| 03 octubre, 2017
Lc 9, 51-56
Y cuando iba a cumplirse el tiempo de su partida, Jesús decidió firmemente marchar hacia Jerusalén. Y envió por delante a unos mensajeros, que entraron en una aldea de samaritanos para prepararle hospedaje, pero no le acogieron porque llevaba la intención de ir a Jerusalén.
Al ver esto, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron:
— Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?
Pero él se volvió hacia ellos y les reprendió. Y se fueron a otra aldea.
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