Esta mañana, antes de la audiencia general en el Aula Pablo VI, el Santo Padre ha recibido en la basílica de San Pedro a los participantes en la peregrinación de la archidiócesis de Benevento, con el arzobispo Felice Accrocca, que han correspondido así a la visita pastoral que el 17 de marzo de 2018, el Papa hizo a Pietrelcina con motivo del centenario de la aparición de los estigmas permanentes de San Pío y del cincuenta aniversario de su muerte.
Al final del encuentro, los peregrinos han seguido desde la basílica la audiencia general que ha tenido lugar en el Aula Pablo VI.
Les dejamos las palabras que el Papa ha dirigido a los peregrinos:
Saludo del Santo Padre
¡Buenos días! ¡Sois tantos los que habéis venido, parece una canonización! Muchas gracias al obispo, a los alcaldes, a todos; gracias por esta cortesía, que indica ciertamente la sensibilidad del alma. Gracias.
Queridos hermanos y hermanas
Me alegra recibiros y dar a cada uno de vosotros mi cordial bienvenida. Habéis venido a Roma, con vuestro pastor Mons. Felice Accrocca, para devolver la visita que tuve el placer de realizar a Pietrelcina el 17 de marzo del año pasado, en el centenario de la aparición de los estigmas permanentes de San Pío y en el cincuenta aniversario de su muerte.
Deseo renovar a todos mi más sincero agradecimiento por la calurosa acogida que me brindasteis en esa ocasión. No me olvido nunca de ese día, como tampoco me olvido de los tantos enfermos que saludé; esa visita se ha quedado en mi corazón. El recuerdo de ese evento, cargado de significado eclesial y espiritual, reavive en cada uno la voluntad de profundizar la vida de fe, en el surco de las enseñanzas de vuestro ilustre y santo paisano, Padre Pío. Se distinguió por la firme fe en Dios, la firme esperanza en las realidades celestiales, la generosa dedicación a la gente, la fidelidad a la Iglesia, que siempre amó con todos sus problemas y sus adversidades. Me detengo un poco en esto. Amó a la Iglesia, con tantos problemas que tiene la Iglesia, con tantas adversidades, con tantos pecadores. Porque la Iglesia es santa, es esposa de Cristo, pero nosotros, los hijos de la Iglesia, somos todos pecadores, ¡y algunos grandes! – pero él amaba a la Iglesia tal y como era, no la destruyó con la lengua, como está de moda hacerlo ahora. ¡No! El ama. El que ama a la Iglesia sabe perdonar, porque sabe que él mismo es un pecador y necesita el perdón de Dios. Sabe cómo arreglar las cosas, porque el Señor quiere arreglar bien las cosas pero siempre con el perdón: no podemos vivir una vida entera acusando, acusando, acusando a la Iglesia. ¿El oficio de acusador de quién es? ¿Quién es el que la Biblia llama el gran acusador? ¡El diablo! Y aquellos que se pasan la vida acusando, acusando, acusando, son: no diré hijos, porque el diablo no tiene ninguno, sino amigos, primos y familiares del diablo. Y no, esto no va, debemos señalar los defectos que corregir, pero en el momento en que se señalan los defectos, se denuncian los defectos, se ama a la Iglesia. Sin amor, eso es del diablo. Ambas cosas tenía San Padre Pío, amaba a la Iglesia con todos sus problemas y sus adversidades, con los pecados de sus hijos. No os olvidéis de esto.
Os animo a comprender y aceptar cada vez más el amor de Dios, fuente y motivo de nuestro verdadero gozo. Estamos llamados a dar este amor que cambia la vida, sobre todo a las personas más débiles y necesitadas. Cada uno de nosotros, al difundir la caridad divina, contribuye a construir un mundo más justo y solidario. Siguiendo el ejemplo del Padre Pío, por favor, no os canséis de confiaros a Cristo y de anunciar su bondad y misericordia con el testimonio de vuestra vida. Esto es lo que los hombres y mujeres, también en nuestra época, esperan de los discípulos del Señor. Testimonio. Pensad en San Francisco, que vuestro obispo bien conoce, ¿qué les dijo a sus discípulos? «Id, testimoniad, las palabras no son necesarias». A veces se debe hablar pero comenzad con el testimonio, vivid como cristianos, testimoniando que el amor es más hermoso que el odio, que la amistad es más hermosa que la enemistad, que la hermandad entre nosotros es más hermosa que la guerra.
¡Gracias de nuevo por esta visita! Imparto de corazón a todos mi bendición, que extiendo a vuestras familias, a vuestras comunidades y a toda la archidiócesis de Benevento.
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Traducción: «Soy el Papa. Estoy por encima del bien y del mal, hasta por encima de Dios Todopoderoso. Comete pecado mortal todo el que critique la corrupción eclesial, que la ve hasta un ciego, y el que denuncie la herejía de sacerdotes y obispos.»
Francisco hace todo lo posible para pasar a la historia como el peor Papa de la Iglesia.
Hay una aptitud de crítica frente a la Iglesia, especialmente contra los obispos, sucesores de los apóstoles. Incluso desde dentro de ella. Critica más o menos objetiva y más o menos injusta; algunas veces, despiadada con respecto al pasado: sobresalen, por ejemplo, el tema de la Inquisición, la convivencia con el poder temporal etc.
Ante todo, lo que debemos afirmar es que la crítica a la Iglesia, como a cualquier institución (no olvidemos que la Iglesia también tiene carácter divina por su Fundador), se puede dar, incluso es conveniente que se dé. Solamente que el calificativo de crítica “despiadada” es lo que hay que matizar.
Christopher, el papa Francisco no dice nada de lo que tú escribes. Repite lo que dice Jesucristo: «¿Quién eres tú para juzgar?»
Dicen los Padres de la Iglesia, que “el que juzga se cree mejor que el otro. El que critica no se critica a sí mismo, porque su crítica le impide ver sus pecados.»
Sólo el que se acusa asimismo como un pecador, es escuchado por Jesucristo. No lo digo yo, lo dicen todos los santos de la Iglesia.
Decía Santa Teresa: «Soy la nada más el pecado».
Saludos
No se engañe Santo Padre, no es un ataque a la Iglesia sino a su persona. La inmundicia ya había sido denunciada por Benedicto XVI antes de ser elegido papa y nadie dijo ni pío. Es decir, ya existía mucho antes de su pontificado. De ahí que la exposición sistemática de los pecados de la Iglesia, aunque sólo de algunos, haya comenzado al llegar usted al solio pontificio. Besa Juan Pablo II el Corán: ecumenismo. Lo hace usted: gran quebrantamiento. Se cita con tiros y troyanos en Asís: todas las religiones tienen aspectos positivos. Visita usted a los evangélicos (cristianos) italianos: protestantización de la Iglesia. Se viste de indio Karol Woyjtila: qué papa tan gracioso. Baila la pachamama el cardenal Ravasi: intolerable. Cambia el prefecto del Santo Oficio a los tres años: sabia decisión. Lo cambia usted a los cinco: hay formas de despedir a los colaboradores. Visita apostólica a la Compañía: ya tardaba. «Cuídese»: hay que rezar mucho por el Papa y sus colaboradores…y así, tantas
Así es un análisis, real de lo que sucede, hay un refrán que dice más vale caer en gracia que ser gracioso, la arbitrariedad de los criterios de algunos para mirar este pontificado,con unos ojos microscópicos, para criticarlo todo, bueno la boca habla de lo que hay en el corazón. Quien resistirá esa mirada?. Infame, injusta.
Coincido con Vd en que abundan los que parecen pensar que la crisis comenzó con Francisco cuando Juan Pablo II, aparte del beso al Corán y otros muchos gestos similares, firmó dos nombramientos a Jorge Bergoglio, el de obispo y el de cardenal. Y Benedicto firmó el decreto de virtudes heroicas de Juan Bautista Montini. Por poner dos ejemplos.
Olmos, todo el evangelio nos pide rezar por los más débiles. Ten en cuenta que somos la Iglesia de la carne. No somos angelicales, no somos mejores que otras religiones. Te pongo un ejemplo: cuando tú vas a la playa a bañarte, te encuentras con todo tipo de personas, con diferentes historias, sin embargo, el corazón de Dios, hace salir su sol para buenos y malos.
Menos mal que el Padre no tiene un corazón humano.
Saludos
Quiero saber todos los participantes de McCarrick.
No es un ataque a la Iglesia sino a su persona. La inmundicia ya había sido denunciada por Benedicto XVI antes de ser elegido papa y nadie dijo ni pío. Es decir, ya existía mucho antes de su pontificado. De ahí que la exposición sistemática de los pecados de la Iglesia, aunque sólo de algunos, haya comenzado al llegar Francisco al solio pontificio. Besa Juan Pablo II el Corán: ecumenismo. Lo hace usted: gran quebrantamiento. Se cita con tiros y troyanos en Asís: todas las religiones tienen aspectos positivos. Visita usted a los evangélicos (cristianos) italianos: protestantización de la Iglesia. Se viste de indio Karol Woyjtila: qué papa tan gracioso. Baila la pachamama el cardenal Ravasi: intolerable. Cambia el prefecto del Santo Oficio a los tres años: sabia decisión. Lo cambia usted a los cinco: hay formas de despedir a los colaboradores. Visita apostólica a la Compañía: ya tardaba. «Cuídese»: hay que rezar mucho por el Papa y sus colaboradores…y así, tantas.
Francisco, la Iglesia es santa, los pecadores y a los que se acusa son los que estando dentro de ella se portan como hijos de Satanás.
Y otra cosa Francisco, el diablo es el padre de la mentira y el maligno, pero los pecados los cometen los hombres, no quieras vaciar la responsabilidad de los hombres que cometen maldades echándole la culpa al diablo. El hombre es un ser libre por tanto responsable de sus actos.
Nos tratas como a imbéciles y eso Francisco, no está bien.
Que familiaridad con e Santo Padre Francisco, Le ha faltado darle una colleja, un poco de distancia no iría mal, porque esta tan acostumbrada a escupir para arriba que tal vez un día Le caiga encima y se queme un ojo.
Susanaa, si hablo con familiaridad con Cristo nuestro Señor, ¿porqué no habia de ser familiar con Su vicario. ¿Acaso es el discípulo más que su maestro? Yo no soy quién para dar collejas, es nuestro Señor quien nos corrige. Si he faltado a la verdad dígame en qué.
Enmendar la plana constantemente al Santo Padre, y pensar que en lugar de que como un padre trata a sus hijos con una pedagogía sencilla clara pero no por eso menos importante. Y que uste diga que le trata como imbecil, no muestra con ello ni respeto ni confianza, ni caridad, solo critica pura y dura. Aveces no hace falta enrevesar las cosas para que parezcan más importantes. El Santo Padre merece respeto, y la Iglesia ser amada, y no se puede amar a la Iglesia y despreciar a Papa.
El Papa merece respeto. Pero si mete la patita, habrá que decirlo.
En ningún sitio he visto que Carmen haya sido irrespetuosa con el Papa o que dicho falsedad alguna.
A ver si no es el Papa el que enmienda la plana a la Iglesia cuando llama a Lutero testigo del evangelio. A Lutero, señores!!!! Le planta una estatua, le dedica un sello. En fin… Y que haya quien piense que decir estas cosas es insultar o faltar a la caridad tiene retranca…
Carmen, no es que el papa Francisco le eche la culpa al Demonio. ¿De dónde proceden los juicios? Evidentemente que del demonio a través de nosotros.
Para el Papa, no es que seamos unos imbéciles, Francisco nos educa como hijos. Lo que pasa es que la verdad siempre ha dolido, pero al final, el bien vence al mal.
Saludos
No se pude vivir una vida entera acusando a la Iglesia. Digno de Luis XIV: L´Eglisse c´est moi. Decididamente necesita tratamiento médico: la Iglesia somos todos, absolutamente todos, no la jerarquía. La definición más simple de Iglesia está en el texto simplicísimo de Mat 18, 18. ¡Ya basta de mordazas y arrebatos de absolutismo! Y, efectivamente, no se puede vivir una vida entera contra la Iglesia, eso sí es verdad.
No confundamos la Iglesia con los lobos disfrazados de pastores, que están copando los puestos de gobierno y que nos quieren llevar, no precisamente al cielo, sino a un protestantismo convergente con el poliedro ecumaníaco del ecumenismo de todo es lo mismo, o sea, nada. Ya cansa tanto cinismo. ¡ Que se vayan !
Belcebunegui, no se preocupe que a usted no Le van a llevar a ningún sitio que no quiera usted ir.
A mí, no; a muchos otros ingenuos y papólatras, sí. A Susanita y su ratón puede que también. Belzebú sabe jugar a los ratones.
Confunde acusar con decir la verdad. A los coetáneos de los profetas les pasaba lo mismo. Les daban matarile porque se sentían acusados, cuando lo único que hacían era ser mensajeros de la voz de Dios.
De todas formas, a Lutero no le fue tan mal como acusador. Ahora le nombran testigo del evangelio, le plantan una estatua en el Vaticano y sale en un sello del Vaticano junto con otro testigo del evangelio, Melanchton, ambos al pie de la cruz.
Muy cierto. Las cosas que dijo Lutero de la Misa y el Papado eran violentísimas. Nada que ver con lo que se diga aquí de Francisco. Que ha colmado de alabanzas a Lutero.
Tampoco combine confundir profecía, con simple mala leche, que arrasa por donde pasa.
Aquí no hay combinación ni confusión ni mala leche.
¿Ha visto el vídeo de la JMJ donde se burlan de la Anunciación y de la Virgen? Yo sí. Y al Papa no se le movió una pestaña cuando yo, una simple católica, hubiera cantado las cuarenta en directo a los actores por esa herejía. Jamás hubiera aplaudido eso, como hicieron Papa, clero y laicos.
Denunciar eso y todos los desmanes que estamos viendo en la Iglesia, NO ES CRITICAR, NO ES ACUSAR.
No eran actores de, primera pero de ahí a que sea heretico, poco acertado pero en cualquier caso que podía hacer en ese momento se entiende, que lo hacían de buena fe, o a caso puede ser de otro modo?
Susanaa. En ningún momento he dicho que tengan que ser actores de primera. Con que fueran católicos sería suficiente. Conozco aficionados que hacen anualmente la Pasión de Cristo con tal entrega y devoción que dudo que actores de primera pudieran imprimir el sello de devoción en la interpretación que les dan ellos.
Por otro lado, seguir un guión donde Nuestra Señora sale mal parada, presupone mala intención del guionista, que es capaz de pintar a la Virgen como si fuera histérica, mala intención por parte de los actores que se prestan a representar el infame papel y mala intención por parte de los espectadores que aplauden la herejía. Y digo alto y claro HEREJÍA.
El texto del evangelio y el texto de esos impresentables se contradicen de la peor manera.
Usted quédese con el texto de la JMJ, si quiere.
Yo me quedo con la narración de los evangelios y la actitud que muestra la Virgen ante el arcángel.
Suena efectivamente a que, quién detenta el poder, quiere hacer callar a todos los que denuncian lo que se pervierte en la casa del Señor. Pero hay una libertad y una verdad superiores a la de los vicarios, lo que nos ha dado el mismo Cristo Jesús.
«Susana», defiendes causa injusta usando tu lo mismo que presuntamente denuncias de la leche. La profecía, en muchos casos se ha dicho de forma no suave, mejor, casi siempre de forma no suave. La buena o mala cuestión láctea, la añades tu de tu cosecha. Y mira sí, a muchos les llevan, por los escándalos, a dónde no debían, tanto que Cristo Señor les amenaza con una de las frases más duras (¿mala leche?, no en El no cabe): «…mas les valiera que les ataran una piedra de molino al cuello y les arrojaran al mar».
el mensaje de Bergoglio es contundente: «DEJEN DE ACUSARME «
Cierto. Bien afinado, Juan Francisco.
Es verdad que no se debe acusar a la Iglesia, y también es verdad que no se debe confundir a la Iglesia con la mafia de homosexuales que actualmente está queriendo convertirla en otra cosa distinta de lo que fundó Jesucristo Nuestro Señor.
Estás muy sembrado, no como Susanita y su ratón.
En realidad soy más de leones como Daniel. Si no le importa Susanaa, me viene mejor, por lo del llamado.
Así es, Carlos. En verso o en prosa, acierta usted lo mismo.
Bueno…. No se nos venga arriba, que no hay para tanto.
Quien acusa a la Iglesia en su Cuerpo y en sus antecesores ?
Hay una aptitud de crítica frente a la Iglesia, especialmente contra los obispos, sucesores de los apóstoles. Incluso desde dentro de ella. Critica más o menos objetiva y más o menos injusta; algunas veces, despiadada con respecto al pasado: sobresalen, por ejemplo, el tema de la Inquisición, la convivencia con el poder temporal etc.
Ante todo, lo que debemos afirmar es que la crítica a la Iglesia, como a cualquier institución (no olvidemos que la Iglesia también tiene carácter divina por su Fundador), se puede dar, incluso es conveniente que se dé. Solamente que el calificativo de crítica “despiadada” es lo que hay que matizar.
En general, para que una crítica sea realmente digna de un acto religioso interno, y que tenga una finalidad constructiva, el que critica tiene que criticarse a sí mismo; es decir, no creerse un santo y que critica desde fuera. Si es cristiano, tiene que sentirse involucrado también en aquello que critica. Él es un responsable de la Iglesia: eso tiene que notarse.
Toda crítica en que no se note que el que la hace, está criticándose a su vez, es decir que se siente responsable, sujeto mismo de la crítica, ciertamente no es una crítica intraeclesial.
Desde luego hay cuestiones históricas muy complejas de resolver. Por ejemplo, la Inquisición, el caso Galileo etc. Yo, en general lo que diría sin entrar en exámenes históricos que la pureza del cristianismo no se mide por los errores que haya cometido. Lo que debe examinarse más bien, es si esos errores fueron en contra de su propio espíritu o no; y si para salir de ellos tuvo que arrancar páginas de su escritura o de su doctrina.
Mariela ,
es impresionante la cantidad de juicios temerarios , de juicios de intenciones , de » supuestos » , que haces sobre personas , en casi todos tus comentarios en Infocatólica .
Parece que tienes un especie de resentimiento patológico , o un residuo de doctrina marxista que te hace actuar así .
Teresita. Yo no comento en infocatólica. Estamos en Infovaticana. Ay madre!
A ver si va a ser usted la de los juicios temerarios…