El portal ReligiónDigital ha emprendido una campaña contra los tres obispos del País Vasco y esta semana le tocaba recibir su ración al obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.
El obispo de Vitoria copaba ayer la portada del portal Religión Digital, dirigido por el sacerdote secularizado José Manuel Vidal y por el biógrafo del arzobispo Osoro, Jesús Bastante. El asunto no era otro que el de un activista LGTB al que se le había apartado de la actividad parroquial.
La noticia, según fuentes de la propia diócesis de Vitoria, parte de la actividad del propio Alfonso Ruiz en las redes sociales contra el obispo de Vitoria.
El 13 de agosto, Ruiz de Arcaute compartía en su perfil de Facebook un libelo contra el obispo Elizalde, en el que le acusaba de «oler a lobo». En el escrito, que declaraba haber recibido de un sacerdote de la diócesis, Ruiz de Arcaute invitaba a Elizalde a «parecerse no a Munilla, sino a Francisco», y le acusaba de represaliar a sacerdotes de la diócesis.
A continuación, el comunicado emitido por la diócesis de Vitoria sobre el asunto:
Ante la información publicada en varios medios sobre la retirada de responsabilidades pastorales parroquiales a D. Alfonso Ruiz de Arcaute este Obispado comunica que:
1. El 13 de agosto de 2017 D. Alfonso Ruiz de Arcaute hace público en sus redes sociales un escrito anónimo difamatorio e injurioso contra el Obispo y otros miembros de la comunidad diocesana. Lo hace de manera extensa a través de argumentos contrarios a la verdad y descalificaciones, relacionados con las decisiones tomadas por el obispo de cara a los nombramientos de cargos para el nuevo curso.
2. El escrito se propaga rápidamente en las redes sociales, causando grave daño a la comunidad diocesana.
3. Este es el único motivo , y no existe ningún otro, por el que el Obispo decide retirar a D. Alfonso las responsabilidades pastorales que ejercía en su parroquia.
4. Así se lo comunicó a Alfonso , en primer lugar , y posteriormente al consejo pastoral parroquial con la confirmación del mismo.
5. La libertad de opinión y expresión son derechos irrenunciables . La difamación y la injuria, sin embargo, no son derechos. La diócesis de Vitoria tiene una responsabilidad ante la difamación y la descalificación y ante ello, el Obispo ha tomado esta medida a la espera de un cambio de actitud en D. Alfonso que posibilite iniciar un camino de comunión.
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Qué curioso! se puede ser un activista LGTB que sube cortos de amor gay a facbook, y dar catequesis a nuestros hijos sin problema. eso si, el dia que se mete con el oibispo, le apartan de la parroquia.,
ay ay ay
Mi más cordial felicitación a mi paisano Elizalde, que va tomando medidas de protección de los derechos de los fieles, continuamente pisoteados por la heterodoxia y la heteropraxis y por el lobby lgtb, tan introducido en la Iglesia, gracias incluso a Francisco y su James.
Eso sí, que quede claro que no tiene nada que ver con que sea un activista KGBT…..
Totalmente de acuerdo con vitoriano.
vitoriano, tienes toda la razón. Se sabe y controlaba la actividad parroquial de este activista KGBTI, por si difamaba e injuriaba la doctrina católica.
Lo único positivo que tiene la situación actual de la Iglesia es que se van aclarando las posiciones: quien afirma oler a oveja, a quien acusan de oler a lobo y… quien corrompe a nuestros hijos oliendo a caperucita roSa…
Anteriormente también le felicité por su veto a Pagola. Ya lleva dos acciones que no habrán gustado nada al pensamiento único, disfrazado de misericorditis en el ámbito eclesial.
Bien por el obispo de Vitoria. Ya era hora de tener obispos verdaderamente católicos en el País Vasco. Porque Munilla e Iceta también están dando testimonio.
Lo que me extraña es que este individuo pudiese ser el amo de una parroquia en Vitoria, con la connivencia del párroco (¿y alguien más?) supongo. Me imagino que algún feligrés se habrá escandalizado y protestado, claro que de los rigoristas que dice el Jefe, esos que han perdido en la actualidad, y Iglesia mundana, la voz y hasta parece que el oremus. Y supongo que habrá más casos, por lo que no estaría de más que los párrocos y obispos dejaran de hacer cucamonas con este tipo de individuos tóxicos, y los pongan de patitas en la calle, y que vayan a los partidos de izquierdas a impartir sus catequesis.