Programa definitivo de la visita del Cardenal Burke a Madrid

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El próximo 9 de septiembre tendrá lugar en Madrid el I Encuentro InfoVaticana, presidido por el purpurado estadounidense Raymond Leo Burke. Por motivos ajenos a nuestra voluntad, el programa del encuentro sufre modificaciones importantes. El domingo 3 de septiembre finaliza el plazo para inscribirse.

El próximo 9 de septiembre tendrá lugar en Madrid el I Encuentro InfoVaticana, que tendrá como tema ‘la esperanza de la familia’.

Los actos tendrán lugar en el cementerio de los mártires de Paracuellos, lo que algunos no han dudado en llamar “la Catedral de los mártires”. El cardenal presidirá la Adoración al Santísimo y celebrará la Santa Misa, a continuación impartirá la conferencia sobre “La esperanza de la familia en un mundo secularizado” y compartirá el almuerzo con los asistentes en un restaurante a pocos metros del cementerio.

El programa detallado del encuentro es el siguiente:

Sábado 9 de septiembre (Cementerio de los mártires de Paracuellos del Jarama):

11:00. Conferencia: «La esperanza de la familia en un mundo secularizado».

12.00. Santa Misa por la vida

12.45. Adoración al Santísimo Sacramento

13:30. Comida con el Cardenal (Restaurante frente al cementerio)

16.00. Bendición y fin del encuentro.

Todos los actos son gratuitos salvo la comida, que cuesta 25€ por persona. Dado que el aforo es limitado invitamos a quienes quieran asistir al encuentro a que se apunten a través de EventBrite, en el enlace a continuación.

IMPORTANTE: EL DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE FINALIZA EL PLAZO PARA INSCRIBIRSE A LA COMIDA.

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Comentarios
28 comentarios en “Programa definitivo de la visita del Cardenal Burke a Madrid
  1. Me encanta la publicidad que acompaña al artículo. «Triunfar con dailyDiva», de Playboy Lifestyle Tips.
    Rubia, minivestido nego, taconazos, sonrisa franca.

    Claro que algunos preferirán las puntillas del Card. Burke.

  2. Todo lo qye daria por vivir en España… para mi seria la oportunidad de escuchar a un verdadero Apostol..un Santo de los ultimos tiempos…ademas de que es una ocasion que tendra resonancia universal.

    Alentad a nuestro Apostol en nombre de Jesucristo!

  3. Para los que les molesta la publicidad (no sé si es algo controlable o incontrolable por InfoVaticana. Creo que incontrolable) les recomiendo que instalen el Adblock Plus (totalmente gratis, es una extensión disponible para diversos navegadores (Google Chrome, Firefox, etc) y es muy útil. Ahora mismo me dice que en esta página están bloqueados 21 anuncios)

    La dirección es esta: https://adblockplus.org/es/

  4. RMNO5, creo que su idiotez solamente le da para entrar en una página de contactos. Desconozco que se le ha perdido a Ud. en Infovaticana. Se creerá Ud. gracioso, pero solo es un mamarracho.

  5. Carlos:

    Creo que su refinada educación le da solamente para entrar en Infovaticana. Ignoro qué se le habrá perdido a Ud. en Internet. Hace muy bien en visitar este portal. No tengo ni idea de lo que Ud. se creerá, pero pondero nuevamente su exquisita urbanidad.

  6. RMNO5, quizá le he molestado con mi comentario. Pero ?ha leído Ud. lo que escribió antes? Es de pésimo gusto loar una publicidad más que dudosa, y reírse de las «puntillas» del Cardenal Burke.
    A mi me parece de pésimo gusto su comentario.
    Por lo demás, siento haberle ofendido, puede creerme, aunque me repugne su entrada. Pude tratarle de forma más caritativa. Lo siento de veras.

  7. Carlos:

    He leído lo que comenté antes y lo mantengo. El comentario es claramente irónico, pues irónico resulta que en este artículo precisamente me apareciese la publicidad que he reseñado. Es decir, que la publicidad va totalmente en contra del artículo, puesto que cualquier hombre normalmente constituido encuentra más atractiva a la joven del anuncio que al Card. Burke (consideraciones morales aparte sobre los pensamientos que uno pueda consentir). Dicho de otro modo, la página, tal como yo la veía, era una invitación a prescindir totalmente de la convocatoria.

    Curiosamente, este anuncio aparecía en el móvil navegando con la tarifa de datos de Movistar. Conectado a la red de casa, también de Movistar, no se veía. Hice la prueba de recargar la página cambiando la conexión y siempre era la misma tónica.

    Después de investigar un poco, veo que dailyDiva es un portal propiedad de Movistar dedicado a moda y tendencias, bastante recatado para lo que se puede ver en cualquier otro sitio. Parece optimizado para móviles y a la primera de cambio te intentan colocar una suscripción semanal de 1,99 Eur. No tengo ni idea de a qué respondía la recomendación de Playboy.

    Mi comentario, repito, era irónico con la esperanza de que Infovaticana tomara conciencia de qué publicidad les aparece.

    Siento que mi conmoción por las fotos del Card. Burke con la capa magna haya hecho aparecer sus puntillas en el comentario. No consigo evitar que me vengan a la cabeza esas imágenes cuando veo su nombre o su fotografía.

  8. RMNO5, la aclaración que Ud. me hace me revela que me equivoqué al juzgar sus intenciones y, en cualquier caso, que mis apreciaciones carecieron de Caridad. No capte su ironía, no fui habil.
    Una vez mas, le presento mis mas sinceras disculpas.

  9. Capaz que sería buena idea que el Cardenal Burke lleve las puntillas cuando denuncie, como es de esperar, el estado desastroso en que se encuentra actualmente la Iglesia.

  10. Me temo que la siguiente novedad, al no atreverse con el coloquio, va a ser su cancelación. En el coloquio no tendría más remedio que pronunciarse sobre la corrección anunciada para después de epifanía, aunque no precisó de qué año. Me temo que, de seguir así, y ya sólo quedan tres, se van a morir sin corrección. Hay un dicho: » Si no vas a morder, no enseñes los dientes «. Luego, si los enseñas, no tienes más remedio que morder; de otro modo se van a pillar los dientes. Para mí están perdiendo muchos puntos. Me están defraudando.

  11. a mí me parece que la publicidad que aparece en este portal más bien tiene que ver con las visitas a páginas web por parte de los usuarios que no tanto que Infovaticana permita o no cierto tipo de publicidad. Me explico, a mí eso de Lady Diva o Godiva no me aparece, sino las páginas de ropa que habitualmente suelo visitar en internet, pisos en alquiler en varias ciudades ( dado que también he estado visitando páginas de inmobiliarias ), etc. Es decir, que la publicidad que a uno le sale tiene relación con la actividad habitual de uno en internet. Bueno, creo que la cosa va por ahí.

  12. Ya que vamos de animales, el koala, ayudado por su siempre fiel OSA caminante, se ha portado con su hermano en la asesoría como un auténtico cerdo. Le llegará su 11 de noviembre.

  13. Lady Diana Palangana:

    Expliqué suficientemente el proceso de aparición de esta publicidad en mi comentario de
    28 Julio, 2017 a las 2:52 am

    En general, los anuncios tienen que ver con lo que se ha visitado. Por ejemplo, si complo un cartucho para impresora láser HP en Amazon, me sigue apareciendo el anuncio del mismo cartucho durante un tiempo. Hay que ser torpes, si ya lo he comprado.

    En el caso del portal dailyDiva, lo introducía Movistar al visualizar esta página navegando con la conexión de datos del teléfono, pero no conectado a la wifi de casa con el mismo teléfono. No tiene nada que ver con el historial de navegación.

  14. Imagino que tendremos ocasión de saludar a nuestro Cardenal Osoro que no perderá la ocasión de acoger calurosamente a su hermano cardenal.

  15. Al hilo de esta entrada de “Infovaticana” sobre la visita del Cardenal Burke a nuestro país, al que Dios asista, ilumine y le dé fuerzas en su empresa para intentar reconducir la preocupante situación que se vive en la Iglesia católica, me gustaría compartir con Vds. mi particular punto de vista sobre la misma.

    En vísperas de que arranque el nuevo curso la Iglesia católica se encuentra, tras la publicación de la exhortación Amoris Laetitia (Los Amores de Leticia, traducido libremente con una pizca de humor), en una encrucijada doctrinal y moral que necesariamente tendrá que resolver en breve ya cogiendo uno u otro camino, dar marcha atrás –donde dije digo,…- o seguir hacia delante con los faroles, ya que tomar los dos a la vez no me parece posible. No soy historiador desde luego, pero al menos en lo que hace a cuestiones morales la presente crisis católica es tan absoluta que yo me atrevería a decir que carece de precedentes o al menos si los hay no los conozco: conferencias contra conferencias, diócesis contra diócesis, obispos contra obispos, curas contra curas y hasta fieles contra fieles a cuenta de la moral y del matrimonio sacramental; lo que es un gravísimo pecado mortal en, pongamos por caso, Polonia no es más que un chiste en Alemania (los efectos devastadores que esta crisis ya deja sentir precisamente en este último país son gravísimos: decenas de miles de católicos alemanes de a pie que, desengañados, han dejado de serlo; así de triste). ¿Cuándo antes, pues, se había visto algo parecido?

    Lo último conocido y que yo relaciono con esta crisis católica es la reciente formación de una comisión teológica de carácter revisionista en torno a la conocida y tal vez más importante encíclica del Papa Pablo VI Humanae Vitae; comisión que reiteradamente el curso pasado se había negado, empero, que existiese o que se fuese a formar. Esta encíclica a mi juicio no fue un documento magisterial más, ya que en ella quedó fijada la posición oficial y definitiva de la Iglesia sobre cómo ha de ser la vida sexual del creyente según la doctrina y moral católicas. Cuestiones tales como las relaciones sexuales, el aborto, natalidad, métodos anticonceptivos, homosexualidad, relaciones prematrimoniales, etc., que al hilo de la que se llamó “revolución sexual” estaban en boca de toda la gente en ese momento, fueron sustanciadas en la encíclica por el Beato Papa Montini, poco sospechoso, por cierto, de reaccionario, declarando categóricamente para cada una de ellas su licitud o ilicitud moral. Mal pinta la cosa, pues, cuando incluso un texto tan, por así decirlo, contenido y moderado como el de Humanae Vitae, pero impregnado de un inequívoco sentido católico como no podía ser menos pero que hoy tanto se echa en falta por haberse perdido, se le quiera revisar para “enmendarlo”. Sirva como muestra de esta pérdida absoluta del sentido católico que digo, entre muchísimas otras que podrían citarse, los Hermanos de la “Caridad”(?), es un decir, que realizan su apostolado “misericordiando” que es gerundio a enfermos psiquiátricos belgas, y abusando de menores, en este caso irlandeses, con discapacidad intelectual. ¡Para pedir socorro no a los superiores, que no harán ni caso tan ocupados como están en estas obras de caridad tan singulares, sino a la INTERPOL a grito pelado!…

    Dicho todo lo cual, permítanme ahora que, muy en resumen porque se puede sintetizar el asunto perfectamente, pase a exponer cuál sería a mi juicio el punto crucial sobre el que se juega el futuro de la Iglesia católica.

    ¿Dónde nos la jugamos, pues? La publicación de la exhortación apostólica Los Amores de Leticia ha supuesto para la Iglesia una tremenda conmoción, toda una sacudida sísmica ya que por vez primera en la historia un Papa dejaba la puerta abierta a la comunión para los “divorciados” vueltos a casar, sin necesidad siquiera de que los “recasados” vivan castamente. Es verdad que el literal del texto parece intencionadamente ambiguo en este punto –mal asunto emplear un lenguaje equívoco cuando se dirimen cuestiones morales-, pero no es menos cierto que este sentido permisivo del documento ha sido interpretado claramente por, entre otros muchos, la Conferencia Episcopal de Argentina, interpretación respaldada por el Papa como la correcta. En la práctica, pues, tres inmediatas consecuencias veo yo que se siguen por lógica de la exhortación: desaparecen de una el gravísimo pecado de adulterio condenado por el mismo Jesucristo y la indisolubilidad del matrimonio sacramental y, al cabo, se viene a equiparar el matrimonio civil con el religioso, esto es, que valen lo mismo uno y otro, quedando así en entredicho toda la doctrina y la disciplina católica sobre el matrimonio; ¿cómo así sacerdote alguno podrá pedir a una pareja de novios creyentes que contraiga matrimonio por la Iglesia arguyendo la excelencia superior de esta unión sobre cualquier otro tipo no cristiano de unión ya que el primero forma parte del diseño de Dios sobre el hombre?, ¿qué sentido tendría empeñarse en ello si, como parece deducirse, el matrimonio sacramental vale igual ya que uno civil o incluso que un amancebamiento? Es como si se viniera a decir que, como es imposible guardar los Mandamientos de Dios pues son un ideal, poco menos que una quimera cuyo cumplimiento estaría solo al alcance de unos pocos elegidos, es necesario “descafeinar” la moral relativizando la Ley, por más que el mismo Jesús nos dijese, ‘Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos’ [Mt 19, 17].

    ¿Se está poniendo de este modo, al permitir conculcarse los mandamientos sin darle mayor importancia al hecho, en riesgo cierto nuestra salvación?, ¿han desaparecido, pues, de la noche a la mañana, todas las acciones intrínseca y objetivamente pecaminosas, malas o desordenadas por sí y en sí mismas con independencia de las circunstancias que estén vetadas semper et pro semper? De confirmarse este giro copernicano de la doctrina como por ensalmo estaríamos ante una verdadera revolución, un cataclismo nunca antes visto en la Iglesia en mi opinión. Y fíjense que no sé si ya se habría producido dicho giro de ser cierto el último gesto atribuido al Papa en tal sentido “innovador”, dando su bendición supuestamente a una pareja gay que habría adoptado y bautizado (?) a tres hijos. Bien es verdad que cuesta mucho trabajo creerlo.

    Y en este confuso ambiente eclesial y religioso de permanentes desmentidos en el que nos encontramos todos como si caminásemos sobre arenas movedizas, al inicio de este nuevo curso el estado de la cuestión parece gravitar en torno a un punto sumamente crucial, ya digo, para el inmediato devenir católico.

    Desde su origen la Iglesia católica por medio del Magisterio, sostenido por las Sagradas Escrituras y la Tradición, había enseñado y defendido ininterrumpidamente, con una constante firmeza, la existencia indubitable de una ley moral objetiva, inmutable y universal dimanada del Decálogo ante la que una recta conciencia individual debe subordinarse y conformarse. Y esta enseñanza era así de clara e inmodificable hasta ayer mismo por la tarde literalmente hablando, de tal modo que San Juan Pablo II en Veritatis Splendor establecía al respecto, «La conciencia no es una fuente autónoma y exclusiva para decidir lo que es bueno o malo» (VS. 56, 60). Más bien, «la conciencia es la aplicación de la ley a cada caso particular» (VS. 59). Según esto, yo deduzco que –corríjanme si estoy equivocado- la conciencia está bajo la ley moral objetiva y debe ser formada por ella. Pero he aquí que hoy esta milenaria enseñanza como poco ha sido puesta en cuarentena después de Los Amores, toda vez que ahora, según los casos, el juicio subjetivo de la conciencia individual puede no solo, supuesta una situación de conflicto, prevalecer sobre la ley moral objetiva universal, sino producirse incluso de forma autónoma. Esto es, en mi modesta opinión, relativismo puro y duro, y por demás está decir que esta doctrina fue siempre impugnada y sin cuartel combatida como un craso error por la Iglesia, y con verdadero denuedo muy recientemente, hasta haberse convertido en una de las señas de identidad más reconocibles de su Pontificado, por el Papa emérito. Ante lo cual, como decía al principio, la Iglesia por el bien de todos los fieles y por el suyo propio, debe clarificarse y dar una explicación de una buena vez: o todo lo que había enseñado antes sobre moral no era cierto ni válido, o bien lo de ahora ha sido una grave equivocación y procede rectificar de inmediato. Porque una proposición y su negación no pueden ser, por el principio de no contradicción, ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido: o la cosa es blanca o es negra, o es pecado o no lo es. Y, sinceramente, una calculada ambigüedad en materia tan grave, querer aplicar una tonalidad gris donde no se puede, que no sea ni una cosa ni otra, resolver con un “depende”, no sé si es serio ni tampoco muy cristiano que digamos dado lo que se dirime en última instancia, la salvación o condenación eterna…

    Entretanto, inexplicablemente se sigue sin dar respuesta a las 5 preguntas que los cardenales encabezados por el norteamericano Burke formularon legítima y respetuosamente al Papa ante el desconcierto general y la división sobrevenidos en el seno de la Iglesia tras Los Amores de Leticia, por más que ya resulta acuciante dar una contestación siquiera por misericordia, evitándose así correr, si es que se está a tiempo todavía, males mayores:
    1- Se pregunta si, según lo afirmado en Amoris Laetitia (nn. 300-305), se ha vuelto posible conceder la absolución en el sacramento de la Penitencia y, por ende, admitir a la Santa Eucaristía a una persona que, estando vinculada por el matrimonio válido, convive more uxorio con otra, sin que se hayan cumplido las condiciones previstas por Familiaris Consortio n. 84 y después afirmadas por Reconciliatio et paenitentia n. 34 y por Sacramentum caritatis n. 29. ¿La expresión «en ciertos casos» de la nota 351 (n. 305) de la exhortación Amoris laetitia puede ser aplicada a divorciados en nueva unión, que siguen viviendo more uxorio?
    2- Después de la exhortación post-sinodal Amoris laetitia (cf. n. 304), ¿sigue siendo válida la enseñanza de la encíclica de san Juan Pablo II Veritatis splendor n. 79, basada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, respecto a la existencia de normas morales absolutas, válidas, sin excepción alguna, que prohíben acciones intrínsecamente malas?
    3- Después de Amoris laetitia n. 301, ¿todavía es posible afirmar que una persona vive normalmente en contradicción con un mandamiento de la ley de Dios, como por ejemplo el que prohíbe el adulterio (cf. Mt 19:3-9), se encuentra en situación de pecado grave habitual (cf. Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24 de junio de 2000)?
    4- Después de las afirmaciones de Amoris laetitia (n. 302) sobre las «circunstancias atenuantes de la responsabilidad moral», ¿se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II «Veritatis splendor» n. 81, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, según la cual «las circunstancias o las intenciones no podrán nunca transformar un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente honesto o justificable como elección»?
    5- Después de Amoris laetitia n. 303, ¿se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de san Juan Pablo II Veritatis splendor n. 56, fundamentada en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, que excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y afirma que la conciencia nunca está autorizada para legitimar excepciones a las normas morales absolutas que prohíben acciones intrínsecamente malas por su objeto?
    Cuestiones a las que yo incluso añadiría una más por mi cuenta, 6- ¿está vigente o se ha desautorizado también el pasaje de Corintios 6,9 que dice: «Ni los impuros, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los ultrajadores, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios»? Porque, como digo, una cosa –no “heredarán el Reino de Dios”- y su contraria –“¿quién soy yo para juzgarlos?”- no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. Parece que algo no cuadra mucho…

    Urge, pues, que, iluminados por el Espíritu Santo, se aclaren y nos lo aclaran a todos lo que pasa sin gambetas ni eufemismos. Muchas gracias.

  16. Se diría que a Burke no le dejan hablar en Madrid y lo echan a Paracuellos. Qué bonita es la cordialidad entre los hermanos cardenales. Cuán afectuosos son los licenciados en matemáticas

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