“Gaudete et Exsultate”: el Papa propone las claves para la santidad en el mundo moderno

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La Santa Sede ha publicado este lunes 9 de abril la exhortación apostólica del Papa Francisco Gaudete et Exsultate sobre la llamada a la santidad en el mundo actual.

El objetivo del Papa, según se señala al inicio de la exhortación, es hacer resonar una vez más la llamada a la santidad, procurando encarnarla en el contexto actual con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor». «Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada», observa el Santo Padre.

«Lo que quisiera recordar con esta Exhortación es sobre todo el llamado a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te dirige también a ti: «Sed santos, porque yo soy santo»», señala el Pontífice, que recuerda que el Concilio Vaticano II lo destacó con fuerza: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre».

Puede leer la exhortación completa aquí.

Para un cristiano, indica Francisco, no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad. «Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. Esa misión tiene su sentido pleno en Cristo y solo se entiende desde él. En el fondo la santidad es vivir en unión con él los misterios de su vida».

En la exhortación, el Papa recuerda que para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos y advierte acerca de la «tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración». «No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra», afirma.

Ante la tentación de «enredarse» en la propia debilidad, Francisco invita a levantar los ojos al Crucificado e indica que es «en la Iglesia, santa y compuesta de pecadores», donde se encuentra todo lo que el hombre necesita para crecer hacia la santidad. «Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida», exhorta.

El documento también indica que «la santidad es el rostro más bello de la Iglesia» pero «aun fuera de la Iglesia Católica y en ámbitos muy diferentes, el Espíritu suscita «signos de su presencia, que ayudan a los mismos discípulos de Cristo»». Por otra parte, Francisco resalta el hecho de que san Juan Pablo II recordó que «el testimonio ofrecido a Cristo hasta el derramamiento de la sangre se ha hecho patrimonio común de católicos, ortodoxos, anglicanos y protestantes».

Dos sutiles enemigos de la santidad

El segundo capítulo de la exhortación está dedicado a «dos falsificaciones de la santidad»: el gnosticismo y el pelagianismo. «Dos herejías -explica el Papa- que surgieron en los primeros siglos cristianos, pero que siguen teniendo alarmante actualidad.»

El gnosticismo, según expone Francisco, supone «una fe encerrada en el subjetivismo, donde solo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos». Los «gnósticos» juzgan a los demás según la capacidad que tengan de comprender la profundidad de determinadas doctrinas y creen que con sus explicaciones pueden hacer perfectamente comprensible toda la fe y todo el Evangelio. «En definitiva se trata de una superficialidad vanidosa: mucho movimiento en la superficie de la mente, pero no se mueve ni se conmueve la profundidad del pensamiento», asevera el Papa, que llama a estar atentos porque «esto puede ocurrir dentro de la Iglesia».

En relación con el pelagianismo, el Pontífice afirma que hay cristianos que se empeñan en seguir el camino de «la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor». Este neopelagianismo, según explica Francisco, se manifiesta en actitudes como la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos o el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial».

El Papa añade que algunos grupos cristianos «dan excesiva importancia al cumplimiento de determinadas normas propias, costumbres o estilos», reduciendo y encorsetando el Evangelio. «Es quizás una forma sutil de pelagianismo, porque parece someter la vida de la gracia a unas estructuras humanas. Esto afecta a grupos, movimientos y comunidades, y es lo que explica por qué tantas veces comienzan con una intensa vida en el Espíritu, pero luego terminan fosilizados… o corruptos», asegura.

Para evitar esta falsificación de la santidad, en Gaudete et Exsultate se invita a recordar frecuentemente que existe «una jerarquía de virtudes, que nos invita a buscar lo esencial. El primado lo tienen las virtudes teologales, que tienen a Dios como objeto y motivo. Y en el centro está la caridad.»

‘Obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia’

El tercer capítulo del documento, titulado «A la luz del Maestro», recuerda que «Jesús explicó con toda sencillez qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas» que «son como el carnet de identidad del cristiano». En este sentido, el Papa afirma que la santidad es «ser pobre en el corazón», «reaccionar con humilde mansedumbre», «saber llorar con los demás», «buscar la justicia con hambre y sed», «mirar y actuar con misericordia», «mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor», «sembrar paz a nuestro alrededor» o «aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas».

Tras hacer referencia al capítulo 25 del evangelio de Mateo, Francisco subraya que en la llamada a reconocerlo en los pobres y sufrientes «se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse».

El texto continúa con una denuncia de «las ideologías que mutilan el corazón del Evangelio» y conducen a «dos errores nocivos». Por una parte, «el de los cristianos que separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con él, de la gracia» -y convierten el cristianismo en una especie de ONG- y el de «quienes viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista» o «lo relativizan como si hubiera otras cosas más importantes o como si solo interesara una determinada ética o una razón que ellos defienden».

«No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente», advierte el Papa, que también critica la actitud de quienes consideran que la situación de los migrantes es un asunto menor: «Suele escucharse que, frente al relativismo y a los límites del mundo actual, sería un asunto menor la situación de los migrantes, por ejemplo. Algunos católicos afirman que es un tema secundario al lado de los temas «serios» de la bioética. Que diga algo así un político preocupado por sus éxitos se puede comprender; pero no un cristiano, a quien solo le cabe la actitud de ponerse en los zapatos de ese hermano que arriesga su vida para dar un futuro a sus hijos. ¿Podemos reconocer que es precisamente eso lo que nos reclama Jesucristo cuando nos dice que a él mismo lo recibimos en cada forastero (cf. Mt 25,35)?».

El Santo Padre añade en el documento que «podríamos pensar que damos gloria a Dios solo con el culto y la oración, o únicamente cumpliendo algunas normas éticas ―es verdad que el primado es la relación con Dios―, y olvidamos que el criterio para evaluar nuestra vida es ante todo lo que hicimos con los demás«. Francisco afirma que el «mejor modo de discernir si nuestro camino de oración es auténtico será mirar en qué medida nuestra vida se va transformando a la luz de la misericordia». En este sentido, subraya que, «si bien la misericordia no excluye la justicia y la verdad, «ante todo tenemos que decir que la misericordia es la plenitud de la justicia y la manifestación más luminosa de la verdad de Dios»». «Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia», agrega.

Asimismo, dentro del gran marco de la santidad, el Papa recoge algunas notas o expresiones espirituales que no deben faltar para entender el estilo de vida al que el Señor nos llama, cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo: aguante, paciencia y mansedumbre, alegría y sentido del humor, audacia y fervor, vivir en comunidad y en oración constante.

«Una lucha constante contra el diablo, que es el príncipe del mal»

En el capítulo quinto, el Papa recuerda que «la vida cristiana es un combate permanente» y que «se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio». Este combate no es solo contra el mundo y la mentalidad mundana, «que nos engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres sin compromiso y sin gozo», y tampoco se reduce a una lucha contra la propia fragilidad, sino que es también «una lucha constante contra el diablo, que es el príncipe del mal».

«No aceptaremos la existencia del diablo si nos empeñamos en mirar la vida solo con criterios empíricos y sin sentido sobrenatural. Precisamente, la convicción de que este poder maligno está entre nosotros, es lo que nos permite entender por qué a veces el mal tiene tanta fuerza destructiva», advierte, al tiempo que recalca que «su presencia está en la primera página de las Escrituras, que acaban con la victoria de Dios sobre el demonio».

«Entonces, no pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades, porque «como león rugiente, ronda buscando a quien devorar»», afirma el Santo Padre.

Para este combate tenemos las armas poderosas de «la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero».

Francisco también indica que «el camino de la santidad es una fuente de paz y de gozo que nos regala el Espíritu», pero al mismo tiempo «requiere que estemos «con las lámparas encendidas» y permanezcamos atentos«. «Quienes sienten que no cometen faltas graves contra la Ley de Dios, pueden descuidarse en una especie de atontamiento o adormecimiento», alerta.

Asimismo, al hablar de la santidad en el mundo actual, el Papa hace hincapié en la importancia del discernimiento, «que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir». «Si lo pedimos confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo, seguramente podremos crecer en esta capacidad espiritual». Asimismo, pide a todos los cristianos «que no dejen de hacer cada día, en diálogo con el Señor que nos ama, un sincero «examen de conciencia»».

El Papa culmina su exhortación hablando de la Virgen María, que vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús, «la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña». «Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».»

Puede leer la exhortación completa aquí.

 

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Comentarios
59 comentarios en ““Gaudete et Exsultate”: el Papa propone las claves para la santidad en el mundo moderno
  1. Tal como escribí el sábado (y no me publicaron el comentario), esta exhortación era una buena ocasión para Francisco de demostrar su cariño hacia san Escrivá, el santo de la santidad en lo ordinario. Pues bien, cita a Zubiri, a Martini, la AL…pero a Escrivá nada. ¿Les quedará claro a los del OD que Francisco no les tiene ningún cariño?

  2. Oye Ricardo, no sea dictador que lo intenta imponer todo … ¿Cómo decía la Gaudete? Pues eso, que no sea mandón. Echenique, comenta, por favor.

  3. Con todo respeto, en el N° 166 dice ¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir.
    Si la única forma es el discernimiento debemos saber de qué se trata, qué es, cómo se usa ?
    Pregunto: qué es el discernimiento ?, se trata de un nuevo Don del Espíritu Santo (sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios) + discernimiento ?. Se refiere a Cor. 1.12 «discernimiento de espíritus».
    O se refiere al discernimiento Ignaciano que requiere una enorme preparación doctrinal y espiritual para no errarle ante las mociones internas ?.

  4. Albert L dice:
    9 abril, 2018 a las 2:52 pm
    » No aparece citado San Josemaria Escrivá en todo el texto. Sí aparece en cambio, entre otros muchos, santa Josefina Bakhita que fue beatificada junto a Escrivá de Balaguer y por esa razón es relativamente conocida por el gran público. Parece una ironía del redactor del documento.
    Esto es de risa.»

  5. No habla ni de juicio ni de purgatorio ni de infierno. ¡ Normal. No cree en ninguna de las tres postrimerías. Qué necesidad hay de hablar de santidad cuando estamos todos salvados sin necesidad de santidad alguna. Otra contradicción de la misericorditis, más falsa que Judas. Por algo l,o coloca en el cielo.

  6. Claudio
    El discernimiento va a la virtud de la Prudencia
    Con la práctica de los ejercicios Ignacianos , algo de sentido común, algo de experiencia y el Espíritu Santo que nunca falla el resultado del discernimiento es garantizado .

  7. No habla ni de juicio ni de purgatorio ni de infierno. ¡ Normal !. No cree en ninguna de las tres postrimerías. ¿ Qué necesidad hay de hablar de santidad cuando estamos todos salvados sin necesidad de santidad alguna ? Otra contradicción de la misericorditis, más falsa que Judas. Por algo lo coloca en el cielo: San Judas Iscariote, patrón de la misericorditis.

  8. La Cigüeña cree, que al no citar al fundador del Opus Dei, en compensación, le va a regalar la mitra a Ocáriz. No creo. Quizás se la regale al todavía más papólatra e inciensante Fazio. ¿ Qué pasaría ?

  9. Como Francisco no ha obtenido la legitimación de Benedicto, buscada de forma harto manipulada, se ve en la necesidad de obtenerla por la vía invocatoria de la santidad, pero misericorditis y santidad se rechazan mutuamente, pues santidad es identificación con Jesucristo y la misericorditis lo desfigura y recorta hasta dejarlo irreconocible.

  10. Lo del gnosticismo y el pelagianismo ya parece de cachondeo. Yo he leído solo la mitad del documento, porque me pareció una sinsorgada. Sinceramente, creo que es un pastiche que alguien ha montado como contraprogramación del seminario del sábado y la declaración doctrinal posterior. Dudo mucho que se haya publicado semejante cosa con otra intención. De lo que yo leí, no dice NADA. Son irrelevantes hasta las cosas que rozan la heterodoxia. Sinceramente, no entiendo qué otra intención pueda tener semejante documento. Porque los anteriores eran programáticos, pero este, no es nada.

  11. Pega algunas patadas, que si a la liturgia, a la práctica ascética y tal. Por supuesto ataca la doctrina, los razonamientos, todo eso que le molesta. Deja la oración en un lugar muy poco importante. Eso nos indica cómo la practica él. Esas cosillas. Y luego eso del discernimiento. Bueno, nada realmente distinto de lo que ya nos tiene acostumbrados. Cuando me sienta con ánimos de leer lo que me falta, daré una opinión más concreta. No sé si seré capaz. Creo que no. Se retrata bien a sí mismo. Vamos, que simplemente es lo que hay. Quizá es interesante el retrato que a través de este pequeño documento se traza de sí mismo y de su pensamiento. Puede tener su aquel en este sentido.

  12. Desde luego, si alguien pretende sacar de aquí las claves para la santidad en el mundo modern, va listo. La pregunta que me hago es si se ha enterado de qué va el mundo moderno, si le interesa, si le importa. Es todo tan poquita cosa, para bien o para mal. Toda la épica, toda la grandeza de la actual lucha entre el Bien y el mal, los mártires silenciados de África y Asia, la perversión paulatina de Occidente, la cuestión de la Verdad, nada, todo eso como si no existiera. Ni siquiera está tan claro que se pueda usar como plantilla catequética para gente muy poco avanzada en el conocimiento de la Fe, aunque para eso, quizá pueda ser aprovechable. Pero quitando la parte del pelagianismo y el gnosticismo, que se arman tal lío, que más vale ni mentarle. Eso se puede obviar.

  13. Lucas 10-21

    » Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas á los sabios y entendidos, y las has revelado á los pequeños: así, Padre, porque así te agradó. «

  14. Con todo respeto qué es el discernimiento ?. Cómo se discierne el discernimiento ?. Cómo opera ?. En el 166 se lo menciona como única forma de encontrar al Espíritu. Es más que sencillo afirmar una cosa en general y dejar que cada uno entienda lo que quiera, en este camino no va a haber coincidencia y cada uno va a discernir como quiera y eso nos llevará a la moral de situación y de ahí………Es muy peligroso.

  15. Sí, Lindor sí. Los más pequeños, como los pobres mártires de África y Asia a los que el Papa ignora. Esos son los grandes santos actuales y los grandes olvidados de los lobbys jesuíticos y germánicos, forrados y podridos, que hoy gobiernan la Iglesia. Pero sí, con paciencia y buena voluntad, algo se podrá sacar hasta de este documento.

  16. Lindor Covas, hoy he buscado en la wikipedia, y ahí estaba. Perdón mi ignorancia. Es un personajes de una historieta, que empieza siendo realista y acaba siendo un gaucho super héroe y super bueno. Vaya, y argentino, claro ¡Cómo me gustó en su día Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes! De gauchos no sé más. Pero me parece muy simbólico que hayas escogido a Lindor Covas frente a Don Segundo Sombra. Ahí está el quid del problema, y si me entiendes, de ese documento.

  17. Bueno se han pronunciado en el chiringuito. ESTU ha leído la primera parte y propone una mirada mas elevada , superadora, una especie de teóloga alemana que no pasa del Catecismo «gordo» segun sus propias palabras. . Esperemos otros comentarios «iluminadores» sobre la segunda parte. Los echeniques de este mundo ya se sabe que jamás dirán nada bueno de Francisco. Tanto unos como la otra parten de un «pre – juicio» consistente en que el Santo Padre les ha movido la zona de confort de cómodos católicos europeos. La discusión racional es imposible es como discutir con un catalanista furioso. Imposible. Sus comentarios no alcanzan el nivel de un modesto catequista.

  18. Ricardo, desengáñate, el Papa lo que está haciendo es alimentar y consolidar la zona de confort del pervertido catolicismo europeo. Por cierto, tú catolicismo. Porque aunque fueras latinoamericano, todo lo que hay en Latinoamérica hoy es obra de misioneros, salvo lo que hacen los que a Francisco no le gustan. Pero en vez de decir lo que yo digo, que es obvio que no lo lees, di lo que tú has sacado del documento. Di qué te parece tan positivo, dime. A lo mejor me convences. Jamás me haría pasar por Walter Kasper, como tú comprenderás. Yo no digo que no paso, si no que suscribo el catecismo gordo. Y no tengo por qué creer en teólogos alemanes a los que vosotros idolatráis hasta el punto de negar las palabras de Cristo.

  19. Estoy deseando que me convenzas de algo. O que me ilumines el documento. Pero no haces nada de eso, solo te poner como una fiera a decir bobadas. Pues dime algo que me pueda convencer del documento y que yo haya pasado por alto. Es que no defiendes el documento, solo me atacas a mí. Pero no parece que puedas decir que nada de lo que digo es falso. Al menos, no es ese tu argumento. Es verdad, que no hay que dar argumentos, solo … pues no sé. Ese es uno de los problemas. Que según el documento, no se puede argumentar, solo se puede hacer algunas cosas. Pero tampoco ser muy virtuosos, que no hay que avasallar. Solo acoger al pobre. Vale ¿Tengo que meter a un pobre en mi casa o cómo? Tengo que hablarles amablemente. Pues que sepas que ya lo hago. No es por apuntarme un tanto.

  20. Me acuerdo cuando a JP II unos jóvenes le dijeron que habían leído la carta a los jóvenes, y que les había parecido algo difícil. El pobre se llevó un poco de disgusto, pero no lo puso en duda. Solo dijo que si les había parecido a ellos, a todos los demás peor. Aceptó la crítica sin más. Sus encíclicas había veces que eran super complejas y no se entendían. Y todos lo decíamos sin problemas. Y no era un drama. Hoy es un drama decir que el Papa no es Lindor Covas, porque os gusta a los jesuitas. Vale, es muy propio de los jesuitas, pero no es un argumento, es una orden: ¡Acepta mi opinión o te disolverás en la nada!

  21. ESTU: no me conoces. Lejos de ponerme como una fiera me parece algo realmente importante contemplar la «superioridad» teológica en la que te colocas y se «colocan» algunos de los echeniques de este mundo., ESTU , leona, esto es para reírse porque si se toma en serio es para salir corriendo.

  22. ESTU: por lo demás ESTU tu no eres una democráta en serio; solo que te encantaría serlo . Es algo que le ocurre algunos – no todos – españoles que necesitan sobreactuar su carácter democrático y pluralista. Te faltan años ESTU

  23. “No existe identidad plena sin pertenencia a un pueblo. Por eso nadie se salva solo, como individuo aislado, sino que Dios nos atrae tomando en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que se establecen en la comunidad humana: Dios quiso entrar en una dinámica popular, en la dinámica de un pueblo.”
    Entendiendo el pueblo de Dios el Universal o Católico, es decir potencialmente toda la humanidad. Al igual que existe el pecador y la condena individual íntima, también existe la salvación personal íntima ante Dios, sin testigos. La dinámica de Dios es popular, de pueblo y personal, individual, de entes.
    “Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió. Os digo que, del mismo modo, habrá en el Cielo mayor alegría por un pecador que hace penitencia que por noventa y nueve justos que no la necesitan”(Lc)”

  24. El camino más importante para la Santidad es la castidad, es decir, tener relaciones sexuales solo con fines reproductivos para la formación de una familia natural, monógama.

  25. “El discernimiento, en definitiva, conduce a la fuente misma de la vida que no muere, es decir, conocer al Padre, el único Dios verdadero, y al que ha enviado: Jesucristo (cf17,3). No requiere de capacidades especiales ni está reservado a los más inteligentes o instruidos, y el Padre se manifiesta con gusto a los humildes (11,25)”.
    “«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla.”
    Igualar o comparar el discernimiento, razón, conocimiento, juicio, etc a la Gracia de la Revelación, fundamento de la Fe, es inaudito. No hay Razón (logos) sin Fe, ni Fe sin Razón. Son complementarios

  26. La santidad es la plenitud de la Caridad, virtud teologal imposible de vivir sin las de la pureza y castidad, virtudes nunca valoradas y pedidas por la misericorditis, sometida al pensamiento único pansexualista.

  27. ( 1 ) No me extraña para nada que no cite a San Josemaría, quien refirió, en los años 60, a la santificación del trabajo o de la vida ordinaria, pero nunca expuso en qué consistía esta. De la anécdota a la pregunta: ¿en qué consiste la “santificación del trabajo”, categoría doctrinal novedosa según los seguidores de Escrivá?. Su única referencia expresa en Camino es el punto 359 que expresa el “método” para santificar el trabajo: “pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo”. Esto es, el trabajo no se santifica por sí mismo, sino a través de una razón exógena al propio trabajo. La santificación del trabajo estriba simplemente en tener presente alguna costumbre (el crucifijo en el estudio) o practicar alguna norma de piedad dentro del tiempo de trabajo, dedicarlo a alguna intención piadosa o ser el medio para la práctica del apostolado (el proselitismo ).Todas ellas causas externas al propio trabajo.

  28. (2) La santificación del trabajo en la doctrina de San Josemaría no atiende al contenido del propio trabajo, cómo hacer el trabajo para hacerlo santo, y en particular el cumplimiento de las normas laborales y tributarias, la ética profesional en el trabajo (lo que enseña Escrivá es a ser “pillos”, ), la deontología particular de la propia actividad, la honradez, las virtudes humanas en el trabajo, el compañerismo, el gusto por el trabajo bien hecho, etc etc. En definitiva la doctrina escrivariana de la “santificación en el trabajo, del trabajo o a través del trabajo ordinario” es la más pura inanidad, pues trata de todo menos del propio trabajo. Aunque los glosadores y exegétas de monseñor se han esforzado en completar su “visión” no han conseguido dotarla de un contenido concreto, ni dimana de sus enseñanza. Siendo esto así, es lógico que Francisco no cite a Escrivá cuando trata de la llamada a la santidad en el mundo actual, puesto que no concreta.

  29. A ver p. Jorge, como de la lectura del documento éste se deduce que se pasa por estos lares, me gustaría que me contestará a una «dubia» que tengo…¿Si un hermano me crítica, tengo que soportarlo con hulmildad en pos de mi santidad como afirma en esta exhortación, o lo suspendo a divinis como ha hecho vos con el autor del Papa Dictador? Esperando su respuesta que Dios le perdone. Es decir que le bendiga.

  30. Pues está clarísimo como entendía S. Josemaría Escrivá de Balaguer la santificación del trabajo. Decía: «Hemos de ser almas contemplativas en medio del mundo, que procuran convertir su trabajo en oración» y en el documento vaticano dedicado a él podemos leer: «Estaba completamente convencido de que para alcanzar la santidad en el trabajo cotidiano es preciso esforzarse para ser alma de oración, alma de profunda vida interior. Cuando se vive de este modo «todo es oración, todo puede y debe llevarnos a Dios, alimentando ese trato contínuo con Él, de la mañana a la noche. Todo trabajo puede ser oración y todo trabajo, que es oración, es apostolado»(www.vatican.va Josemaria Escrivá de Balaguer). Por eso decía: «Hacedlo todo por Amor, asi no hay cosas pequeñas. Todo es grande». «La perseverancia en las cosas pequeñas por Amor, es heroísmo» (Camino 813) . Y en Surco dice : «Lo que se necesita para ser feliz, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado» (795). Ese es el secreto.

  31. Santa Teresa de Jesús también entendía lo importante que es encontrar a Dios en las cosas ordinarias de la vida. Por eso les decía a sus monjas: «Entended que, si es en la cocina, también entre los pucheros anda el Señor». (Rumbo al V Centenario Teresiano)

  32. Lo urgente es un documento sobre el gender, la mayor amenaza actual contra la persona, la familia, la sociedad, la humanidad, pero le viene grande, muy grande, tan grande que, de tratarlo, haría seguramente cesiones y concesiones al pensamiento único y sin ánimo alguno de recuperar.

  33. Como me han dicho que el Papa Francisco a veces mira el contenido de Infovaticana, y el foro de opiniones, pues aprovecho para enviarle un cordial saludo, señalando que si a veces somos sinceramente críticos con sus actuaciones, lo cierto es que es nuestro Santo Padre, y por ello tiene ;a pesar de las discrepancias ;nuestro afecto y nuestras oraciones.

  34. Siempre intentando distraer la atención. El Papa no tiene la obligación de citar a Escrivá, que será un santo estupendo, pero es uno más. Pero extraña las escasas referencias del documento al Vaticano II y al magisterio de Juan Pablo II. En cualquier caso, este documento no es mas que una contraprogramación y un intento absurdo de desautorizar a otros a base de andanadas un poco infantiles. Porque nadie defiende lo que en ese documento se dice que no se sabe quién defiende. Lo de los pelagianos y los gnósticos y el espiritualismo es de risa. Lo siento, pero es así. Yo ya no sé si como Martos lo digo con el suficiente y necesario cariño, porque esto es un poco insoportable. No sé quién es Spadaro para sentirse el intérprete autorizado de todo lo que dice el Papa. Sí eso es cierto, el Papa se está haciendo un flaco favor a sí mismo y a la Iglesia.

  35. ¿El Papa tiene tiempo para leernos? Pues a los jesuitas de Chile les dijo que no. Yo no voy a hacerle la pelota. Si me lee, pues lo siento mucho. Me gustaría hablar cara a cara con él y explicarle lo que pienso, pero sé que es imposible. Estoy dolida y harta del actual rumbo del pontificado. Sé que tiene razón en muchas cosas, pero él sabe que está haciendo mucho daño, y que es profundamente injusto en otras muchas. Yo no voy a hacerle la pelota, lo siento. Es el Papa, pero eso no le da derecho a según qué cosas. Y yo tengo derecho a que la Iglesia defienda la Fe. Y tengo derecho a exigirlo. Aunque nadie me escuche ni me haga caso. Tengo derecho a que se predique el Evangelio completo y sin deformaciones. Ya sé que es un simple derecho al pataleo, pero ese, lo ejercito.

  36. Ni 1 minuto voy a dedicar a leer este documento donde Francisco sigue insultando a los que no piensan como el. Nunca había visto a un Papa que odie a la propia iglesia y tan agresivo

  37. Ricardo, ¡te quiero! Gracias. Me faltan años. No tendré tu edad, pero ya he cumplido los 18 ¡Pero voy a entrar todos los días a que me digas que me faltan unos años!
    Que sepas que cuando te pones simpático eres mucho más agradable.

  38. SANTIFICAR, en la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia Española, SIGNIFICA DEDICAR UNA COSA A DIOS. Así, los católicos, en obediencia al tercer mandamiento de la Ley de Dios tenemos que «Santificar las fiestas». Por lo tanto santificar el trabajo, como su propio nombre indica, significa dedicar el trabajo a Dios. Y si el trabajo es una ofrenda que hacemos a Dios, lógicamente deberá estar realizado con todo nuestro amor y con toda la perfección que los talentos que Dios nos ha otorgado, nos permita.

  39. Echenique:
    (1) Es sorprendente que en una Exhortación Apostólica del Sumo Pontífice que gira sobre la vida ordinaria no se haga ya no acopio ni siquiera mención de las aportaciones de San Josemaría, cuando Juan Pablo II en su beatificación dijo aquello de que «Con sobrenatural intuición, el Beato Josemaría predicó incansablemente la llamada universal a la santidad y al apostolado. Cristo convoca a todos a santificarse en la realidad de la vida cotidiana; por ello, el trabajo es también medio de santificación personal y de apostolado cuando se vive en unión con Jesucristo, pues el Hijo de Dios, al encarnarse, se ha unido en cierto modo a toda la realidad del hombre y a toda la creación…». Tremendo olvido, pues. Sin embargo, este carisma particular parece que no lo conoció Escrivá hasta los años 60, casi coincidiendo con el Vaticano II.

  40. Echenique:
    (2) Tan es así, que, como yo te he recordado, en su obra fundamental y primigenia , en su vademecum para la santidad , en Camino de 1934 coétaneo a la inspiración divina del Opus no hay mención de ese elemento de la santificación del trabajo, y eso a pesar de las reelaboraciones posteriores. Que el Santo Padre, a quien tan unido se encuentra la Obra, no considere digna de citarse ninguna aportación de Escrivá cuando cita , por ejemplo, a quien fue beatificada con él, o a Von Balthassar, gran teólogo y crítico esencial del Opus Dei, incluso a Zubiri, todo ello debe mover a reflexión a los amigos de la Obra.
    Hay que recordar a Balthassar.

  41. Que la misericorditis nos hable de santidad es como si una prostituta de alto standing nos hablase de castidad. Pura maniobra distractoria para evitar la retractación de su reciente herejía o la renuncia.

  42. Echenique…

    Algunas veces te sugirieron de hacerte ver por psiquiatra …… Por favor hacedle caso , sino vas a terminar encerrado ……..

  43. Una pregunta al Director…. Por qué se sienten tan mal por la falta de libertad que quiere imponer el Vaticano si los cierra, pero por otro lado ustedes borran cualquier comentario que les parece contrario a la editorial?

  44. Buenos días,
    muy buen resumen de la exhortación.
    Si cada día cada uno de nosotros tuviésemos un poco más de aguante, una pizca más de paciencia y mansedumbre, más alegría y sentido del humor, aumentásemos nuestra audacia y nuestro fervor y buscásemos vivir en comunidad y en oración constante, sin ninguna duda, el mundo sería un lugar mucho mejor para vivir.
    Un saludo!

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