Que florezcan cien flores en la Iglesia

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¿Recuerdan al Padre James Martin? ¡Qué pregunta, como si el jesuita, redactor jefe de la revista ‘America’ y consultor del Secretariado para las Comunicaciones, fuese a permitir que se le olvidase por un segundo!

Martin pretende, en este 500 aniversario de la mal llamada Reforma, ser el Martin Lutero de nuestros días, pero un poco al modo en que el Govern catalán quería llevar a cabo su revuelta: desde la segura placidez de un despacho.

Martin es viejo conocido de nuestras páginas, jugando a una heterodoxia segura y bien pagada, permitiéndose decir, por ejemplo, que la castidad no es exigible en las relaciones homosexuales al no tener opciones de una expresión ‘legítima’.

En su obsesivo ‘acercamiento’ al 2-3% de la población -el mundo LGTBI-, que parece consistir enteramente en forzar a la Iglesia a aproximarse a ellos en lugar de invitar a estos a entrar en la Iglesia, Martin ha incurrido en cuantas declaraciones dudosas quepa imaginar, cuestionando constantemente la doctrina inmutable en estas cuestiones.

Pero Martin da todos sus saltos con red. No contengan el aliento esperando que se le ate en corto o que se le censure desde la jerarquía: es el hombre del momento y en cada declaración que hace en las televisiones y en cada tuit que deja en la red se trasluce esa peculiar arrogancia triunfal que presta saberse en el bando del poder.

Pero, ay, no es fácil que la Historia le preste el dudoso honor de ser el Gran Reformador, el Lutero del S. XXI, porque ese puesto se lo disputan demasiados. Hay en cada palabra, en cada pronunciamiento de los teólogos de cámara y de los príncipes de confianza en las estancias vaticanas un atmósfera de abierta simpatía hacia quien, hace medio milenio, dividió para siempre la Cristiandad.

El mismo Papa ha pedido que se incluya en la agenda del próximo Sínodo de la Amazonía el estudio de la cuestión de los sacerdotes casados. En su día, al tratar sobre este sínodo, ya adelantamos que nos parecía probable que se plantease la cuestión, pero, sinceramente no imaginamos que sería tan pronto y a instancias del propio Pontífice.

No, el miedo, si me permiten que robe otra consigna de nuestra política nacional, ha cambiado definitivamente de bando, y la disidencia está menos en alinearse con Lutero, ese «testigo del Evangelio», que en criticar filial y respetuosamente esta escandalosa aproximación al protestantismo.

Al menos, la disidencia que obtiene una rápida y tajante respuesta. En estas mismas páginas recogemos la carta, angustiada e implorante, que dirigió al Pontífice el teólogo capuchino Thomas Weinandy, miembro de la comisión teológica internacional creada para auxiliar a la Congregación para la Doctrina de la Fe y miembro del consejo teológico consultivo del episcopado estadounidense.

Queremos decir, ex miembro, porque si la disidencia de antes tenía que pasarse años opinando contra Roma para que el Vaticano reaccionase disciplinarmente, ahora todo sucede de la noche a la mañana, e incluso sin haber incurrido en un solo error teológico o rebelión disciplinaria.

No hay que decir que Martin aprovecha su cuenta en Twitter para regodearse del despido: «Dejemos claro lo que ha sucedido: la persona a carbo de atacar a varios teólogos americanos por ser disidentes está ahora disintiendo». La venganza es un plato que sabe mejor frío, pero Martin no le hace ascos a saborearlo en caliente.

En la China de Mao, en un momento de gran incertidumbre sobre la marcha del país, el partido presentó la política conocida como «que florezcan cien flores». Se animó a todos los ciudadanos a plantear todas las críticas imaginables al Partido, al sistema, al régimen, en total libertad.

Y se hizo, pero aquello no sirvió tanto para aplicar reforma alguna como para identificar a los críticos y defenestrarlos. Francisco también pidió, a principios de su pontificado, que la gente no tuviera miedo a criticar al Papa. Pero quienes se atrevieron a tomarle la palabra deben sentirse engañados… como chinos.

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Comentarios
4 comentarios en “Que florezcan cien flores en la Iglesia
  1. Magnífico titulo del artículo. Esa frase fue la mejor expresión del cinismo de Mao. Perfectamente podría haberla dicho el Portavoz del Trucho.

  2. Pronto nos llegará la ‘ misericordiación’ a nosotros.Si no nos está llegando ya. Recemos para que Dios nos lo evite o al menos nos hga fuertes para soportarlo.
    ¡ Jesús, confío en Tí !

  3. La nueva iglesia de la misericorditis ya ha cedido al chantaje de la ONU. Un importante successo della lobby neo-malthusiana è stato l’introduzione del concetto di “sviluppo sostenibile” nell’enciclica di papa Francesco, Laudato Sii. Qui sta il vero punto di svolta, e non a caso da questo momento Jeffrey Sachs diventa onnipresente agli eventi organizzati dal Vaticano, sempre più centrati su ambiente e povertà.
    Tale integrazione è così avanzata che recentemente monsignor Sorondo ha potuto parlare di «un momento magico» perché «per la prima volta il discorso della Chiesa e il discorso del mondo così come rappresentato dalle Nazioni Unite marciano insieme». Una capitolazione.
    http://www.lanuovabq.it/it/popolazione-e-ambiente-in-vaticano-trionfano-i-nemici-della-chiesa

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