‘El Espíritu es un don inmerecido, que hay que recibir con gratitud, dejando espacio a su creatividad inagotable’

EL PAPA CONTINÚA EL CICLO DE CATEQUESIS SOBRE EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
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El Papa Francisco ha continuado este miércoles con el nuevo ciclo de catequesis sobre el sacramento de la Confirmación, centrándose en esta ocasión en el sello del Espíritu.

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes en la Plaza de San Pedro procedentes de todo el mundo. La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

A continuación, la catequesis del Santo Padre:

Queridos hermanos y hermanas:

Continuando con el tema de la Confirmación o Cresimación, hoy deseo resaltar la  “íntima relación de este sacramento con toda la iniciación cristiana» (Sacrosanctum Concilium, 71).

Antes de recibir la unción espiritual que confirma y fortalece la gracia del bautismo, los que van a ser confirmados están llamados a renovar las promesas hechas un día por sus padres y padrinos. Ahora son ellos mismos los que profesan la fe de la Iglesia, dispuestos a responder «creo» a las preguntas del obispo. Dispuestos, en particular, a creer «en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy os será comunicado de un modo singular por el sacramento de la Confirmación, como fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés» (Rito de Confirmación, No. 26).

Ya que la venida del Espíritu Santo requiere corazones reunidos en oración (Hechos 1:14), después de la oración silenciosa de la comunidad, el obispo, con las manos extendidas sobre los que se van a confirmar, suplica a Dios que infunda en ellos su santo Espíritu Paráclito. Uno sólo es el Espíritu, (cf. 1 Cor 12,4) pero viniendo a nosotros trae consigo riqueza de dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y santo temor de Dios (cf. Rito de la confirmación, 28-29). Hemos escuchado el pasaje de la Biblia con estos dones que trae el Espíritu Santo. Según el profeta Isaías (11: 2), estas son las siete virtudes del Espíritu derramadas sobre el Mesías para el cumplimiento de su misión. También San Pablo describe el abundante fruto del Espíritu que es «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí» (Gal 5, 22). El único Espíritu distribuye los múltiples dones que enriquecen a la única Iglesia: él es el Autor de la diversidad, pero al mismo tiempo el Creador de la unidad. Así, el Espíritu da todas estas riquezas que son diversas, pero del mismo modo aporta la armonía, es decir la unidad de todas estas riquezas espirituales que tenemos nosotros, los cristianos.

Por tradición atestiguada por los Apóstoles, el Espíritu que completa la gracia del bautismo se comunica a través de la imposición de las manos (cf. Hechos 8.15 a 17; 19.5 a 6; Heb 6,2). A este gesto bíblico, para reflejar mejor la efusión del Espíritu que impregna a los que la reciben, muy pronto, para mejor significar el don del Espíritu Santo, se añadió a la imposición de las manos una unción con óleo perfumado (crisma)[1]], mantenida en uso hasta hoy, tanto en Oriente como en Occidente. (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1289).

El óleo –el crisma- es una sustancia terapéutica y cosmética que, al penetrar en los tejidos del cuerpo cura las heridas y perfuma los miembros; por estas cualidades fue asumido por el simbolismo bíblico y litúrgico para expresar la acción del Espíritu Santo que consagra e impregna al bautizado, embelleciéndolo con carismas. El sacramento es conferido mediante la unción con el crisma en la frente, efectuada por el obispo con la imposición de la mano y con estas palabras: «Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo»[2].El Espíritu Santo es el don invisible otorgado y el crisma es su sello visible.

Al recibir en la frente la señal de la cruz con el óleo perfumado, el confirmado recibe así una huella espiritual indeleble, el «carácter» que lo configura más perfectamente a Cristo y le da la gracia para difundir entre los hombres el «buen olor» (ver 2 Cor 2:15).

Escuchemos nuevamente la invitación de San Ambrosio al recién confirmado. Dice así: «Recuerda que has recibido el sello espiritual […] y guarda lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado, Cristo el Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón como prenda al Espíritu «(De mysteriis 7,42: CSEL 73,106; cf. CIC, 1303). El Espíritu es un don inmerecido, que hay que recibir con gratitud, dejando espacio a su creatividad inagotable. Es un don para conservar con cuidado, para secundar con docilidad, dejándose moldear, como la cera, por su ardiente caridad, ‘para reflejar a Jesucristo en el mundo de hoy’ (ibid.Gaudete et Exsultate, 23).

[1] Este es un pasaje de la oración para la bendición del crisma “Te pedimos que te dignes santificar con tu bendición  +  este óleo y que, con la cooperación de Cristo, tu Hijo, de cuyo nombre le viene a este óleo el nombre de Santo Crisma, infundas en él la fuerza del Espíritu Santo con la que ungiste a sacerdotes, reyes, profetas y mártires … haz que las personas consagradas por esta unción, libres del pecado en que nacieron, y convertidas en templo de tu divina presencia, exhalen el perfume de una vida santa”

[2] La fórmula “recibir el Espíritu Santo”- “el don del Espíritu Santo” aparece en Jn 20,22, Hechos 2,38 y 10, 45-47

 

A continuación, los saludos en las diversas lenguas:

Saludos en francés

Saludo cordialmente a los peregrinos procedentes de Francia y otros países francófonos. Saludo en particular a los estudiantes de Estrasburgo y a los jóvenes de Niza, Aviñón y Seix. Queridos hermanos y hermanas, os invito a recibir con gratitud los dones del Espíritu Santo, «para reflejar a Jesucristo en el mundo de hoy». ¡Dios os bendiga!

Saludos en inglés

Saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente los de Inglaterra, Escocia, Corea, Indonesia, Singapur, Australia y los Estados Unidos de América. Agradezco a los atletas coreanos su actuación: ha sido una demostración de voluntad de paz: ¡Una representación de las dos Coreas juntas! ¡Ha sido un mensaje de paz para toda la humanidad! Gracias. Dirijo un saludo especial, asegurando mi recuerdo en la oración, a las Hermanas Felicianas que celebran su Capítulo General. Sobre todos vosotros y vuestras familias, invoco el gozo y la paz de nuestro Señor Jesucristo. ¡Dios os bendiga!

Saludos en alemán

Me complace dar la bienvenida a los peregrinos de habla alemana. El Espíritu Santo es el gran don que el Señor nos da. Es importante que todos los fieles reciban el sacramento de la Confirmación, para que vivan plenamente la gracia del bautismo y sean auténticos testigos de Cristo en el mundo. ¡Que el Espíritu Santo nos colme con la abundancia de sus dones!.

Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Los animo a acoger y custodiar con gratitud y docilidad este hermoso regalo que nos da Dios, que es su Espíritu, de modo que el fuego de su amor plasme en nosotros la imagen de Jesús para poder ser discípulos misioneros en el mundo de hoy. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

Saludos en portugués

Con gran afecto saludo a los peregrinos de lengua portuguesa, especialmente a los grupos brasileños venidos de Criciúma, Imbuí y Trindade y también al «Colégio Horizonte» de Vila Nova de Gaia. Os deseo a todos una mayor conciencia y una fiel escucha del Espíritu Santo, el dulce Huésped de vuestras almas, para que os haga fuertes en la fe y  valientes en el testimonio cristiano. La bendición del Señor descienda sobre vosotros y vuestras familias.

Saludos en árabe

¡Una cordial bienvenida a los peregrinos de habla árabe, especialmente a los de Oriente Medio! Queridos hermanos y hermanas, en la Confirmación Dios  Padre nos ha marcado, Cristo nos ha confirmado y ha puesto el Espíritu en nuestros corazones como prenda. Custodiemos este don con atención y dejémonos  moldear, como la cera, por su ardiente caridad, para reflejar a Jesucristo en el mundo de hoy. ¡El Señor os bendiga!

Saludos en polaco

Mi cordial bienvenida a los peregrinos polacos. Vuestra estancia en Roma os confirme en la fe, en la esperanza y en la caridad. Dirijo un saludo especial a todos los que participarán el sábado en el Encuentro de Jóvenes en Lednica, para reflexionar sobre las palabras del Señor Jesús: » Yo estoy con vosotros todos los días». Me alegra la iniciativa. Queridos jóvenes, estad seguros, Él os ve como un tesoro precioso para el mundo. Al mismo tiempo, fijad también vosotros vuestra mirada en el rostro del Hijo de Dios, estéis donde estéis y cualquier cosa hagáis. Solo entonces veréis cómo sois realmente. Dadle vuestra mente, vuestras manos, vuestro cuerpo, para que, gracias a vosotros, pueda llegar a cualquiera que lo necesite. Celebrando en Lednica el centenario de la recuperación de la independencia de vuestro país, besad también la tierra polaca en mi nombre, como hacía habitualmente San Juan Pablo II. Os encomiendo a la protección de María, Reina de Polonia, y os bendigo de corazón.

Saludos en italiano

Una cordial bienvenida a los fieles de lengua italiana.

Me complace recibir  a las participantes en el Capítulo General de las Hermanas de San Felice da Cantalice, a los sacerdotes y seminaristas de los colegios y conventos romanos, a los diáconos del Pontificio Colegio Urbano en Roma, a las Religiosas del Colegio Misionero Mater Ecclesiae en Castelgandolfo y al Grupo Ordo Viduarum.

Saludo a las parroquias de Oppido Lucano y de Furci, a  la Asociación Roller House de Osimo, acompañada por el obispo, monseñor Claudio Giuliodor, a  la Escuela de Mariscales y Brigadieres de los Carabineros de Velletri, a  la Asociación El espíritu del planeta y a la Fundación Instituto Castelli di Brescia.

Un pensamiento especial para los jóvenes, los ancianos, los enfermos  y los recién casados. Mañana terminamos el mes mariano. ¡Que la Madre de Dios sea vuestro refugio en los momentos alegres, así como en los más difíciles y sea la guía de vuestras familias, para que se conviertan en un cálido hogar de  oración, de comprensión recíproca y de don!

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