Gaudete et Exsultate: (Casi) Todo está bien menos la fecha

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Al lector de la exhortación apostólica le da a veces la sensación de que todo (o casi todo) es perfectamente correcto y adecuado en la exhortación salvo la fecha. Es un texto ideal, quizá, para la Ginebra gobernada por Calvino o, incluso, tal vez para los católicos españoles de los años cuarenta. 

El ser humano está de siempre hambriento de prodigios y maravillas, de lo extraordinario, de lo que supera las leyes del universo que conoce, de ahí que abunden y triunfen las películas de superhéroes. De ahí, también, que la palabra ‘profeta’ haya llegado a designar casi exclusivamente a la persona que adivina el futuro.

Pero no es así como se concebía al profeta en el Antiguo Testamento. Los avisos de calamidades por venir -no siempre cumplidas, como el caso de Jonás en Nínive- son una parte no esencial de su misión; lo esencial en el profeta era y es recordar al mundo, no cualquier verdad, sino aquellas verdades que no quiere escuchar.

Esa es una de las misiones esenciales de la Iglesia frente al mundo: ser profética. Sí, enseñar todas las verdades reveladas, naturalmente; pero poner un énfasis especial en las más olvidadas, despreciadas o negadas por el mundo e incluso por los propios fieles. Uno no va con la manguera a luchar contra una inundación, con la excusa de que los incendios son igualmente destructivos.

Esa es, en pocas palabras, la causa de mi perplejidad tras la lectura de la reciente exhortación papal sobre la santidad en el mundo moderno, Gaudete et exultate, y el núcleo de todas mis objeciones al texto.

La carta es 100% Francisco, en lo mucho bueno y en lo malo. Es sencilla y directa, es conmovedoramente cercana, es práctica, llena tan pronto de citas de grandes santos como de ilustraciones concretas para vivir la santidad en medio del mundo.

Siendo lego en teología y no teniendo intención alguna de leer al Santo Padre con la escopeta cargada, doy por buena la doctrina que contiene, aunque algún comentario me haya podido hacer levantar la ceja (¿Cristo no sabía distinguir la epilepsia de la posesión diabólica?). En cualquier caso, no es lo que me ha dejado más insatisfecho con el documento.

No, lo que echo en falta es aquello de lo que hablo al principio: profecía, en el sentido veterotestamentario, original, del término. Da la sensación de estar dando gran lanzada a moro, si no muerto, agonizante, y de atacar vicios que, si bien lo son, no puede decirse seriamente que abunden o siquiera que el mundo actual los tenga por buenos o tentadores.

Por ejemplo, se lee en la exhortación: «No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. Todo puede ser aceptado e integrado como parte de la propia existencia en este mundo, y se incorpora en el camino de santificación. Somos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción, y nos santificamos en el ejercicio responsable y generoso de la propia misión».

Ahora, ¿hay alguien que pueda pensar que el silencio y la vida retirada -no digamos, contemplativa- son tentaciones que abunden y causen estragos en el mundo moderno, incluso entre los propios fieles?

Se diría que más bien al contrario, que si contra algo hay que prevenir es contra el aturdamiento del ruido y de la huida de esos espacios de soledad y quietud que los santos tanto han apreciado a lo largo de nuestra historia para favorecer la oración.

Insiste, asimismo, Su Santidad en lo que ya se ha convertido en un Leit Motiv de su pontificado, su doble crítica a los católicos ‘rígidos’ empeñados en un cumplimiento puntilloso de las normas y a aquellos, no menos rígidos, que se obsesionan por agotar la verdad y defender a muerte cada punto de doctrina con desprecio de la práctica evangélica, ese amor y esas obras de caridad por las que seremos juzgados ‘al atardecer’.

Pero, ¿es alguno de esos dos el gran problema del mundo hoy? Más bien se diría que nuestra era, dentro y fuera de la Iglesia, se caracteriza por una visión más que laxa del cumplimiento de norma alguna; y en cuanto a la minuciosa defensa de la doctrina, suena incluso a broma cuando uno mira a su alrededor.

No es, por lo demás, una impresión personal. Ahí están las estadísticas sobre divorcio, aborto, homosexualidad activa u otras normas condenadas sin mucha polémica por la Iglesia que, entre católicos, alcanzan aproximadamente el mismo grado de incumplimiento que en la población general. En cuanto a doctrina, y por poner un ejemplo cercano al Papa, la Iglesia alemana, de la que han salido tantos de sus íntimos colaboradores y teólogos más admirados: según datos ofrecidos por la propia Conferencia Episcopal Alemana, solo el 60% de los laicos católicos cree en la vida después de la muerte y solo un tercio, en la Resurrección de Cristo.

¿Da la impresión de unos fieles aferrados irracionalmente a puntos minuciosos de doctrina? No parece, más bien lo contrario. Lo que uno ve a su alrededor es un descuido universal y sostenido de las normas y una ignorancia o desprecio creciente hacia las verdades de fe.

En definitiva, al lector le da a veces la sensación de que todo (o casi todo) es perfectamente correcto y adecuado en la exhortación salvo la fecha. Es un texto ideal, quizá, para la Ginebra gobernada por Calvino o, incluso, tal vez para los católicos españoles de los años cuarenta.

Francisco parece parafrasear en la intención a su compatriota Carlos Gardel, sintiendo que «veinte años no es nada». Parece, decimos, dedicar un texto a católicos que no hubieran vivido las conmociones del postconcilio, a esa grey católica que, en efecto, podía en ocasiones mostrar un excesivo apego a puntos menores de doctrina o pseudodoctrina u observar un puntilloso cumplimiento de normas vacías de caridad.

Pero medio siglo es, en realidad, mucho tiempo, el suficiente como para que surjan varias generaciones de católicos a los que no hace falta animar demasiado para que relativicen normas o verdades de fe. Y es en ese sentido en el que Gaudete et Exultate parece hablar, directamente, a católicos que ya no existen apenas y a un mundo desaparecido sin remedio.

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Comentarios
35 comentarios en “Gaudete et Exsultate: (Casi) Todo está bien menos la fecha
  1. Uno ya es mayorcito y tiene suficientes criterio y lecturas como para no perder el tiempo embaulándose cataplasmas. ¡Con todo lo bueno que hay por leer!

  2. Es -creo- la primera vez que no estoy de acuerdo con un artículo de Carlos Esteban, porque precisamente la fecha es lo único ajustado a la realidad en esta exhortación: Este reblandecimiento «amable» de la moral llega justo en el momento escatológico previsto, para secundar la peor relajación histórica (peor que Sodoma) de la sociedad. Su «reconfortante simpatía» tiene «poder seductor para hacer creer en la mentira» (2 Ts 2, 11). En la mentira suprema de que la libertad humana no comporta responsabilidad ante un Dios trascendente, ni exige optar radicalmente por la Verdad. La Verdad con mayúscula que es Cristo. Una mentira escondida, pero inspiradora del conjunto y mucho más grave de lo que parece, porque socava toda la moral evangélica.. . El empleo de textos de santos y doctores de la Iglesia fuera de contexto o en sentido contradictorio, (como denuncia Infovaticana) es su procedimiento para «legitimar» ese cambio moral.

  3. Análisis muy certero.
    Usted ha mencionado «a moro muerto gran lanzada» y «acudir con una manguera a una inundación».
    A mí se me ocurrió cuando leía algunos pasajes que se estaba «arremetiendo contra molinos de viento».

    Por otra parte, y esto convendría que lo analizara un teólogo docto, tengo la impresión de que hay un mal entendimiento, o tal vez una mala explicación, de los conceptos de gnosticismo y pelagianismo. Me parece que uno y otro son en el fondo bastante diferentes de como se exponen en la exhortación.

  4. «lo esencial en el profeta era y es recordar al mundo, no cualquier verdad, sino aquellas verdades que no quiere escuchar.

    Esa es una de las misiones esenciales de la Iglesia frente al mundo: ser profética. Sí, enseñar todas las verdades reveladas, naturalmente; pero poner un énfasis especial en las más olvidadas, despreciadas o negadas por el mundo e incluso por los propios fieles.»

    Qué el Espíritu Santo le siga dando su Luz.

  5. La fecha de la exhortación es el 19 de Marzo, fecha clave y primordial entre los miembros del Opus Dei, organización que se autoatribuye haber aportado a la Iglesia lo de la santidad en medio del mundo, pese a lo cual nada de su fundador o sobre su fundador aparece en el documento, y a la que le caerían como un guante algunos de los errores descritos (también a otras organizaciones eclesiales más). En mi opinión en las partes que tratan de errores el papa denuncia el pecado no al pecador, yo no deseo ser el acusador, pero tampoco me sumo a su postura de que son errores propios de épocas pasadas pues hay grupos que no han evolucionado desde esos tiempos siendo esos errores la causa de grandes sufrimientos entre sus abnegados fieles católicos.

  6. Aplaudo su artículo. Me parece no por obvio menos necesario. Desde los años setenta en que recibí catequesis para la primera comunión me vienen hablando contra «la rigidez de las normas» y contra «los que van a misa todos los días y luego no son caritativos», y ya entonces me parecía que atacaban un enemigo inexistente. Cuarenta años llevo esperando este artículo, lo expresa Vd. perfectamente

  7. No sólo la fecha está mal. En nuestros tiempos se está cayendo más bajo que Sodoma y Gomorra, pero la exhortación recorta las Sagradas Escrituras :»También en el Evangelio de Mateo, vemos que lo que procede del corazón es lo que contamina a una persona (véase 15:18), porque del corazón viene el asesinato, el robo, el falso testimonio y otras malas acciones (véase 15:19). De las intenciones del corazón vienen los deseos y las decisiones más profundas que determinan nuestras acciones.» ¿Por qué recorta lo que dijo el Señor? Mateo 15:19 «19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias». Bergoglio no quiere hablar de los adulterios, las fornicaciones y las blasfemias, pecados tan comunes en nuestros tiempos, mucho más que las «rigideces». Cuántas familias caen en la pobreza y los niños en drogas y delincuencia por los adulterios y fornicaciones.

  8. Me recuerda mucho su artículo a esa parábola de nuestro Sr. en la que un fariseo reza en la Iglesia diciendo eso de «Gracias Sr. por no ser como ese publicano….»
    El Papa está preocupado por la gente como usted. Los rigoristas que siguen entendiendo el Reino de Dios como algo a lo que accederemos después de la muerte y tras habérnoslo ganado a base de cumplir estrictamente los dogmas y doctrinas de la Iglesia.
    No le preocupan los que viven su fe desde el servicio y la entrega al prójimo(que significa próximo) y construyen el reino de Dios aquí y ahora.
    Todos deberíamos aspirar a ser de estos últimos.
    Y eso es lo que nos ofrece el Papa, la sencilla dificultad de ser santos de las cosas cotidianas.
    Ciertamente si eso es lo único que le puede reprochar, usted que tanto le reprocha, es que cada vez afina más Francisco.
    A este paso los tradis no vana tener nada que decir.
    ¡Bien por el Papa!

  9. A mí me pasa como a Amalia. Nunca he entendido –es un decir– por qué curas y obispos llevan 40 años caricaturizando como monstruos morales a los poquísimos que aún son de misa diaria, de las misas que ellos mismos dicen. Por sus prédicas se diría que en cuanto oyen el «Podéis ir en paz» se lanzan a explotar al trabajador y a murmurar de todo quisque. Con la de virtudes humildes y solidarias que atesora mi anciana madre, «beata rigorista» de misa diaria y fe y amor infinitos…

  10. En mi opinión, el Papa ha acertado de pleno. Ignoro lo que sucederá en otras realidades de la Iglesia, pero los defectos denunciados en los puntos 57, 58 y 59 de la exhortación son una definición precisa de la ‘enfermedad espiritual’ que sufre la Obra desde hace muchos años. Enfermedad que ha enviado a muchos al psiquiatra y a lugares peores.

  11. Francisco usa la misma táctica de la izquierda anti iglesia: hacer una figura ridícula de católico fiel y comprometido y criticar tal figura, que en realidad no existe. Pero es la excusa perfecta para justificar un nuevo arquetipo de Cristiano que puede estar comprometido con las ONG, pero que pasa de Dios y de la Iglesia.
    Se oye con frecuencia: mejor es una persona que ayuda a los pobres y no va a Misa, que uno que va a Misa y no ayuda a los pobres. Al final es argumento falaz, construido para justificar que no es importante ir a Misa.
    Francisco hace lo mismo, ridiculizar al que va a Misa todos los días, tachando de rígido, porque en realidad, para el es más importante la acción social que el culto a Dios. Esta manipulación es más propia de un ateo que de un creyente. Porque la realidad es la contraria, los cristianos practicantes suelen tener mucho más compromiso social que los nos practicantes. Entre ellos destacan las órdenes religiosas con fines asistenciales

  12. Margarita Camus, alguien que ha reconocido en público, como usted, que su apoyo al Papa Francisco es simplemente un revanchismo fruto de las frustraciones personales, no puede alegar casi nada. Si el Papa estuviera preocupado por el rigorismo, no hubiera intentando aprobar a los lefebristas sin pedirles nada a cambio. Esta exhortación apostólica tiene un problema: nace del revanchismo agónico de una facción de la Iglesia que camina hacia la desaparición por una simple cuestión demográfica y se le nota un pelín. Y el fruto en el apostolado lo da Dios. Algo tendrán esa gente que tanto odio y frustración despiertan en usted y en otros como usted. El fariseo que se agarra hipócritamente al poder no es el católico de a pie, que no tiene ninguno. Es por ejemplo el obispo alemán que propone la comunión a todo el mundo para ganar dinero con el impuesto religioso, pero niega los sacramentos a quiénes no tienen dinero para pagar dicho impuesto. Fariseismo.

  13. Yo ya no sé que pensar. Dios cada vez mas oculto, mas escondido. Sólo me quedaba la Iglesia Católica como el UNICO lugar donde podía humildemente, y con mucha dificultad, aceptar la verdad. Ahora que la verdad ha sido demolida por el sucesor de Pedro. ¿Dónde podré buscar la Verdad?

  14. Normando, la verdad no ha sido demolida. El magisterio de la Iglesia de siempre y el ejemplo y las palabras de tantos santos están ahí. No tenga pena. La luz de la Fe sigue ahí, solo hay que mirar bien. Todo esto pasará. En el sagrario sigue la lucecita que nos espera y nos dice: «aquí estoy». Ni siquiera Francisco ha podido demoler demasiado, solo confundir.

  15. Me ha encantado la exhortación del Papa. Es totalmente actual y habla de una manera que todos podemos entender y no sólo los que han estudiado teología.

    Felicidades, Santo Padre.

  16. Me parece acertado el artículo. Es muy sesgado, siempre castigando a los «fariseos» como si fueran legión, cuando en cualquier Misa comulgan todos aunque no se confiese nadie, se hace lo que se les canta con la liturgia, vale todo… Estoy confundido. Llegué al catolicismo ya mayor, con Juan Pablo II y siento que me cambiaron todas las reglas de juego. Me agarro fuerte de la promesa de Cristo de que no prevalecerán las puertas del infierno, no me queda otra opción…

  17. Respecto de la epilepsia, con toda humildad y en mi opinión, antiguamente, a las enfermedades espirituales les llamaban demonios, tal vez a las enfermedades físicas también. Hoy en día las enfermedades espirituales las tratan la psicología, la psiquiatría, la neurología, ect.
    Si un ángel es un mensajero, evangelio significa buen ángel, buen mensaje, un demonio es un ángel rebelde. Una mala noticia pero además tozuda, que no obedece.
    ¿Para expulsar un demonio que cabe hacer? Infundir un nuevo espíritu. ¿Que hace si no un psicólogo? Te escucha, detecta los errores de razonamiento y te ofrece una visión alternativa y terapéutica. Es decir, infunde un nuevo espíritu. También sabemos por el evangelio que hay demonios que sólo salen con el ayuno y la oración. Por tanto puede haber y hay una causa material, una suciedad, que es el pecado, que hay que purgar, expulsar, limpiar, mediante el ayuno. Lo poco que sé se lo debo al padre Fortea por su tratado Summa demoniaca, gracias.

  18. Por otro lado, para librarnos de los demonios o enfermedades espirituales, los creyentes disponemos del auxilio de los sacramentos: la confesión y la comunión. El sacerdote consagra y pide que descienda el Espíritu Santo sobre las ofrendas como el rocío que luego comulgamos. También contamos con el auxilio de los sacramentales y cómo no, con las obras de caridad y de misericordia porque la fe sin obras …
    Paz y bien para todos

  19. Lindor,
    ¿Me estás llamando perra? No me extrañaría, así es como llegáis a la santidad algunos. Otra explicación es que pretendes que vaya a un psicólogo argentino, para que me convierta en un chuchito que hace todo lo que quiere su amo a cambio de chuches. Pues no, soy libre, y me gusta conservar mi libertad.
    Es cierto que el documento tiene partes en las que es sencillo y directo. Pero la explicación de los peligros, del discernimiento y otras cuestiones son muy complejas y confusas. Insisto, creo que se confunde y confunde en el tema de la oración, y no se sabe a qué acción llama exactemente. Tampoco se entiende muy bien cual es el objeto y el fundamento de la llamada a la santidad, al menos, a mí no me ha quedado claro. Ni la razón por la que tenemos que ser santos. Sin más. Es mi análisis. No me parece que se entienda bien el mundo de hoy ni el catolicismo actual. En cuanto a la llamada básica a la santidad en la vida cotidiana, todos de acuerdo. Está muy bien que nos lo recuerden

  20. Bueno, me ha borrado el sistema el comentario. Lindor Covas, no espero más de ti. Es obvio que para ti, ser santo es esto: insultar. Bueno, tú mismo, super gaucho.
    Simplemente, digo que hay cuestiones en las que se nota un extraño negativismo revanchista, que llama la atención. Y ha quedado más al descubierto tras la exégesis de Spadaro. Es cierto que el documento es sencillo y directo y aprovechable en algunos puntos. Pero el análisis de los problemas que se pueden presentar al creyente, la cuestión del discernimiento, y el planteamiento de la oración son, cuando menos, confusos. Cuando menos. En cuanto a su fundamentación, no deja claro ni la razón, ni el objeto ni el fundamento de la santidad. Sin más. Pero yo puedo pensar con calma en todo esto, discernir, si Dios me da unos añitos de vida más. A los que os queda poco tiempo es a los Lindor Covas y compañía. Como sois tan caritativos, supongo que tenéis el Cielo asegurado ¿O no va de eso la santidad?

  21. ¿Quien no tiene miedos, dudas, desconfianzas? Todo eso son demonios. La mayoría son más o menos insidiosos pero soportables. Los hay que siempre están de broma, los hay con gran belleza y atractivo, infunden lujuria. Otros codicia, avaricia, ansia de poder … La buena noticia es que son criaturas, seres creados por Dios, no tienen vida propia. NO TIENEN VIDA PROPIA. Dios Padre todopoderoso nos libra de todo mal.

  22. A ver, que vivir las bienaventuranzas sin paliativos está muy bien, pero será por algo y para algo ¿no? Hay que ayudar a entender. Y la gente de hoy busca fundamentos y razones tanto como experiencias y testimonios. Que no se haya hablado en esta exhortación del sentimentalismo y de la cuestión moral, que se pase directamente a las bienaventuranzas sin explicar mínimamente las cuestiones previas, y que se considere que hoy en día el rigorismo es un problema en la mayoría de los creyentes, o la obsesión por la liturgia o la cuestión gnóstica considerada como una simple desviación espiritualista, lo dice todo. A buen entendedor … Pero es absurdo. Ahora, cada cual se ahorca con la soga que le gusta. O quizá, a causa de la edad, todo esto no es sino un: «Après moi, le déluge…»

  23. Estupefacta .

    Si crees que la insulte , le pido perdón …

    Si ladran SIEMPRE a cada vez que pasa la sotana blanca del Santo Padre Francisco y cuando habla o escribe algo , le sugiero consultar un profesional idóneo .

  24. Lindor, es curioso cómo ladraban los suyos cada vez que decía algo cualquier pontífice anterior. Ahora con este exigen obediencia animal y no racional. He comenzado ha hablar sobre el pontífice con el tema chino. Es pura política, tengo derecho. Nada dije al principio sobre AL, por respeto, a pesar de lo que pensaba. Pero ya lo del infierno y este documento, me han hecho, en conciencia, dar mi opinión. Opinión al menos tan válida como la de cualquiera. Y sobre todo he ladrado sobre Spadaro, hasta que alguien me explicó la verdadera naturaleza de vuestras intervenciones. Lindor, el gaucho mágico no va a resolver los problemas de la Iglesia. Pero si los afrontamos, quizá se pueda hacer algo antes de que se hunda. Pero hay que afrontarlos, y para eso, hay que hablarlos. Dejad de intentar acallar a cualquiera que no os siga como un perrito.

  25. Si te parece que estoy equivocada, dime en qué. Yo os explico lo que me parece mal. Pero tú solo insultas, como si yo no tuviera derecho a explicarme ¿Esto es libertad, santidad, amabilidad y ayudar? Tengo derecho a estar en desacuerdo y a expresarlo, así de simple.

  26. Excelente artículo.

    Por otra parte, coincido con Lector que dice: «Uno ya es mayorcito y tiene suficientes criterio y lecturas como para no perder el tiempo embaulándose cataplasmas. ¡Con todo lo bueno que hay por leer!».
    No pienso perder tiempo en una lectura que no me va hacer crecer en nada en mi vida espiritual. Además, como soy masoquista y quiero enfermarme, dedicaré más tiempo a la oración.

  27. Efectivamente, hoy día el problema de la Iglesia parece ser más bien el caos babélico del relativismo y la anomia, que la excesivamente rígida puntillosidad ortodoxa y legalista. Sergio, éste es un blog católico, ante todo para creyentes, y ese cuento de que los demonios son enfermedades no pasa la prueba de un catequista algo formado. Digo, eso es lo que creemos, Ud. es libre de creer lo que quiera, pero haga el favor de no venir a vender humo acá.

  28. Estupefacta .
    Dices …» es curioso cómo ladraban los suyos cada vez que decía algo cualquier pontífice anterior.»… dígame quienes eran los míos que ladraban a los pontífices , pero con pruebas , no con afirmaciones falaces y subjetivas .
    Cuanto a » Gaudete Exultate » ….le ponga esa palabras …»«Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños.»
    Los que siempre critican el Papa Francisco , son los mismos que quieren » descanonizar » a San Juan XXIII , San Juan Pablo II , el Beato Pablo VI , son los pseudos Doctores de la ley , los sabelotodos .
    La gente sencilla que es la gran mayoría entienden perfectamente lo que dice el Papa .
    De los insultos , le aconsejo de leer TODOS los comentarios que pongo en Infovaticana , y compáralos con todos sus comentarios . ……..Después, hablamos de insultos .

  29. La exhortación está dirigida primariamente a los cristianos en el Mundo, y secundariamente a los cristianos que presumen poder estar fuera de ella, y que con su clericalismo a ultranza tienen maniatada a algún sector de la Iglesia, en un claro y sacrílego intento de usurpar el oficio divino del Espíritu Santo, que «sopla donde quiere»

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