¡Convertíos! Una llamada al clero católico

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Los datos son escalofriantes: más allá de los delitos de abuso sexual a menores o pornografía infantil, entre el clero alto y bajo, abundan los sacerdotes que no viven el celibato. Y no en ocasiones aisladas (pecados que merecen ser perdonados) sino como estado de vida: abarraganados con mujer o varón, con un estilo de vida no solo mundano (viajes, alcohol, cenas, fiestas) sino además muchas veces abiertamente homosexual. En muchas ocasiones esto sucede no en el anonimato, sino en entornos clericales o de preparación al sacerdocio.

Por eso sorprende que en muchos documentos recientes se diagnostique que el principal problema del catolicismo -que merece los peores insultos- es el neo pelagianismo o el neo gnosticismo. Mientras tanto quienes llevan una vida sacrílega consiguen crear silencio a su alrededor y escalan descaradamente en la carrera eclesiástica hasta los puestos más altos. Ante algunos de estos personajes parece que la misericordia exige encogerse de hombros y mirar para otro lado, mientras los jabalíes destrozan con sus hocicos la viña del Señor, en imagen bíblica.

Parece más bien que lo que corresponde sería una llamada a la conversión, en los términos más tradicionales, llamando a las cosas por su nombre, sin despreciar a las personas, pero sin permitir que ocupen posiciones públicas en la iglesia sin haber hecho penitencia también pública.

Ante esta situación los pastores del pueblo de Dios bien podrían hacer el siguiente llamamiento:

«Queridos hermanos obispos y sacerdotes:

¡Convertíos y creed en el Evangelio! ¡Volved a la caridad primera! ¡Renunciad a Satanás y a todas sus pompas! ¡Dejad las algarrobas de los cerdos y volved al Padre misericordioso que os espera con los brazos abiertos! ¡Temblad al menos ante el Juez Universal!

Acudid a la confesión de vuestros pecados. Haced penitencia. ¡Velad para no caer en la tentación!

Si además os encontráis en un estado habitual de pecado contra vuestro sacerdocio, acudid con confianza a vuestro Obispo (los obispos, al Papa), para poner en su conocimiento vuestra situación y buscar solución, aunque esto suponga tener que abandonar vuestro ministerio actual, temporal o definitivamente, para llevar una vida de penitencia y de servicio humilde.

Dejad de cavar vuestra fosa, dejad de herir a la Esposa de Cristo, dejad de herir el Cuerpo del Señor.

Hermanos sacerdotes y demás pueblo fiel: si veis a un sacerdote que flaquea, apretad en la oración y el ayuno, acogedle con caridad fraterna y ternura humana, practicad con honestidad la corrección fraterna.

Si ese hermano nuestro perserverara en la situación de pecado, o si se tratara de crímenes o de peligro inminente de escándalo, acudid a los pastores (y a las autoridades civiles si se trata de delitos civiles). Si ellos tampoco tomaran las medidas, entonces poned la situación en conocimiento de otros obispos prudentes y piadosos y si fuera necesario, denunciadlo ante la asamblea.

Kyrie eleison
Christe eleison
Kyrie eleison

Sancta Maria, Refugium peccatorum, Mater Ecclesiae, ora pro nobis.»

Esta me parecería una respuesta muy adecuada a crisis actual, que supera por elevación la polémica Viganò y toda división ideológica.

Fernando Lacalle

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Comentarios
3 comentarios en “¡Convertíos! Una llamada al clero católico
  1. Ese es el llamamiento que el Señor está realizando a su Iglesia y al mundo, pero en modo muy especial a los suyos, desde el año 96, y que ha sido comunicado a los Papas que han ocupado la cátedra de Pedro, pero ha sido desoído por todos ellos (Los tres últimos). De este modo lo que vemos era de esperar: más de dos décadas de rebeldía moral y espiritual, lo que cosecha son frutos de perdición, mentiras y caos. La Iglesia está debilitada y dividida como nunca lo ha estado. El Señor le anuncia la ruina inminente, que no él, sino ellos provocan con sus obras, sin que ninguno haga nada por cambiar, por corregir, por arrepentirse. Les ha enviado sus Noticias, los cumplimientos que van a tener lugar, y ha hecho notoria ante ellos, su Palabra última, esgrimiendo que es su última oportunidad, pero no quieren creerlo. No quieren mirarlo (los que todavía se hallan), y de este modo avanzamos hacia los cumplimientos que están escritos. No lo verán, mientras no reconozcan que ha venido el Rey.

  2. «poner en su conocimiento vuestra situación y buscar solución»

    La solución, cuando se trata de sacerdotes pedófilos, está en comisaría.

    Cuando se trata de sacerdotes que disfrutan de chalets en la playa, pagados con la X del IRPF, es quitarles el chalet y ponerlos en la calle.

    Cuando se trata de sacerdotes homosexuales… en fin… a eso no le veo solución, salvo echar a la calle al 80% de los sacerdotes.

    Respecto a prostitución, queridas, etc… un amigo que abandonó a punto de ordenarse para casarse, me decía que sobre el 50% no eran célibes.

    Todo una mascarada. Todo apariencia, y nada en el fondo… ¿Es esa vuestra Iglesia Católica? Vivís en el engaño absoluto.

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