La Santa Sede ha dado a conocer la sentencia por el caso del desvío de fondos para el hospital Bambino Gesú para remodelar el ático de Bertone sin oír al único que podría arrojar algo de luz: el propio Tarcisio Bertone, que ha salido impune.
Una nota de la Sala Stampa comunicaba ayer por la tarde el cierre del juicio por el desvío de fondos del Hospital Bambino Gesú. Según el comunicado, la audiencia comenzó a las 9:30 a.m. (hora local), y finalizó a las 12:15 p.m., tras escuchar las declaraciones conclusivas de ambos imputados. A las 2:20 p.m. el tribunal retomó la sesión para leer la sentencia.
En el fallo se establece una condena a Giuseppe Profiti, ex presidente de la Fundación, de un año de prisión, la inhabilitación temporal para el ejercicio de cargos públicos y el pago de una multa de 5.000 euros.
Sin embargo, el tribunal también concedió al imputado el beneficio de la suspensión condicional de la condena por un período de 5 años, siempre que no cometa un nuevo delito dentro del tiempo establecido, en cuyo caso deberá cumplir la pena. Por otro lado, el tribunal absolvió a Massimo Spina, ex tesorero de la Fundación, del delito por el que fue juzgado.
Profiti y Bertone, cercanos desde hace más de 10 años.
Durante el proceso no ha sido oído quien más luz podría aportar sobre este caso, el purpurado salesiano, secretario de estado emérito, Tarcisio Bertone.
InfoVaticana denunció en 2014 las aventuras que Profiti y Bertone decidieron emprender hace más de una década. En concreto en 2006 el Hospital Galliera, de Génova, siendo Bertone arzobispo, protagonizó una importante operación inmobiliaria. Por entonces el presidente del Hospital era Giuseppe Profiti, y en la junta del hospital estaba un joven llamado Marco Simeón (criado a la sombra de Bertone y que fue muy polémico en los meses previos a la renuncia de Benedicto XVI.)
Profiti, estimadísimo del Cardenal Bertone, fue condenado en dos ocasiones por alterar el precio de una subasta, en el marco del Proceso Mensopoli, y no señaló a nadie, como establece la omertá. Una vez más, Profiti se ha tragado una condena sin señalar a sus cómplices, aunque esta vez de sólo 5.000 euros…
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Este juicio ha sido una mera maniobra de distracción. A quienes tiene que juzgar Francisco es a Capella y Capozzi por pornopedofilia y bacanales gays con drogas a discreción delante de sus propias narices. No lo hará porque le puede salpicar a su protegido Coccopalmerio, un personaje siniestro donde los haya, y al propio Francisco. La justicia vaticana es puro teatro. Su credibilidad es cero pelotero.
“Según los expertos vaticanos este proceso tenía más bien un objetivo de imagen – hacer creer que se va hasta el fondo, sin mirar la cara de ninguno- que de sustancia. De hecho el proceso no ha mínimamente rozado , incluso ni tan siquiera tocado un pelo del sistema de “opacidad y silencio” – así lo ha definido en su alegato el promotor de justicia- que gobierna todavía hoy, el mundo de las finanzas vaticanas”. Specola.
Especula habla de La situación inexplicable de refugio de pedófilos que está adquiriendo el pequeño territorio Vaticano. Para mí está clarísimo : los casos Capella y Capozzi seguramente le pueden salpicar, sobre todo el caso Capozzi, que lo pretende enterrar con un monasterio protector de gays y drogadictos. ¡ Queremos saber ! Sugiero un número monográfico de Infovaticana sobre los dos casos. Queremos transparencia y no omertá.