Iglesia en Chile: Después de que todos los obispos chilenos presentaran sus renuncias ante el Papa Francisco y de que éste aceptara la de Juan Barros -al frente de la diócesis de Osorno-, ayer se produjo un hecho histórico. La fiscalía incautó la sede del Tribunal Eclesiástico de Santiago y el obispado de la ciudad de Rancuagua.
Parece ser que, poco a poco, se va restableciendo el orden en la Iglesia Católica de Chile. Después de que todos los obispos presentaran su renuncia al Papa Francisco en el Vaticano, la Fiscalía ha dado un paso adelante incautando la sede del Tribunal Eclesiástico de Santiago y el obispado de la ciudad de Rancagua, donde están siendo investigados al menos catorce sacerdotes por presuntos abusos sexuales contra menores de edad y jóvenes.
Una investigación del Ministerio Público
Durante la mañana del día de ayer Emiliano Arias, fiscal de la región de O’Higgins, se trasladó hasta la sede del Tribunal Eclesiástico para incautar una serie de archivos. Este hecho, del que informan los medios de comunicación nacionales, se enmarca en una investigación que emprendió el Ministerio Público debido a las continuas denuncias que se llevan produciendo, por parte de miembros de la Iglesia, desde hace tiempo.
A su llegada al recinto el fiscal indicó que en Chile todos están «sometidos a la justicia ordinaria». Sin embargo, toda la información requisada no se hará pública «por respeto a las propias víctimas». Según recoge una información del diario La Tercera PM, los documentos corresponderían a todas las investigaciones realizadas desde el año 2007 por parte de la Iglesia.
Absoluta disposición por parte del clero
Arias ha destacado la absoluta disposición por parte del clero. «En el desarrollo de las diligencias de la autorización judicial, la cooperación ha sido total». También manifestó que «es histórico» el proceso que se está viviendo, declarando su esperanza por que «surja de esto algo bueno», porque -según indica- están «realizando una investigación bastante completa». Además esclareció que él no está investigando a la institución religiosa, sino a «personas naturales que han cometido delitos y que pertenecen a ella».
Por el contrario, el fiscal Sergio Pérez Nova, encargado del Obispado de Rancagua, hace un mes pidió al obispo Alejandro Goic que le enviara el total de las pesquisas realizadas en la diócesis desde el 2003 con respecto a la vulneración a la integridad sexual de menores de edad. Dicha petición se sustentaba en que el abuso no solamente es un delito canónico, sino civil. Pero el obispo tan sólo permitió la entrega de datos a la Fiscalía en un par de casos, por lo que finalmente se llevó a cabo la acción de ayer.
Los enviados del Papa vuelven a Chile
Estos procedimientos se realizan en el contexto de la visita que el pasado martes iniciaron el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu. Ambos han sido enviados (por segunda vez) por el Papa Francisco para recoger más testimonios sobre los escándalos que se han producido. Aterrizaron justo el día después de que el Sumo Pontífice aceptara la renuncia de tres obispos, Juan Barros entre ellos. En el día de hoy y el próximo domingo, los enviados de Bergoglio visitarán la agitada diócesis de Osorno.
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Verónica: Insisto: esto es gravísimo. Una violación sin precedentes en Chile a la libertad y autonomía de la Iglesia, con la que el Estado de Chile firmó un concordato a comienzos del siglo XX. Se ha violado normas internacionales y canónicas.
El pusilánime cardenal Ezzati, arzobispo de Santiago, debió haberse opuesto incluso con su vida al ingreso de la Fiscalía para efectuar la incautación. Sin embargo, sólo emitió una meliflua declaración una vez consumado el atropello.
Después de esto ¿qué?
Estoy de acuerdo con Jorge, Es una gravisima intromisión en la independencia de la iglesia católica en su tramitación de justicia canónica, los archivos eclesiasticos no son objeto de requiza por el poder civil de Chile. Esto es de inmediato un atropello a las normas que regulan la relación estado-iglesia. Grave si la Sta. Sede no hace urgente protesta con pedido de devolucion de los documentos.
Este atropello fue realizado con el aval de Bergo glio, quien tiene especial dedicación en poner en ridículo a la Iglesia chilena. Es obvio, por tanto, que el representante de la mafia de San Gallen no presentará queja ninguna.
¿Independencia de qué? ¿Pero de qué narices estáis hablando? A ver, hombre… Un juez dice que esos documentos son importantes para esclarecer los HECHOS, y el juez entra y los coge y punto. ¿De qué estamos hablando, señores? ¿O acaso ustedes prefiren que la Iglesia esconda esa documentación a la justicia?
Lo que es una vergüenza es que haga falta requisar esos documentos, y que no sea la Iglesia Católica la que por iniciativa propia los ponga a disposición del juez.
¡Vergüenza de gente, hombre! Así está la Iglesia, de pederastas hasta la coronilla.
Cualquier abogado tumbaría en un juicio civil las «pruebas» obtenidas de esa forma, pues las posibles «confesiones» de los reos en sede canónica seguramente se habrán efectuado sin las garantías que el ordenamiento civil garantiza a los acusados, como por ejemplo el derecho a no declarar contra uno mismo, o el de estar asistido por un abogado en el momento de la confesión
De todos modos esto no deja de ser un pulso que el Estado echa a la Iglesia y que desgraciadamente ésta, de momento, ha perdido