Las siete cualidades que todo buen obispo debe tener

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Hay siete cualidades que todo candidato a obispo debería tener en mayor o menor medida, y que pueden sintetizarse de esta manera:

  • Seguimiento radical de Cristo: En su vida y ministerio, ¿el sacerdote manifiesta una conversión pastoral a Jesucristo y una decisión consciente de abandonarlo todo para seguir a Cristo?
  • Energía Apostólica: ¿Predica este sacdrdote el Evangelio con convicción y con claridad? ¿Es capaz de llevar la propuesta cristiana a los no creyentes? ¿Es capaz de instruir y, en caso necesario, amonestar a los católicos que han abrazado doctrinas contrarias al Evangelio?
  • Eficacia y frutos pastorales: ¿Ha ejercido como párroco? ¿Creció su parroquia? ¿Florecieron los estudiantes en sus clases?
  • Presencia litúrgica: ¿Cómo celebra la Misa? ¿Lleva con su ministerio a su pueblo a una experiencia más profunda del Misterio Pascual de Jesucristo?
  • Ejemplo personal: ¿Cuántos se han sentido llamados al sacerdocio por su influencia? ¿Es un hombre capaz de llamar a otros a la santidad de vida con su propia santidad?
  • El valor de ser contracultural: ¿Tiene la fuerza de carácter y personalidad ncesarias para tomar decisiones impopulares ante otros sadcerdotes, si son lo que la doctrina católica aconseja?
  • Formación teológica: ¿Está bien formado? ¿Es capaz de ‘traducir’ lo mejor de la Teología para hacerla accesible a su pueblo?

Adaptado por InfoVaticana de la propuesta realizada por George Weigel en su libro «The courage to be a Catholic».  

 

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Comentarios
21 comentarios en “Las siete cualidades que todo buen obispo debe tener
  1. Excelente punteo para valorar la calidad cristiana de los obispos es el que propone Weigel. Natural y lamentablemente que sólo unos pocos aprueban dicho examen.

    La crisis de la Iglesia es la crisis de los obispos en general y, en particular, está focalizada en los seminarios, en su gran mayoría desastrosos porque los items que marca Weigel no se empiezan a cumplir desde allí.

    La purga del Papa de San Galo a Livieres -de seminario ortodoxo y muy exitoso- es una imagen bien real de lo calamitoso de este papado, y que apunta a fomentar la apostasía ya desde las vocaciones. Al obispo que enseña la recta doctrina, lo tira para afuera. El resto que quiere hacer las cosas como Dios manda toman nota la intención -mundana- que viene desde el Vaticano.

  2. ¿ Cómo va a exigir las siete cualidades quien no tiene ni una siquiera ? Es pedir peras al olmo. No se puede pedir peras al olmo, pero se puede y se debe apartar el olmo y plantar un peral.

  3. No creo que Francisco quiera nombrar un San Pablo para que le corrija.

    En el capítulo 2 de la carta a los Gálatas, cuenta San Pablo lo que se ha dado en llamar el incidente de Antioquía. Es bien conocido. San Pedro se dedicaba a disimular ante los judíos para que éstos no se enfadaran por las exigencias del cristianismo naciente. Vamos, que ya en aquella época el Vicario de Cristo tendía puentes y planteaba el discernimiento. Ahora hubiera dicho: Si un judío quiere ser judío y a la vez ser cristiano, pero su conciencia está tranquila, puede acercarse a la comunión. Seguramente algunos querrían haber redactado alguna nota 305 en el Concilio de Jerusalén. Pero san Pablo lo impidió. Le cantó las cuarenta en bastos al Papa Pedro y puso las cosas en su sitio.

  4. Nadie se escandalizó. No hubo ningún problema, porque San Pedro era humilde (de verdad, no de boquilla) y supo aceptar la reprimenda. No era un dictadorzuelo y sabía perfectamente que la Iglesia no era su finca particular, ni su rancho, ni su cortijo. Como San Pedro era realmente bueno (y no de boquilla), ni había sido elegido hombre del año por las revistas gays de Antioquía, ni era celebrado por la web corintodigital.com como pobre y humilde, supo aceptar lo que San Pablo exigía. Y menos mal, porque eso salvó a la Iglesia. Es que entonces había las dos cosas: un verdadero Vicario de Cristo preocupado por la fidelidad al mandato del Señor, y un verdadero Obispo que dijo lo que tenía que decir.

  5. Agregaría la preferencia por los pobres y los necsitados, y enfermos. Y por favor si puede hacer un curso de retórica moderna sería estupendo para comunicar la Palabra con eficacia

  6. La opción por los pobres tan querida por la Iglesia no es opcional ni puede reemplazarse por la pobreza espiritual. En esta estamos todos.

  7. La pobreza no es sólo la económica, que, afortunadamente, se va superando en todo el mundo gracias a la economía de mercado, tan denostada por Francisco, pero que no renuncia al banco vaticano, y a pesar de los sistemas totalitarios. Hay otra pobreza, que se va extendiendo y que incluso la fomenta la Amoris : la pobreza de no tener familia, al llamar familia a lo que no lo es, privando de padre o de madre a tantos niños, la pobreza familiar generada por el divorcio, con tantos hijos privados del afecto del padre o de la madre, etc.Esta es la verdadera pobreza que está generando el pensamiento único y el politically correct y el gender.

  8. La mayor y peor pobreza es la ignorancia de no conocer a Jesucristo y este pontificado la está incrementando de forma alarmante, al presentarnos a un Jesucristo censurado, el de la misericorditis barata, totalmente falso.

  9. No se puede conocer a Jesucristo si no se cono e al pobre y necesitado. San Francisco no se equivocó. La Iglesia no se equivoca en la opción por los pobres. No a aceptar esta cualidad como una virtud del Obispo desde luego no están hablando de un Obispo católico. Francisco entiende mucho de la opción por los pobres.

  10. Echenique: El juzgador serial del Santo Padre. El que ofende una y otra vez a los católicos en aaras de sus verdades.
    Como dijo San Juan Pablo II la Iglesia no es solo un reservorio de doctrina sino tambien es Madre!

  11. Simplemente : reza Vd. o no, con perseverancia o no; cree Vd. que la oración todo lo puede, si o no; esta dispuesto a perder su honra por defender a La Iglesia y su doctrna, si o no…

  12. «No acumuléis tesoros en la tierra», dijo Jesús. La mayoría de los obispos han hecho lo contrario durante casi dos mil años, con la complicidad de los papas, que mientras recibieran su parte miraban a otro lado.

  13. Un artículo muy interesante. Y, a tenor de su contenido, ¿ Qué obispos de los actuales e incluso cardenales han sido párrocos? Se les nota bastante. No conocen el desarrollo diario de las parroquias y además olvidan que una de sus obligaciones principales es llevar a cabo las correspondientes visitas pastorales y conocer directamente su situación.

  14. Santa Teresa nos advertía que los hombres más perniciosos y los más enconados enemigos, los más mezquinos sembradores de cizaña son siempre los mediocres («medioletrados», los llamaba ella). Y, en efecto, allá donde prospera la discordia, allá donde triunfan los recelos y las suspicacias, hay siempre un mediocre. Lo jodido es cuando los mediocres se juntan, cuando se crea y encumbra un auténtico funcionariado de la mediocridad, como ocurre en nuestra época.
    Juan Manuel de Prada

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