El mediático sacerdote canadiense padre Thomas Rosica ha reconocido que lleva años plagiando textos ajenos en sus columnas. Eso, en nuestra opinión, podría redimirle.
Todavía es posible que Infovaticana deba una disculpa al padre Rosica. Entra dentro de lo posible que erráramos al censurar el herético entusiasmo con la renovación eclesial que llevó a este padre basiliano canadiense, responsable de la edición en lengua inglesa de las comunicaciones y fundador del canal televisivo Salt & Light, a poner a Francisco y su autoridad por encima de la Tradición y la Escritura, porque bien podría ser que hubiera sacado el texto de cualquier otra parte y lo hubiera cortado y pegado en su columna sin leerlo atentamente.
Al parecer, no habría sido la primera vez. Porque el padre Thomas Rosica ha reconocido haber estado durante años plagiando a otros autores en sus columnas sin el crédito correspondiente.
«Lo que he hecho está mal, y lo lamento», admitió en declaraciones telefónicas desde Roma al diario canadiense National Post. «No sé qué más decir».
Rosica plagió de tantos y tantas partes que es difícil seguir las pistas: del antiguo crítico literario del New York Times, Michiko Kakutani; de John Allen, el veterano vaticanista, de la agencia Associated Press y de diversos blogs religiosos. Llegó incluso, cuenta el diario canadiense, ha atribuirse como frase propia en una columna para el Windsor Star una cita del propio Papa Francisco, en un pasaje calcado del National Catholic Reporter. Sin comillas, por supuesto.
Rosica culpa a sus becarios, un pretexto con una antigua tradición. Al parecer, ellos le preparan el material, y a veces no incuía la autoría, que él no se molestaba en buscar para dar el crédito correspondiente. Además de sus becarios, muchas personas le mandaban citas y artículos, y el buen hombre acaba confundiendo frases por la urgencia de entregar los textos a tiempo.
«Me doy cuenta que he dependido demasiado de notas acumuladas», reconoció al Post, pero insiste en que no hubo malicia ni intención de atribuirse el trabajo de otros. «Me doy cuenta de la gravedad de todo esto y lo lamento muchísimo. Pondré más atención en el futuro».
No es así como lo vemos en Infovaticana. Este pequeño vicio de Rosica, lejos de condenarle, podría, al menos, redimirle a nuestros ojos. De hecho, hay un párrafo de una de sus columnas, sobre el que llamó nuestra atención la agencia Zenit, del que confiamos una pronta atribución ajena. Es este:
«El Papa Francisco rompe las tradiciones católicas cada vez que le da la gana, porque está libre de “apegos desordenados”. De hecho, nuestra Iglesia ha entrado en una nueva fase: con la llegada del primer Papa jesuita, está abiertamente gobernada por un individuo más que por la autoridad de la Escritura solo o incluso por los dictados de la tradición más la Escritura».
Confiamos en hallar pronto al heresiarca autor de tamaño disparate de modo que Thomas Rosica quede solo responsable de la falta, mucho menor, de explotar el trabajo de otros sin reconocerlo.
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“Lo que he hecho está mal, y lo lamento”, admitió en declaraciones telefónicas desde Roma al diario canadiense National Post. “No sé qué más decir”.
¿ No sabes qué más decir ? Pues te lo digo yo: márchate a un convento, a una vida de oración y penitencia, para no seguir cayendo en la tentación del copia y pega y déjanos en paz. Pero no creo que eso lo acepte Francisco. Está encantado con lo que dijiste que Francisco está muy por encima del magisterio y la tradición, casi casi, o sin casi, hasta por encima de dios. Por eso no se arrodilla nunca ante Quien debe doblegarse toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos.
Carlos, detecto yo aquí cierta «satisfacción perversilla» de periodista «malvado» ante el posible descubrimiento del pecado y la falta ajena, eh.
Encima le ofrecemos el «beso de Judas» en la mejilla mientras le entregamos a la opinión pública, pájaro.
Bueno, tampoco somos nosotros ante quien este hombre «pequeño, mundano y pecador ante el mundo»(como tú y como yo), deba redimirse, yo creo.
Bien por él si entona el «mea culpa», y de nuestra parte que, en adelante, no haga más «el indio» (o que por lo menos mire lo que copia antes de publicarlo), que tampoco le ha quitado la Fe a nadie con sus declaraciones, oye.
También lo hemos hecho nosotros a veces aquí, y no por eso los lectores han apostatado o se han quemado a lo Bonzo por ello (espero).
Si en los tiempos antiguos hubiesen existido los «derechos de autor», las Sagradas Escrituras no habrían podido ser escritas de la manera en que se han escrito. En la Biblia importa primero la Verdad, el autor, con ser importante, es secundario al lado del mensaje evangélico.
Actualmente se mira mucho las ganancias monetarias con eso de los derechos de autor, o la honrilla de haberlo escrito; pero los derechos de autor deberían tener como primera intención, proteger la fidelidad del testimonio, antes que ganar dinero o ser el primero en ocurrencias, para lo cual, es muy necesario que se sepa quién es el responsable de lo que se divulga. No sé si me explico.
Pío, ya que aludes a las sagradas escrituras te voy a dar tres ejemplos de como San Pablo, escritor de gran parte del nuevo testamento respetaba las fuentes cuando no eran de el.
Tito 1:12
«Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos.» (Tito 1:12)
Efesios 5:14
«Por esta razón dice: Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».
Hechos 20:35
«En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.»
Y digo esto no por el tema sino por que tu involucras a las Sagradas Escrituras.
Este Rosica sería perfecto como capellán de la Moncloa, si es que sigue Sánchez, claro
Rosica, hasta el apellido le ayuda para hacer la rosca a quien le nombró para hacer lo que hace, pidiendo disculpas de vez en cuando para disimular un poco tanto peloteo.
Si este es como Sanchez que no se lee ni los libros que le escriben.
«No sé qué mas decir»… Algunas sugerencias:
– Abandono la vida pública y cualquier cargo eclesiástico.
– Me retiro a una cartuja.
– No escribiré nada más: así no hay peligro de plagiar a nadie.
– …
Si que sabe que decir: capear el temporal y a seguir viviendo del cuento. Si confiesa es porque le han pillado, no porque tenga el mas mínimo arrepentimiento.
Hombre, se cayó, que se levante y ya,. De éso se trata la vida. Uno de cae, uno se levanta, otra vez y otra vez, hasta que se va cayendo menos,. Para qué echarle leña al fuego, si nos razgamos tanto las vestiduras, no va a ver sastre que arregle tanta razgada,. Aclaro:. Estoy hablando de caídas normales, pecados veniales, normalitos, no de ésos otros que han causado está hecatombe. ,! Eh?.
El Numero Uno colecciona indeseables
Que individuo perverso
Y cuantos lameculos consagrados
Consagrados a….. a Dios no
Mario:
En realidad, mi intervención anterior no pretendía involucrar a las Sagradas Escrituras en la conducta de Padre Thomas Rosica, el cual, no lo dudo, pretendía pregonar la verdad, pero un “corta y pega” suena a malicia, y fastidia a los que nos interesa saber de dónde viene aquello que se dice.
Un saludo.
Si tan arrepentido está, que detecte lo más grave, o sea, todos los errores doctrinales garrafales que se le han «colado» , y que los aclare según la doctrina de la Iglesia. Si no hace eso, y no creo que lo haga pues se la puede jugar, pues yo no me creeré que su arrepentimiento sea sincero sino una respuesta interesada por haber sido «pillado».
Como atenuante del Rosica, cabe decir que se limita a ser un discípulo aventajado del otro Viganó, el malo, el Carlo María, un manipulador de la información que quiso manipular hasta una carta de Benedicto XVI sobre los famosos libretti, manipulación tan clamorosa que Francisco no tuvo más remedio que cesarlo, aunque manteníendolo a su lado como asesor, para que siga manipulando de manera menos descarada.