Condenan las acciones de quien causa voluntariamente este tipo de incendios, poniendo en riesgo la vida de personas y dañando el medio ambiente.
Los obispos de la Provincia Eclesiástica de Santiago han emitido una nota ante los incendios en Galicia en la que han manifestado compartir «el dolor de los que lloran a sus familiares y amigos que perdieron la vida».
«Nos sentimos particularmente unidos a los pueblos y aldeas más afectadas, uniendo nuestra oración a la suya, implorando de Dios el don de la fortaleza y la confianza», se lee en la nota.
Los obispos también han querido condenar «las acciones de quien causa voluntariamente este tipo de incendios», poniendo en riesgo la vida de personas y dañando el medio ambiente.
«Provocar un incendio es un gesto de grave inmoralidad, en el que la persona pone de manifiesto una actitud ante los hermanos y ante la naturaleza contraria al bien querido por Dios», señalan.
Los prelados han hecho un llamamiento a respetar la naturaleza y valorarla «como un don que recibimos y un legado que debemos esforzarnos por transmitir a las generaciones futuras».
Ante esta tragedia, Cáritas Diocesanas y otras instituciones eclesiales estarán disponibles para la acogida y la ayuda incondicional de cuantos la necesiten.
A continuación, la nota de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Santiago ante los incendios de Galicia:
“Cuidar de la casa común. Solidarios con las víctimas de los incendios”
Queridos hermanos,
Ante la tragedia de los incendios forestales, que además de las pérdidas materiales, ha sacrificado vidas humanas y causado grandes sufrimientos a miles de personas, los Obispos de la Iglesia en Galicia queremos manifestar a todos los que sufren nuestra solidaridad y solicitud fraterna.
Compartimos ante todo el dolor de los que lloran a sus familiares y amigos que perdieron la vida y elevamos nuestra oración a Dios para que los acoja junto a sí. Quisiéramos que en estos momentos fuese real en todas nuestras parroquias de la Iglesia en Galicia la experiencia de la unidad, del compartir esfuerzos, dolores y angustias, la cercanía del amor fraterno, de modo que nadie se sienta solo en la necesidad; y agradecer, al mismo tiempo, tantos gestos de solidaridad de amigos y vecinos, que son un apoyo imprescindible para mantener la esperanza y el coraje. Nos sentimos particularmente unidos a los pueblos y aldeas más afectadas, uniendo nuestra oración a la suya, implorando de Dios el don de la fortaleza y la confianza.
Nos parece imprescindible igualmente condenar con toda claridad las acciones de quien causa voluntariamente este tipo de incendios, que ponen en riesgo la vida de personas y también dañan grave e irresponsablemente el medio ambiente tan necesario para la vida. Como ha dicho el Papa Francisco, «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios».
Provocar un incendio es un gesto de grave inmoralidad, en el que la persona pone de manifiesto una actitud ante los hermanos y ante la naturaleza contraria al bien querido por Dios.
Esto es muy evidente ante los sufrimientos que padece hoy nuestra población, y especialmente ante el hecho tristísimo de quien ha muerto a causa de estos incendios.
Pero es claro también si consideramos la consecuencia de estas acciones en la naturaleza, que es creación de Dios, fuente de vida y de trabajo, y que no debería ser destruida como ahora vemos. Hemos de respetar la naturaleza y valorarla, en su bondad, armonía y equilibrio, como un don que recibimos y un legado que debemos esforzarnos por transmitir a las generaciones futuras. Al recibir de Dios el dominio sobre el mundo, el ser humano ocupa su lugar en el planeta como don y privilegio. Por eso tiene el deber de cultivar el respeto religioso por la integridad de la creación.
Como en tantas ocasiones el Papa Francisco ha manifestado, viene bien recordar que: «La naturaleza suele entenderse como un sistema que se analiza, comprende y gestiona, pero la creación sólo puede ser entendida como un don que surge de la mano abierta del Padre de todos, como una realidad iluminada por el amor que nos convoca a una comunión universal» (Laudato sí, 76).
Esta nuestra “casa común” es una condición absolutamente necesaria para la vida de todos. Es un préstamo que cada generación recibe y debe transmitir a la siguiente generación. De ahí la enorme responsabilidad en cuanto a su uso.
Quisiéramos manifestar, en particular, nuestro reconocimiento y apoyo a las miles de personas implicadas en el operativo de lucha contra el fuego, los bomberos, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y los numerosos voluntarios, que se esfuerzan por salvar vidas, aliviar daños y evitar la pérdida de personas y bienes, incluso a costa de cansancio y riesgos personales. En circunstancias a menudo extremas, nos dan un ejemplo admirable de abnegación sin límites.
A partir de nuestras comunidades cristianas, de las Cáritas Diocesanas y de otras instituciones eclesiales, mostramos nuestra disponibilidad para la acogida y la ayuda incondicional de cuantos la necesiten.
Pedimos a Dios que nos ayude en estas circunstancias difíciles, especialmente a quienes luchan contra el fuego, y que nos conceda saber estar y trabajar unidos para recuperar nuestra tierra, que vemos hoy tan dañada y que Dios nos ha dado para hacer posible nuestra vida.
+ Julián, Arzobispo de Santiago.
+ Luis, Obispo de Tui-Vigo.
+ Alfonso, Obispo de Lugo.
+ José Leonardo, Obispo de Ourense.
+Luis Ángel cmf, Obispo de Mondoñedo-Ferrol.
+ Jesús, Obispo Auxiliar de Santiago.
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Esa declaración es políticamente correcta y recibirán aplausos del pensamiento único. A ver si se atreven con las política o eclesialmente incorrectas para la misericorditis.
De acuerdo. Y provocar un incendio destructor de España ¿es una grave inmoralidad? Porque estos mitradiños han quedado como una momia egipcia de silenciosos ante la barrabasada de la CEE sobre el referendum. Que hablen de todo o que se callen de todo, pero no sean demagogos, irmaindinhos.
Estos incendios causarán la desertización de España. Quemando desde el Tajo hasta el Nalón se contribuye a cortar los frentes nubosos del Atlántico debilitados ya por las miles y miles de ráfagas de aerosoles norte sur. A menos vegetación menos lluvias. Interactúan. No se explica de otro modo ya que en Asturias no deben de haber eucaliptos. Cada año queman en algún país diferente: Grecia, España, Francia, Chile, Australia, pero no en más de uno o dos. Y queman en pleno invierno porque los bosques han sido rociados con lo mismo que cae en los coches. Ciegos todos.
Que no te enteras Contreras y los obispos tampoco, además la superficie quemada ya no se puede reclasificar urbanísticamente como edificable http://www.abc.es/natural/biodiversidad/abci-superficie-forestal-crece-ritmo-180000-hectareas-espana-201612021206_noticia.html
En Galicia todos los años hay incendios provocados, aunque nunca tan a lo bestia como este.
Y yo me pregunto ¿nadie ve nada? ¿nadie se entera ni por asomo de quien lo hace?
Vamos a ver, en los pueblos pequeños (y no tan pequeños ) se conoce todo el mundo .¿Hay miedo para avisar a la policía? ¿por qué tan poca colaboración ciudadana? ¿y po rqué los obispos no hacen referencia a esto?
¿por qué penas de cárcel tan débiles para los pirómanos? Aparte de ser una inmoralidad debería de ser penado como un delito de terrorismo…………….preguntas, preguntas y más preguntas.
Pues que se lo diga a los obispos catalanes, especialmente al opusino Jaume Pujol, y a su monaguillo Omella. Que son incendios organizados por la cloaca opusino catalana como enésimo chantaje al gobierno para la cosa supremacista catalana. Igual que los dos pilotos asesinados derribando aviones del ejército.
Los pirómanos son enfermos que tienen una alteración psicológica que les lleva a disfrutar cuando ven el fuego y no piensan en las consecuencias del mismo. Pero lo que ha sucedido en Galicia y Portugal no creo que se pueda atribuir a los pirómanos, sino a gente con maldad interesada por determinadas razones, en causar daño a la población y en aterrorizarla. En los medios de comunicación he oido que tenía que ser gente que conocía muy bien la zona, porque lo han hecho en el mejor momento para su propagación, eligiendo muy bien los lugares y conociendo los vientos. Además han comentado que, el gran número de focos existentes indica que fueron múltiples personas y que piensan que pudieron ponerse de acuerdo por Internet. Por otro lado, es verdad lo que dicen algunos comentaristas anteriores: Que también están prendiendo fuego a la unidad de España, pero solapadamente, sin cerillas, sin fuego y sin humo. Y los que lo hacen, de un modo u otro, tampoco son pirómanos. Son otra cosa.
Los que provocan incendios voluntariamente, son gente a la que le importa in bledo del otro. Aqui en Argentina, vivmos una situacion similar en el año 2008, cuando un sector del campo hizo una quema de pastizales enorme en la provincia de Entre Rios, en un momento en que el campo mantenia una puja muy importante con el gobierno por cuestiones economicas. El incendio fue impresionante, y las consecuencias del humo se sintieron en varios sectores del pais, con todos los problemas respiratorios que ello puede causar en humanos y no humanos. España mas que nunca tiene que estar en nuestras oraciones y pensamientos.