. Debe ser pobre para depender económicamente de esos fieles, y de paso sabremos si esa iglesia de conversiones ecológicas y fusión con el mundo tiene tanto predicamento como cree Bastante. Debe, en fin, ser pobre para dejar de pagar publicidad, a través de su miriada de asociaciones dependientes, a Religión Digital.

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Comentarios
4 comentarios en “¡EXTRA! InfoVaticana y Religión Digital están de acuerdo en algo
  1. Entiendo que la idea de una Iglesia independiente económicamente sea atractiva, pero conllevaría una grave discriminación de los contribuyentes católicos. No puede ser que los impuestos que los católicos pagan se destinen a sufragar multitud de iniciativas perfectamente prescindibles, cuando no inmorales, que nada tienen que ver con sus intereses y en cambio, ni un euro de sus impuestos vaya a pagar lo que sí les interesa. Sería como obligar a los católicos a pagar dos veces y ya soportamos muchos impuestos.

    A mí, el sistema de la X me parece correcto. El que quiera pagar a la Iglesia paga y el que no, no. Además, con todas las cosas que están pasando, es posible que la Iglesia se quede sin bastantes X en la renta, pero no por voluntad del Estado, sino de muchos católicos que se abstengan de marcarla en sus declaraciones de la renta. Que todo puede ser (y no lo digo por mí, en particular).

    1. Por cierto, el sistema de la X yo lo extendería a otros conceptos: Partidos políticos, sindicatos y aberraciones como el aborto o los anticonceptivos. Para que no se nos obligue a los españoles, seamos católicos o no, a pagar todo eso, si no queremos (o sea, al contrario de lo que se hace ahora).

  2. Yo quiero una Iglesia dependiente de Jesucristo y libre del bergogliato que usurpa su gobierno, la oprime y la convierte en furgón de cola de la ONU y su cultura de la muerte.

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