‘Jorge me confesó que su sueño es una Iglesia para los pobres’

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El 13 de marzo de 2013, María Elena Bergoglio estaba en casa con el televisor encendido viendo las noticias que llegaban de Roma sobre el cónclave en el que se encontraba su hermano Jorge. Tras la fumata blanca y el anuncio del nombre del nuevo Papa, vio a su hermano en el balcón central de la Basílica de San Pedro y sintió que era el mismo Jorge de siempre «feliz como nunca antes«. Así lo cuenta ella misma en una entrevista recogida en el libro El otro Francisco, publicado en España en el quinto aniversario de la elección de Jorge Mario Bergoglio: «Parecía como si el Espíritu Santo estuviera realmente con él. También creo que estaba feliz como nunca antes. Ya estaba cerca de la gente aquí, en Argentina, pero ahora parece estar aún más cerca de ellos, tiene más oportunidades de expresar sus sentimientos y creo que el Espíritu Santo lo está ayudando». 

En el día en el que se cumplen 82 años del nacimiento del Papa, recordamos algunos pasajes de este testimonio incluido en el libro El otro Francisco en el que María Elena Bergoglio habla, entre otras cuestiones, de los primeros momentos del pontificado de Francisco, de la historia de su familia, así como de la infancia y los primeros años de sacerdocio del joven Jorge Mario Bergoglio:

Después de la elección, ¿cuándo habló con su hermano por primera vez?

Él me llamó inmediatamente después y ambos nos conmovimos. Es difícil explicar lo que experimenté en ese momento.

¿Qué le dijo él?

Hablamos normalmente como un hermano y una hermana suelen hacerlo: ¿Cómo estás? Repetí la pregunta varias
veces y él no hacía nada más que decir: ¿Cómo podría no llamarte? Y yo: ¡Cómo me gustaría abrazarte ahora mismo! Y él respondió: Créeme, ¡ya lo estás haciendo!

¿Parecía abrumado por la conmoción?

Me ha dado la misma impresión de siempre. Parecía nervioso y emocionado al mismo tiempo. ¡Francisco es siempre y, de todos modos, mi hermano Jorge!

(…)

¿Cuáles son sus primeros recuerdos relacionados con su hermano?

Jorge Mario fue y es mi hermano y mi mejor amigo. Él es doce años mayor que yo y, por lo tanto, mis primeros recuerdos vinculados a él datan de una época en la que él era ya casi un adulto. Siempre era divertido y me apoyó mucho, como corresponde a un hermano mayor. Cuando yo tenía ocho años, se fue de casa para ingresar en el seminario, pero siempre permanecimos en contacto. Nos escribíamos cartas, nos llamábamos el uno al otro. Tuvimos una especie de relación a distancia, siempre estaba presente en mi vida, incluso si estábamos lejos y continuará siendo así, también ahora.

¿Cómo era su hermano cuando era un muchacho? ¿Qué hobby tenía?

Leía con placer y amaba el fútbol, que era su mayor pasión. Siempre jugaba en la pequeña plaza Herminia Brumana en la esquina de nuestra casa, en la calle Membrillar. Amaba la música clásica, como todos nosotros, pero era un joven muy normal y con muchos amigos. En su juventud, escuchaba la música típica de aquellos años, iba a fiestas con sus amigos y tenía debilidad por el baile.

(…)

¿Cómo se enteraron ustedes de su vocación?

Después de la escuela secundaria, le dijo a nuestra madre que quería ser doctor. Mamá estaba claramente feliz y le dijo: “Entonces te libero una pequeña habitación en el primer piso, para que puedas estudiar con toda tranquilidad”. Un día entró en la habitación para hacer la limpieza y sólo encontró libros de filosofía, teología y latín, y entonces lo obligó a dar inmediatamente explicaciones. “Jorge, ¿por qué me has mentido”. Y él: “Mamá, no te he mentido –respondió imperturbable–, querría estudiar Medicina para las almas”. Nuestro padre estaba muy feliz con esta decisión. Siempre había deseado tener sacerdotes y monjas en la casa. Pero mamá no estaba de acuerdo e inmediatamente trató de disuadirlo. Su problema no era tanto la vocación en sí misma, sino la idea de que se iría de casa, alejándose de su familia. Simplemente no quería que se fuera. Sin embargo, él quería a toda costa ingresar en los Jesuitas y soñaba con ser misionero en Asia.

Y usted, ¿cómo lo tomó?

Yo era una niña y no tenía ninguna opinión al respecto. Sólo sabía esto: que Jorge ya no viviría con nosotros, que se iría lejos y que, como quería ser sacerdote, teníamos que rezar mucho por él.

Sin embargo, más tarde enfermó gravemente debido a una pulmonía…

En ese momento ya estaba en el seminario. Pero aún recuerdo el grave peligro que corrió y cómo todos estábamos
ansiosos por él, porque estaba a punto de morir. Los médicos descubrieron tres quistes en el pulmón derecho y se vieron obligados a operarlo para extirpar la mitad superior del pulmón. Se había recuperado rápidamente, pero ya no podía partir para ser misionero, sus superiores no le permitían por su salud enfermiza.

(…)

¿Cómo piensa su hermano cambiar la Iglesia de Roma?

Muchas cosas cambiarán. Somos testigos de noticias continuas, como el hecho de que no eligió el Palacio Apostólico como su residencia. Jorge me confesó que su sueño es una Iglesia para los pobres. Éste es el objetivo que quiere procurar: una Iglesia libre de riquezas y privilegios, con los pastores que tienen “el olor de las ovejas”, que no se aíslan, que no se sienten superiores a los fieles o evitan cualquier contacto con ellos, pastores que viven entre las personas y al servicio de las personas. Jorge, con sus gestos, está introduciendo cambios importantes en la Iglesia. Por esta razón, se negó a usar los zapatos rojos que, para él, representan el símbolo de la monarquía; ¡el Papa es el Siervo de los siervos de Dios! Tomará algún tiempo darle a la Iglesia una nueva cara, porque lleva un proceso lento. Creo que habrá cambios en la curia romana, muchos cardenales están reaccionando a sus acciones con un espíritu de emulación. Jorge se comunica a través de su ejemplo, no sólo con palabras.

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Comentarios
6 comentarios en “‘Jorge me confesó que su sueño es una Iglesia para los pobres’
  1. ¿ Por qué esa inquina al que se esfuerza y trabaja para sacar de la miseria a su familia y dejarle una herencia? ¿ Qué pecado comete éste?

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