El Papa Francisco se ha unido al patriarca ortodoxo de Moscú y otros líderes de iglesias cristianas en un llamamiento ecuménico por la paz con motivo del reciente ataque de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia contra Siria.
En una declaración conjunta, los líderes religiosos lamentan que la guerra civil siria, que se ha cobrado miles de vidas y ha obligado a millones a huir de sus hogares, «amenaza ahora convertirse en un conflicto mundial».
«El mundo se ha acercado a una línea peligrosa, un verdadero fracaso en las relaciones y cooperación mundial», afirma el comunicado conjunto, que recuerda los horrores de las dos guerras mundiales del siglo pasado y urge a los líderes mundiales a «no permitir nuevas escaladas de tensión para evitar la confrontación y tomar el camino del diálogo».
Hasta ahí, nada especial. El patriarca y Su Santidad el Papa ha estado en contacto telefónico desde el estallido en Siria, conversaciones de donde surgió la iniciativa de este comunicado y, presumiblemente, el texto del mismo, que se ha publicado en el espacio online del Patriarcado en inglés, francés y ruso. Pero el diario italiano Il Messaggero ha llamado la atención sobre un llamativo detalle: entre las firmas no figura la del Papa Francisco.
¿Es un mero despiste, un comprensible olvido o un arrepentimiento de última hora? En sus últimos mensajes, el Santo Padre ha hecho diversas referencias a la situación en Siria, haciendo llamamientos por la paz, si bien en un sentido mucho más general que los que llegan de las comunidades cristianas de Siria, directamente amenazadas con la extinción si el país sucumbiera a la presión islamista, a las que se ha unido el propio nuncio en el país.
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