De O’Malley a Kiko, pasando por Ladaria: la frenética mañana de Francisco

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No sé cómo habrá sido su agenda esta mañana, querido lector, pero apostaría que no ha sido tan intensa como la de Su Santidad esta mañana.

Les leo, de la página del Vaticano:

El Santo Padre ha recibido esta mañana en Audiencia:

– Em.mo Card. Sean Patrick O’Malley, O.F.M. Cap., Arzobispo de Boston (Estados Unidos), Presidente de la Pontificia Commisión para la Tutela de Menores;

– Em.mo Card. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Vientiane (Laos);

– S.E. Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I., Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe;

– Profesor Matteo Truffelli, Presidente Nacional de Acción Católica Italiana
con S.E. Mons. Gualtiero Sigismondi, Asistente Eclesiástico General;

– Señor Francisco Argüello, Iniciador del Camino Neocatecumenal.

Con O’Malley, desde luego, tiene mucho que hablar, aunque no veo cómo puede haber sido una entrevista cómoda. Después de todo, está el tremendo mal entendido de la carta que Juan Cruz, una de las víctimas del Padre Karadima y testigo de la connivencia de Juan Barros, todavía a esta hora obispo de Osorno, en Chile, con los abusos sexuales del carismático sacerdote.

El Papa, recordarán, llamó públicamente «calumniadores», tras su visita pastoral a Chile, a las víctimas que protestaban contra el nombramiento de Barros para presidir la diócesis de Osorno, y aseguró que ninguno de ellos se había dirigido a él para denunciar abusos.

Y fue entonces cuando salió este Juan Cruz asegurando que hacía ya más de dos años que había enviado una carta contándolo todo en detalle a la Comisión que dirige O’Malley, y que este le había asegurado por teléfono que la había entregado en mano a Su Santidad.

O’Malley confirmó la historia y el Papa, la suya, a saber: que qué carta ni carta.

Ahí quedó la cosa, cada uno llamando implícitamente mentiroso al otro. No sé si son las mejores condiciones para una entrevista fructífera a solas.

Claro que quizá ninguno de los dos mintió, que es la opción más caritativa; sencillamente, O’Malley le entregó la carta en mano, y el Papa la olvidó sin leerla. Si la mitad de sus mañanas son tan estresantes como la de hoy, no sería nada extraño, aunque se compadece mal con su reiterado interés, tantas veces y tan contundentemente hecho público, de dar prioridad al asunto este de los abusos sexuales de los clérigos.

Entre medias, el Papa ha rechazado tres veces -un número muy bíblico- la renuncia al obispado que le ha presentado Barros.

Y luego está su desgarradora carta a los obispos de Chile pidiendo perdón por sus errores en este sentido tras leer el voluminoso informe de Charles Scicluna, a quien había enviado a enterarse todo ese feo asunto chileno. El Santo Padre culpa de su errónea actitud al hecho de haber sido mal informado, aunque no dice por quién, ni tenemos noticia de que nadie haya pagado esta chapuza.

Ah, y Barros, por lo que sabemos, sigue ahí.

También podría hablar del caso Capella, ya saben, el diplomático vaticano acusado en Estados Unidos, donde forma parte del personal de la nunciatura, de posesión de pornografía infantil. El Vaticano lo sacó del país y, luego, se negó a su extradición, y en libertad estuvo un año, hasta que un tribunal vaticano lo mandó detener al fin.

Es cierto que Capella, que se sepa, no abusó directamente de niño alguno, pero si la posesión de pornografía infantil es un delito es porque exige el abuso de muchos, muchos menores.

Es decir, que si la conversación ha podido ser un poco tirante, desde luego no les faltaban temas a tratar.

De Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun no podemos decir mucho, o más bien nada, pero más ‘periferia’ es difícil encontrar. En Laos viven cerca de 45.000 católicos, menos del 1% de una población de 6,4 millones de personas, con 20 sacerdotes y 98 religiosos divididos en 218 parroquias. Laos es uno de los últimos Estados socialistas que quedan en el mundo, con lo que ya supondrán que la Iglesia allí es objeto de intensa persecución y frecuente martirio.

Quizá Ling le haya hablado de todo esto a Su Santidad y, ya de paso, le haya implorado que no ‘negocie’ con el gobierno laosiano como lo está haciendo con China, donde, en palabras del Cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong, Roma está ‘vendiendo’ a los fieles.

Afortunadamente, el partido en el poder en Laos no ha formado una iglesia cismática paralela controlada por los funcionarios comunistas, con lo que no cabe ese riesgo.

Con Doctrina de la Fe siempre hay temas; con tanto discernimiento como tenemos en todas partes, es una congregación que no puede tomarse un respiro. Pero si se trata solo de tratar lo más reciente y de más bulto, el asunto sea con toda probabilidad el ‘nyet’ pontificio a esa humorada que votó por abrumadora mayoría la Conferencia Episcopal Alemana de dejar comulgar a luteranos.

El Papa ha impuesto en esto la cordura doctrinal, aunque se dice que no le ha gustado nada que su negativa se haya hecho pública. Su irritación en esto me deja, lo confieso, algo perplejo: ¿cómo es posible que asista sonriente a la publicación por su ‘amigo’ Scalfari ‘urbi et orbi’ de una herejía puesta en su boca -que no hay infierno y que las almas que se cierran a la gracia simplemente desaparecen- y que le enfade que se sepa que ha afirmado la ortodoxia doctrinal con respecto a la eucaristía?

Y, para acabar, nuestro compatriota Kiko, ‘iniciador’ de uno de los nuevo movimientos más activos y de mayor crecimiento de la Iglesia hoy.

Hace no tanto, con San Juan Pablo II, parecía que los movimientos iban a compensar la agonía de los espacios naturales de la vida católica, las parroquias, que languidecen desde que tengo uso de razón. Pero de un tiempo a esta parte, también las ‘nuevas realidades’ parecen estar de capa caída.

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Comentarios
3 comentarios en “De O’Malley a Kiko, pasando por Ladaria: la frenética mañana de Francisco
  1. Arguello,el perejil de todas las salsas. Nos metemos con el opus porque están al sol que más calienta siempre. Pero,que decir de los seguidores de kiko: otrora con Rouco;agora con Jorge Francisco. A ver si nos aclaramos de una puñetera vez,por que si no, nos vamos todos a ver envueltos en un cisma más gordo que el del demonio Lutero!!!

  2. ¿Desastroso? Ahora sabemos lo que pasa. Antes no. Acentúa el milagro de no haber desaparecido después de 2000 años de corrupción.
    San agustín tiene un sermón que aparece el miércoles de la semana XX del tiempo ordinario en el oficio de lecturas. Dale un repaso porque no tiene desperdicio. Habla del concepto de los tiempos pasados y de aquellos que dicen que fueron mejores.

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