En un escueto comunicado, la Sala Stampa de la Santa Sede ha anunciado que el Papa ha nombrado al arzobispo emérito de Varsovia, Henry Hoser, visitador apostólico de carácter especial a la parroquia de Medjugorje, por tiempo indeterminado.
Según el comunicado, se trata de un encargo exclusivamente pastoral, en continuidad con la misión de enviado especial que tenía el propio Hoser.
Según el propio comunicado, la misión del Visitador Apostólico es asegurar un acompañamiento estable y continuo de la comunidad parroquial de Medjugorje y de los fieles que van allí en peregrinación, cuyas necesidades requieren una atención particular.
El pasado 11 de febrero, el Papa Francisco encargó a Mons. Hoser que se desplazase a Medjugorje como enviado especial de la Santa Sede con la misión de conocer en profundidad la situación pastoral.
Tras el anuncio del nombramiento el pasado año, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, explicó que el enviado especial no entraría en «el mérito de las apariciones marianas, que son un asunto doctrinal de competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe».
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Es el estilo de este pontificado, ocultar la Verdad, enviando visitadores, visitadores, visitadores y visitadores, comisiones, comisiones y comisiones. Pero en Medjugorje, las piedras hablan por si solas: millones de conversiones. El que quiera puede ir y verlo con sus propios ojos