El Papa pide a los peluqueros que eviten el ‘chismorreo’

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Discurso del Santo Padre a los Peluqueros del Comité San Martín de Porres, de Italia, a quienes recibió en audiencia este lunes, en la Sala Clementina del Vaticano, en ocasión de su peregrinación a Roma.
(Renato Martinez/Vatican News)- “Ejerciten su profesión con estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y cortesía, y siempre ofreciéndoles una buena palabra y ánimo, evitando caer en la tentación de la habladuría que se insinúa fácilmente en su ambiente de trabajo, como todos sabemos”, lo dijo el Papa Francisco a los Peluqueros del Comité San Martín de Porres, a quienes recibió en audiencia, este lunes 26 de abril, en la Sala Clementina del Vaticano, en ocasión de su peregrinación a Roma.

En su discurso, el Santo Padre saludó a los miembros de este Comité que agrupa a los peluqueros, peluqueras y esteticistas de diversas regiones italianas, que llegaron a Roma en peregrinación a las tumbas de los Apóstoles y para encontrarse con el Sucesor de Pedro. “Esta peregrinación – precisó el Pontífice – es un signo de la importancia que atribuyen a la fe cristiana, así como de la dimensión religiosa que caracteriza a su asociación. Esto se puede ver en el hecho de que está dedicado a un santo, el peruano Martín de Porres. Él, como mestizo, fue aceptado en la Orden de los Padres Dominicos sólo como terciario y luego como hermano colaborador. Aceptó esta condición viviendo una existencia de máxima humildad, irradiada por el amor. Se dedicó con abnegación a los pobres y a los enfermos, proporcionándoles asistencia sanitaria, gracias a las nociones que aprendió primero en una farmacia y luego como alumno de un barbero-cirujano, según la costumbre de la época”.

En este sentido, el Papa Francisco dijo que, la humilde y gran figura de San Martín de Porres, a quien el Papa Pablo VI proclamó patrón de su categoría en 1966, les ayuda a dar un testimonio constante de los valores cristianos. “Los anima, sobre todo, a ejercitar su profesión con estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y cortesía, y siempre ofreciéndoles una buena palabra y ánimo, evitando caer en la tentación de la habladuría que se insinúa fácilmente en su ambiente de trabajo, como todos sabemos”. Asimismo, el Santo Padre los alentó a que cada uno pueda actuar siempre con rectitud, haciendo así una contribución positiva al bien común de la sociedad.

Antes de concluir su discurso, el Pontífice invocó sobre cada uno de ellos y sobre su Asociación, así como sobre sus colaboradores y familiares, los dones del Espíritu Santo y les pidió que oren por él y les impartió la Bendición Apostólica.

Publicado en Vatican News.

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Comentarios
15 comentarios en “El Papa pide a los peluqueros que eviten el ‘chismorreo’
  1. ¿ No les pide nada más a los peluqueros católicos ? San Josemaría Escrivá les pedía, habida cuenta del contacto con tantas personas, que aprovecharan las ocasiones apostólicas que ofrece su profesión, pero ya sabemos que Francisco no es nada amigo del apostolado y hasta ha llegado a calificar el proselitismo como el peor pecado contra el ecumenismo, en aras del cual debemos sacrificar nuestras convicciones y afanes apostólicos.

  2. –Peluqueros chismosos. ¿Algún tópico cutre más sobre nuestra profesión, Santo Padre?

    –¡Pero si le siempre dice lo mismo a todos!

    –Oh sí, olvidaba el carisma de la originalidad con que dota el Espíritu Santo a Francisco. Y lo bien que le inspira sus discursos…

  3. Entonces: no se puede hablar de fútbol,baloncesto,ciclismo,etc,etc…? O del tiempo que hace; o preguntar que tal está la familia…? Todas las conversaciones siempre tienden a hacer preguntas y contestar respuestas. Es lo normal; lo de toda la vida. Y ahora viene Jorgefrancisco a decir que mucho cuidadito con lo que se dice; que si no los misericordioso a todos! Así nos va y así nos irá con este hosco antipático!

      1. Si se dejó llevar del tópico del «peluquero cotilla» para aconsejar al gremio, no tiene nada de amable, pero si no fue el caso y se dejó llevar de lo que brotó de su corazón, ya sabemos lo que lleva dentro. Piensa el ladrón que todos son de su condición.

      2. Pues sea lo que dices. Amalo y que él te ame. Que os améis como queráis EN TODOS LOS SENTIDOS… Pero no impongas tus teorías a los demás. Por cierto te llamo idiota y me condenó gustosamente.

  4. Este hombre tiene la mentalidad de siglos anteriores, en donde en las barberías se chismorreaba y se corrían las voces del pueblo, donde las costureras, donde los que arreglaban zapatos, en la taberna jugando al julepe o al dominó. Francisco ¡por Dios!, que hoy en día en las peluquerías y otros establecimientos existe una gran profesionalidad, por no decirle que usted vive en el siglo de oro español con el cura y el barbero, y donde las vecinas con la puerta entreabierta se pasaban media mañana cotilleando. Muchas de las peluquerías están en Centros Comerciales, y no existe la peluquería del pueblo, hay una gran profesionalidad.

  5. Santa Catalina, la de Siena nos recuerda que: ‘Si una herida no se limpia con hierro candente y el bisturí del cirujano cuando es necesario, se infectará y, al final, acarreará la muerte. Poner ungüentos puede ser agradable para el enfermo, pero no mejorará con ellos.’ En esas estamos. Lo de los peluqueros chismosos mejor lo olvidamos por un mínimo de vergüenza torera, fruto de algún mal desconocido, junto con la historia de que el Papa Francisco quiere más mezquitas. Esperemos que no sean el objeto de su próximo donativo que todo es posible y a nadie sorprendería.

  6. Todas las semanas el mismo hombre va a la peluquería y desde la puerta le pregunta al peluquero:
    – ¿Cuánto tiempo te falta para que me puedas hacer un corte de pelo?
    El peluquero mira alrededor de la peluquería y dice:
    – Como dos horas y media.
    Y el hombre, una vez más, se va
    El peluquero llama al aprendiz que estaba a punto de enjabonar la cabeza a un cliente y le dice:
    – Oye, Manolo, ven p’acá.. Mira, me sigues discretamente a ese señor que acaba de salir y ve a ver dónde va. Lleva varias semanas que viene, pregunta en cuánto tiempo le puedo hacer un corte de pelo pero después nunca regresa. A lo que veas donde ha ido, te vuelves rápido y me lo dices.
    Un rato después, Manolo vuelve a la peluquería, riéndose histéricamente. El peluquero le pregunta:
    – Manolo, ¿por fin a dónde fue el hombre después de pasar por aquí?
    El aprendiz, con lágrimas en los ojos de tanto reírse, le dice:
    – ¡Paco…..A TU CASA!

  7. Hay que ver lo que hay que hacer para conseguir titulares y que nos olvidemos de la gravísima acusación de Viganó, confirmada por su silencio culpable.

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