El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, reflexiona acerca de los recientes acontecimientos políticos y defiende que «es mejor una España unida, por muy diversa que sea», que un país desgajado en partes».
«Confieso que desde hace algún tiempo me invade la tristeza». Así comienza el escrito semanal del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, dedicado a los últimos acontecimientos en Cataluña.
«Desde hace algunos años presiento que el horizonte está cambiando y que la gente empieza a sufrir de nuevo las veleidades y las tomas de decisiones de políticos que tantas veces no buscan siempre el bien común», afirma el prelado.
El arzobispo de Toledo defiende en su escrito que «es mejor una España unida, por muy diversa que sea», que un país desgajado en partes, «aunque esas partes tengan peculiaridades muy ricas y que han de tenerse en cuenta».
«Me parece un error que la presidencia de la Generalitat de Cataluña haya roto en el Parlamento catalán con la Constitución Española y pretenda independizarse», añade monseñor Rodríguez, que subraya que la «acción del gobierno catalán olvida los sufrimientos de los catalanes y de otros españoles en aquella guerra civil, a los que también contribuyó el intento de separación de entonces».
Para el arzobispo de Toledo, «la separación posible de ahora traerá también dolor y sufrimientos» y declara: «¿Cómo voy a ser partidario de rupturas y de acciones irreversibles que prolonguen el sufrimiento de la gente, tantas veces mayoría silenciosa?»
Monseñor Rodríguez comienza su escrito con una referencia a la transición política y social, con la que se establecieron «las bases para una convivencia plural en una España en la que cabían todos». Un proceso, recuerda el prelado, que llevó a término la realidad de un Estado de derecho con la promulgación de la Constitución Española en 1978.
El arzobispo de Toledo ha querido recalcar la importancia de la Carta Magna: «El punto de referencia ha sido en todos estos años el ordenamiento jurídico del Estado que nos hemos dado todos, como posibilidad de entendimiento, esto es, la Constitución Española.”
«Yo no sé si se debe reformar la Constitución y tampoco me escandalizaré, si se hace. Pero me apena muchísimo -y me indigna- que empecemos de nuevo a no tener un punto de referencia que nos sirva para resolver y no para romper», asegura.
Puede leer la carta completa en este enlace.
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¿Un error?…¿Califica este señor una violacion como un error? ¿Un robo es un error?… ¿Un asesinato es un error? ¡Pero este señor qué se piensa que es un golpe de Estado, ¿una trifulca por un penalti mal pitado?!
Lo que pienso de este obispo es irrelevante pero si me gustaría decirle que dejara de decir gansadas, de escucharse menos a sí mismo en las homilías y en sus declaraciones públicas y que se dedique a la oración en su casa.
Estáis poniendo la Iglesia a los pies de los caballos. Soberbios, que sois unos soberbios.
En España caben los que quieren estar, los que no quieren estar es que no quieren estar. Sea mas sencillos como enseña el evangelio y dejen estos hombres de Iglesia de retorcer las cosas, que es obra del demonio.