‘El piso de la tía soltera’, la cruda realidad tras la ‘muerte digna’

Por su interés recogemos el artículo publicado hoy en El Mundo por Emilia Landaluce
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El lunes Pedro Simón contó en su columna que Rafael Garcíahabía muerto el mismo día en el que Ángel Hernández había sido detenido por ayudar a morir a su esposa. Cuatro días antes, Pedro había publicado un angustioso reportaje en el que García, enfermo de ELA, explicaba sus estragos. La pérdida de uno mismo, el extrañamiento del propio cuerpo, las flemas, los atragantamientos… Saber de su muerte produce cierto alivio aunque finalmente no hubiera sido mediante la eutanasia que desde estas mismas páginas pidió.

Gustavo Bueno no creía en los derechos negativos. Por eso habría que buscar una fórmula quizá diferente a lo que los medios (la política) llaman «derecho a morir» dignamente. En cualquier caso se trata de un asunto tan complejo que no se puede despachar en 400 palabras ni tampoco en 2.000. O en un millón.

Porque al mismo tiempo que existen las familias que acompañan a los suyos hasta que no aguantan (o no quieren hacerlo) más, están también lo que denominaremos nueras hijas de puta. O, por ahorrarnos la acusación de machismo: el sobrino codicioso del piso en propiedad de la tía solterona.

En Cuando el final se acerca: cómo afrontar la muerte con sabiduríaKathryn Mannix explica algunas de las miles de muertes que presenció en la unidad de cuidados paliativos que dirigió. Y, pese que algunos ya estaban sentenciados, arañaban los días para vivir un poquito más. Para ver casarse a una hija o para saber qué pasaba en el equivalente inglés de Acacias. Uno puede tener cientos de motivos para vivir.

Para morir basta el sufrimiento físico, emocional. Y a veces ese dolor es causado por la crueldad. Muchos hemos visto a hijas que se desviven por sus madres. La dedicación, el amor, el sacrificio personal. En el otro extremo está el maltrato silenciado a los ancianos, su soledad. Ese mascullar de «a ver si se muere ya el viejo» que dispensan familiares sin alma. O esas cuentas frías que han de cuadrar los sistemas sanitarios públicos y pueden decidir que tal operación de cadera no merece la pena para una señora de 85 años que está como un tiro de bien. Y, así, del abandono material puede nacer el deseo de morir…

No sé si se acuerdan de los 325 cadáveres de ancianos que nadie reclamó en la ola de calor en Francia en agosto de 2003. Ya se sabe, las vacaciones eran más importantes que el abuelo. No, no todo es tan sencillo.

Artículo publicado originalmente en elmundo.es

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Comentarios
5 comentarios en “‘El piso de la tía soltera’, la cruda realidad tras la ‘muerte digna’
  1. Como no nacen niños que puedan cotizar mañana a la inseguridad social, hay que matar a ancianos, discapacitados y enfermos para que los números cuadren, a petición o simulación de petición, harto fácil.

  2. Todo se reduce a un total, gigantesco y brutal egoísmo. Nos duele mucho el enfermo, nos duele tanto, que queremos que deje de sufrir, que deje de sufrir, para ya nosotros por fin, dejar de hacerlo también. El enfermo, está dejando la vida, y los que lo cuidamos, tememos por nuestra propia vida, sentimos que también se nos va , y no queremos éso. Queremos vivir. Que el que se va a morir, que ya se muera, y que ya me deje vivir. !Ah!, Ya permiten la eutanasia,. Bueno, pues que bien, me libran de tanto cansancio,. Digo,.! Ayudan a mi pobre pariente a que ya no sufra. Claro, con respeto hacia aquéllas personas que llevan el sufrimiento de su hijo, madre, o esposo, en el centro del alma, y verdaderamente lo aman, y tanto, que saben que ése dolor, Dios lo curará y lo premiará con la visión de El, cuando llegue el momento justo.

  3. Hay eutanasia porque no hay fe católica, no se cree en la vida eterna, se cree solo en este mundo que se acaba. Jesucristo no escogió la eutanasia, no quiso beber en la cruz del brebaje narcotizador que le ofrecieron los soldados romanos. Quiso sufrir por cada uno de nuestros pecados, que tanto ofenden al Padre. Porque no tenemos fe, no pensamos en el valor corredentor del sufrimiento ofrecido. No ha habido muerte más digna que la de Jesucristo en la cruz.

  4. Para mi hija Elisa Isabel, discapacitada físico y psíquico no tenemos medios de transporte para ella, hemos de pagar anualmente por adelantado a una empresa que esta concertada cada mes; que hace el recorrido; dos viajes al día ida i vuelta. Nuestra urgencia es primordial. MI teléfono es 634710065. Mi correo [email protected] hemos conseguido ayuda de Caritas, y de los servicios Sociales del Ayuntamiento pero no nos llega: pedimos un empujón de ayuda para conseguir con urgencia lo que necesitamos, y por ello contamos contigo. Los ingresos que tenemos son muy bajos, tenemos certificados de pobreza que lo acreditan. Y bonos sociales para que no nos corten los suministros, también lo acreditan. Todo cuanto escribo anteriormente lo puedo presentar con certificaciones y documentación a la persona que lo solicite. Tu ¡hermano! Por la fe. J.M.IBAN ES3301824259040200015686. Barco de Bilbao. Necesitamos 2,220€.
    Reza el Santo Rosario a diario con nosotros a las 19:00. R. María.

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