El ejército estadounidense permitirá alistarse de nuevo a los militares ‘transgénero’ y financiará las operaciones de cambio de sexo hasta el mes de marzo de 2018.
Pese a la orden ejecutiva firmada por Trump en las postrimerías del mes de julio, el ejército estadounidense permitirá alistarse de nuevo a los militares ‘transgénero’ y financiará las operaciones de cambio de sexo hasta el mes de marzo de 2018. Así se establece, al menos, en las directrices provisionales dadas a conocer por el secretario de Defensa norteamericano, James Mattis.
La orden ejecutiva promulgada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 27 de julio prohíbe que los transexuales sirvan en cualquier capacidad de las Fuerzas Armadas norteamericanas. Una decisión que fue adoptada tras encuentros y consultas con diversos generales y expertos militares y que, tal y como aseveró el republicano en su momento, mejoraría el estado del ejército.
La demora en la aplicación de la orden ejecutiva de Trump, que es consecuencia directa de las ya mentadas directrices provisionales, ha suscitado cáusticas y razonables críticas hacia Mattis. ‘¿Por qué lleva seis meses formular un plan cuando puedes derogar inmediatamente el plan que se aplicó gracias a la autorización de Obama’, se pregunta una tuitera.
También dos veteranos del ejército, Steve Chavez y Jason Moyer respectivamente, han expresado su insatisfacción con las directrices provisionales: ‘Esto tiene que acabar’; ‘Estoy perdiendo la fe en esta Administración’.
Pero, ¿qué establecen exactamente las directrices provisionales de Mattis?
En primer lugar, confirman no se aceptarán ingresos en el ejército de personas que estén siendo tratadas por disforia de género, que es una situación en la que el individuo percibe que pertenece al sexo opuesto al de su nacimiento, al biológico.
En segundo lugar, establece que los militares que estén en este momento siendo tratados para la disforia de género podrán continuar sirviendo y recibiendo el tratamiento. No obstante, no se permitirán nuevas operaciones de cambio de sexo a partir del 22 de marzo de 2018, ‘excepto en el supuesto de que sea necesaria para la salud del individuo’.
En tercer lugar, los miembros del ejército que hayan completado su transición de un sexo al otro – si es que eso se completa alguna vez – podrán continuar sirviendo en el sexo que prefieran mientras el Pentágono lleva a cabo su estudio.
En cuarto lugar, los militares transexuales podrán volver a alistarse durante el período interino y, así, no ser forzosamente apartados como consecuencia de un diagnóstico de disforia de género (o del caprichoso e imposible afán de convertirse en lo que uno no es).
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Esto del cambio de sexo debe de ser una estrategia desesperada para ganar la guerra de Afganistán.
Parece que con el masón Donald Trump nada ha cambiado en EE.UU. Y lo poco que cambia es para peor.-
Católico Ap R., Dudo que el nada globalista Trump sea masón.