El arzobispo emérito de St Andrews y Edimburgo ha fallecido a los 80 años este lunes en el Royal Victoria Hospital de Newcastle-upon-Tyne. Fue hospitalizado el pasado mes de febrero tras sufrir una caída.
Irlandés y nacido el día de San Patricio, Keith O’Brien fue uno de los cardenales que faltaba en el cónclave de Marzo de 2013, no por motivos de salud sino por haber renunciado a su derecho al voto.
Obtuvo una licenciatura en ciencias químicas y matemáticas en la Universidad de Edimburgo y una diplomatura en educación.
Keith Patrick fue ordenado sacerdote el 3 de abril de 1965, después sirvió como vice párroco y capellán de la escuela de secundaria St Columba School en Cowdenbeath, donde enseñó matemáticas. Fue director espiritual del Colegio San Andrés en Drygrange y rector de la universidad de St Mary College, en Blairs.
El 5 de agosto de 1985 fue ordenado arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo. En 1991, el Arzobispo O’Brien fue condecorado con la Orden ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, Caballero Comendador con estrella. De 1996-1999 se desempeñó como Administrador Apostólico de la diócesis de Argyll y las Islas. Entre 2001 y 2012 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Escocia.
Fue creado Cardenal por Juan Pablo II en el Consistorio del 21 de octubre de 2003, con el título de Ss. Gioacchino ed Anna al Tuscolano (San Joaquín y Santa Ana en el Tuscolano). En la curia romana fue miembro de los Consejos Pontificios para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, para las Comunicaciones Sociales y para la Familia.
Presentó su renuncia como Arzobispo de Saint Andrews y Edimburgo hace cinco años, después de haber sido acusado de hacer proposiciones sexuales indeseadas a cuatro jóvenes sacerdotes o seminaristas en los años ochenta. Uno de ellos dejó el sacerdocio al saber en 1985 que O’Brien había sido nombrado obispo, por entender que eso le dejaba bajo su autoridad y a su merced porque le hubiera debido obediencia.
“Ante aquellos a los que he ofendido, me disculpo y les pido su perdón. Me disculpo también ante la Iglesia católica y el pueblo de Escocia. Ahora pasaré el resto de mi vida en retiro. Nunca más formaré parte de la vida pública de la Iglesia Católica de Escocia”.
El 15 de Mayo de 2013 la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer un comunicado en el que se señalaba que el Cardenal dejaría Escocia durante algunos meses para transcurrir un tiempo de renovación espiritual, oración y penitencia.
El breve comunicado señalaba también que “por las mismas razones por las cuales decidió no tomar parte en el último cónclave, el Cardenal Keith Patrick O’Brien, Arzobispo Emérito de St. Andrews y Edimburgo, de acuerdo con el Santo Padre, dejará Escocia dentro de pocos días, para transcurrir algunos meses de renovación espiritual, oración y penitencia. Cualquier decisión relativa al destino futuro del Cardenal se tomará en acuerdo con la Santa Sede”.
En marzo de 2015, el Papa Francisco aceptó la renuncia a los derechos y privilegios de un Cardenal, expresada en los cánones 349, 353 y 356 del Código de Derecho Canónico, presentada por el Cardenal O’Brien, después de un largo período de oración.
Puede leer el perfil completo del cardenal Keith O’Brien en este enlace.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Dios mío ¡ cuánta homosexualidad activa en la Iglesia, hasta en los más altos niveles ! y no se quiere acabar con ella, a pesar de que la pederastia y pedofilia están vinculadas con la homosex en más de un 80% de los casos; es más, la misericorditis del quien soy yo y del rosagay la fomenta. Luego pasa lo que pasa y más que pasará. ¡ Desastre de pontificado !
Pidió perdón a los que había ofendido, pidio perdón a la Iglesia católica, pidió perdón al pueblo al que debia servir y dar ejemplo y se retiró a hacer penitencia y oración. Es decir, aparentemente se arrepintió. Si realmente este arrepentimiento fue sincero desde el fondo de su corazón y no sólo público, y si realmente dedicó sus últimos años a orar y hacer penitencia, a buen seguro que habrá alcanzado el perdón. Porque Dios no rechaza a un pecador arrepentido. El arrepentimiento es absolutamente necesario para gozar de la misericordia de Dios. Pero pretender obtener la misericordia de Dios sin arrepentimiento, es profanarla y hacer burla de Dios.