¿Tiene motivos para la esperanza el cardenal Pell?

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(NCR)- La opinión disidente del juez Mark Weinberg debería proporcionar la base para que el Tribunal Supremo de Australia finalmente corrija este terrible error judicial.

El Tribunal de Apelaciones del estado de Victoria, el martes por la noche (miércoles por la mañana en Australia), desestimó la apelación del cardenal George Pell por su condena por abuso sexual. Esta condena se produjo al final de un segundo juicio por cinco cargos de indecencia con un menor, después de que un primer jurado no pudiera llegar a un acuerdo sobre un veredicto. (Informes fiables indicaron que la mayoría de los miembros del jurado estaban a favor de la absolución). Fue sentenciado a seis años, sin posibilidad de libertad condicional hasta noviembre de 2022. Los abogados del cardenal Pell planean una nueva apelación ante el Tribunal Supremo de Australia. Es probable que este proceso se demore un año. Mientras tanto, el cardenal permanecerá en prisión en Melbourne.

Debido a que los juicios se realizaron en sesiones cerradas y con una orden de prohibición de informar a la prensa, los informes de las pruebas contra el cardenal eran incompletos e incluso superficiales. Hasta ahora. Desde hace tiempo se sabía que el caso implicaba acusaciones de agresión a dos niños del coro, ambos de 13 años cuando los crímenes supuestamente ocurrieron, a fines de 1996. Se decía que los hechos ocurrieron justo después de que el arzobispo Pell celebrase misa en la catedral de San Patricio, en Melbourne.

Uno de los niños murió accidentalmente hace unos años. El demandante sobreviviente no dijo nada a nadie de su horrenda historia hasta 2015. (El otro niño murió sin haber afirmado que había sufrido abusos; de hecho, negó rotundamente que tal cosa sucediera cuando su madre, en 2001, se lo preguntó expresamente).

Durante tiempo también fue evidente que las acusaciones contra el cardenal Pell eran tan claramente improbables que, a primera vista, eran incluso fantásticas. No obstante, los fiscales perseveraron. Finalmente consiguieron un jurado que dictara sentencia con el veredicto que ellos querían.

Conociendo al cardenal como yo le conozco, y evaluando las pruebas en base a mis años de experiencia como fiscal de Manhattan, siempre he creído firmemente en la inocencia del cardenal Pell. Una pequeña misericordia de este desagradable revés de la apelación es que ahora estoy más que seguro de que el cardenal Pell es inocente. Otro consuelo es que la decisión de apelación proporciona motivos razonables para esperar que el Tribunal Supremo finalmente corrija este terrible error judicial.

La base para afirmar la inocencia del cardenal Pell radica en la evidencia ahora contada con extraordinario detalle en las 325 páginas del texto de la apelación. La corte se dividió 2-1. El juez disidente -un abogado educado en Oxford llamado Mark Weinberg- nunca dijo que creía que el cardenal Pell era inocente. Lo más cercano a esto que Weinberg llegó a decir podría ser esta frase: «En mi opinión, [hay] una ‘posibilidad significativa’ de que el solicitante, en este caso, no haya cometido los delitos que se le imputan».

Quizás Weinberg se acercó aún más cuando se refirió al segundo de los dos ataques alegados por el demandante sobreviviente:

«El relato del segundo incidente por parte del demandante me parece que lleva el descaro a nuevas alturas, algo nunca visto… Pensé que un fiscal utilizaría mucha cautela antes de presentar un cargo de esta gravedad contra alguien, basado además en la inverosímil idea de que una agresión sexual de este tipo tendría lugar en público y en presencia de numerosos testigos potenciales. Si el incidente hubiera ocurrido de la manera alegada por el demandante, me parece altamente improbable que ninguna de las muchas personas presentes viera lo que estaba sucediendo, o que no hubiera informado de alguna manera».

Nadie lo hizo. Weinberg entonces dirige al lector a la siguiente deducción lógica: si el denunciante inventó (por razones que probablemente nunca sabremos, o al menos que no comprenderemos por completo) uno de los dos ataques, entonces ninguna persona razonable debería creer, sólo porque él lo dice, que el primer incidente haya ocurrido alguna vez.

Sin embargo, eso es exactamente lo que han sostenido los fiscales. El juez Weinberg ha declarado por escrito, con bastante precisión, que la «acusación se basó por completo en el testimonio del demandante para establecer la culpa, y nada más. No hubo pruebas de ningún tipo por parte de otro testigo. De hecho, no había evidencia de ningún tipo en absoluto. Estas condenas se han basado en la evaluación del jurado del demandante como testigo, y nada más».

«De hecho», agrega Weinberg, el fiscal no sólo «no se inmutó» por basar en esto todo el caso, sino que además «invitó a los miembros de este tribunal a abordar el motivo de apelación exactamente de la misma manera».

La opinión de Weinberg es magistral y convincente. Proporciona (aunque no lo dijo expresamente) una prueba abrumadora de que George Pell es un hombre inocente.

Hay otro pensamiento alentador: ya se puede ver el camino para revocar la sentencia en un recurso ulterior.

Según el procedimiento australiano, gran parte del trabajo de los jueces de apelación en un caso como el del cardenal Pell (donde el gravamen de la apelación es la suficiencia de la evidencia para condenar en el juicio) es simplemente usar el sentido común para sopesar la evidencia presentada al jurado. Esto es lo que hicieron los tres jueces; todo el juicio fue grabado en video y transcrito. Dos miembros del tribunal dijeron que estaban de acuerdo con el veredicto del jurado. Entonces votaron para afirmar la condena.

Su sentido común es obviamente escaso y su juicio práctico es aún peor. Sin embargo, un simple error de este tipo probablemente no justificaría la revocación del Tribunal Supremo. Pero también cometieron un error legal específico. Por este motivo, al menos uno puede esperar, razonablemente, que en algún momento en los próximos doce meses George Pell vuelva a ser un hombre libre.

Weinberg identificó el error de la mayoría. Su error se basó en la aceptación por parte de los dos jueces de la invitación del fiscal para decidir primero y de forma aislada -es decir, sin tener en cuenta todas las demás pruebas, incluida la convincente evidencia exculpatoria ofrecida por los abogados del cardenal- si el testimonio del demandante era «convincente”.

El término no es acertado en este contexto. Hamlet es «convincente». Sin embargo, es ficción. Sin embargo, la mayoría de los jueces parece haber adoptado este término como sinónimo no sólo de creíble, sino también de verdadero y preciso. Posteriormente, estos jueces agravaron el error: utilizaron su validación aislada (y, en este sentido, totalmente no crítica) del testimonio del demandante como el criterio por el cual rechazaron, como ineficaz o simplemente falsa, la abundante evidencia de la inocencia del cardenal Pell. Parecían haber razonado así: debido a que la historia del demandante es cierta (según lo que dijeron, llegaron a esta conclusión por su aparente sinceridad y drama), la evidencia ofrecida por el acusado, que contradice las alegaciones del demandante, debe ser falsa. O, como mínimo, juzgaron que, debido a que la evidencia de la defensa no demostraba que la historia del demandante era simplemente imposible, por esa razón no se planteó una duda razonable.

Weinberg vio el error. La credibilidad del demandante y, por lo tanto, la precisión de su historia, debe evaluarse a la luz de la evidencia contrapuesta de la inocencia del cardenal Pell. Escribió que «es, por supuesto, completamente legítimo para la fiscalía [confiar en las alegaciones del demandante] como respuesta al desafío de estas condenas. Deben ponerse en la balanza, pero también deben considerarse a la luz de la evidencia en su conjunto. Esto incluye el cuerpo del material claramente exculpatorio obtenido de los diversos testigos convocados por la fiscalía. Y uno no debe ignorar las fuertes negaciones del demandante de cualquier irregularidad, como se alega, en su registro de entrevista”. En otras palabras, un jurado razonable (¡y un juez de apelaciones!) tendría que concluir que el caso de la defensa hizo que la historia del demandante fuera tan inverosímil que una duda razonable era inevitable.

Un miembro del jurado concienzudo (o un juez de apelaciones que revisara esto) no debería concluir que un demandante está hablando con sinceridad hasta que él o ella comparen críticamente lo que ese testigo dice con lo que dicen los otros testigos. La evaluación crítica que incumbe al jurado no es la secuencia de la mayoría -si se mira sólo el testimonio del demandante, parece cierto, por lo que entonces toda la evidencia que exonera al cardenal debe ser falsa-, sino más bien la dialéctica de Weinberg (si usted lo desea), donde el jurado retrocede y avanza a través de la evidencia, usando esta parte para probar la veracidad de esta otra, y esa para evaluar la veracidad de esta. Eso es lo que significa mirar » toda la evidencia». Y aquí está el error legal de la mayoría.

Dicho de otra manera: la cuestión clave en la apelación fue si el veredicto de culpabilidad del jurado era razonable. Debido a que las normas probatorias en los casos penales en Australia es (como en Estados Unidos) «más allá de una duda razonable», existe cierto peligro de confundir a los lectores al usar demasiados afines de la palabra para la que se busca definición – razón.

La forma más sencilla de plantear el asunto es probablemente esta: un jurado sensato, inteligente y concienzudo, que considerara con una mente abierta y sin prejuicios todas las pruebas ¿tendría que tener una «duda razonable» sobre la culpa del cardenal? Esa duda sería suficiente para exigir una absolución si estuviera sujeta a un solo elemento esencial de los delitos imputados.

Aunque no fue un problema en el caso del cardenal Pell, un ejemplo de esta importante limitación en la acción sería cuando hay muchas pruebas de que se produjo un cierto acto sexual consensuado, pero es «dudoso» que el acusado supiera que la otra parte era menor de edad. Si una ley penal requiere tal conocimiento por parte del acusado, entonces él (o ella) debe ser absuelto.

En el caso del cardenal Pell, ese jurado concienzudo tendría que dudar de toda la narrativa del demandante y, por lo tanto, de todos los elementos de los delitos imputados.

Weinberg concluyó que “en mi respetuosa opinión, no se puede permitir que estas convicciones se mantengan. La única petición que puede hacerse correctamente es que el solicitante sea absuelto de cada uno de los cargos». Desde luego. Y entonces uno espera, y tal vez se atreva a esperar, que el Tribunal Supremo de Australia también concluya lo mismo, dentro de unos meses.

Gerard V. Bradley es profesor de derecho en la Universidad de Notre Dame y ex fiscal del condado de Nueva York, Nueva York.

Publicado por Gerard V. Bradley en The National Catholic Register.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
94 comentarios en “¿Tiene motivos para la esperanza el cardenal Pell?
  1. Pues posiblemente el cardenal Pell sea inocente, podría ser, pero no cabe duda que si Pell estuviera defendiendo el matrimonio gay, el autor del artículo no dudaría de su culpabilidad, antes incluso de la primera sentencia. Que el cardenal Pell sea culpable o no, no está claro, que a este articulista le importa un comino si es o no culpable, eso si está claro. Solo le interesa presentarlo como mártir de la causa conservadora, porque esa es la estrategia acordada por los medios conservadores. ¿De verdad el testigo, toda la policía que investigó el caso, la fiscalía y los jueces de primera instancia y apelación -salvo uno, que casualmente se retiró en 2018 pero fue llamado para este caso-, están todos confabulados contra el cardenal Pell?

    1. José, ¿Has leído el artículo? Que el único motivo es un testimonio, del todo inverosímil, no hay nada más. Si a ti te acusan de haber violado a un menor hace veinte años cuando estabas en un parque con varios testigos, que hablan en contra de esa acusación, pero el juez considera que vale más el testimonio del menor, que dirías? Porque está es la cuestión.

      1. NO. UNO, NO. Esa NO es la cuestión. Eso «dicen» que es la cuestión.

        La cuestión es que USTED no tiene ni puñetera idea de lo que se dijo en el juicio. Usted no tiene ni puñetera idea de qué dijo el cardenal, o qué dijo la víctima, o qué dijeron los testigos. Esa es la cuestión. Y usted lo sabe.

          1. NO. Por eso yo NO soy un troll, porque yo SI NO SÉ, ME CALLO. Quien habla sin tener NI PUÑETERA IDEA, es quien se comporta como un troll.

            Yo NO tengo que saber lo que dijo el cardenal en el juicio… si se contradijo, por ejemplo, o si contradijo a alguno de los testigos (¡¡¡12 en total!!!). Como no lo sé, no se me ocurre NI DE BROMA criticar a los jueces. Es QUIEN CRITICA sin tener ni puñetera idea quien se columpia, quien se comporta como un troll.

      2. Para juzgar deberíamos haber estado presentes en el juicio o leer las actas. ¿Has hecho alguna de las dos cosas? ¿Como puedes saber que lo que afirma el periodista es fidedigno?, ¿los jueces y los fiscales sostendrían la misma versión que el periodista?, ¿sabes que el juez decretó secreto de sumario y no se sabe la mayoría de lo que pasó en el juicio? ¿sabes quien es el periodista y de quien cobra?, ¿piensas que la policía, los fiscales y los jueces son estúpidos?, ¿o crees que todos se han confabulado? , ¿tienes algún indicio de que haya sido así?, ¿o en que te basas?, ¿o solo tiene que ser así porque es uno de los tuyos y por lo tanto es imposible que sea malo, por lo tanto todos los demás tienen que ser malos?
        ¿Sabes que la mayoría de los que están condenados por violación o pederastia lo están por pruebas no mucho mas contundentes que el cardenal solo que en su caso no tienen fans?. ¿es culpable?, no lo se, tu tampoco y el periodista tampoco

    2. Seguramente si fuera un sacerdote abusador pero partidario del gaynomio y otras aberraciones, saltarías a defenderlo. Es lo que tiene el no leer el artículo y no enterarse de qué va el caso: en un caso el testimonio incriminatorio es de todo punto inverosímil y en el otro (ya fallecido) es absolutorio.

      1. ¿Y tu como sabes que solo hay eso?, ¿nos dices donde viste las actas del juicio?, ¿o basta lo que diga un periodista que no conoces y que cobra de no sabes quien para decir que testigo, policía, fiscalía y jueces de primera instancia y apelación son todos delincuentes o idiotas?

      2. ¿Por qué me iba a importar que condenaran a un partidario del gaymonio que hubiera cometido un delito?, a mi me interesa el gaymonio no la persona o el cargo que lo defiende, ni creo en la jerarquía religiosa ni soy mitómano, al contrario que ustedes para mi no hay diferencia entre Pell, el papa o el barrendero de mi calle, ustedes son los que hacen esas diferencias

  2. Ésta es la última posibilidad de Pell para apelar, pero puede llevar años hasta que sea escuchado.

    Mark Weinberg, uno de los tres jueces que estuvo en desacuerdo, advirtió que toda la evidencia contra Pell se basó en el relato de un acusador, mientras que más de veinte testigos testificaron a favor de Pell.

    Además, la acusación de abuso sexual contra el cardenal es una copia detallada de una historia que otro acusador mentiroso produjo en Estados Unidos.

    1. Lo de la «historia» de otro acusador mentiroso es FALSO. A ver… según el informe John Jay hubo más de 4 mil casos de pedofilia en el clero estadounidense en el tiempo de vida de un sacerdote (de 40 mil sacerdotes, eso es un 10%, dicho sea de paso). Malo será que no haya alguno que se parezca a lo que cuenta la víctima, ¿verdad?

      1. Vete a otro perro con ese hueso. En esos casos de pedoficia están todos los acusados en el el informe John Jay, no los condenados.
        Para un trol todo barre, digo, todo vale

        1. En Boston, de unos 900 sacerdotes diocesanos el Boston Globe encontró a más de 270… de éstos LA PROPIA DIÓCESIS reconoce a unos 140 CON NOMBRES Y APELLIDOS. Sí… esos también fueron «acusados»… pero digo yo que si la diócesis pone el nombre en su página web, acusándolo de pedófilo, pues será por algo, ¿verdad?

          En Pennsylvania +410 casos. En ese caso, NO son acusados… ni condenados. Son LOS ARCHIVOS de los arzobispados los que muestran la depravación, la podredumbre, la absoluta inmundicia que inunda la Iglesia Católica. Porque lo que salió en Pennsilvania son LAS CARTAS intercambiadas entre los obispos y esos sacerdotes pedófilos. Cosas como felicitar a un sacerdote porque ahora «ya no le mete mano a los niños TANTO»… Manda narices.

          ¿A otro perro? Sí… anti-troll… sí. Va a ser que es todo un invento, ¿verdad? Va a ser que no hay pedofilia en la Iglesia Católica.

    2. En su momento ya respondí a ese comentario, ridículo… ¿Los parecidos? Los lógicos de un caso de pedofilia por un sacerdote: Ocurrió en una iglesia, después de la misa… etc…

    3. No es la última, aún le quedaría el tribunal supremo y el juez del que hablas ya estaba jubilado, curiosamente fue llamado y le proporcionó un asidero al cardenal, puede que sea una casualidad, o no, quien sabe. Debe ser muy idiota la fiscalía de australia para confabularse contra el cardenal y montar una acusación tan y tan débil y encima sacada de internet donde cualquiera la puede leer, a la altura de Mortadelo y Filemón, lo raro que los jueces se la tragaran y estuvieran dispuestos a hacer el ridículo delate de todo el mundo

    1. Yo sí. El voto particular ha sido un exitazo inesperado, que está haciendo reflexionar a tanta gente de buena voluntad, que la hay, también en Australia, aunque menos. Ese voto particular puede ser la base de la sentencia definitiva.

  3. Aaahhhh… me parto de risa… me mondo… me pelo…

    «Informes fiables indicaron que la mayoría de los miembros del jurado estaban a favor de la absolución»

    Informes fiables… dice … aaaahhhh… qué bueno… qué risa tía Luisa. La mayoría de los miembros del jurado quería absolverlo pero lo condenaron. ¡Qué bueno! Es que me parto con estos católicos. Cada día son mejores… «informes fiables»… ¡Qué bueno!

    Sí, Belzunegui… sí… está todo el mundo reflexionando ahora mismo sobre el cardenal. Yo no he parado de reflexionar desde el fin de semana.

    1. Por cierto, ¿te has molestado en leer este artículo, o solo buscas bronca con los habituales?
      Si buscas bronca, para eso tienes a otros, empezando por mí. Los demás recuerden la consigna NAAT (no alimentar al trol)

      1. ¿Dónde están esos «informes fiables»? Es que es ridículo… completamente ridículo.

        ¿Pero a quién le cabe en la cabeza que el jurado estuviera mayoritariamente a favor de la absolución, y van y le condenan?

  4. Unos queremos que Pell vaya a la cárcel si se demuestra su culpabilidad, cosa que no se ha demostrado, como señala, no Belzunegui, sino el fundado voto particular de uno de los tres magistrados, que prefieren la verdad a alinearse con la mentira oficial y mediática australiana y vaticana. Otros quieren que vaya a la cárcel aunque sea inocente o, sobre todo, si es inocente. Le condenan por un delito de opinión: porque no aprueba la homosexualidad ni el robo. Y eso no se perdona.

    1. NADIE quiere que vaya a la cárcel un inocente (salvo, quizá, el culpable y su madre… ¿verdad?).

      Yo no tengo ni idea de si es inocente o culpable. Pero un tribunal le ha declarado culpable. Y yo respeto lo que diga la justicia, SIEMPRE.

      ¿Qué quiero yo? Quiero que esos antisistema que se ponen sistemáticamente del lado del católico acusado, juzgado y condenado por pedófilo (renegando del sistema judicial, diciendo que los jueces prevaricaron, que es un complot contra la Iglesia Católica, etc…) me expliquen por qué no defienden con la misma pasión a la víctima.

      Que no hay pruebas lo dicen ustedes. El jurado opina lo contrario. Y digo que que su opinión (la del jurado) valdrá un poquito más que la suya (de ustedes) porque sus conocimientos del caso son mucho mayores…

      1. «los jueces prevaricaron» Ningún comentarista ha dicho tal cosa, el artículo tampoco. Esa afirmación es la trola típica de un trol.

        1. FALSO. La misma afirmación que acabo de poner, de que LA MAYORÍA de los miembros del jurado estaban a favor de la absolución, si fuese cierta, implicaría algo muy muy sucio. ¿Cómo le van a condenar con la mayoría de los miembros del jurado en contra de la condena?

          Prevaricación, complot, llámele como quiera. No hay otra.

    2. ¿Qué dijo el cardenal? ¿Se contradijo el cardenal? ¿Qué dijo la víctima? ¿Se contradijo la víctima? ¿Qué dijeron los testigos? NO LO SABEMOS. Para acusar a los jueces de prevaricar hace falta algo más que cuatro tonterías…

    3. Lo que yo quisiera es que la gente que no sabemos lo que pasó no declaremos su inocencia ni su culpabilidad, me parece lo lógico, ¿por qué voy a decir que es culpable si no lo se?, ¿por qué voy a decir que es inocente si no lo se?. Pero eso de declararlo inocente por decreto-ley y luego tratar al testigo, policía, fiscalía y jueces de estúpidos o delincuentes, sin haber estado en el juicio ni saber lo que realmente pasó en el juicio solo porque se atrevieron a tocar a uno de los vuestros me parece de clan mafioso. Además a riesgo de que salga un caso más contundente, que no me extrañaría nada y os tengáis que tragar todo lo que decís

  5. Se salvara el cardenal pell,todo estan en manos de Dios,recemos por el cardenal pell
    Proverbios 16:3
    Pon en manos del Señor todo lo que haces, para que tus planes se hagan realidad.

    1. Si sois iglesia, copiarme poner un comentario y una cita biblicaa relcionada,esto conouista a la gente y da cultura de la biblia,es muy facil poneis el comentario que haceis en google y buscais bersiculo relacionado y en seguida os saldra un bersiculo.
      ideal para sacerdotes.

        1. «13.Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. 14.Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.»

          Juan, 13

  6. ¿ Cuántas condenas, con sentencia firme, incluso con ejecución en silla eléctrica, se han demostrado con el tiempo falsas ? ¿ Cuántos inocentes han entrado en la cárcel con testimonios falsos o sentencias compradas a jueces corruptos ? En el caso Pell todos los testigos están a su favor y la condena se funda en el relato, inverosímil patra más inri, de una supuesta víctima que ha optado por el anonimato más riguroso, siendo así que la otra supuesta víctima se desdijo ulteriormente. Si tan culpable es Pell ¿ cómo es que el denunciante se esconde ?. Pell no se ha escondido. Gracias juez Mark Weinberg.

    1. Si a ti te hubieran violado también te esconderías o lo negarías. Que también puede ser que sea el testimonio falso, pues sí puede ser, pero eso no lo sabemos ni tu ni yo, aunque según dijo un obispo de Australia, el testimonio es verídico pero el testigo está confundiendo al cardenal con otro clérigo, quien sabe

    2. Y por esa regla de tres, Belzunegui… TODOS son inocentes, ¿verdad? NO existen culpables…

      NO, Belzunegui. NO. La respuesta a su pregunta es «muy pocas». Un porcentaje muy muy pequeño de las sentencias se ha demostrado luego que eran equivocadas. ¿Sabe por qué? Pues porque la justicia FUNCIONA. Le guste a usted o no le guste.

      Si quiere usted mantener que este caso es uno de esos, muy pocos, en que se acusa a un inocente, venga, adelante. Ánimo. Pero oiga usted, PRIMERO léase usted la sentencia. PRIMERO póngase usted a la altura de los jueces… Y si tiene la más mínima prueba o evidencia de prevaricación… ánimo, ¿a qué está esperando? Ya… venga… a denunciarlo, que hay mecanismos.

      Si no denuncian es porque NO TIENEN NADA. Sólo chorradas.

  7. Mark Weinberg afirma: “El demandante, a veces, adornaba distintos aspectos de su relato. En algún caso, casi parecía que se agarraba a un clavo ardiendo en su intento de diluir o justificar las evidentes incongruencias entre lo que había dicho en ocasiones anteriores y lo que claramente mostraban los indicios objetivos”.
    En opinión de Weinberg, este es un caso insólito, que depende por completo de que se considere al denunciante, por encima de toda duda razonable, testigo digno de crédito. En el juicio, anota, “se instó al jurado a aceptar ese testimonio sin que hubiera confirmación independiente alguna”. En cambio, no se tuvieron en cuenta las declaraciones que cuestionaban que los hechos hubieran podido suceder en tales circunstancias. “La mera ‘posibilidad razonable’ de que esos testigos tuvieran razón debería haber llevado necesariamente a la absolución”, dice Weinberg.

  8. A juicio de Michael Cook en MercatorNet, este caso muestra la necesidad de “revisar la posibilidad de condenar a alguien por el testimonio anónimo de una sola víctima sin más pruebas que lo corroboren”. Ciertamente, los abusos de menores presentan especial dificultad cuando no son varios los denunciantes, porque no suele haber testigos ni pruebas materiales; más aún si, como no es raro, la víctima no habla hasta muchos años después. El propio Weinberg admite que en ocasiones puede estar justificado basarse solo en la declaración de la víctima, pero no cuando, como en el caso Pell, hay testimonios circunstanciales en contra.

    Hacer más estrictas las condiciones para condenar solo por la credibilidad del denunciante, señala Cook, puede llevar a que no se haga justicia a algunas víctimas y se queden sin castigo algunos culpables. Pero ese riesgo ha de ser ponderado con otro: el de privar de la libertad y la buena fama a un inocente.

  9. Desidereo

    “Yo no tengo ni idea de si es inocente o culpable. Pero un tribunal le ha declarado culpable. Y yo respeto lo que diga la justicia, SIEMPRE.“

    —-

    Es muy grave lo que dices: que no sabes… y que respetas siempre lo que dice la justicia.

    En el s. I, el gobernador de Judea condenó a Jesús, el Cristo, a morir en la cruz… Tenía potestad sobre Él para dictar sentencia, como él mismo Señor le reconoció (Jn 19, 11). Pero, ¿te parece respetable aquella sentencia?

    Aquí puedes leer la sentencia completa de apelación que condena a Pell (https://content.countycourt.vic.gov.au/sites/default/files/documents/2019-03/dpp-v-pell-sentence-2019-vcc-260.pdf).

    Si puedes entender, verás que tiene razón el prof. Bradley.

    1. Lo grave no es que no sepa yo. Lo grave es que no sepan quienes acusan a los jueces de prevaricar. Yo no tengo por qué saber o dejar de saber. Ellos sí.

        1. Repitiendo lo que otros dicen. Es habitual en los mentecatos hombres-masa modernos. Por supuesto, es una imbecilidad confiar ciegamente en la justicia de esta Tierra. El único justo juez es Jesucristo quien, a su vez, fue condenado en base a dos juicios-parodia: el judío y el romano. Eso nos enseña mucho acerca de la justicia. Y más en este tiempo de juicios paralelos instalados por la prensa nada católica.

          Desde ya que no me pronuncio sobre el caso de Pell, dado que está decretado el secreto del sumario.

          Para un católico es muchísimo más grave el delito de here.jía y cis.ma, por ejemplo, los del noPapa Bergo.glio, que el hipotético imputado a Pell. Por eso estamos en comunión con los Borgia y no con Lutero. Los Borgia no cambiaban los mapas para ir al cielo, a pesar de su conducta personal. En cambio, Bergo.glio y Lutero, los cambiaron para confundir y conducir al infierno. Sin duda, prefiero a Lutero; no hablaba en nombre de la Iglesia Católica.

        2. Pregúntele a todos esos que están opinando de lo que ignoran al defender al cardenal.

          No soy yo quien le defiende. Yo acepto las resoluciones judiciales.

      1. La trola habitual. Quienes discrepamos, quienes creemos lo que dice el artículo, acusamos de PREVARICACIÓN.
        No he sido capaz de encontrar esa palabra en el artículo, ¿nos ayudas a encontrarla?
        tic-tac, tic-tac,
        ¡Qué te pasa! ¿no la encuentras?

        1. «consiguieron un jurado que dictara sentencia con el veredicto que ellos querían»

          Aquí lo dice muy clarito. No menciona la palabra «prevaricar», pero «buscar un veredicto», al margen de los hechos probados, se llama así: «prevaricar». Yo diría que eso que dice es más que prevaricación… porque hay una especie de conspiración, además de dictar una sentencia condenatoria cuando saben que la correcta es la absolución.

          Más claro agua… pero «¡Ey! no aparece la palabra prevaricación por ninguna parte…». Acostúmbrese a mirar un poco más allá de sus narices, anti-troll. Lo que TODO el mundo está diciendo por aquí es que los jueces prevaricaron. Es IMPOSIBLE que el cardenal sea culpable (lo ha dicho Infovaticana en uno de estos artículos). IMPOSIBLE. Está clarísimo. ¿Qué otra alternativa queda que la prevaricación?

      2. «los jueces prevaricaron» Ningún comentarista ha dicho tal cosa, el artículo tampoco. Esa afirmación es la trola típica de un trol.
        Nadie debería caer en estas provocaciones. NAAT

    2. En la sentencia de apelación se dice poco sobre los hechos. Habla de la «evidencia» dada por la víctima en el juicio. ¿Cuál es esa evidencia? ¿Lo sabe usted?

          1. Con o sin abogado, la sentencia es justa o injusta (respetable o no respetable).

            En el “juicio” al Señor, Cristo fue su propio abogado. Y abogó con base en el mejor de los argumentos: la verdad. El que es de la verdad oye/ entiende su vos. Pero a Pilato la verdad le interesaba poco.

            Con o sin abogado, un juez ha de dictar sentencia con base en la verdad acreditada en juicio, sobre la base de evidencias confiables. El testimonio de la víctima, ¿vale más per se que el testimonio del demandado?

          2. Con o sin abogado, la sentencia es justa o injusta (respetable o no respetable).

            En el “juicio” al Señor, Cristo fue su propio abogado. Y abogó con base en el mejor de los argumentos: la verdad. El que es de la verdad oye/ entiende su vos. Pero a Pilato la verdad le interesaba poco.

            Con o sin abogado, un juez ha de dictar sentencia con base en la verdad acreditada en juicio, sobre la base de evidencias confiables. El testimonio de la supuesta / presunta “víctima”, ¿vale más per se que el testimonio del demandado?

          1. La evidencia ES la sentencia. Está en LA SENTENCIA. Sin tener la sentencia, no se puede hablar. PUNTO.

            ¿Tiene usted la sentencia? ¿La ha leído? NO, ¿verdad? Pues entonces NO SE ATREVA a acusar a los jueces de prevaricadores. Punto.

        1. Y no le hace falta acudir tan lejos… La sentencia de la Inquisición sobre Galileo tampoco me parece respetable. Pero se aplica la misma doctrina. Australia es un país avanzado, con un estado de derecho consolidado, etc… compararlo con la Inquisición, por ejemplo, es un tanto ridículo.

          1. ¿Ahora (reconoces que) haces el ridículo? ¿Quién, sino tú, saca a colación el caso Galileo, para decir que comparar ese caso con el de Pell “es un tanto ridículo”?

          2. No… Quien hace el ridículo es usted al comparar esta sentencia con la de Cristo. Fue usted quien hizo una comparación ridícula. Y yo le mostré OTRA comparación ridícula (la de Galileo). Pero no tiene NADA que ver con un Estado de Derecho… ¿No es obvio?

  10. no sé cómo acabará esta historia, lo que está claro es que las tribulaciones al santo le sirven para unirse más por el Amor Divino a Cristo y sus divinas intenciones, que solo en el cielo comprenderemos. Si este Cardenal Pell es inocente, todo esto le llevará a una aún mayor santidad y unión con Dios de tal forma que reverbere, mística- y verdaderamente para Bien de toda la Iglesia. Si fuera culpable, que le sirva para arrepentimiento y conversión a Cristo de manera más profunda y definitiva. Así que sea inocente como culpable, deseamos y oramos que le sea para Bien.

  11. La verdad es que Jose y Desidereo me tienen podrido,
    Es razonable dejar que sistematicamente infecten el sitio haciendo ostentacion y promocion de su homosexualidad ?

    No es bastante con la omnipresente propaganda de los LGTBIxyzbiugbufwhebv que tambien hay que darles espacio en infovaticana ?

    Sinceramente creo que no.

      1. LGTBI+ista sí, y acusador de homofobia, discurso del odio, etc. a disidentes del LGTBI+ismo.
        Estoy de acuerdo en que no se debe dialogar con troles.
        Apréndanse esto: N.A.A.T (no alimentar al trol)

        1. Hombre… tampoco diría que soy especialmente LGTBIista… o como quiera llamarle.

          Básicamente lo que quiero es que dejen ustedes de hacer propaganda de su odio a quienes llevan una vida distinta. ¿Por qué motivo hay que meterse con los homosexuales todo el tiempo? No lo entiendo… ¿Soy pro-LGTB por eso? NO, lo cierto es que NO. Defendería igualmente a un negro, a un moro, o a un católico que fuera discriminado por su condición sexual, creencia, etc…

          ¿Por qué? Pues porque YO CREO EN LA LIBERTAD.

    1. Prefiero la libertad de expresión que exhibe Infovaticana, incluso la otorgada a los molestos trolls, que la censura de otros sitios considerados «serios» que demuestran una debilidad de razonamientos alarmante por su falta de argumentos para encarar la lucha por la verdad que todo católico debe dar.

      Esos sitios y blogs son los que me tienen podrido.

      He planteado mis quejas que no han tenido eco. No resisten el debate, prefieren vivir en la burbuja de autocomplacencia, dando paso sólo a comentarios que estén acordes con la especiosa “línea editorial”. Además, tienen miedo de perder subvenciones y privilegios.

      Sin duda, Infovaticana, siendo perfectible, así como está es el mejor portal católico en español.

  12. Comparto el punto de vista de Chester Ton, aquí hay que medir lo que uno expresa, mientras los que apoyan, promueven y hacen apología de la promiscuidad no los se censura… Inaudito! Esto es una página católica y el que no tenga la Fe católica que no confunda; ya bastante con resistir a la confusión general.

    1. Si bien la apología de la promiscuidad no es cosa buena es muchísimo más dañina la apología de los excomulgados, here.jes y cismát.icos, en especial de aquellos que muestran cartel de «católicos».

  13. Yo opino, que más que hacer tantos análisis, los que pueden ser muy importantes, todos, sin excepción, debemos ORAR mucho por este hombre, pidiendo a Dios que si es culpable tenga tiempo de arrepentirse y su alma no se pierda; lo mismo, si es inocente que el Espíritu Santo haga brillar la verdad y pueda perdonar a quienes lo hubieran llevado a situación tan ignominiosa.
    En la Santa Misa, en el Santo Rosario, en nuestra oración personal, seamos generosos y oremos por este hombre.
    DIOS SABE LA VERDAD. NOSOTROS CONJETIRAMOS.

  14. A mí me parece un excelente artículo. Y lo que dice es preocupante, ya que se dictan sentencias condenatorias basándose en el testimonio acusatorio una vez que se acepta su verosimilitud (y en cambio el testimonio del acusado, aunque sea igual de verosímil, no se acepta, casi tiene que probar su inocencia), en este y en otros muchos casos que no tienen nada que ver.

    1. Pero vamos a ver: ¿Conoce usted el testimonio del acusado? ¿Cómo narices puede usted decir que su testimonio es «igual de verosímil» si no lo conoce? ¿Sabe usted si el acusado se contradijo o cambió de versión?

  15. En estos y otros temas la ley del péndulo hace que se pase de la «ley del silencio» a la «caza de brujas». Por ejemplo la pedofilia en la enseñanza estatal francesa; hasta 1997 la administración «camouflait soigneusement les affaires de pédofilie” (casos como el de Jacky Kaisersmertz maestro condenado a 18 años por violacion a menor de 10 años), pero también se fue el péndulo al otro extremo _“la caza de brujas”_, otorgando crédito legal a acusaciones sin pruebas, el 73% nada menos, consecuencia lógica del pensamiento de los responsables políticos que lo promovieron_, los ministros [Claude Allègre y Ségolène Royal (autora de la “circulaire Royal”)] estimaban que, si un niño es protegido al precio de nueve enseñantes acusados por error, el objetivo estaba cumplido.

  16. * Eminencia, se le acusa de bilocación, ya que su cuerpo corporal se paró afuera de la catedral y habló con docenas de personas al mismo tiempo que en la sacristía.

    * Cardenal Pell, se le acusa de hacer magia con sus vestimentas, por lo que puede exponerse bajo diferentes capas de ropa pesada, al mismo tiempo que ataca a su víctima.

    * Pell, debes haber sido ayudado por demonios, ya que lo anterior solo podría haber sido manejado por alguien con cuatro manos.

    * Pell, bribón, lanzaste un hechizo de olvido, para que la víctima no recordara nada sobre el evento hasta 20 años después, y ni siquiera podía recordar cuándo sucedieron los eventos; y por lo tanto le hizo imposible llamar a testigos para probar que no había pasado nada.

    1. Qué gracioso que es usted, Belzunegui. Ante sus gracietas y sus tonterías, está LA REALIDAD.

      LA REALIDAD es que Australia es un país civilizado, no una república bananera. La realidad es que el cardenal ha tenido un juicio justo. La realidad es que usted, como yo, no tiene ni puñetera idea de qué pruebas se expusieron en el juicio. Puede que el cardenal dijese que estaba fuera, cuando un testigo (no la víctima) dice que no, que lo vio ir hacia adentro… y le pillaran mintiendo. Puede que se contradijese… etc.

      Esa es LA REALIDAD. Y por eso está en la cárcel…

      La imaginación, la inventiva… el mundo paralelo, es el de quienes acusan a los fiscales (varios) jueces (varios), jurado (varios) etc, etc… de prevaricar, de complot, de conspiración… etc. Si tuvieran algo, ahí está la justicia para denuncia por prevaricación.

  17. «diversas investigaciones del FBI y de los servicios de inteligencia norteamericanos, integradas en el «Proyecto Venona», parecen haber encontrado evidencias de que Julius Rosenberg trabajaba para los servicios de espionaje soviéticos, pero no así su esposa Ethel Rosenberg (por ende inocente), ambos acusados, juzgados, condenados y ejecutados por haber pasado información que _según las memorias de Nikita Jruschov_ supuso una «muy significativa ayuda en acelerar la producción de nuestra bomba atómica».
    Si cito este caso es porque se produjo durante el «Mccarthismo» y, técnicamente Ley de Espionaje de 1917, que se les aplicó no era procedente, al no estar en guerra oficial contra la URSS.

    1. A ver… Mig. ¿Qué me quiere decir usted? ¿Que existen «fallos» en la justicia»? Pues claro. ¿Y? Somos humanos, y cometemos fallos.

      Si lo que me quiere decir usted, aparte de eso, es que USTED está más capacitado que esos jueces para dictar sentencia, a la vista de «parte» o NADA de lo dicho en el juicio… pues mire usted, la respuesta es NO. Usted NO está más capacitado que esos jueces para dictar sentencia. PUNTO.

      Si lo que pretende decirme es que esos jueces, fiscales, jurado, etc… PREVARICARON (porque si siendo tan claro que es inocente dictaron culpable, a eso se le llama prevaricar), soy todo oídos. Pero por favor, diga usted algo CON CHICHA. O diga ALGO al menos…

      Pretender que el ordenador DEL ACUSADO es en realidad un ordenador PUBLICO porque no tenía contraseña… en fin, ridículo.

      Y así todo. Ridículo.

      1. Hola troooooooooool, tú a lo tuyo, troooolas.
        «diga ALGO al menos»
        Pues va a ser que no. Hay muchos que opinan lo
        m i s m o
        que yo
        N A A T
        no alimentar al trol

  18. Te propongo este artículo » Crímenes que cambiaron España (y VI) ‘La Manada’: Cuando se dejó de culpar a la víctima por ir sola y borracha»
    Y este comentario (que no es mío) «Es cierto que este caso ha cambiado España. Es la primera vez, en la España democrática, que no sirven de nada las pruebas en un juicio, que lo que cuenta es el linchamiento de la calle.»

    1. ¿? Pero vamos a ver… anti-troll. ¿A usted le parece normal que a esa chica le robasen el móvil? ¿Que la grabasen sin su permiso, y publicasen el vídeo?

      Es un tanto ridículo, cuando EL PRIMER JURADO dijo que ERAN CULPABLES (de acoso, no de violación). Pero en fin… que no sé por qué me trae usted una y otra vez eso de la manada aquí… me importa un comino lo de la manada. Fueron juzgados y condenados. PUNTO. Como debe ser…

      Si a usted le parecen unos «chicos de bien», unos «buenos católicos»… no sé… hágaselo ver.

  19. o este
    «No ha cambiado nada. Soy de Pamplona y puedo asegurar que las borrokas feministak se movilizaron porque había un militar y un guardia civil. Desde entonces han desaparecido a pesar de haber una manada a la semana. «

  20. O este otro: «lo podríais titular «la muerte de la justicia independiente, el triunfo de la turba». No es que la justicia española pre-Manada fuera ejemplo de nada, pero lo que se ha visto en el caso de La Manada es lamentable. Hemos llegado a ver como políticos y medios de comunicación señalaban a jueces, todo porque la turba así lo pedía. La normalización de actos propios de repúblicas bananeras.»

  21. «De cómo la turba de la prensa y de los partidos políticos convirtieron en un hito histórico una denuncia falsa por violación, motivada por el simple hecho de que le robaran el móvil a una ninfómana con sobrepeso que quiso evitar por todos los medios que sus padres supieran a qué se dedicaba cuando salía de casa. La indecencia disfrazada de causa noble. Ascazo hasta la náusea.»

  22. «Crímenes que cambiaron España», debe referirse usted al crímen que está cometiendo el periodismo panfletero contra todo hombre hetero, blanco y español. Ya no somos pareja, amante o compañero, nos han convertido en presuntos violadores. ¿Puede usted mirar a la cara a su hermano, marido, padre o hijo y no enrojecese de vergüenza? No se preocupe, dentro de no tanto, ya no tendrá que mirarlos a la cara porque caminará detrás de ellos con su velo en la cabeza.

    Enlazando con esto, mi querido Desidereo anticatólico, el mayor castigo que puede ocurrir a los comecuras de tu ralea es llegar a tener éxito, y que tengáis _como en Barcelona_ a los de la religión de paz.
    Disfrutad de lo votado con los MENAS.

    1. ¿? «Religión de paz» es una frase un tanto paradójica… Las religiones siempre son de guerra. La católica, ahora, afortunadamente ya no manda… y por eso no tenemos Guerras Santas, Inquisición, etc… cuando mandó es cuando vimos lo que ES la Iglesia Católica y lo que SON los católicos… como vimos lo que ES el comunismo cuando mandaron… ¿verdad?

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