Portugal, uno de los países más católicos del continente, no será, al menos por ahora, el primer Estado en despenalizar el asesinato en forma de eutanasia en el sur de Europa.
La decisión tomada ayer por el Parlamento de Lisboa, con 110 votos a favor frente a 115 en contra, 4 abstenciones y 1 ausencia, se debió tanto al arraigo del cristianismo en la tierra de la Virgen de Fátima, como a la decisión del Partido Comunista Portugués (PCP) que, con sus 15 escaños, se desmarcó de la actual mayoría parlamentaria que forma con los socialistas, el Bloque de Izquierda y los ecologistas.
En una votación en la que el 76% de los diputados tenían libertad para actuar en conciencia, porque el ‘conservador’ PSD y el Partido Socialista (PS) habían levantado la disciplina de grupo, fueron pocos los parlamentarios que se apartaron del criterio predominante en sus respectivas filas. Hubo seis del PSD que optaron por el sí y dos socialistas que se desentendieron de la postura favorable a la eutanasia de su líder, el primer ministro, António Costa, compartida también por el jefe de la oposición, el ‘conservador’ Rui Rio.
El derecho penal portugués castiga hasta con tres años de prisión la eutanasia en sus diferentes grados, para el homicidio a petición de la víctima, y a quien incita o ayuda a alguien a suicidarse. No es delito, en cambio, la eutanasia pasiva, quien no provoca la muerte , pero tampoco la impide.
Holanda fue el primer país en permitir la eutanasia con la actuación deliberada de un profesional de la medicina; posteriormente le han seguido Suiza, Alemania, Bélgica y Luxemburgo.
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Lo interesante es que, habiendo dado libertad de voto a la mayoría de diputados del Parlamento, haya salido derrotado el proyecto. Está visto que las convicciones cristianas están todavía arraigadas en Portugal, incluso entre sus políticos.
Como español me produce gran envidia.
Bien por Portugal y mal por Irlanda.