40 millones de seguidores en Twitter y la tentación de la popularidad

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Destaca la versión online de la Radio Vaticana que la cuenta del Papa Francisco en la red social Twitter -@pontifex- ha superado la cifra de cuarenta millones de seguidores en nueve idiomas y, sinceramente, nos parece fenomenal.

No le quita mérito al dato el hecho de que, o al menos se supone, su número de ‘seguidores’ -de quienes seguimos a Cristo liderados por él, si se prefiere- en el mundo no virtual supera los mil millones.

Difundir el mensaje es, explícita y específicamente, misión primordial de la Iglesia, razón por la que los católicos, si han destacado en campos muy variados a lo largo de la historia, lo han hecho de manera especial en la comunicación y sus tecnologías. Una de las más celebradas, el ‘códex’ -el libro como lo entendemos hoy- sustituyó al menos manejable pero más solemne rollo gracias en buena medida a su uso masivo por los primeros cristianos del Imperio Romano.

El ‘Continente Digital’ no puede quedar fuera de la evangelización, al contrario. Felicitaciones, pues, a Su Santidad por el nuevo récord.

Pero la noticia no ha dejado de hacerme recordar una tentación que se está convirtiendo en verdadera epidemia, según numerosos estudios, a raíz del uso masivo de las redes sociales, especialmente entre los jóvenes: la confusión de relevancia con popularidad, la adición de los ‘likes’.

Evidentemente, no estoy comparando a la jerarquía de la Iglesia universal con una panda de jovencitas narcisistas, pero la tentación, en esencia, es la misma para cualquiera que comparta nuestra naturaleza caída. La historia nos enseña que la ambición de ser popular, de ser aplaudido, de que el mayor número de personas comparta nuestro punto de vista, ha afectado a muchos grandes hombres con no pequeñas virtudes.

Junto a esa tentación, como una hermana siamesa, está la de juzgar la bondad de un postura por el número de personas que la defienden -¡40 millones!-, una falacia disfrazada del tan mal entendido ‘sensus fidelium’ o sentir de los fieles.

Decía el poeta converso francés Charles Peguy que «Dios solo sabe contar hasta uno», y el Evangelio nos retrotrae cada vez que lo leemos a ese tiempo en el que Uno tenía razón y una muchedumbre -la misma que ‘votó’ su condena a muerte- estaba trágicamente equivocada.

Esta ‘superstición del número’ ha vuelto estos días a la palestra a cuenta, primero, de las famosas Dubia de cuatro -¡solo cuatro!- cardenales planteadas al Papa en relación a Amoris Laetita, y luego con la aún más polémica ‘correctio filialis’ redactada por una cuarentena de teólogos y pensadores.

Hemos leído, de hecho, muchas más refutaciones basadas en el escaso número de los ‘correctores’ -y, menos caritativamente, en su escaso relieve mediático y profesional- que en el contenido teológico de lo que exponen.

En ese último sentido lo ha intentado -debemos decir, con escaso éxito- el ex eurodiputado católico italiano Rocco Buttiglione, cuyas tesis veíamos refutadas en estas páginas desde el punto de vista canónico y al que acaba de responder, ya con argumentos de mayor profundidad teológica, uno de los firmantes de la ‘correctio’, el filósofo e historiador Claudio Pierantoni, para quien en la exhortación papal se usa planteamientos ortodoxos para «enmascarar» errores morales.

La clave está, según Pierantoni, en el concepto de ‘circunstancias eximentes’, es decir, aquellas condiciones que impiden que la comisión de un mal objetivo se convierta en pecado grave, o incluso en pecado, que se confunde hábilmente con la condenada ‘moral situacional’ para sugerir que lo que objetivamente es intrínsicamente malo puede en determinados casos no solo ser lícito, sino ordenado.

Se nos ha prometido una Iglesia contra la que «las puertas del Infierno no prevalecerán», pero nadie nos ha garantizado, más bien se diría que al contrario, que sus pastores fueran a estar libres de las seducciones de este mundo.

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Comentarios
11 comentarios en “40 millones de seguidores en Twitter y la tentación de la popularidad
  1. Lamentablemente el narcisismo está a la orden del día en el mundo entero y ha infectado a la Iglesia misma, al más alto nivel. Ese narcisismo lleva a deformar el Evangelio. Desde un púlpito sólo se pueden decir palabras bonitas, para caer bien a todo el mundo y contar con la aceptación de todos. He llegado a escuchar a un sacerdote decir que Dios no «manda», sino que «sugiere». Al terminar la Santa Misa le pregunte al sacerdote si no habría llegado el momento de cambiar los «10 Mandamientos» por las «10 sugerencias». El Papa Francisco se ha olvidado que el mandato recibido de nuestro Señor Jesucristo es el de CONFIRMAR a sus hermanos, no el de CONFUNDIRLOS.

  2. Hay que decir que la popularidad no tiene relevancia en el cristianismo. ¿Cuál era la popularidad de San Atanasio? Poca, seguramente. Lo que importa a un católico es el Espíritu de Verdad actuando el cual, naturalmente, no se mide ni por encuestas, ni por votaciones ni en tweeter, sino por sus frutos desde el punto de vista evangélico.

    Desde el pontificado del Papa de San Galo:

    ¿Cuántas misas más -o menos- hay en el mundo?
    ¿Se confiesa más gente o menos?
    ¿Hay más o menos vocaciones?
    ¿Hay más o menos bautismos? ¿Matrimonios?

    Sobre todo, avanza o no la cultura de la muerte? La guía moral de un Papado se mide mucho por este ítem. Si este Papa desorienta no le vamos a pedir a los políticos que estén comprometidos con la vida. El enorme daño al respeto a la vida humana que causa el argentino al incorporar abortistas y LGTB al Vaticano es incalculable. Esta debacle moral es un pésimo servicio a Dios y al prójimo.

  3. Curiosamente, o no, los más adeptos del Papa Francisco son precisamente los católicos menos compormetidos con la doctrina de la Iglesia, y el mundo secularista. ¿Qué tipo de liderazgo manifiesta el Papa Francisco cuando los católicos más comprometidos, los teólogos que siempre han sido los más fieles al Magisterio a lo largo de los pontificados anteriores están muy preocupados por la deriva de la Igllesia y salen a corregir los deslates de Francisco? ¿Qué líder enajenaría a los más comprometidos con los principios básicos de su movimiento o partido y buscaría el aplauso de los más lejanos?

  4. No acerca a los lejanos, espanta a los cercanos, persigue a los católicos, abraza a gays, protestantes, musulmanes y obispas lésbicas y no habla a ningún lejano de conversión. Su afición más recurrente : insultar a los católicos. Esa supuesta popularidad es mero barniz, mero culto a la personalidad que lo utiliza contra los católicos. A estas alturas de la película conocemos demasiado bien al personaje. Si no se convierte, como todos, se va a condenar.

  5. Mi más cordial felicitación por el artículo. Me atrevo a calificar a Carlos Esteban de magnífico fichaje. Especula no se queda atrás. Son platos suculentos, con muy buenos ingredientes. ¡ Larga vida a ambos !

  6. Los “followers” del Papa Francisco pasan de 40 millones. Parece que esta malsonante palabrota significa en cristiano “seguidores” y estos los encuentra en “Twiter” que en cristiano es “trinar”, vamos, lo que hacen los pájaros. Pues en Vaticano están felices por esta cantidad de followers papales. Como todo es relativo, lo cierto es que se olvidan de informar que los que tienen más followers son Justin Bieber con 102 millones, Lady Gaga con 72 millones, Ariana Grande y Selena Gomez con 56 millones. Creemos que el problema no será fácil de arreglar porque todo apunta a que para ser más follower el Papa Francisco tendría que cantar o , trinar por lo menos, y esto por ahora no lo hace que sepamos.

  7. CLIMA DE MIEDO: LA NUEVA REPRESIÓN DE LOS TEÓLOGOS CATÓLICOS
    Eruditos y clérigos temen ser castigados por criticar Amoris Laetitia
    Dan Hitchens, subdirector del Catholic Herald, explica la situación actual de temor que viven los teólogos católicos ortodoxos por criticar las interpretaciones heterodoxas de Amoris Laetitia.

    12/10/17 6:26 PM
    Ver también
    Cardenal Müller: hay un clima de «temor» en la Curia
    (Catholic Herald/InfoCatólica) Los católicos ortodoxos están enfrentando «persecución» – y no desde el ámbito secular, sino de sus propios compañeros creyentes. Esa es la sorprendente afirmación hecha la semana pasada por el profesor Josef Seifert, el filósofo y amigo cercano de san Juan Pablo II. Sus comentarios se hicieron eco de algunos comentarios recientes del Cardenal Gerhard Müller, quien declaró al National Catholic Register que los funcionarios del Vaticano y los profesores universitarios «vivían en un clima de gran temor». Infocatólica.

  8. Mi impresión es que sus seguidores son amantes de rebajas y saldos; quienes quieren seguir de verdad a Jesucristo buscan las fuentes límpidas y no las contaminadas por el pensamiento único, el politically correct y el gender.

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