(Benedetta Capelli/Vatican News)- Se debe celebrar la Navidad “con verdadera fe”. Es la invitación que el Papa Francisco ha expuesto hoy durante su homilía de la Misa celebrada en Santa Marta, y en la que ha comentado el pasaje del Evangelio de Lucas de hoy, que narra la curación de un paralítico y que sirve – ha puntualizado – como “inspiración” para reafirmar que la fe infunde valor y que es la manera de tocar el corazón de Jesús.
“Pedimos fe en el misterio de Dios hecho hombre. La fe también hoy, en el Evangelio, muestra cómo toca el corazón del Señor. El Señor a menudo vuelve a la catequesis sobre la fe, insiste. «Viendo su fe», dice el Evangelio. Jesús vio esa fe – porque se necesita coraje para hacer un agujero en el techo y dejar caer una camilla con el enfermo allí… se necesita coraje -. Ese coraje, ¡esta gente tenían fe! Ellos sabían que si el enfermo llegaba delante a Jesús, sería sanado”.
Francisco recuerda que «Jesús admira la fe en las personas» como en el caso del centurión que pide la curación de su siervo; de la mujer siro-fenicia que intercede por la hija poseída por el demonio o incluso de la dama que, solo tocando el dobladillo del manto de Jesús, se cura de la pérdida de sangre que la afligió. Pero «Jesús – agrega el Papa – reprocha a las personas de poca fe» como Pedro, que duda. «Con la fe – continúa – todo es posible».
“Hoy hemos pedido esta gracia: en esta segunda semana de Adviento, preparémonos con la fe para celebrar la Navidad. Es cierto que la Navidad – como todos sabemos – muchas veces se celebra no con tanta fe, también se celebra de manera mundana o pagana; pero el Señor nos pide que lo hagamos con fe y nosotros, esta semana, debemos pedirle esta gracia: poder celebrarlo con fe. No es fácil mantener la fe, no es fácil defender la fe: no es fácil”.
Emblemático para el Papa es el pasaje de la curación del ciego en el capítulo IX de Juan; su acto de fe delante a Jesús a quien reconoce como el Mesías. Un pasaje que el Pontífice recuerda para exhortar “a confiar nuestra fe a Dios”, defendiéndola de las tentaciones del mundo.
“Nos hará bien hoy, e incluso mañana, durante la semana, tomar este capítulo IX de Juan y leer esta hermosa historia del niño ciego de nacimiento. Y terminar desde nuestro corazón con el acto de fe: «Creo, Señor. Ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, ya sea teologizando o moralizando … no. Fe en ti, Señor».
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Benedicto XVI mantiene la fe y la defiende.
Y Juan Pablo II… decían que su fé se podía cortar con un cuchillo. Si a un Papa le cuesta mantener la fé, apaga y vámonos.
Debe renunciar
A confesion de parte…
“No es fácil mantener la fe, no es fácil defenderla” y menos con Francisco, quien, como le acusó el cardenal holandés Eijk a propósito de la comunión de los protestantes consortes, no nos confirma en la Fe.
Con todo respeto tomo una frase «No es fácil mantener la fe, no es fácil defender la fe: no es fácil», por qué no es fácil ? y por qué debería serlo ?. Esas dos respuestas deberían ser contestadas por el mismo que hizo las afirmaciones, por qué no lo hace ?, por qué deja todo sin definición ?, esas afirmaciones son personales o generales aplicables para todos por extensión ?.
Este hombre es de una ambigüedad que espanta.
La Fe es una gracia y por lo tanto Dios es Quien la concede. Y tal como dijo Jesús en la parábola del sembrador, fructifica cuando, como la semilla, cae en la buena tierra, lo que no ocurre si cae entre las zarzas, en un pedregal o al lado del camino, donde es pisoteada…Sólo la Palabra de Jesús hace posible la fe cuando nos habla del Padre y nos dice que nos ama, y creemos en ÉL, Lo amamos, lo adoramos.
Bienaventurados los que sin haber visto a Jesus han creído en él…
La buena tierra es la Iglesia Católica, pero, desgraciadamente, se está convirtiendo en un pedregal. Parece dejada de la mano de Dios. El actual momento que estamos viviendo es sencillamente trágico. Parece empeñada en suicidarse.