Cuando se adora a la patria

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De las muchas formas que tenemos de pervertir la fe, dudo que haya una más grave que instrumentalizarla al servicio de una causa que, por noble y alta que sea, siempre quedará infinitamente por debajo de la Gloria de Dios.

Temí haberme pasado, temí ser mal interpretado en mi advertencia de que el nacionalismo puede muy fácilmente convertirse en un ídolo que arrastre incluso a buena parte del clero católico; incluso tras hacer referencia a los datos que muestran la descristianización acelerada de los territorios donde mayor fuerza tiene el nacionalismo, tuve el reparo de no haber indicado que quizá, posiblemente, la correlación entre una y otra cosa no implicaba que la una fuera causa única de la otra.

Pero la pantomima irreverente del párroco de una de las iglesias de Vila-rodona, un pueblo de la comarca de Alt Camp en Tarragona, me hace pensar que me quedé corto. El párroco cedió el templo católico para el referéndum ilegal del 1-O, y el vídeo que todos hemos visto es del recuento de papeleta.

A estas alturas estamos ya acostumbrados a que las iglesias católicas sean, más que la casa de Dios, el huerto de la Bernarda, el lugar de elección para cualquier causa, por estrambótica o alejada del culto que se pueda imaginar, y que más de una iglesia, y de dos, se iban a usar a modo de colegios electorales era cosa sabida y advertida.

Pero lo que hace de esta una ocasión especialmente delirante es que el sacerdote no se limitó a ceder el ‘local’ para tan cuestionables fines, sino que ofició. Queremos decir, que convirtió un recuento de votos -a estos efectos, tanto me da que se trate de una votación legal o ilegal, legítima o ilegítima- en una parodia de ritual religioso, revestido con las vestes sacerdotales.

De las muchas formas que tenemos de pervertir la fe, dudo que haya una más grave que instrumentalizarla al servicio de una causa que, por noble y alta que sea, siempre quedará infinitamente por debajo de la Gloria de Dios. Es hacer de Dios una herramienta para nuestras pequeñas ambiciones o ideologías, ‘reclutarle’ en servicio de lo contingente y pasajero. A esto me refería cuando hablaba de hacer de la patria un ídolo.

Y no es en absoluto que la Iglesia, que como portavoz de Cristo no puede contradecir nuestra naturaleza creada por Dios, ningunee el patriotismo. La ley natural, nos dice el Papa León XIII en su encíclica Sapientiae Christianae, «nos alecciona a amar devotamente y a defender el país en que nacimis, y en el que nos criamos, de modo que ningún buen ciudadano vacila en afrontar la muerte por su tierra natal… Pero tenemos una obligación mucho más urgente de amar, con amor ardiente, la Iglesia a que debemos la vida del alma, una vida que durará para siempre».

En realidad, esta sustitución de Dios por cualquier causa humana, por el interés ideológico de moda, es una tentación que hace tiempo venimos viendo insinuarse en la Iglesia universal, con multitud de clérigos que, si alguna vez citan el Evangelio, es para apoyar otra lucha ajena a la salvación de nuestras almas, ya sea el futuro de la biosfera, la justicia social o la ‘marginación de género’.

Y si toda esta clerecía militante pierde ‘parroquia’ -nunca mejor dicho- a raudales precisamente cuando intentan resultar ‘relevantes’ no es porque sus fieles no puedan estar preocupados, o incluso comprometidos, con estas causas, sino por lo que transmiten, lo que sugieren, es una fe débil o inexistente en el mensaje salvífico de Cristo.

Porque la biosfera, siendo importante para quienes vivimos en ella y de ella, desaparecerá algún día, y hasta el más oprimido, como su opresor, morirán a no tardar mucho, mientras que el Reino de los Cielos no tiene final, es nuestro destino, nuestra verdadera patria.

«Cielos y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». No puede existir tarea más urgente, labor más apasionante y apasionada que la de alcanzar ese destino eterno que Dios nos tiene reservado y la sangre de Cristo nos ha abierto; cambiarlo por la «construcción nacional de Cataluña» es peor, mucho peor, que vender nuestra primogenitura por un plato de lentejas.

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Comentarios
9 comentarios en “Cuando se adora a la patria
  1. «Amar a la patria es el amor primero,
    y es el postrero amor, después de Dios,
    y si es crucificado y verdadero
    ya son un solo amor, ya no son dos». Leonardo Castellani.
    España es un concepto quasi teológico (Gabriel Albiac).
    Cataluña es, como mi región, lo que decimos en castellano, una patria chica, una querida patria chica.
    Ahora, en manos de unos políticos provocadores, y descristianizada hasta la médula, Cataluña es sólo una patria chica mezquina. España le roba, efectivamente, le ha robado no saber quién es, porque tampoco ella se reconocea si misma.

  2. A la Patria o a la novia no se les puede adorar, salvo el sentido figurado. Sólo a Dios se ha de adorar.
    Pero del mismo modo que no es igual adorar al Dios verdadero que a dioses falsos, no es lo mismo Amar, defender, engrandecer, luchar y trabajar por la Patria verdadera que por naciones inventadas e inexistentes, fabricadas por el ingenio maléfico y la ambición desmedida de algunos traidores como los separatistas catalanes o vascos.
    En el primer caso se da la idolatría. En el segundo, la Traición a la Patria, un crimen que no perdonaremos.

  3. Pobrecita Chus, estás enferma y sin posibilidad de curación, salvo un milagro. Cuánta amargura y frustración, nos das mucha pena y rezamos por ti. No sabemos cuál es tu situación personal y familiar, cuánto amor has recibido y sobre todo cuánto has dejado de recibir para llevar una vida tan desnortada y fracasada, para estar tan llena de resentimiento ante todo lo que te rodea. Nosotros gracias a Dios hemos recibido mucho amor y también intentamos transmitirlo. Mi esposa y yo, como padres ya de 7 hijos más los que puedan venir, damos gracias a diario a nuestro Señor por haber recibido el don de la vida y de la fe, por pertenecer a la Iglesia Católica que tanto ha hecho en todos los campos, educativo, sanitario, asistencial, espiritual, litúrgico, misionero,…con el ejemplo de los mártires y de los santos, con los fundadores de órdenes religiosas, con monasterios y conventos fuente de desarrollo en todos los ámbitos. Ánimo Chus, intenta reformarte y avanzar, intenta dar frutos buenos!

  4. No existe el nacionalismo español, esta prohibido por la Iglesia Católica. Nunca ha existido el nacionalismo español en España, ni Franco era nacionalista español , sino nacionalista católico romano por mucho que se empeñen en hacerlo pasar por tal. Franco fue financiado por Cambó un catalanista con alta relación con Alemania y el Vaticano. Franco mantuvo el arancel cambó hasta 1960 haciendo pagar a los españoles el supremacismo infumable catalán que ha derivado en naZionalismo catalán y luego en separatismo, Lo mismo paso con el Vasco. Solo existe nacionalismo catalán y vasco en España, las dos etnias carlistonas mimadas por la corona y la Iglesia, al servicio de una repugnante idea de Europa liderada por Alemania Y Francia, situación que el régimen actual ha empeorado entregando todas las grandes empresas de España a la oligarquía catalana y vasca que explota España.
    Franco enriqueció Cataluña y el País Vasco arruinando y empobreciendo al resto de España.

  5. Ni en el régimen de la restauración monárquica fines del XIX y principios del XX existió el mas minimo nacionalismo español, ni la republica fue nacionalista española , ni Franco fue nacionalista español ni existe ningún partido no solo » nacionalista » español , es que ni siquiera » patriota » español en el régimen actual
    El nacionalismo y el patriotismo español están prohibidos en España, no tiene ni industria ni empresas ni bancos ( todo ha sido entregado a los nazionalistas catalanes y vascos (únicos nacionalismos permitidos) y tampoco tiene ningún partido político que le represente, El PP impone la inmersión antiespañol en Galicia Baleares y Valencia impidiendo que se pueda estudiar en español ( En inglés si de puede) ¿ Para que hablar de la izquierda catolicona-carlistona antiespañola, o de la propia jerarquía de la Iglesia? ¿ Cabe mayor evidencia que la nota nacionalista catalana y vasca firmada hace unos días?

  6. La Iglesia Católica impide el patriotismo y la nación Española, la niega ( no así a Francia o Alemania, y sus lacayas en España Cataluña y el País Vasco)
    La Iglesia católica siempre ha odiado a España y a los españoles. La Iglesia católica impide la representación de los españoles impidiendo y negando así la realidad de la existencia de España y con ello la voluntad de Dios.
    Como siempre la iglesia romana decide por Dios, es mas Dios que Dios.

  7. Las imágenes son un poco espeluznantes porque toda la escena parece como una adoración de la democracia, que es por otro lado la verdadera idolatría de nuestra época.

  8. La patria es una cosa, y el nacionalismo otra. Este artículo mezcla churras con merinas. No hay que adorar la patria, por supuesto, pero el amor a la patria está recogido en el magisterio de la Iglesia, mientras que el pecado del nacionalismo es la idolatría y la deslealtad a la patria. No puedo por tanto estar más en desacuerdo con este artículo.

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