De Siria y la santidad cotidiana

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Comenzamos con este artículo una nueva sección: «Lo que queda de hoy», en la que les contaremos cuáles han sido los aspectos que han marcado la actualidad informativa, en las redes y la prensa religiosa, durante la jornada que ahora concluye.

Dos son los motivos informativos que dominan el panorama de la fe en estos momentos: las inacabables glosas e interpretaciones de la última exhortación papal, Gaudete et Exultate, y el ataque que, entre el tiempo en que termino de escribir esto y cuando lo lea el lector ha podido desencadenar ya un conflicto directo entre Estados Unidos y Rusia en Siria.

Lo que hace de la segunda noticia, de interés general, una información específicamente relevante para traerla aquí es muy sencilla: sea Assad o no un monstruo, si es derrocado las probabilidades de que desaparezcan las comunidades cristianas del país, que llevan en esa tierra desde la predicación de San Pablo, son abrumadoras.

Lo expresaba bien hoy en Twitter un cristiano sirio, Hannibal Khoudary, respondiendo a un americano que mezclaba el cristianismo con el ansia americana de entrar en el país:
«Nosotros descubrimos a Jesús mucho antes de que EEUU fuera siquiera un país. Mis antepasados fueron los primeros en recibir el nombre de cristianos, en Antioquía, y los primeros en construir una iglesia, en Dura-Europos. Alimentamos y protegimos el cristianismo y murimos por el; lo dimos a Occidente, y a cambio nos dais muerte».

Del mismo Khoudary es este otro tuit, no menos conmovedor:

«Parece que la Fuerza Aérea de Estados Unidos está a punto de convertirse en la Fuerza Aérea de Jaysh al-Islam. ¿Quién paga el precio? Los cristianos sirios como yo que viven en libertad bajo, y protegidos por, el actuar gobierno laico sirio. Si las acciones de Trump llevan a nuestra desaparición, espero que nos recordéis».


Es, desde luego, llamativo que comunidades que han sobrevivido a más de mil años de yugo islámico, considerados como ciudadanos de segunda, ‘dhimmis’, y sujetos a masacres regulares, estén desapareciendo, paradójicamente, por la acción de potencias originalmente cristianas.

Desde los primeros conflictos de la llama Guerra contra el Terror declarada por George W. Bush tras los atentados de las Torres Gemelas en 2001, las poblaciones cristianas en la zona se han reducido con una rapidez alarmante, estando ahora al borde de la desaparición en toda la zona salvo, precisamente, en Siria.

Verdadera Iglesia de las periferias que es, con tan desesperante frecuencia, Iglesia de mártires, y que está dándonos lecciones de fe y de constancia en el testimonio de Cristo que las cristiandad europea tiende a ignorar.

Y del martirio, a la santidad en la vida corriente del mundo moderno, que es de lo que va la tan traída y llevada exhortación papal Gaudete et Exultate, «alegráos y regocijáos», aunque no todos los comentarios que ha recibido reflejan exactamente alegría alguna ante el nuevo texto.

Sin ánimo de frivolizar, diría que, de tratarse de una obra literaria o una película, me vería forzado a reconocer que la exhortación ha recibido «críticas muy variadas», tanto que se diría que cada comentarista ha leído un texto distinto.
Y quizá así haya sido, porque no son pocos los que han juzgado más las intenciones o evaluado más por los precedentes que por el propio texto.

Las reacciones pueden dividirse en tres bloques: los ‘neutros’ -las publicaciones religiosas al uso, que a veces creo que podrían tener por logo común los tres célebres monos hindúes-, los críticos de Francisco y los guardianes de la nueva ortodoxia, que curiosamente suelen coincidir con los disidentes de ayer.

Los ‘neutros’ se limitan a recoger lo mucho bueno y aprovechable que tiene el texto -que tienen, en general, todos los textos de Francisco- para tratar de alcanzar la santidad en medio del mundo moderno. Estos destacan todo lo que de entrañablemente cercano tiene la prosa del Papa, lo eminentemente práctico y directo de sus ejemplos y las oportunas citas de santos y autores sagrados.

Curiosamente, los otros dos grupos, innegable y públicamente enfrentados, coinciden en reconocer, expresa o tácitamente, una intención en la exhortación distinta de la evidente, es decir, una crítica a los críticos del Papa.

Antonio Spadaro, director del órgano jesuita Civiltà Catolica hace en esta publicación un análisis tan completo y profuso de la exhortación que se diría que la he escrito él. Anunciando su propio artículo desde su cuenta de Twitter, le leemos: «No es nunca una cuestión de elegir entre Dios O el mundo; es siempre Dios EN el mundo, trabajando para llevarlo a la prefección a fin de que el mundo acabe al fin plenamente en Dios».


Si ese «Dios o el mundo» que, en opinión del jesuita, no viene al caso, le ha sonado extrañamente familiar, no es usted el único. Han sido varios los comentaristas que han visto en la expresión una velada referencia al «Dios o Nada» del Cardenal Robert Sarah, igual que han encontrado otra a la La Fuerza del Silencio, también del prefecto para el Culto Divino, en el párrafo de la exhortación que empieza considerando insana a la gente que busca el silencio.

En realidad, toda esa sección del documento ha sido una de las más criticadas, por entender que parece una crítica general a las órdenes contemplativas, que existen prácticamente desde que existe Iglesia y que siempre se han considerado un tesoro inapreciable para ésta.

Este es precisamente el asunto que centra la respetuosa crítica de Riccardo Cascioli en La Nuova Bussola Quotidiana, que pueden leer en estas páginas.

Las críticas abundan, y las hay desde las más ingeniosas y acertadas, como la del veterano vaticanista Sandro Magister ‘Poca alegría y muchos insultos. Francisco explicado por el padre Spadaro’ (que también pueden leer aquí) a las más sutiles, pasando por las inevitables simplificaciones de quienes leen cualquier cosa de Francisco con la escopeta cargada.

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Comentarios
11 comentarios en “De Siria y la santidad cotidiana
  1. Spadaro: “No es nunca una cuestión de elegir entre Dios O el mundo; es siempre Dios EN el mundo, trabajando para llevarlo a la prefección a fin de que el mundo acabe al fin plenamente en Dios”.

    ¿Esto no se parece un huevo al milenarismo craso?

  2. Me gustaría saber qué hay realmente detrás de ese intervencionismo de EEUU y otros países occidentales en Siria; porque después de lo de Irak la excusa del uso de armas químicas me produce sospechas de todo tipo. ¿Se trata de otro montaje para manipular a la opinión pública? Si se han utilizado ese tipo de armas ¿quien lo ha hecho realmente, y con que intención? ¿Por qué ese interés en desalojar del poder al único que parece dispuesto a respetar los derechos humanos de los cristianos?

  3. Me llama la atención que no hable del caso Alfie Evans.
    Riccardo Cascioli condena el silencio de la Iglesia y lo califica de traición. Yo me permito corregirle. Francisco habló, por medio de Paglia, calificando los cuidados de Alfie como encarnizamiento terapéutico y propiciando la eutanasia dictada por el juez con cita de texto ambiguo francisquita, pero aclarado en sentido eutanásico. Por primera vez en la historia un niño va a ser asesinado con la bendición apostólica de su santidad. Pero esa bendición no puede ser de su santidad; es de su misericorditis, ese parásito que chupa la sangre de la Iglesia y la está matando. Lo preocupante, lo demoledor, es que esa Iglesia se deja matar con una complicidad que será enjuiciada en el juicio final. Me pregunto ¿ Qué excusas alegarán los cómplices si tantos no paramos de hablar de la barbaridad que se va a cometer con Alfie y otros alfies que le seguirán si no paramos esto ?. http://lanuovabq.it/it/il-silenzio-della-chiesa-un-tradimento

  4. Recemos mucho. Trump no quiere una guerra con Rusia que el Estado Profundo está buscando desencadenar. El ataque químico atribuido a Assad NO EXISTE, se trata de una falsa bandera para forzar a EEUU a involucrarse en Siria contra Assad. Rusia está mostrando envidencias de que las imágenes proporcionadas por los Cascos Blancos de niños sirios supuestamente envenenados no presentan síntoma alguno de haber sufrido un ataque químico, incluso los Cascos Blancos aparecen manipulando a las «víctimas» sin máscara adecuada y sin guantes: https://youtu.be/8prIi2CH6_Y

  5. Recemos mucho. Trump no quiere una guerra con Rusia que el Estado Profundo está buscando desencadenar. El ataque químico atribuido a Assad NO EXISTE, se trata de una falsa bandera para forzar a EEUU a involucrarse en Siria contra Assad. Rusia está mostrando envidencias de que las imágenes proporcionadas por los Cascos Blancos de niños sirios supuestamente envenenados no presentan síntoma alguno de haber sufrido un ataque químico, incluso los Cascos Blancos aparecen manipulando a las «víctimas» sin máscara adecuada y sin guantes.

  6. El supuesto ataque químico contra civiles por parte de Assad se produce (qué casualidad) justo cuando Trump había anunciado que EEUU se retirará de Siria lo antes posible. Cualquier ataque a la infraestructura militar siria por parte de EEUU debilita al gobierno legítimo del país árabe y refuerza a los grupos terroristas que lo combaten, financiados por Arabia Saudí; ésta es la razón detrás de la falsa bandera que se está escenificando.

  7. Algunos datos sobre los Cascos Blancos:
    – Grupo financiado por GEORGE SOROS y por gobiernos como el de Reino Unido, EEUU y Holanda.
    – El agente de la inteligencia británica y contratista privado James Le Mesurier fundó y está detrás de los Cascos Blancos.
    – Sus integrantes pertenecen a Jabat al Nusra, rama de Al Qaeda en Siria; son TERRORISTAS a los que se les ha puesto un traje con el logo de un casco blanco y la etiqueta de grupo de defensa civil siria.
    – Hace exactamente 1 año escenificaron otro «ataque químico» en la ciudad siria de Khan Shaykhun para intentar venderlo como agresión del gobierno sirio a la población civil y forzar así una intervención de Occidente contra Assad.

  8. Nayirah, supuesta enfermera kuwaití que llevaron al Congreso de EEUU para que llorara delante las cámaras relatando cómo el ejército iraquí al asesinaba bebés sacándolos de las incubadoras de un hospital de Kuwait, resultó ser la hija del embajador kuwaití en EEUU, Saud Nasir Al-Sabah, y su «testimonio» entre lágrimas un MONTAJE que sirvió a George H. W. Bush para justificar ante la opinión pública la primera Guerra del Golfo.

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