Seminarios hoy: Mataderos de vocaciones

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(Germinans Germinabit)- ¡El Seminario! Lugar del que todos conocen la existencia pero del que solo algunos, muy pocos, conocen el corazón y las entrañas. Lugar escondido y casi invisible y sin embargo presente en todas las diócesis, al menos antes de las mortales heladas de la singular primavera sesentayochesca. Lugar donde han permanecido, como melancólico monumento a los mejores tiempos, lápidas conmemorativas del sacrificio de las generaciones que nos han precedido, laicos y sacerdotes. Inmensos pasillos y habitaciones, escaleras y salones abundantes, capillas abandonadas y bibliotecas muy bien provistas están al servicio de algunos pocos estudiantes, apenas un puñado.

Hace poco visité uno definitivamente cerrado hacía pocos meses, con huellas frescas de una mudanza apresurada y las plantas en maceteros, muertas, como muerta la esperanza de aquella diócesis. Otra diócesis en cambio cerró “felizmente” hace pocos años el grandísimo edificio del Seminario por falta de recursos económicos para mantenerlo, y ha transferido todo a una estructura más redimensionada. Hecha la mudanza, pronto ha surgido el dinero suficiente para transformar el ex-Seminario en un moderno centro de Cáritas con dormitorio anexo para los “sin-techo”. O en un almacén y cubículo de referencia para la Fundación Pere Tarrés (educación en el tiempo libre y acción social, dicen)

El proyecto está claro en todas partes. Es inquietante constatar que en los perfectos y concienzudos planes económico-pastorales de las diócesis no se tenga en cuenta el reducido pero sacrificado capital humano que en los Seminarios vive y lucha cotidianamente.

En los pasillos de un Seminario moderno no solo hay chicos en sandalias y camiseta de la JMJ o algún sacerdote vestido de clergyman gris con el alzacuellos abierto. También anida la bestia de la soledad y de la indiferencia que agrede ferozmente sin que haya una defensa adecuada. Es una bestia que merodea con los documentos de la Conferencia Episcopal en la mano y las cartas timbradas con el sello pontificio de la Sagrada Congregación para la Educación Católica. No confundirla con la otra progresiva bestia del escándalo sexual. Esta última es más notoria, le gusta llenar las primeras páginas y los platós de TV. Como en el caso, por ejemplo, de las orgías en el Seminario austriaco de St. Poelten, con la complicidad de los superiores. Con videos y más de 40.000 fotografías de los encuentros. Fue en el 2004 y su rector tuvo que dimitir al instante.

O el triste récord de la diócesis de Brescia en Italia donde tres vicerrectores, uno tras otro, fueron condenados por los Tribunales por delitos sexuales en 2010. Y decenas de casos que podríamos relatar también aquí en España, pero que no es el caso.

No, esta bestia a la que me refiero no ama los grandes escándalos y la luz de los focos, obra siempre en la sombra y se nutre de la indiferencia. Vayamos por partes.

El Seminario es el lugar previsto para la formación de los sacerdotes que prestarán servicio en la diócesis. Los religiosos de una orden o congregación poseen también sus propios centros de formación, con una formación más adecuada a su vocación singular. Debido a la escasez de vocaciones, las diócesis unen seminaristas y esfuerzos económicos para gestionar unos seminarios compartidos que aquí llamamos interdiocesanos. Las diócesis más grandes disponen de un Seminario propio (como es el caso de Barcelona aunque con apenas 35 seminaristas residentes más un puñado de 4 o 5 en etapa pastoral) Hay otras que aún conservan el Seminario Menor donde conviven chicos vocacionados que estudian la ESO. Estos últimos, en otros tiempos muy difundidos y frecuentados por muchos jóvenes prescindiendo de una eventual vocación sacerdotal, están en vías de extinción. Salvo en algunas diócesis testarudas donde los obispos tienen como objetivo prioritario las vocaciones en su territorio. Como el de Cartagena-Murcia, Mons. Lorca Planes que hace un par de años inauguró el nuevo edificio del Menor en Santomera y que ya dispone de 25 seminaristas. Pero cuyo Seminario Mayor de San Fulgencio tenía el pasado curso 37 seminaristas estudiantes y residentes. Y no los envían los del Opus desde sus colegios o desde Navarra en convenio y pacto de colaboración con Sistach o con Omella. Nacen y surgen de las parroquias diocesanas, con factura comprobante de veracidad.

Un chico que acabado su bachillerato o su carrera civil quisiese emprender el camino del Seminario, después de expresarlo a su propio párroco o a su obispo, normalmente tiene que realizar un año introductorio que se llama “propedéutico”. No es un verdadero y propio año de seminario: se hacen estudios introductorios y su finalidad es acostumbrar gradualmente al joven a los varios compromisos y responsabilidades comunitarias. Terminado este año, si los superiores lo juzgan oportuno, el propedeuta se convierte en seminarista y puede empezar el recorrido del seminario. El primer compromiso es el estudio de las materias filosófico-teológicas que están estructuradas como en cualquier universidad: un ciclo de 5 o 6 años con exámenes y créditos. Naturalmente es indispensable también una sólida formación espiritual y humana a través de la vida litúrgica, la dirección espiritual y el servicio pastoral. Terminados los estudios y tras la recepción de diversos ministerios, existe una etapa pastoral y la ordenación, primero diaconal y después presbiteral. En total 6 o 7 años, variables según el Seminario.

Esta es la fachada de las cosas. Intentemos ir más allá de la escenografía y ver qué sucede realmente: los seminaristas son sujetos que hay que “resetear y reprogramar”(palabras textuales oídas por mí de un obispo responsable de un Seminario Interdiocesano). He aquí porqué se multiplican las palabras, las homilías cotidianas, lecciones, cursos, conferencias, iniciativas disparatadas y todo cuanto pueda servir para “rellenar de ideas” a los sujetos a educar. Naturalmente no se tiene en cuenta el impacto real que causa este bombardeo en los jóvenes. Lo importante es haberlo hecho.

Los candidatos que se presentan para iniciar el recorrido formativo pueden tener una edad variable que va desde los 19 a los 50: de los crecidos en una parroquia, a los que llevan a sus espaldas una vida laboral, una relación afectiva o una reciente conversión. Como el trabajo educativo con estos mimbres no es fácil, se opta por un perfil bajo, un mínimo común  denominador. El joven veinteañero debe compartir una vida comunitaria con gente mayor que quizás ha conocido las relaciones sexuales o que ha accedido a la Fe hace relativamente poco. Visto por un cuarentón, éste debe vivir con chavales un poco ingenuos y ser tratados todos ellos por los superiores del mismo modo, casi como escolares limitados por reglas infantiles y degradantes. Desde el punto de vista espiritual, todos llevan a sus espaldas una vasta experiencia muy diversa: grupos, parroquias, movimientos, asociaciones.  Cada uno lleva su sello eclesial y litúrgico en esta actual babel católica.

También aquí se apunta al mínimo: se propone e impone un standard no sobre lo que es justo sino sobre lo que puede ir bien a todos. La formación empieza a tener un regusto decadente y con fecha de caducidad. En la mayoría de los casos un hombre sale del Seminario con las mismas características negativas que tenía cuando entró; habiendo adquirido incluso otras nuevas. Es un milagro si se conserva lo bueno que se tenía al inicio, pero eso no es muy corriente. Sí, habéis leído bien: todo es susceptible de empeorar. ¿Por qué? Porque aunque son pocos los sujetos, se tiende a poner en un segundo plano a la persona en favor de una genérica comunidad. Me parece oír el grito de Giovanni Guareschi: “Nadie está más solo que el hombre perdido entre la multitud”. Fuera de la dirección espiritual, el resto del trabajo educativo se realiza sobre el grupo y no sobre la persona singularmente considerada. Únicamente se trabaja sobre la persona cuando surgen graves problemas, es decir cuando la bestia de la que hablo, ha agredido a alguien o ha atentado contra algo. El Seminario es el templo de las palabras…

Los fines de semana cuando no hay clases, los seminaristas aterrizan en la experiencia pastoral de una parroquia: son puestos al servicio de una comunidad y de su párroco. Cada dos o tres años son cambiados de parroquia para experimentar cosas nuevas. En breves palabras: el joven es desarraigado de su propia comunidad y de su familia para entrar en el Seminario. Después viene confiado a una parroquia de la que se le desarraiga después de un periodo de tiempo para ser puesto en otra. Y esto dos o tres veces durante todo el periodo de formación. Después se convierte en sacerdote y se le confía una parroquia de la que será puntualmente desarraigado después de un periodo de tiempo y así indefinidamente hasta que acaba su ministerio en una residencia sacerdotal o acogido por alguna familia si él no tiene a nadie de la suya. El desarraigo continuo es un de los principios sólidos de la actual vida eclesial y resulta letal para la persona que siente que su afectividad se empobrece poco a poco a medida que el tiempo pasa. ¿Cómo puede un seminarista o un sacerdote vivir su paternidad hacia su gente si este ministerio se encuentra en continua fecha de caducidad?

Más allá del desarraigo está la grave pestilencia de la doble vida. En el Seminario se aprende a vivir en un riconcito privado donde nadie entra y nadie puede juzgar. Existiendo un perenne “Gran Hermano” que puede utilizar en tu contra todo lo que digas o hagas, uno aprende a callar, a hablar en voz baja, a susurrar, a preferir sonrisitas complacientes que a mostrar los propios intereses e ideas. Pero en el rinconcito del propio corazón hay una voz que se rebela encadenada y encerrada. Si quieres tener éxito en el Seminario y en la Iglesia, calla y tira para adelante. Y uno obedece. Y el rinconcito puede convertirse en una habitación o en un palacio donde vivir cómodamente. Recibido el sacramento del orden, uno puede continuar teniendo su rinconcito privado limpio y en orden, y cultivando una doble vida. No se trata de una vida de escándalos o de desórdenes morales. Es solo algo latente, una especie de vida embrionaria. Porque quien tiene una sola vida, un solo pensamiento, una sola opinión, una sola cara, lo paga muy caro en la Iglesia de la misericordia. Mejor el rinconcito. Podemos poner ahí un hobby, una inocente práctica deportiva para desfogarse. O llenarlo de un interés casi enfermizo por los objetos sagrados y antigüedades. O llenarlo con aquella catequista amiga. O aquel monaguillo que…

El seminarista o sacerdote debilitado por estas dos llagas (la falta de afecto y la doble cara) es presa fácil de la bestia. ¿Qué es? Es la tristeza, la soledad, la indiferencia, la depresión, el vaciado del corazón. No es fácil contrarrestarla ni siquiera con una vida de Fe limpia, si la situación en tu entorno es perennemente agresiva. La atención psicológica puesta al alcance de los individuos por las diócesis, muy a la moda, parece servir a muy poco. A menudo los superiores y los obispos intentan utilizar el secreto profesional para sus fines, sean éstos positivos o negativos. A menudo el mal vivir entra en el Seminario y produce tragedias. Se esconden datos de suicidios de seminaristas, superiores de Seminarios, y sacerdotes que nos dejarían boquiabiertos, quizás frágiles o con poca fe. No es sencillo juzgar sin saber cómo funcionan las cosas allí dentro. Y eso puede significar ver hecha trozos la propia vida: porque las autoridades humanas impiden la realización de las vocaciones queridas por Dios. No todo lo que Dios quiere se realiza en las concretas cosas humanas. Su voluntad se deja ensuciar por las libertades humanas que pueden obrar contra la suya. Y eso sucede ante le indiferencia de muchos que tendrían que poner remedio, pues han recibido responsabilidad con este fin.

El seminarista no tiene ningún derecho en las actuales leyes eclesiásticas: el éxito de su iter formativo se basa enteramente en el arbitrio de sus superiores. Hemos de suponer que estos actúan honestamente, pero no existe nada para tutelarlo de los abusos. Un seminarista calumniado por un tercero o juzgado negativamente en base a hechos opinables no goza de ningún tipo de tutela.

A esta Iglesia que ha tirado a la basura su patrimonio multisecular (misa, sacramentos, sana doctrina, catecismo…) le interesa mucho mantener esta institución tridentina como es el Seminario, empapada de jesuitismo, muy útil en estos tiempos modernos porque permite ejercer un control e imponer un estilo de obediencia ciega. Pero hemos de preguntarnos hasta que punto es útil para la formación de sacerdotes. Los ejemplos de los seminarios tradicionales valen muy poco, pues éstos pertenecen a institutos o fraternidades sacerdotales que funcionan a modo de familia religiosa creando un clima de pertenencia muy diferente del que encontramos en las diócesis. Probablemente los problemas se resolverán con el tiempo, cuando los números se desmoronarán hasta cero. Entretanto nos queda rezar para que el Buen Pastor lleve remedio a las almas y consuelo a los corazones heridos de seminaristas y sacerdotes. 

Prudentius de Bárcino

Artículo publicado en Germinans Germinabit

 

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Comentarios
29 comentarios en “Seminarios hoy: Mataderos de vocaciones
  1. «O llenarlo con aquella catequista amiga. O aquel monaguillo que…»

    Más claro agua. Efectivamente… ese es el problema que está sufriendo la Iglesia Católica desde los 70-80, cuando en los EEUU, según el John Jay report, hubo tantos casos de abusos sexuales como sacerdotes ordenados.

    ¿Son los seminarios fábricas de pederastas? Hay que plantearse la pregunta en serio, sin ideas preconcebidas. Es posible, ¿verdad? Es posible que una vida de represión sexual lleve a explotar hacia el monaguillo, ¿verdad? ¿O es imposible?

    Va siendo hora de plantearse en serio que lo de los sacerdotes no es normal. Que los más de 410 casos de pederastia sacerdotal en Pennsylvania, donde el número de parroquias no llega a 1000, no es normal. Se sale de cualquier estándar social, y pide a gritos el título de «nido de pederastas» para la Iglesia Católica.

    1. Tú eres el que no parece normal. Cuando Dios elige a alguien para que le sirva, le concede la gracia necesaria para ello. Como dice San Pablo: “…me ha sido dado un aguijón que me aflige continuamente haciéndome ver mis debilidades. Un ángel de Satanas que me abofetea sin cesar…””…le he pedido a Dios que me libre de este azote…””…Te basta mi gracia…”. Seguro que te suena todo esto. Pero estas cosas no las predican últimamente. Porque se llevan más bien otras, todas de tejas para abajo. Lo sobrenatural ha desaparecido de la enseñanza, de las homilias . El posconcilio ha sido implacable.

      1. Macabeo:

        En el siglo XVI dudar que la Tierra giraba alrededor del Sol era herejía, y podías acabar en la hoguera por ello. Más tarde fueron contra la teoría de la evolución (algunos todavía no «se la creen»). Después fue la liberación de la mujer, que ahora tiene los mismos derechos que el hombre. Y ahora le toca el turno a los homosexuales, que reclaman su dignidad y respeto a su forma de vida.

        La Iglesia SIEMPRE ha estado enfrente, oponiendose al avance social, y a la ciencia.

        Lo que usted observa no es el resultado del posconcilio, sino de la educación. Una sociedad educada no necesita supersticiones. Por ese motivo cuanto más educada es una sociedad menos creyentes tiene. Por eso importan monjas y curas de Sudamérica, India o África.

        Lo que usted asigna al posconcilio no es más que el resultado de la EDUCACIÓN. Universal, para todo el mundo.

        1. Hay que tener fe de carbonero para creer en la evolución. Cualquiera que investigue se dará cuenta que es una ideología impuesta sin una sola prueba.
          Y lo de la tierra alrededor del sol es tema bien distinto que a nadie llevaba a ninguna hoguera en la Iglesia.
          Es pura propaganda. De nuevo para crédulos del stablishment actual que no permite la disidencia crítica a ningún boboprogres

          1. Veritatis:

            El ADN se conoce tan bien que se acepta como prueba en un juicio. Si usted denunciara, pongamos, la violación de su hija, aceptaría usted la prueba del ADN (corríjame si me equivoco).

            Cree usted, por tanto en la ciencia. Esa misma prueba de ADN demuestra, por ejemplo, que el ser humano comparte el 99% del ADN con los chimpancés. El ser humano en cambio, tiene un cromosoma menos. En los cromosomas hay unas partes especiales que se encuentran en los extremos, llamados telómeros. Pues bien, el ser humano tiene un cromosoma menos que los chimpancés, y coincide que uno de los cromosomas tiene 3 telómeros, indicando que una mutación genética provocó que dos cromosomas se mezclaran en uno solo.

            ¿Cuál es su explicación para ese 99% de coincidencia, y para esos 3 telómeros en uno de los cromosomas del ser humano?

            El ordenador desde el que escribe se lo proporcionó la ciencia, no la Biblia o la religión.

          2. La fe es lo contrario a la ciencia.

            Usted es quien cree en algo sin evidencia alguna. La evidencia de la evolución está por todas partes.

  2. Pederastia no. Abuso homosexual con adultos en el 80% de los casos. Llamemos a las cosas por su nombre. Entre el clero católico hay un índice de pederastia menor que en el ámbito familiar o educativo laico. El problema es la homosexualidad con situación de abuso de autoridad, Desidereo. Eso sí que hay. Es la red mafiosa que se ha montado y que apoyan los progres de forma programática, para cargarse la familia y el celibato, de acuerdo con el programa de Soros, financiador de Madariaga.

    1. Por si no me publican el mensaje anterior:

      Estupefacta: NO. Está usted EQUIVOCADA.

      http://www.usccb.org/issues-and-action/child-and-youth-protection/upload/The-Nature-and-Scope-of-Sexual-Abuse-of-Minors-by-Catholic-Priests-and-Deacons-in-the-United-States-1950-2002.pdf

      (página 70)

      El 47% de los abusos fueron a menores de 12 años (pederastas). El otro 53% fue a MENORES de edad. ¿De qué estamos hablando?

      El 80%, efecitvamente, abusó de niños. ¿Homosexual, o pederasta que tiene a mano monaguillos, y no a monaguillas?

      Respecto a mis datos, veo que no los rebate usted: +410 casos en 1000 parroquias. Entre 1/2 y 1/3 de los sacerdotes METEN MANO A LOS NIÑOS.

      Y esto es LA PUNTA DEL ICEBERG.

    2. Estupefacta:

      Mírese usted el informe John Jay. Léase usted el informe del gran jurado de Pennsylvania.

      Es FALSO que los sacerdotes le metan mano a los niños «menos» que en el ámbito familiar o educativo. DE LEJOS.

      Repito: En Pennsylania +410 pederastas de casi 1000 parroquias.

      Ese es el DATO. ¿En qué se basa usted para decir que en el ámbito familiar o educativo hay «más» pederastas?

  3. Seminario ON LINE
    Las tecnologías lo cambiarán todo, si Dios no lo remedia, pero puede que hasta sean buenas para luchar contra la crisis vocacional. Pues, quizás una de las mejores iniciativas que se podrían tomar en estos momentos seria ampliar el concepto de seminario en el sentido de que no están todos los que son. Muchos podrían aprender la Teología desde sus casas a través de Internet, ya que son muchas las Facultades de Teología que dan cursos de Teología por este medio a nivel universitario y que hacen posible sacar el título de teólogo con los mismos efectos académicos que los sacados asistiendo a las clases.
    La Iglesia debería promocionar hasta la saciedad el estudio académico de la teología vía Internet, aconsejándolo a muchos jóvenes aunque no tuvieran intención de ser sacerdotes. Simultaneando el estudio de una carrera teológica con el trabajo y también para tantos ni-nis como existen hoy en día. Incluso ofreciéndolo de forma gratis a los que considerara aptos para ello

    1. Esta es una idea ESTUPENDA que funciona. Los grupos de Facebook pueden ser un enorme germinero de vocacio9nes místicas tradicionales. Lo único que hay que conseguir es un Obispo con sucesión apostólica que ordene a los aprobados tras 3 – 4 años en las RRSS probablemente subconditionen.
      Recuerda que la esperanza de la salvación de la Iglesia provendrá de los laicos/as. Creo que la falsa iglesia post-conciliar será destruida totalmente y debe resurgir una nueva mísitica.
      Recomendaría que centrases tus esfuerzos en crear ese nuevo seminario-congragación a través de cursos diarios el grupos sociales (puede comprobarse la asistencia del alumno). En comiéndate a María, Madre de Gracia, para que te ilumine y encuentra ese Obispo CON sucesión (algo difícil). Bendiciones.

  4. El otro problema es que los casos de pederastia que hay, no se combate porque son perpetrados por miembros de la mafia lavanda. Eso sí que hay, y es un problema. Pero en la Iglesia Occidental, no en toda la Iglesia.

  5. Recomiendo leer el poema «Vocación» de José María Gabriel y Galan.
    Es tan maravilloso que no tengo suficientes calificativos para poder exponer mi emoción .
    Elsentimiento, el fervor, la santidad que reflejan sus es inefable…

  6. Los portales de información religiosa no sois mejores imanes de vocaciones. Al contrario, muchas veces nos hacéis pensar: «pero por Dios, pero dónde estoy metido, ¿pero de verdad esto es fe?».

  7. Estupefacta dice bien, lo que sucede es que hay personas que sufren por la sed de sangre, al puro estilo vampiro, o como buitres, que vuelan en círculo al rededor del cadáver

    1. Spes:

      Tiene usted razón. Yo llevaba muchos años esperando que los sacerdotes le metieran mano a los niños para poder machacarlos. Menos mal, ¿eh? Mira que si no le llegan a meter mano… ¿Se imagina? Yo seguiría volando, como un buitre…

      Una lástima que insulte a usted a quienes DENUNCIAN lo que el Vaticano tiene debajo de la alfombra.

      Se une usted así a quienes apoyan a los pederastas.

  8. Estupefacta:

    Esos +410 son casos de abusos a menores de edad. Es por tanto imposible que el 80% de los casos sean de abusos a adultos, porque no llegan los sacerdotes.

    Repito: Léase los informes (al menos un poquito, así en diagonal…). No tiene usted ni idea de lo que habla porque no se los ha leído…

    1. Desiderio, hace como 5 años, fueron acusados , por separado, 2 sacerdotes de abuso de niños, uno de un niño Dawn, y se les comprobó totalmente su inocencia, uno de los 2, si estuvo en la cárcel, y ni siquiera quiero pensar lo que le harían allí, y quedó registrado que abusaron, pero no queda registrado que fueron calumniados, solo les dicen; UD. Perdone. y ya. Ahora con ésto, se acaba de suicidar uno que no aguantó la presión, que Dios se apiade de su alma, y yo te pregunto: ¿Has rezado alguna vez por el aumento de vocaciones sacerdotales y sobre todo, por la santidad de los sacerdotes?,

    2. Yo le he leído el informe Jay, y hasta denunciado un gráfico que quiso manipular para que no pareciese lo que era imposible de esconder:
      Que efectivamente no es pederastia sino abuso homosexual.

      Porque el 80 % de los abusos lo son en chicos varones entre 13 y 18 anos.

      Es decir sexualmente formados. Es decir, abuso homosexual.

      Una animalada. Un supuesto 3 o 5% de gays causan el 80% de los abusos.
      Infiltración lavanda. Que en algunas diócesis como esas qué nombras se hicieron con todo el poder y por sus propias redes causaron el efecto llamada.

      No es toda la Iglesia, pero sí montones de lobbys Aquí y allá a los que nadie se atreve a denunciar porque se las gastan como se las gastan. Una estupidez, porque si les haces frente de verdad te los cargas a todos que es lo que tienen que hacer sin miedo obispos y jerarquía viriles.

      Lo que te confunde es que en USA es lo mismo pederastia que efebofilia, porque no puedes tener relaciones con ningún menor de 18.
      En Europa es bien distinto.

  9. Spes:

    Primero debería usted añadir una referencia a esos 2 sacerdotes acusados injustamente. Referencia de la condena, y referencia de cuando «se les comprobó totalmente» su inocencia. Me gustaría saber cuál fue ese caso que usted comenta.

    Asumiendo que fuese cierto que esos 2 sacerdotes fueron acusados injustamente y uno de ellos encarcelado, sería un simple ejemplo de un fallo judicial.

    ¿Ha leído usted el informe Pennsylvania? Ahí no hay acusados o encarcelados, o jueces o testigos. Son las cartas de los obispos a sus sacerdotes pederastas. Mientras no lo lea usted, continuará sin tener ni idea de lo que habla.

    Por favor, no deje de facilitarme esa referencia a esos dos acusados injustamente.

    1. Fue hace años, y pasó en la ciudad de Guadalajara Jalisco, en México, personas malvadas unas, otras tan solo equivocadas los señalaron, pero salió la verdad. Aquí se cuenta que desaparece una persona y se señala -Desaparecido-, y tal vez se fue por su gusto, y ya no vuelve, pero queda registrado -Desaparecido-, Igual los abusos, queda el caso resuelto, pero no limpia la imagen del acusado, No defiendo a los maleantes, tan solo digo que engrosan las cifras,

      1. Fue hace años, y pasó en Guadalajara NO es una referencia. No me lo creo.

        El informe John Jay es de la Iglesia Católica. ¿Engorda las cifras la Iglesia Católica?

        Léase el informe del Gran Jurado. De Pennsylvania. No tiene usted ni idea de lo que habla, porque NO se lo ha leído (son 1300 páginas, pero al menos léaselo un poquito…).

        1. Desiderio, no le veo necesidad, ni los voy a ayudar, ni los voy a acusar, en cambio no has respondido a mi pregunta: Cuántas veces en tu vida has rezado porque los sacerdotes sean santos,?, La falta de oración repercute en nuestras vidas, y mira, una sorpresa. Ya se me pegó la gana de rezar por tí, y aunque no te guste, lo haré

          1. Spes:

            Confirma usted mis sospechas de que NO ES CIERTO lo que usted cuenta cuando no puede usted proporcionar ninguna evidencia de la inocencia de ese sacerdote condenado por pederasta.

            Confirma usted que no se ha leído ni la información más básica sobre la pederastia en la Iglesia Católica.

            Confirma usted que no tiene ni idea de lo que habla.

            Le respondo: Yo soy ateo. Yo no rezo ni he rezado nunca por ningún sacerdote. Pero puede usted rezar por mí, por mi salvación, por mi alma, etc, etc… todo cuanto usted desee. Se vuelve a equivocar una vez más cuando dice «aunque no te guste, lo haré». No me importa que rece usted. Sí me parece en cambio poco cristiano y de mal ciudadano que lo haga aún cuando cree que no me gusta. Así, por fastidiar…

  10. En estos tiempos complejos, tiempos recios como diría Santa teresa (¿cuando no lo han sido?) se precisa buen tino, creatividad, cabeza, sentido común, visión de futuro, calma y serenidad, pero también cierta audacia y valentía, y flexibilidad y humildad para saber desandar caminos experimentales o no muy afortunados………….demasiadas cosas a la vez para que los seres humanos podamos asumirlas. Pero habrá que intentar hacerlo.
    Creo que no podemos entender las vocaciones, los seminarios, la formación y los formadores como hace 20 o 30 años. Ni cortar radicalmente con el pasado, ni hacer experimentos con «gaseosa», huir siempre de los extremos, pero ir buscando con calma caminos nuevos ministeriales y de servicio. El sacerdocio ministerial ya no puede ser una «casta» aparte. Habrá que asumir con naturalidad diferentes modelos, caminos, estilos, sin perder lo esencial. Cristo no fundó literalmente ningún clero, aunque el carisma de pastor en la comunidad siempre será necesario.

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