Las obligaciones del votante católico según el cardenal Burke

En el año 2004, el arzobispo de San Luis, Raymond Leo Burke, publicó una carta pastoral con enseñanzas para los votantes católicos El cardenal Raymond Leo Burke
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Los católicos contemporáneos tendemos a pensar que, ante la hedionda putrefacción del mundo, nuestra única opción es replegarnos en el ámbito familiar para, así, preservar nuestra pureza espiritual. El gran problema, sin embargo, es que semejante repliegue puede llevar a los católicos a incumplir sus obligaciones para con el resto de la sociedad, con el bien común.

Precisamente a esto se refirió en 2004 el arzobispo de San Luis, Raymond Leo Burke. En una carta pastoral en la que comenzaba mencionando su fugaz paso por Alemania, el prelado enfatizaba la obligación de los católicos de servir al prójimo y de desvelarse por el bien común. ‘Como ciudadanos del Cielo y de la Tierra, estamos obligados por una ley moral a actuar respetando los derechos de los demás y promoviendo el bien común’. Hay que trascender, en fin, el ámbito del ‘yo’; salir de uno mismo y servir a los demás.

Para difundir este mensaje este mensaje tan necesario, Mons. Burke se apoya en el propio Concilio Vaticano II: ‘El Concilio exhorta a los cristianos, como ciudadanos de las dos ciudades, a cumplir fervorosamente con sus obligaciones en el espíritu del Evangelio. Es un error pensar que, por el hecho de no tener aquí una ciudad perdurable, podemos eludir nuestras responsabilidades terrenales’.

Fruto de esta responsabilidad, no es indiferente que el católico vote a este o aquel líder político; debe apoyar, así, al que más haga por el bien común. ¿Y qué quiere decir eso? Mons. Burke, en su carta pastoral, enumera una serie de principios para mostrárnoslo: salvaguardar el derecho a la vida y la santidad del matrimonio y la familia; proteger la paz doméstica e internacional; promover la enseñanza y la seguridad pública; asistir a aquéllos que sufren la pobreza; promover la justicia en el lugar de trabajo…

El principio de mal menor

Evidentemente, señala el prelado, no todos los principios citados son igualmente importantes. Un católico podrá votar a un partido que propugne políticas inmorales – siempre que no haya opción mejor –, pero no podrá apoyar a aquél que comprometa la dignidad humana, el derecho a la vida desde la concepción hasta la extinción natural o la santidad de la familia.

Dicho en otras palabras, el católico no debe secundar a políticos que aspiren a un reconocimiento legal del aborto o de la eutanasia, salvo que la situación sea tan sumamente grave que sus propuestas, aun abortistas o eutanásicas, impliquen una mejora del statu quo: ‘Un católico puede votar a un candidato que, al tiempo que apoya una acción inmoral, aboga por una limitación de ese mal; siempre que no exista una alternativa mejor’.

Así, nos enseña el Mons. Burke, los católicos podrán votar a un candidato que, sin oponerse plenamente al aborto y abogar por su prohibición, prometa constreñir las circunstancias en que éste pueda perpetrarse. ‘No se trata de una cuestión de elegir el mal menor, sino de reducir el alcance del mal’.

No obstante, no votar nunca será una alternativa legítima; es deber del fiel hacerlo, incluso cuando los candidatos no defiendan un mal moral evidente: ‘La decisión de no votar, en cualquier caso, no acierta a asumir la responsabilidad de promover el bien común, incluso si está limitado por posiciones falsas adoptadas por un candidato’.

Las advertencias pastorales del purpurado se fundan, en realidad, en las enseñanzas de san Juan Pablo II en su encíclica Evangelium vitae: ‘Cuando no es posible anular o abolir una ley abortista, un líder elegido, cuya oposición personal absoluta al aborto era bien conocida, puede apoyar lícitamente propuestas encaminadas a limitar el daño infligido por tal ley y a reducir sus consecuencias negativas.

Los consejos pastorales del hoy cardenal Burke nos recuerdan aquellos principios innegociables de Benedicto XVI: la sacralidad e inviolabilidad de la persona, la familia como realidad emanada del compromiso conyugal, el derecho y deber de los padres a educar a sus hijos y la preservación del bien común.

Puede leer aquí la carta pastoral completa (en inglés): https://www.ewtn.com/library/bishops/burkecom.htm

 

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Comentarios
15 comentarios en “Las obligaciones del votante católico según el cardenal Burke
  1. No estoy de acuerdo. A nadie nos pueden obligar a elegir entre delincuentes que lo sean en mayor o menor grado. Es una propuesta inicua a la que estamos obligados a negarnos a participar. Si nadie votase a ningún partido actual ninguno tendría legitimidad ni posibilidad de formar un gobierno de pescadores. Esta opción es la que debería proponer el cardenal.

  2. Cuidado, que lo que dijo Juan Pablo II es siempre que no haya una opción mejor. En las elecciones españolas hay partidos católicos que van contra el aborto totalmente, así que la formula del mal menor no se puede activar. Es cuando no exista opciones. En nuestro caso existen. Recomiendo la carta de Reig Pla sobre las estructuras de pecado en los que se han convertido los principales partidos políticos, incluido el PP.

    Esto es otra maniobra para intentar votar a los de siempre, sea el PP o Vox, a los medias tintas, a los tibios. El fin no justifica los medios y jamás votaré a nadie que promueva el aborto en ningún grado. Prefiero rezar y hacer sacrificios para reparar semejante homicidios que ir a depositar un papel que no va a valer para terminar con el genocidio.

      1. No lo promueve pero lo acepta en lo que llaman “Circunstancias extremas” y Abascal se ha declarado a favor de abortar a un feto producto de la violacion. No sé si van a proponer otros casos. Lo sé porque les escribí y contestaron dos veces. Intenté explicar que matar a un ser humano inocente Ninfa es admisible, que es intrínsecamente malo y ninguna circunstancia puede hacerlo legítimo.

    1. Desgraciadamente, este deseado partido que se opusiera de raíz al aborto, en el caso de existir, seguramente sería poco votado, dada la indigencia moral de gran parte de la sociedad y por el rollo del voto útil que se suele dar al partido «menos malo». Al final la transigencia con este asunto, que es vital, ya se ha demostrado lo que da de sí. Poco a poco ha ido ganando terreno esta barbarie. Recuérdese la última ley sobre el asunto del Estado de Nueva York. La fatídica ventana de Overton en marcha. ¿No estamos en un mundo global?
      Por lo tanto, estoy totalmente de acuerdo con la conclusión a la que llega Alzado.

      1. Antes de la politica está la cultura. Primero lograr que prevalezca la cultura de la vida sobre la de la muerte. El sistema democrático liberal es nefasto y la Iglesia la acepta con unas condiciones que no se dan en ninguna parte. El problema es que 76% de los españoles está a favor del aborto. Hay que plantar cara a este problema. Hoy en día la moral la basan en puros sentimientos. A evangelizar, pues.

        1. En la Argentina el presidente Macri se pronunció personalmente a favor de la vida, incluso lo hizo en un Congreso Eucarístico ante la imagen de la Virgen. Cuando en 2018 el movimiento proaborto quiso tratarlo en forma «express» en el Congreso, el Presidente instruyó a los legisladores de su partido («Cambiemos») para que habilitaran el debate. Fueron 5 meses de tremenda lucha en las calles y en el Congreso. El Presidente no impidió el debate, y dejó que actuaran tanto los «celestes» pro-vida como los «verdes» proaborto. Hubo destacadas figuras en ambos bandos. Finalmente la ley resultó rechazada en una resonante derrota para el abortismo. Sin embargo, en la Argentina muchos pro-vida ahora buscan otras opciones electorales por parecerles que el presidente Macri no actuó imponiendo la negativa lisa y llana al debate o bajando directivas contra la ley. Los que así piensan abren el camino al eventual triunfo de la ex presidente Kirchner, que vitó por el aborto. Burke tiene razón.

  3. No no no la oscuridad lleva a tal jerarquía a que muchos se oscurezcan! Eso de refugiarse en la familia solo también lo hace la oscuridad,uno debe refugiarse solo en JESUS!como tambien no ser cómplice de cualquier mal ni por más pequeño que pueda ser,se puede ver que justifican el mal para arrastrarse a otro mal,y así ser peores solo por evitar la guerra que debe venir tendrá que venir e igual les vendrá!el voto es solo para JESUS!al César lo que es del César! No se puede estar con DIOS! Y el contrario al mismo tiempo,es lo que hace el modernismo ahora arrastrando a muchos para aceptar la mezcla de lo bueno con lo malo! Es su falsa esperanza! Porque esperan en lo que no es,y no será! ALERTAS! Porque EL BUEN PASTOR! Habita solo en la verdad!

  4. Siempre se habla de los MÍNIMOS. Pero esos mínimos son a la hora de concertar alianzas con otros que no son católicos.
    Pero no se habla de los MÁXIMOS, que es a lo que debemos aspirar:
    Confesionalidad Católica del Estado.
    Unidad Católica de España.
    Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo.
    Esos son nuestros verdaderos ideales.

  5. Todos los filósofos clásicos eran contrarios a la democracia, con Aristóteles a la cabeza. El mismo Donoso Cortes decía que en todas las sociedades en las que ha prevalecido la democracia han muerto de gangrena. La única opción legítima en política es la Monarquía católica y misionera, la Monarquía católica española. Votar es participar de un sistema satánico.

  6. En Estados Unidos votan representantes, por un sitio y PREsidente por otro, los jueces pueden parar los abusos, si en otras cosas están peor ,pero tienen democracia .

  7. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida
    En la política publicada por la CONGREGACION PARA LA DOCTRINA DE LA FE firmada por JOSEPH CARD. RATZINGER en aquel momento Prefecto de la misma y dirigido a los obispos, a los políticos católicos y todos los fieles laicos,
    II-4 Juan Pablo II, ……..para todo católico, vale la imposibilidad de participar en campañas de opinión a favor de semejantes leyes, y a ninguno de ellos les está permitido apoyarlas con el propio voto.[19] .. en la Encíclica Evangelium vitae a propósito del caso en que no fuera posible evitar o abrogar completamente una ley abortista en vigor o que está por ser sometida a votación, que «un parlamentario, cuya absoluta oposición personal al aborto sea clara y notoria a todos, pueda lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir así los efectos negativos en el ámbito de la cultura y de la moralidad

  8. En el comentario anterior me he visto obligado ha hacer recortes drásticos, recomiendo la lectura completa del documento que encontrareis en http://www.vatican.va/roman_curia//congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20021124_politica_sp.html, si no lo queréis leerlo entero ir al II-4
    CATECISMO:
    2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae” (CIC can. 1398), es decir, “de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito” (CIC can. 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC can. 1323-1324). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.
    Hacerlo correr, es un acto de justicia
    ll

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