‘Proclamar la Palabra de Dios es esencial para el misionero’

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Confianza, anuncio y hermanos. Son las tres palabras sobre las que Francisco ha reflexionado durante su discurso a los participantes del 18° Capitulo General de la Sociedad del Verbo Divino, con quienes se reunió esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano.

Lo primero que pidió el Santo Padre fue tener “confianza en Dios y en su divina Providencia”, porque el saber abandonarnos en sus manos – aseguró – “es esencial en nuestra vida de cristianos y consagrados”. En este contexto además, citó a San Arnoldo, quien estaba convencido de que en la vida de un misionero no hay nada que pueda justificar la falta de valentía y de confianza en Dios, para auspiciarles a no sentir “miedo y cerrazón” y a no poner “frenos y trabas a la acción del Espíritu”. También les invitó a “renovar la confianza en el Señor”, “a salir sin miedo” y a dar testimonio “de la alegría del Evangelio”, la cual – puntualizó – “hace felices a muchos”. Una confianza en el Señor que, por otro lado, les debe ayudar también a “estar abiertos al discernimiento”, para examinar la propia vida, buscando hacer la voluntad de Dios en todas sus actividades y proyectos.

“Proclamar la Palabra de Dios” es esencial para el misionero. Y es por ello – dijo Francisco – que en el corazón de todo Verbita “deben arder como un fuego que no se apaga las palabras de san Pablo”: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!». “El mandato misionero no conoce fronteras ni culturas – dijo el Papa – todo el mundo es tierra de misión”. Es sólo, “asumiendo la Palabra de Dios como fundamento de sus vidas” y dejando que ésta arda en sus corazones, lo que hará, de cada uno de ustedes “un verdadero misionero”. Aunque esto – dijo el Papa saliéndose de su discurso –  “es un poco desordenado, pero el asunto es ir, después será el orden, más adelante” – y continuó – “pero la vida del misionero siempre es desordenada. Solamente tiene una seguridad de orden: la oración. Y con la oración va adelante”.

Momento del discurso en el que el Papa también aprovechó para alentarles a vivir y dejarse santificar por la Palabra de Dios: “Vivan y déjense santificar por la Palabra de Dios y vivirán para ella”.

“Qué hermoso es ver una comunidad que camina unida y donde sus miembros se aman” expresó el Pontífice a los participantes del Capitulo General del Verbo Divino. “Aunque se peleen, aunque discuten” dijo, “porque en toda buena familia que se ama, se pelea, se discute”, pero después – continuó – “hay armonía y hay paz”.

Asegurando que vivimos “la cultura de la exclusión, la cultura del descarte”, les expresó que sólo “unidos” es como podrán “afrontar cualquier dificultad y la tarea de salir al encuentro de otros hermanos que están fuera”; los cuales – puntualizó Francisco – “se encuentran excluidos por la sociedad, abandonados a su suerte o pisoteados por intereses egoístas”.

En este contexto, les pidió como “brújula” que oriente sus pasos de hermanos misioneros, escuchar y dar respuesta “a los gritos de quienes piden pan y justicia”, llevar paz y promoción “a los que buscan una vida más digna” y consolar y ofrecer razones de esperanza “a las tristezas y sufrimientos de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo”, porque como misioneros, son enviados para hacer realidad el espíritu de las Bienaventuranzas “a través de las obras de misericordia”.

Por último, Francisco expresó dos palabras: orígenes y cementerio: “Los orígenes no son sólo una historia, no son una cosa, no son una espiritualidad abstracta. Los orígenes son raíces y para que la raíz pueda dar vida hay que cuidarla, hay que regarla. Hay que mirarla y quererla” aseguró, explicando que cuando les dijo que “sean arraigados a los orígenes”, se refería a que sus orígenes “sean raíz que los haga crecer”.

Después habló de cementerios, – pero no bajo un pensamiento lúgubre – acentuó: “Piensen en los cementerios de regiones lejanas, en Asia, en África, en Amazonia… cuántos de ustedes están allí y en la lápida se lee que murieron jóvenes, porque se jugaron, jugaron la vida”. “No se olviden: raíces y cementerio” – concluyó – “raíces y cementerio que también son raíces para ustedes”.

Mireia Bonilla (Vatican News)

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Comentarios
3 comentarios en “‘Proclamar la Palabra de Dios es esencial para el misionero’
  1. Esta es de cal. Luego vendrán las de arena, que serán dos o más. Con estos melifluos discursos se vale para justificarse ante sus incondicionales. Por hoy, ya cumplió. Ahora ya tiene margen para el próximo desafuero, que, con seguridad, no tardará en llegar. El veneno, ya se sabe, es mejor diluirlo entre buenos manjares. Así pasará desapercibido. Su malicia parece no conocer límites.

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