‘Esta es ciertamente la vocación cristiana: caminar siempre como hijos de la luz, perseverando en la fe’

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En la audiencia general que ha tenido lugar esta mañana a las 9:25 en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco ha dedicado la catequesis al Bautismo: “Revestíos de Cristo” (Fragmento bíblico: Carta de San Pablo a los Gálatas 3,26-27).

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo. Después ha lanzado un llamamiento por la preocupante situación en Oriente Medio. La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

A continuación, la catequesis del Santo Padre:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre el Bautismo. Los efectos espirituales de este sacramento, invisibles para los ojos pero que operan en el corazón de quien se ha convertido en una nueva criatura, se hacen explícitos mediante la entrega de la prenda blanca y la vela encendida.

Después del lavacro de regeneración, capaz de recrear al hombre según Dios en la verdadera santidad (cf. Ef 4,24), pareció natural, desde los primeros siglos, revestir a los nuevos bautizados con una prenda nueva, blanca, a semejanza del esplendor de la vida conseguida en Cristo y en el Espíritu Santo. La vestimenta blanca expresa simbólicamente lo que ha sucedido en el sacramento, y  anuncia, al mismo tiempo, la condición de los transfigurados en la gloria divina.

San Pablo recuerda el significado de revestirse de Cristo, cuando explica cuáles son las virtudes que deben cultivar los bautizados: «Elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente al otro…Y por encima de todo esto revestíos de caridad, que es el vínculo de la perfección”. (Col 3: 12-14).

La entrega ritual de la llama tomada del cirio pascual también recuerda el efecto del Bautismo: «Recibid la luz de Cristo», dice el sacerdote. Estas palabras recuerdan que nosotros no somos la luz, sino que la luz es Jesucristo (Jn 1, 9, 12, 46), quien, resucitado de entre los muertos, ha vencido las tinieblas del mal. ¡Nosotros estamos llamados a recibir su esplendor! Al igual que la llama del cirio pascual ilumina cada vela, el amor del Señor resucitado inflama los corazones de los bautizados, llenándolos de luz y calor. Y por eso desde los primeros siglos el sacramento del bautismo también se llama «iluminación» y al bautizado se le llamaba «el iluminado”.

Esta es ciertamente la vocación cristiana: «Caminar siempre como hijos de la luz, perseverando en la fe» (cf. Rito de la iniciación cristiana de adultos, n. ° 226, Jn 12, 36). Si se trata de niños, es deber de los padres, junto con los padrinos y madrinas preocuparse por alimentar la llama de la gracia bautismal en sus pequeños, ayudándolos  a perseverar en la fe (cf. Rito del bautismo de los niños, n. 73). » La educación en la fe, que en justicia se les debe a los niños, tiende a llevarles gradualmente a comprender y asimilar el plan de Dios en Cristo, para que finalmente ellos mismos puedan libremente ratificar la fe en que han sido bautizados. «(ibid., Introducción, 3).

La presencia viva de Cristo, que debemos  proteger, defender y dilatar en nosotros, es la lámpara que ilumina nuestros pasos,  luz que orienta nuestras decisiones,  llama que calienta los corazones para  ir al encuentro del Señor, haciéndonos capaces de ayudar a los que hacen el camino con nosotros, hasta  la comunión inseparable con Él. Ese día, dice también el Apocalipsis, «Noche ya no habrá; no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos»(véase 22: 5).

La celebración del bautismo termina con la oración del Padre Nuestro, propia de la comunidad de los hijos de Dios. En efecto, los niños renacidos en el bautismo reciben la plenitud del don del Espíritu en la confirmación y participan en la eucaristía, aprendiendo lo que significa dirigirse a Dios llamándolo «Padre» .

Al final  de estas catequesis sobre el Bautismo, repito a cada uno de vosotros la invitación que expresé en la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate: » Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida (cf. Ga 5,22-23)”.

A continuación, los saludos en las diversas lenguas:

Saludos en francés

Doy la bienvenida a los peregrinos procedentes de Francia, Suiza y otros países francófonos. Saludo en particular a los jóvenes y a los peregrinos de la diócesis de Le Mans. Queridos hermanos y hermanas, espero que la gracia de vuestro bautismo sea fecunda en cada uno de vosotros y os sostenga en vuestro camino de santidad. ¡Dios os bendiga!

Saludos en inglés

Saludo a los peregrinos de habla inglesa presentes en la audiencia de hoy, especialmente los de Escocia, Irlanda, Egipto, Mauricio, Indonesia, Canadá y Estados Unidos de América. En la alegría de Cristo Resucitado, invoco sobre vosotros y sobre vuestras familia el amor misericordioso de Dios nuestro Padre. ¡El Señor os bendiga!

Saludos en alemán

Con afecto saludo a los peregrinos provenientes de los países de habla alemana. en particular, al equipo del club deportivo Rapid de Viena. En nuestro camino para encontrarnos con el Señor, compartimos la llama de la fe con todos nuestros hermanos y hermanas. De esta forma podremos ayudar a aquellos que siguen el mismo camino con nosotros, hasta la comunión inseparable con Jesús en la casa del Padre. ¡Dios os bendiga a todos!

Saludos en español

Saludo especialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica. Los invito a poner los medios necesarios para que la gracia del bautismo crezca y fructifique en sus vidas. No se desalienten ante las dificultades y busquen a Dios una y otra vez, porque el Espíritu Santo da la fuerza necesaria para alcanzar la santidad en medio de las circunstancias que les toca vivir cada día.

Saludos en portugués

Un cordial saludo a los peregrinos de lengua portuguesa, en particular a los jubilados de la «Asociación de Amistad Italia-Brasil» y a los otros grupos brasileños. Queridos amigos, todos los bautizados están llamados a ser discípulos misioneros que viven y transmiten la fe. En cualquier circunstancia, tratad de dar un testimonio alegre de vuestra fe. ¡Dios os bendiga y la Virgen Madre os proteja!

Saludos en árabe

Mi  cordial bienvenida a los peregrinos de habla árabe, en particular al embajador de la República Árabe de Egipto en Italia con todo el personal de la Embajada, y a la delegación de la Comunidad de la Iglesia Copta de la diócesis de Luxor. Queridos hermanos y hermanas, dejad que la gracia de vuestro bautismo fructifique  en un camino de santidad. ¡No os desaniméis! Será posible con la fuerza del Espíritu Santo. ¡El Señor os bendiga!

Saludos en polaco

Saludo a los peregrinos polacos y, de manera especial, a los ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial venidos para la conmemoración del aniversario de la batalla de Monte Cassino. La tristeza, recordad las guerras … el siglo pasado, dos grandes; y ahora … nunca aprendemos ¡Que Dios nos ayude! La tragedia de la guerra que vivisteis, la fuerza del espíritu, la fidelidad a los ideales y el testimonio de la vida se conviertan en llamada para el cese de los conflictos en curso en el mundo y para la búsqueda de caminos de paz. Os bendigo calurosamente a todos, a vuestra patria, a los peregrinos presentes aquí, y entre ellos a los niños de la Primera Comunión de la Iglesia de San Estanislao en Roma.

Saludos en italiano

Dirijo una cordial bienvenida a los fieles de la lengua italiana.

En particular, me complace recibir a los sacerdotes de las diócesis de Milán y Brescia, a los Padres Palotinos y a las parroquias, en particular a las de Stabbia y de Oria. La visita a las tumbas de los apóstoles aumente en todos el deseo de adherirse con renovado entusiasmo a Jesús y a su Evangelio.

Saludo al Grupo AVIS de Viterbo, acompañado por el obispo, Monseñor Lino Fumagalli, al Colegio San Carlo de Milán, al Instituto Superior Universitario de  Ciencias psico-pedagógicas y sociales de Viterbo, a la delegación del Campeonato de fútbol para personas con trastornos mentales, y al grupo del penitenciario de Catania.

Un pensamiento especial para los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados. La oración mariana que entrelaza el tiempo de este mes de mayo, sostenga y motive a cada uno a vivir bien su presencia en la familia y en el ambiente de trabajo, llevando, con el entusiasmo de los discípulos, la alegría de la vida en Cristo.

 

A continuación, el llamamiento del Santo Padre:

Estoy muy preocupado y apenado por el agudizarse de la tensión en Tierra Santa y en Oriente Medio, y por la espiral de violencia que aleja cada vez más del camino de la paz, del diálogo y de las negociaciones.

Expreso mi gran pesar por los muertos y los heridos y estoy cerca con la oración y el afecto a todos los que sufren. Reitero que nunca es el uso de la violencia lo que conduce a la paz. La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia.

Invito a todas las partes involucradas y a la comunidad internacional a renovar su compromiso para que prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz.

Invoquemos a María, Reina de la Paz. «Ave María …»

¡Que Dios tenga piedad de nosotros!

Mis mejores deseos para el mes de Ramadán, que empieza mañana. ¡Que este tiempo privilegiado de oración y ayuno ayude a caminar por el camino de Dios, que es el camino de la paz!

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Comentarios
4 comentarios en “‘Esta es ciertamente la vocación cristiana: caminar siempre como hijos de la luz, perseverando en la fe’
  1. ¿Para cuando una exhortación apostólica sobre la aberrante ideología de género y las inicuas leyes que la imponen hasta en la enseñanza de los niños?

  2. ¿Y dónde se imparte educación cristiana? ¿En los colegios católicos? JA-JA-JA… El mayor granero de ateos, agnósticos e incultos de la religión cristiana salen de los mal llamados colegios, institutos y universidades católicas.

  3. ¡Y en vez de promocionar la fe en quien dijo: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí», promocionando el Ramadán! ¡Hijos de Dios son «los que son conducidos por el Espíritu de Dios» (Rom 8,14)!

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