(Francisco José Delgado / Infocatólica) Del tema del comisariamiento de los Heraldos del Evangelio se ha dicho ya casi todo. El P. Jorge se ha preguntado que, si los males de los Heraldos son tantos como para llegar a una medida tan severa como nombrar un comisario, ¿para cuándo se van a comisariar a los benedictinos de Montserrat, o a los jesuitas, o a los maristas? Todos ellos tienen casos muy graves con sentencias firmes, reconocimiento de los hechos y castigo de los implicados; pero en ningún caso se han intervenido congregaciones o comunidades, a pesar de que se supiera que en muchos de los casos las autoridades conocieran los hechos y no hicieran nada.
Yo quiero ir a un tema más de fondo, cuyo planteamiento puede comenzarse con una frase que empleaba hace unos días un artículo escrito por Daniel de Fernando (a quien desconozco) y publicada en el portal Infovaticana. La frase: «lo que parece raro es raro». En el artículo se citaba, al hilo de la actual intervención de la Santa Sede, el caso de algunos vídeos que salieron a relucir hace unos años. El contenido de dichos videos me pareció lamentable, y merecedor de una investigación seria, con depuración de las responsabilidades que pudiera haber. ¿Es la actual intervención consecuencia de lo que aparece en esos vídeos? Lo publicado por la Santa Sede parece indicar que no. Según declaran los Heraldos, y nadie ha dicho nada en contra, el asunto de los vídeos fue tratado y cerrado por las autoridades competentes. La situación actual respondería a la conclusión de una visita canónica realizada recientemente.
No voy a entrar más en el tema. Quien quiera informarse puede leer lo dicho por los Heraldos o la carta de un canonista publicado en el blog de Tossati. Y sólo puedo citar testimonios favorables a los Heraldos fundamentalmente porque no he encontrado nada reseñable en el sentido contrario.
Vuelvo pues, a la frase de marras «lo que parece raro es raro». No estoy en desacuerdo con la frase en sí, que además escucho repetir frecuentemente a un buen sacerdote y gran amigo, sino en el criterio que lleva a calificar algo como raro.
En primer lugar, habría que precisar qué significa «raro». En latín, rarus significa infrecuente, sin que esto tenga necesariamente ninguna connotación valorativa. De hecho, si se pretendiera valorar de alguna manera lo que se dice que es rarus, lo que se daría a entender es que es algo extraordinario, excepcional o sobresaliente. Es decir, que el que algo sea raro sería, ante todo, algo positivo. En el Diccionario de la Real Academia Española, lo único que podría tener un sentido negativo es la acepción de extravagante.
Sin embargo, en la frase que estamos examinando y en el uso más habitual la palabra «raro» se utiliza con una connotación negativa. De hecho, parece muy infrecuente que se utilice la palabra «raro» en sentido positivo. Por ejemplo, de alguien de grandes cualidades intelectuales será más fácil decir que tiene un intelecto poco común que decir que tiene un intelecto raro. Es más fácil encontrar palabras como «monstruo» o «fenómeno» en sentido positivo, pudiendo tener éstas ambos sentidos, que la palabra «raro».
¿De dónde viene entonces la carga negativa en esta palabra? Intentaré una explicación. El antónimo más común para «raro» suele ser «normal». Efectivamente, «normal» tiene también el significado de frecuente, pero en su origen etimológico hace referencia al vocablo latino norma, que, al igual que en castellano, significa norma, ley, regla. Aunque es fácil inferir que se puede usar «anormal» como sinónimo de «raro», etimológicamente lo «anormal» significaría algo que se sale de la norma o de la ley, lo que fácilmente tiene un sentido negativo.
En resumen, utilizamos raro para referirnos a algo infrecuente, pero le asignamos el mismo sentido de anormal, que significa que algo está fuera del orden que debería tener. Es fácil ver que esta confusión, además de manifestar algo muy propio de la lamentable cultura contemporánea (tan amante de lo mediocre), tiene consecuencias desastrosas.
Querer que las cosas sean normales es algo bueno, porque significa querer que las cosas sean conforme a la norma. Pero esta idea, reinterpretada conforme al espíritu de nuestra época, significaría más bien que se debe querer que las cosas sean según lo son en la mayoría de los casos, aunque pudiera darse que esa mayoría de los casos fuera «anormal», es decir, fuera de la norma.
Es muy fácil poner ejemplos de esto. Hoy debería considerarse normal el divorcio, porque lo más frecuente en nuestra sociedad es que las familias se rompan; que un país acepte el aborto es normal, porque la mayoría lo hacen; todavía no es normal que se acepte el gaymonio, pero tiempo al tiempo. Y así sucesivamente. Sin embargo, todas estas cosas están claramente fuera de la norma que es la ley natural.
Y en la Iglesia, la cosa es exactamente igual. Y vamos a los Heraldos del Evangelio. Lo primero que llama de la atención de ellos es la estética. Usan un hábito de estilo militar, intencionalmente llamativo. Cuando alguien comenta esta forma de vestir, lo más habitual es que se diga: «es que llevan un hábito muy raro». Veamos, el Código de Derecho Canónico dice que «los religiosos deben llevar el hábito de su instituto, hecho de acuerdo con la norma del derecho propio, como signo de su consagración y testimonio de pobreza». ¿Es el hábito de los Heraldos de acuerdo con la norma de derecho propio? Sí. Pues entonces el hábito de los Heraldos y el uso que hacen del mismo es normal, es decir, conforme a la norma. Y a la vez, es raro, porque lo habitual hoy es que se dé la anormalidad de que los miembros de muchos institutos religiosos no usen el hábito, así como es habitual la anormalidad de que muchos sacerdotes no usen el traje eclesiástico al que están obligados.
Por tanto, es cierto lo que dice la frase. Los Heraldos del Evangelio parecen raros, y en efecto lo son. Y son raros porque en el lamentable panorama eclesial que vivimos son claramente excepcionales.
Efectivamente, es raro que en la Iglesia de hoy haya una congregación religiosa que tenga como nota distintiva la ortodoxia, el cuidado de la liturgia, la abundancia de vocaciones y el testimonio explícito del Evangelio en el mundo. Lo normal parece ser defender el sacerdocio femenino (como vemos hacer a algunos obispos en el sínodo), ciscarse en cualquier norma litúrgica, tener los seminarios y noviciados vacíos, y mezclarse con el entorno para no llamar la atención. Sin embargo, si vamos a las normas, resulta que los que las cumplen (al menos en las cosas que estoy señalando, en otras no puedo saberlo) son los Heraldos.
En definitiva, los Heraldos del Evangelio son raros, como es raro el P. Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos, o son raros los obispos que defienden valientemente el sacerdocio católico en Roma. También eran raros los Franciscanos de la Inmaculada, la Fraternidad de los Santos Apóstoles o las Hermanitas de María, Madre del Redentor. Más aún, son raros los que ponen su fe en Cristo como centro de su vida, los que dedican tiempo y energía al servicio de los demás, los que son capaces de perdonar y amar a sus enemigos. Era raro el leproso que, viéndose limpio, volvió a postrarse agradecido a los pies de Jesucristo, mientras la mayoría no agradecieron al que había sido el autor de su salvación.
Y, siendo eso así, hay que insistir que aquellos clérigos que se dedican con empeño a destruir la fe de la Iglesia, las religiosas que, como Sor Lucía Caram, abrazan cualquier causa ideológica que pueda darle notoriedad pública, los pseudoperiodistas anticatólicos financiados por instituciones católicas, etc. no son normales, por más frecuentes que sean.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Hoy día lo raro es lo católico, la familia numerosa, el matrimonio indisoluble, el celibato sacerdotal, el ofrecimiento de obras, la fidelidad, la mortificación, la oración, el evangelio, el ayuno, la misa diaria, la teología católica, el anciano atendido en el hogar, el seminario lleno, el desvivirse por los demás , el sacramento de la confesión, el colegio de verdadera inspiración cristiana, el político católico, el trabajo bien hecho y ofrecido a Dios, la visita al santísimo sacramento, una iglesia abierta muchas horas con exposición del santísimo, la santa pureza, el cuidado de la vista, la limosna, etc, etc. Todo esto, y más, se persigue, especialmente por Roma, no por ser raro, sino por ser católico, con la excusa de que es raro.
Tiene mucha gracia que persigan a los heraldos los mismos que, en el Vaticano, se visten de indio, hacen el indio, adoran a dioses paganos, niegan la divinidad de Jesucristo, la Inmaculada Concepción, el infierno, etc. Les persiguen por ser católicos y nada más que católicos.
Si ya vivieras la caridad en todas sus vertientes y leyeras o viajaras un poco más, serías excepcional. Una pena.
Caridad con las personas si, siempre.
Caridad con el error NUNCA.En esa vertiente yo como católico me niego formalmente.
En «mortificación» he parado de leer. Qué acabados estáis.
Y tu que ignorante eres. No hace falta que leas más en webs, católicas, no las entiendes ni las quieres entender.
Un cilicio y su uso, y que de hecho se usa, se entiende perfectamente, no hace falta que te pongas a la defensiva ni te sirve el ventilador.
Encima que se peen se enojan.
Que te llame raro el progresismo o la tibieza no es ninguna sorpresa.
Boas reflexões, Belzunegui. Estou inteiramente de acordo.
Siempre digo a mis hijos que deben esforzarse para ser «raros», ya que lo «normal» hoy en día es mofarse de la Iglesia, jactarse de los pecados, y vivir como si Dios no existiera.
Prelados participando activamente en rituales de culto tribal amazónico, solicitudes de ordenar como sacerdotes a hombres casados, mujer vestida de ropa sacerdotal en localidades del Vaticano, padres sinodales solicitando abiertamente que se revierta la evangelización de las culturas por una «inculturación» de lo evangélico desdeñando la preeminencia divina del Evangelio, destinar 650 millones de Euros del Óbolo de San Pedro para adquirir desordenadamente un palacio en Chelsea (Londres), admitir dinero de entidades pro-abortistas para tareas episcopales, la renuncia intempestiva del Comandante del Cuerpo de Gendarmería Domenico Giani, que el Prepósito General de la Compañía de Jesús asevere que el demonio -como ente personal- no existe, que los obispos alemanes amenacen a Roma con segregarse si no se le otorgan sus caprichos doctrinarios y hasta dogmáticos… TODO ESTO SI QUE ES RARO!
El domingo pasado asistí a una misa muy rara, rarísima, en latín, cantada, ad orientem, solemne, en la iglesia de la Santísima Trinidad «dei Pelegrini», en Roma. Los curas (había varios) tuvieron un protagonismo mínimo porque todo se lo dejaban al Señor, aunque su conocimiento de la liturgia clásica y buena era perfecto. La misa fue maravillosa, duró más de hora y media pero el tiempo pasó sin que me diera cuenta.
Si los jóvenes y no tan jóvenes católicos que aún quedan tuvieran ocasión de comparar el sucedáneo desangelado y protestantizado de la misa que hoy se nos ofrece con la misa «rara» a la que yo asistí, sin duda se apuntarían a ella definitivamente porque tanto teológicamente como espiritual y estéticamente es infinitamente mejor que la asambleíta desleída e insustancial en que ha convertido la misa el Vaticano II.
Ese es el único problema, la hora y media. Por lo demás, un 9.
Si lo malo es el supremacismo de quienes la exclusivizan.
Sou brasileiro, católico – graças a Deus! Acompanho há bom tempo a Infovaticana. Não me lembro de ter visto notícia sobre os Arautos neste site. Curioso que, tendo havido o injusto e desnecessário comissariado a uma – mais uma… – instituição que tanto tem colaborado com a hierarquia na nova evangelização, eis que vejo a Infovaticana tratar de dita associação. Pensei que Mons. João Clá – seu fundador – e a associação fossem desconhecidas do site. Mas, agora estou vendo que não…
Como pendente de moderação!? Vocês, que são espanhóis, tão dispostos à disputas, falam em moderação?!!!…
Soy un ex miembro de los Heraldos (bueno… TFP, o Covadonga, como era conocido en Espana). En lo personal encuentro que el aspecto publico de los Heraldos sera raro, pero lo es en el sentido que el Bien y la verdadera Doctrina es «rara» como bien apunta este articulo. En general apoyo y me gusta la estetica, los habitos, los coros, las iglesias «post-medievales», la devocion Mariana, etc. El articulo se refiere a los videos de los exorcismos y da el caso por cerrado. El asunto es que esos videos no fueron un «glitch». Son apenas un boton de muestra de la doctrina interna. Para mi el problema es muy facil (y muy dificil) de solucionar. Yo sugiero que Joao Cla (el fundador) haga una autocritica denunciando el culto absurdo a la personalidad («sagrada esclavitud»), que se comprometa a hacer publica TODA la doctrina de los Heraldos y que reuncie explicitamente a aquello que no esta dispuesto a defender y ademas a no reclutar valiendose de enganos, particularmente a menores.
Excelente refutação do artigo calunioso de Daniel de Fernando. E podemos dizer que esta também é uma atitude «rara», de um sacerdote defendendo os que amam e difundem a Ortodoxia, os que fazem profissão de fé portando seu belo e «raro» hábito religioso, e que se apresentam, sem respeito humano, como Católicos Apostólicos e Romanos.
Excepcional artigo. De «rara» inteligência. Parabéns!!
Vivan los Heraldos!!!.
Defienden a la Iglesia católica y la sana doctrina bimilenaria.
Estoy persuadido de son el futuro de la Iglesia.Son numerosos.
Por Fin mi Inmaculado Corazòn Triunfará!!!.
Sou leitor da Infovaticana. Este artigo desfaz em parte a decepção que tive com o artigo anterior de Daniel de Fernando nele mencionado. Achei raro que nas entrelinhas daquele artigo a Infovaticana, tão crítica dos comissariados bergoglianos em ordens religiosas conservadoras só por serem conservadoras, no caso dos Arautos se tenha se colocado a favor e sem qualquer menção às constantes defesas que se veem obrigados a fazer na sua luta pela sobrevivência nesse campo de batalha tão hostil em que nem mesmo os iguais defendem-se uns aos outros. Tudo na Igreja hoje é tão hostil aos que vivem a verdadeira Fé que é raro que alguém assim sobreviva. O que dizer, então, de uma ordem religiosa conservadora que não só sobrevive como é a que mais cresce no mundo? Sem dúvida é porque a assiste a Divina Providência. E pelo que se tem visto, os segredos dos Arautos não são os que dizem as reportagens caluniosas. São bem outros. Os comissários não vão ter vida fácil com eles. Que se cuide Dom Aviz.
Si los Heraldos no son raros, entonces, son traidores.
Ciertamente la defensa de los Heraldos presentada aquí es muy hábil, pero, hablemos de manera objetiva. No diremos que los Heraldos no han hecho, o harán, algún bien, tampoco que las razones por las cuales Roma los está interviniendo son todas de buena fe y sin querer destruir lo bueno que puedan tener, más bien diremos que las afirmaciones como estas: los Heraldos son «excepcionales» y se distinguen por «la ortodoxia, el cuidado de la liturgia, la abundancia de vocaciones y el testimonio explícito del Evangelio». Son una MENTIRA.
Debe entenderse mentira, si los ubicamos como «seguidores» del Prof. Plinio Correa de Oliveria, así como se autoproclaman, al contrario sí podrían «ser» esas cosas, como son algunos grupos que aceptan el Concilio Vaticano II, pero, lo interpretan de manera conservadora y tienen muchas vocaciones, testimonios evangélicos, etc.
Pero, ellos no son «excepcionales», porque el Prof. Plinio fundó la TFP (Sociedad Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad) y no una «Asociación Privada de Fieles de Derecho Pontificio», y en esto podría ahondar muchísimo, sólo hace falta decir que el hábito carmelita con adaptaciones de orden de caballería, (carmelita para cabalgar) fue ideado por el Prof. Plinio para los miembros de la TFP dedicados a la oración, que por obvias razones eran TODOS hombres, los heraldos, además de incluir un ala femenina, desconocida para el Prof. Correa de Oliveira les pusieron el mismo hábito, sin toca… Sin nada parecido. Masculinizaron a las mujeres y feminizaron a los hombres.
Muy acertado
la envidia envenena el alma
No representan «la ortodoxia», ni «el cuidado de la liturgia», porque la TFP es claramente tradicionalista (por no decir simplemente, católica), la TFP rechazó adaptarse al espíritu conciliar, rechazó participar en cuerpo y alma de la «Misa nueva» y resistió al Papa en todo lo que estuviera contra la fe Católica. Sobra decir que la Misa que celebran los Heraldos es Novus Ordo, que han dado la comunión en la mano y han permitido mujeres en el altar…
Sobre la «abundancia de vocaciones», sólo podría decir que el fundador de los Heraldos, João Scognamiglio Clá Dias, antiguo discípulo del Dr. Plinio, traicionó los ideales de su maestro, no luchando de manera pública y con el mismo método de acción contra el comunismo, el modernismo, etc. y asumiendo prácticas detestables o al menos bizarras como las que se vieron en varios vídeos (los republicados o los aún censurados).
Por último, no tienen nada de «testimonio explícito del Evangelio», pues, luego de traicionar los ideales del Dr. Plinio, de apropiarse de los donantes, bienes, etc. de la TFP por métodos «democratizantes» invocando la revolución francesa para conformarse como»heraldos», han mantenido una lucha incansable para que el nombre, marcas y símbolos de la TFP no puedan ser usadas por los verdaderos miembros de la TFP que resistieron, se mantuvieron fieles y hoy han fundado diferentes asociaciones con varios nombres como el Instituto Plinio Correa de Oliveira (Sacó) en brasil, entre otros, para seguir luchando como el Dr. Plinio Correa quería.
En fin, no culpo a las generaciones más nuevas que los conforman y a las personas que de buena fe los ven con gratitud u admiración, pero, a los más antiguos en ese «grupo» si que los culpo como TRAIDORES, así que éste artículo en defensa de esta gente, o es un desconocimiento o es complicidad. Creo que es lo primero y por eso comento todo esto.
Cuando vi los videos al comienzo si dude. Pero después de analizar y orar, veo que es una persecución a los Heraldos del Evangelio. Es lamentable pues veo una asociación que busca la santidad, que hace un bien a la Iglesia. Recemos por ellos. Que la Virgen María con su manto les de la fortaleza para superar esta infame persecución