Guadalupe Ortíz de Landázuri, la primera mujer beata del Opus Dei

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Este sábado 18 de mayo será beatificada la madrileña Guadalupe Ortiz de Landázuri, fallecida el 16 de julio de 1975.

 

A continuación, les mostramos la biografía de la futura beata publicada en la página web del Opus Dei: Guadalupe Ortiz de Landázuri nació en Madrid, España, el 12 de diciembre de 1916. Era la cuarta y la única chica del matrimonio de Manuel Ortiz de Landázuri y Eulogia Fernández-Heredia. Sus padres la educaron en la fe cristiana. Cuando era pequeña, murió su hermano Francisco, que la precedía. Con 10 años, se trasladó con su familia a Tetuán, en el norte de África, por el trabajo de su padre, que era militar. En su infancia destacaban ya dos rasgos definitorios de su personalidad: la reciedumbre y la valentía.

En 1932 regresaron a Madrid, donde acabó el bachillerato en el Instituto Miguel de Cervantes. En 1933 se matriculó en la carrera de Ciencias Químicas en la Universidad Central. Era una de las 5 mujeres de una clase de 70. Más tarde, empezó el doctorado porque quería dedicarse a la docencia universitaria. Sus compañeros de universidad la recuerdan seriamente dedicada al estudio, con gran simpatía y amante de lo imprevisto.

Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), su padre fue hecho prisionero y, finalmente, condenado a ser fusilado. Guadalupe, que tenía entonces 20 años, junto con su hermano Eduardo y su madre, pudo despedirse de él horas antes de su muerte y darle serenidad en esos duros momentos. Perdonó de corazón a los que habían decidido la condena de su padre. En 1937, consiguió pasar con su hermano y su madre a la otra zona de España, donde se encontraba su hermano Manolo. Se instalaron en Valladolid hasta el final de la guerra.

Volvieron a Madrid en 1939. Guadalupe comenzó a dar clases en el colegio de La Bienaventurada Virgen María y en el Liceo Francés. Un domingo de 1944, al asistir a misa se sintió “tocada” por la gracia de Dios. Al regresar a su casa, encontró a un amigo al que manifestó su deseo de hablar con un sacerdote y éste le facilitó el teléfono de Josemaría Escrivá. El 25 de enero acudió a una cita con él en el que era el primer centro de mujeres del Opus Dei, en la calle Jorge Manrique. Guadalupe recordaba ese encuentro como su descubrimiento de la llamada de Jesucristo a amarlo sobre todas las cosas a través del trabajo profesional y de la vida ordinaria: ese era el mensaje que Dios quería recordar a los hombres sirviéndose del Opus Dei.

Después de considerar el asunto en la oración y de asistir a unos días de retiro espiritual, el 19 de marzo decidió responder que sí al Señor. Guadalupe tenía 27 años. A partir de ese momento, intensificó su trato con Dios. Cumplía con amor sus ocupaciones y buscaba pasar ratos de oración junto al sagrario.

El Opus Dei estaba en sus primeros años y, entre las tareas que había que llevar a cabo, era importante atender la administración doméstica de las residencias de estudiantes que se estaban poniendo en marcha, en Madrid y en Bilbao. Guadalupe se dedicó durante unos años a estas labores. Eran años de escasez y cartillas de racionamiento y, a estas dificultades exteriores, se sumaba su esfuerzo por aprender un trabajo para el que no tenía especial habilidad. No por eso menguó su pasión por la Química y, siempre que podía, continuaba estudiándola.

Durante el curso 1947-1948 fue la directora de la residencia universitaria Zurbarán. Conectaba fácilmente con las universitarias, que respondían con confianza a la paciencia y al cariño que les mostraba y al sentido del humor con que les ayudaba en su vida académica y personal.

El 5 de marzo de 1950, por invitación de san Josemaría, fue a México para llevar el mensaje del Opus Dei a esas tierras. Iba muy ilusionada con el trabajo que se haría en este país, bajo el amparo de la Virgen de Guadalupe. Se matriculó en el doctorado de Ciencias Químicas, que había empezado en España. Con quienes la acompañaron, puso en marcha una residencia universitaria. Fomentaba en las residentes que tomaran en serio su estudio y les abría horizontes de servicio a la Iglesia y a la sociedad de la que formaban parte. Destacaba su preocupación por los pobres y ancianos.

Entre otras iniciativas, creó con una amiga —médico de profesión— un dispensario ambulante: iban casa por casa en los barrios más necesitados, pasando consulta a las personas que allí vivían y facilitándoles los medicamentos gratuitamente. Impulsó la formación cultural y profesional de campesinas, que vivían en zonas montañosas y aisladas del país y que muchas veces no contaban con la instrucción más básica.

Guadalupe tenía un gran corazón y un carácter resuelto, que procuraba dominar esforzándose por expresarse con delicadeza y suavidad. Su optimismo cristiano y su sonrisa habitual atraían, y esa alegría se expresaba muchas veces en canciones, aunque no cantase especialmente bien. Recuerda Beatriz Gaytán, historiadora: “Siempre que pienso en ella oigo, a pesar del tiempo trascurrido, su risa. Guadalupe era una sonrisa permanente: acogedora, afable, sencilla”.

Durante los años que estuvo en México fue una de las impulsoras de Montefalco, una ex hacienda colonial que entonces estaba en ruinas y que hoy es sede de un centro de convenciones y casa de retiros y de dos instituciones educativas: el Colegio Montefalco y la escuela rural El Peñón.

En 1956 se trasladó a Roma para colaborar más directamente con san Josemaría en el gobierno del Opus Dei. En ese año se desatan los primeros síntomas de una afección cardíaca y debe ser operada en Madrid. A pesar de la buena recuperación, su cardiopatía se hace más grave y debe regresar definitivamente a España.

Retoma la actividad académica y empieza una investigación sobre refractarios aislantes y el valor de las cenizas de la cascarilla de arroz para los mismos. Este trabajo ganó el premio Juan de la Cierva y concluyó en una tesis doctoral que defendió el 8 de julio de 1965. A la vez, desarrolló su tarea docente como profesora de Química en el InstitutoRamiro de Maeztu durante dos cursos, y en la Escuela Femenina de Maestría industrial —de la que llegó a ser subdirectora— durante los diez años siguientes.

A partir de 1968 participa en la planificación y puesta en marcha del Centro de Estudios e Investigación de Ciencias Domésticas (CEICID), del que será subdirectora y profesora de Química de textiles.

Quienes coincidieron con ella recuerdan que era más comprensiva que exigente con las personas, y que se veía que buscaba a Dios a lo largo del día: se sabía mirada por Él y por la santísima Virgen, siempre que podía hacía breves visitas al sagrario, para hablar a solas con Jesús sacramentado, a la vez que pensaba en sus alumnos al preparar con rigor y dedicación las clases. Tenía muchas amistades, a las que dedicaba tiempo y sus mejores energías sin descuidar a quienes convivían con ella, a las que atendía con mucho cariño.

A pesar de su enfermedad cardíaca, Guadalupe no se quejaba y procuraba que no se notase el cansancio que le producía caminar, subir escaleras, etc. Se esforzaba por escuchar con interés a los demás y quería pasar inadvertida, buscando centrar la conversación en los otros.

En 1975, los médicos deciden que la mejor opción es operarla y deja su casa en Madrid para ingresar en la Clínica Universidad de Navarra. El 1 de julio es operada. Pocos días antes, el 26 de junio, había fallecido en Roma el fundador del Opus Dei. Guadalupe recibió la noticia con gran dolor pero con la paz y la alegría de saber que ya gozaba de Dios.

Ella misma, a los pocos días, iba a enfrentar su propia muerte con esa serenidad: aunque el resultado de la operación fue satisfactorio, cuando estaba recuperándose sufrió una repentina insuficiencia respiratoria. Murió el 16 de julio de 1975, fiesta de la Virgen del Carmen. El 5 de octubre de 2018 sus restos fueron trasladados desde Pamplona al Oratorio del Caballero de Gracia de Madrid.

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Comentarios
12 comentarios en “Guadalupe Ortíz de Landázuri, la primera mujer beata del Opus Dei
  1. Yo, visto lo visto con la beatificación de Angelelli, no me fío de ninguna durante este desastroso pontificado. Lo siento, Guadalupe. Probablemente es esto lo que quiere Francisco: devaluar las canonizaciones como está devaluando la doctrina, la moral, la liturgia, el episcopado, el sacerdocio, el cardenalato, los sacramentos, todo, absolutamente todo.

  2. He intentado seguir la Santa Misa a través de TRECE TV pero ha sido un suplicio gracias a los dos «comentaristas, ambos confesos de la Obra, que con una gran dosis de falta de respeto hacia lo que se estaba retransmitiendo y con una gran dosis de mala educación hacia los que -por no tener más remedio- tenemos que seguir la Santa Misa desde nuestras casas, no han parado de intervenir e interferir, incluso durante momentos -entre otros- tan relevantes como el rezo del Credo y del Padrenuestro. Tal ha sido la molestia y «el cabreo» que terminado el Padrenuestro y pedir al Señor perdón, he apagado la TV y he dejado la Misa para las siete de la tarde en EWTN (creo que se escribe así) que aunque estadounidenses la retransmiten con toda dignidad y respeto.

  3. Fazio ha sido nombrado vicario auxiliar. Fazio es el que recriminó, saltándose al prelado, a Ettore Gotti Tedeschi y demás firmantes del Opus Dei de la corrección filial, aunque luego reconoció que la Amoris es manifiestamente memorable en cuanto a claridad. Yo creo que es clarísima, pero en sentido totalmente opuesto a como la interpretan en el Opus Dei, saltándose las leyes de la lógica y del raciocinio. Pretender conjugar Amoris y Tradición es imposible. ¿ Para qué se redactó la Amoris sino para introducir el divorcio por la vía de la comunión, sacrílega claro ? El Opus Dei está en la encrucijada y no sabe por donde tirar. Esa incertidumbre lo está matando. Ya no es lo que era: una gran Catequesis.

    1. En el Opus tienen gente divorciado, y quieren arreglar el tema. Pretenden decir que mucha gente se casa sin saber lo que hace. Como si todos nuestros antepasados que se casaban por la iglesia, o bien por apabralamientos familiares mediante contratos entre ellos, los contrayentes nunca hubieran sabido lo que hacían. Sus contradicciones les está matando, porque quieren seguir con esa tontería de que con Pedro y Pedro y Pedro, aunque sea y de la forma que sea. Ahora dicen que la iglesia está mal y muy mal, pero no es culpa de Pedro, será de los marcianos, digo yo. Muchos seguidores están desconcertados entre los que predicaba el opus hace 6 años y lo que oyen a Francisco y Compañia, pero en el opus se aferran a que nada ha cambiado y son todo bulos de periodisas malintencionados que lo tergiversan todo.

    1. El 19 de diciembre de 2009, Benedicto XVI lo declaró venerable. Un milagro atribuido a su intercesión fue analizado y considerado inexplicable según la ciencia, por lo que tras diversas reuniones, el papa Benedicto XVI autorizó la beatificación de Juan Pablo II en enero de 2011.48​49​50​ La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 1 de mayo de 2011 (Domingo de la Divina Misericordia).
      A principios de 2011 el padre Federico Lombardi, portavoz de la Casa Pontificia, anunció la fecha de la beatificación51​ y el traslado de sus restos mortales, que hasta entonces se encontraban en la cripta vaticana, hasta la capilla de San Sebastián de la Basílica de San Pedro, contigua a la de la Piedad de Miguel Ángel.
      Este proceso de beatificación ha sido catalogado como el más corto de la historia moderna de la Iglesia Católica, ya que duró seis años y 30 días, superando en un mes el de Teresa de Calcuta. previo milagro del que Francisco dispensó, indebidamente, a Juan XXIII:

  4. Solo semillas
    Solo semillas Cuentan que un joven paseaba una vez por una ciudad desconocida, cuando, de pronto, se encontró con un comercio sobre cuya marquesina se leía un extraño rótulo: «La Felicidad». Al entrar descubrió que, tras los mostradores, quienes despachaban eran ángeles. Y, medio asustado, se acercó a uno de ellos y le preguntó.
    «Por favor, ¿qué venden aquí ustedes?» «¿Aquí? -respondió el ángel-. Aquí vendemos absolutamente de todo». «¡Ah! Dijo asombrado el joven. Sírvanme entonces el fin de todas las guerras del mundo; muchas toneladas de amor entre los hombres; un gran bidón de comprensión entre las familias; más tiempo de los padres para jugar con sus hijos…» Y así prosiguió hasta que el ángel, muy respetuoso, le cortó la palabra y le dijo: «Perdone usted, señor. Creo que no me he explicado bien. Aquí no vendemos frutos, sino semillas.»
    Cada día con la Virgen María rezamos el Santo Rosario.

  5. De la carta del Papa al respecto de la beatificación:

    “ayudando de modo especial a otras mujeres y a sus familias necesitadas de educación y desarrollo. Y todo esto lo realizó sin ninguna actitud proselitista sino sólo con su oración y su testimonio”

    Decía San Josemaría que si un hijo suyo no era proselitista no era buen hijo suyo. Además no sé qué burra le habrán vendido a Francisco, pero esas iniciativas de desarrollo para mujeres de familias pobres eran casas en las que se formaba a sirvientas de orígenes pobres para que sirvieran como numerarias auxiliares, es decir, como servicio doméstico 24/7 en los centros de la obra

    1. Ese párrafo de la carta no puede ser más zafio, ni más malintencionado.
      Y la nueva beata se moriría también de pena si lo hubiera sabido durante su vida.
      Por lo que cuentan de su vida, ella no dejó de hacer proselitismo desde que se incorporó al Opus Dei, como le debieron pedir continuamente las personas responsables de su formación, siguiendo la predicación constante de San Josemaría.
      Pero no son pocos los que sospechan las razones que hay para que el Opus Dei se tenga que tragar esos «sapos».

  6. Becciu lo mismo beatifica a la proselitista, mal que le pese a Francisco, Guadalupe, que al marxista predicador de la lucha de clases Angelelli. ¡ Marchando otra beatificación ! ¿ A quien hay que contentar con la siguiente para que Francisco goce de un apoyo que va perdiendo ? No me extraña que la hija de Aldo Moro haya pedido ¡ paren esto, por favor !

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