El diario EL PAIS promueve el antinatalismo «para luchar contra el cambio climático»

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En un artículo que explica «las medidas más eficaces para reducir las emisiones», el periódico, que tira todos los días toneladas de papel, propone «tener un hijo menos» como la medida más eficaz contra el cambio climático.

«Hazte vegetariano, deja el coche y ten menos hijos si quieres luchar contra el cambio climático», así se titula el artículo publicado ayer por el diario EL PAIS, del Grupo Prisa, en su edición digital. Vivir sin coche, reducir los vuelos, o comer verduras, entre las medidas más eficaces, pero sin duda, explica EL PAIS, lo mejor para ser «superverde» es «tener un hijo menos». En el cuerpo de la noticia se explica el argumento:

«Hay una excepción y es, precisamente, la medida más personal y la de mayor impacto de todas las que puede tomar una persona: tener o no tener hijos. El efecto de dejar de tener un hijo casi se sale de la gráfica, reduciendo las emisiones casi en 60 tCO2. Es la estimación más original y arriesgada ya que se basa en las emisiones futuras que habría provocado ese hijo, así como las de sus hijos y los hijos de estos. Pero las sociedades más avanzadas, con cuyos datos se ha hecho el estudio, ya tienen tasas de natalidad muy bajas.»

Pero… ¿y si el hijo come verduras?… El nivel de argumentación recuerda al del chiste:

  • Mamá, hoy me he ahorrado 1€
  • ¿Cómo hijo?
  • En lugar de ir en bus, he ido andando detrás del bus
  • jajajaja, eres tonto, podías haberte ahorrado mucho más: En lugar de ir en taxi, ir andando detrás de un taxi.

Si la manera de reducir emisiones es «tener menos hijos», así sin más, se convierte en infinito el número de emisiones que se pueden reducir. Basta con no tener los 45 hijos que se pretendía tener, y quedarse sólo en 6.

«El problema es que las más efectivas exigen grandes cambios en el estilo de vida occidental: con una dieta vegetariana, prescindiendo del coche y teniendo un hijo menos, no haría falta convencer a Trump«, sentencia el periódico.

Eliminando los periódicos de papel, que tiran centenares de miles de ejemplares a la basura cada día, tampoco.

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Comentarios
70 comentarios en “El diario EL PAIS promueve el antinatalismo «para luchar contra el cambio climático»
  1. Ateos, masones, anti-cristo, profesan al ser humano un odio luciferino, por eso no quieren verlo ni en pintura. Ahora bien, una vez acabado con el ser humano ¿quien comprará el pais o escuchará la ser?

  2. https://m.youtube.com/watch?v=6-3X5hIFXYU

    Vale la pena ver este enlace es un video. De.estudio cientifico sobre la natalidad actual y el futuro de los paises de Europa o de Estados Unidos. Recomendado por Kiko Arguello para el Gato al Agua

    Nos explican que porcentaje de natalidad minimo hay que alcanzar para que la cultura de cada nacion perviva.. y solo USA aqui apenas la alcanza..España no..
    Tambien nos explican como la demografia de los musulmanes es tan sana que su cultura se extendera sobre la nuestra.

  3. Si a esta gente le parece que hay demasiadas personas en la tierra, no tienen más que irse (pues anda que no hay espacio disponible fuera de la tierra), así ayudarán a solucionar el problema ¿o es que como de costumbre se trata de que los demás hagamos un sacrificio para que ellos estén contentos?

  4. Replicando a «Demanda», le tengo que decir que obviamente EL PAÍS no es responsable directo de, como dice Vd., de lo que «mil millones de católicos y mil millones de musulmanes hacen en la cama», pero sí indirecto, en una parte infinitesimal si Vd. quiere, pero es uno de tantos que está echando gasolina a la llama, porque el argumento ese de que las tendencias humanas (cambios de costumbres, de pensamiento, de antinatalismo, etc.) surgen porque sí, sin que haya habido «algo» que las haya puesto en marcha, eso es falso de toda falsedad. ¿O me va a decir Vd. también que si las mujeres europeas empezaron a entrar en el mercado laboral a partir de la segunda década del siglo XX fue solo por un impulso natural de estas, así, porque sí, enrabietadas por tanto machismo de siglos, y no más bien (entre otras causas) por el vacío que dejaron los hombres en las fábricas al alistarse estos en el frente de la 1ª guerra mundial? No, amigo, tenga por seguro que TODO lo que pasa en el mundo -incluso en lo más oculto de nuestras alcobas- tiene a ALGUIEN o a ALGO que lo ha suscitado.

  5. Vamos a ver, ahora sólo queda poner cuántas toneladas de CO2 nos van a ahorrar un enfermo eutanasiado o un síndrome de Dawn abortado…

  6. EN ESPAÑA EN CONCRETO ESTAMOS EN SUICIDIO DEMOGRÁFICO DESDE HACE YA AÑOS. NO SE TRATA DE MORAL SINO DE QUE NI HAY RELEVO GENERACIONAL NI SE VA A PODER PAGAR LAS PENSIONES PUES ¿QUIÉN VA A COTIZAR A LARGO PLAZO SI CADA AÑO HAY EN LA PIRÁMIDE MENOS TRABAJADORES Y MÁS JUBILADOS?.

    Y, APARTE DE LOS NÚMEROS, SÍ TIENE QUE VER EL TENER HIJOS CON LA RELIGIÓN PUES ES EN LAS FAMILIAS TRADICIONALES DONDE SE TRANSMITE LA FE, SOBRE TODO A TRAVÉS DE LA MADRE. EL DIARIO EL PAÍS NO DA PUNTADAS SIN HILO. CUANTOS MENOS HIJOS EN FAMILIAS TRADICIONALES Y MENOS SEAN ÉSTAS, MENOS CATOLICISMO, ESTO ES DE CAJÓN.

  7. Lo que hay que promover en España es la natalidad, pues la que tenemos es de las más bajas del mundo, que no asegura ni el reemplazo generacional y mucho menos el sistema de pensiones. Tenemos que tener hijos hasta por egoísmo. Nos jugamos el futuro. Ya sabemos que el país no quiere mucho a el País.

  8. También sería una medida muy eficaz contra el cambio climático que los autores de ese artículo se tomasen una capsulita de cianuro. La cantidad de emisiones de CO2 que se ahorrarían…pero no lo hacen, los muy irresponsables.

  9. Los del País han de mandar la noticia de TENER MENOS HIJOS a todas las MEZQUITAS del mundo, ya que, hoy en día, sólo los MUSULMANES son los que tienen un montón de hijos. Ya sabemos, porque no paran de repetirlo, que , según ellos, nos van a conquistar con «sus vientres».

  10. Demanda..si hay una ingieneria social que ha trabajado desde los años 70 a las naciones para hacerles creer y convencerles…engañarles de que la anticoncepcion es una necesidad.
    Ahora esa ingeniera toma concepros de derecho natural para hacernos creer que es un derecho humano ..
    anticoncepción como derecho humano es el eje del informe anual delUNFPA sobre el estado de la población mundial titulado «Sí a la opción, no al azar: planificación de la familia, derechos humanos y desarrollo». Tomando expresiones del derecho natural, el informe ejecutivo declara que «Actualmente, hay un reconocimiento casi universal de que la planificación de la familia es un derecho intrínseco, afirmado y sostenido por muchos otros derechos humanos».

    Los especialistas en derechos humanos señalan que esos derechos no devienen de las declaraciones de organismos de la ONU y que no existe un acuerdo tal entre los Estados Miembros.

    El informe se refiere con frecuencia aldesacreditado concepto de «necesidad insatisfecha» de anticoncepción. Los críticos consideran que tal «necesidad» es un «constructo de presión» y dicen que no representa la demanda real. Unvídeo que documenta los esfuerzos del Fondo de Población por llevar la anticoncepción a Uganda muestra cuánto esfuerzo deben hacer sus defensores para convencer de lo que supuestamente es una «necesidad»

  11. Las principales profecías de la Humanae Vitae que están en el n. 17 de la encíclica:
    Catolic.net
    “Los hombres rectos podrán convencerse todavía más de la consistencia de la doctrina de la Iglesia en este campo si reflexionan sobre las consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad. Consideren, antes que nada, el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad. No se necesita mucha experiencia para conocer la debilidad humana y para comprender que los hombres, especialmente los jóvenes, tan vulnerables en este punto, tienen necesidad de aliento para ser fieles a la ley moral y no se les debe ofrecer cualquier medio fácil para burlar su observancia. Podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como simple instrumento de goce egoísta y no como a compañera, respetada y amada. Reflexiónese también sobre el arma peligrosa que de este modo se llegaría a poner en las manos de autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales. ¿Quién podría reprochar a un gobierno el aplicar a la solución de los problemas de la colectividad lo que hubiera sido reconocido lícito a los cónyuges para la solución de un problema familiar? ¿Quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz? En tal modo, los hombres, queriendo evitar las dificultades individuales, familiares o sociales que se encuentran en el cumplimiento de la ley divina, llegarían a dejar a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal (…)”.

  12. No seamos tan hipócritas, ¿están dispuestos a acoger un niño indio hambriento en casa? alguno sí la mayoría no. ¿Acaso les iba a impedir sobrevivir?, a la mayoría no, podría ir menos al cine, no comprarse el iphone, pero aún así ni hablar. Si ahora somos siete mil millones en el planeta, cusndo seamos treinta y seis mil millones, la gente que no acepta ni un solo hambriento ¿va a renunciar a su modo de vida para dar de comer a tanta gente?, nada de eso, o los dejaran morir de hambre o habrá tremendas guerras, el planeta es siempre el mismo pero la gente cada vez y no quiere renunciar al nivel de vida que posee, pero aunque lo hiciera no importa, si seguimos fomentando la natalidad legará un momento que el planeta no sea suficiente, y eso siempre termina del mismo modo: hambre y guerra

  13. No seamos tan hipócritas, ¿están dispuestos a acoger un niño indio hambriento en casa? alguno sí la mayoría no. ¿Acaso les iba a impedir sobrevivir?, a la mayoría no, podría ir menos al cine, no comprarse el iphone, pero aún así ni hablar. Si ahora somos siete mil millones en el planeta, cusndo seamos treinta y seis mil millones, la gente que no acepta ni un solo hambriento ¿va a renunciar a su modo de vida para dar de comer a tanta gente?, nada de eso, o los dejaran morir de hambre o habrá tremendas guerras, ¿por qué europa no tiene hijos propios?, por que no quiere perder su nivel de vida, ¿y tenemos qur creer que cuando el planeta esté aún más lleno aceptarán perderlo por alimentar a los hijos de los demás?, pues claro que no, los que ahora abandetan el discurso de la natalidad pediran una guerra para acabar con los bárvaros, pura hipocresía, el planeta es siempre el mismo pero la gente cada vez y no quiere renunciar al nivel de vida que posee, pero aunque lo hiciera no importa, si seguimos fomentando la natalidad legará un momento que el planeta no sea suficiente, y eso siempre termina del mismo modo: hambre y guerra

  14. Empezaron con el calentamiento global, pero como no colaba, cambiaron a cambio climático, pero cambio climático hay todos los días y lo ha habido desde que existe la atmósfera alrededor de la Tierra . Es una grandísima estafa. Está apunto de publicarse un artículo en una revista científica especializada de un Lor inglés llamado Monkton y otro, que segén entiendo va a desmontar todo el relato del calentamiento global con pruebas matemáticas. Por otro lado, es una estupidez del porte de una catedral relaconar la natalidad con el supuesto cambio climático. España tiene la natliadad más baja del mundo y está probado que ninguna cultura puede sostenerse sin una natalidad de 2.1 como mínimo, pues Esàña tiene 1.1 y es prácticamente imposible revertir eso. Lo que va a suceder es que en unas décadas va a haber unos 7 millones menos personas en España o pòco a poco los moros, que suelen tener 7 hijos por pareja se van a aapoderar del país otra vez. Las matemáticas no fallan ni se someten a las idoleologías.

  15. José
    El hambre o las hambrunas cíclicas están provocadas por los mismos que ahora piden un hijo menos porque todo desemboca en el mismo objetivo supremo: reducir población mundial. No habría problema para alimentar 20 millones de seres humanos, pero tanta población mundial sería imposible de controlar por parte del …

  16. Normando dice: «Ateos, masones, anti-cristo, profesan al ser humano un odio luciferino, por eso no quieren verlo ni en pintura. Ahora bien, una vez acabado con el ser humano ¿quien comprará el pais o escuchará la ser?».

    Excelente comentario. Bendiciones.

  17. Teresa: El video que compartiste pone la piel de gallina. Roguemos a Dios para que se tome verdadera conciencia de ello y se pueda evitar el «suicidio» europeo.

  18. José: No has pensado que en pocos años, a este ritmo no habrá más que viejitos y nadie para darles de comer ni cuidarlos. En la medida que el ser humano desafía a Dios se cava su propia tumba. «No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará» (Gál 6,7)).

  19. A “Demanda”. Lo primero: me deja pasmado cuando asegura que “son ustedes quienes quieren ingeniería social”. No sé muy bien con quién me identifica con ese “ustedes”, pero sospecho que con la “Derechona”. ¿Me equivoco? Bueno, si es así como me quiere ver… (ya estoy acostumbrado). En cuanto a su argumento, me resulta de lo más injusto y erróneo. O sea, que siendo obvio y notorio que ha sido y es la Izquierda, en general, la que claramente lleva décadas promoviendo políticas antinatalistas (¿¡es que me va a negar esta evidencia!?), ahora resulta que, según Vd., en realidad somos “nosotros” los que promovemos “ingeniería social” porque deseamos que todas las mujeres se pongan otra vez a tener hijos como conejas para ganarles así a los moros. Me parece el mundo al revés lo que Vd. dice. Vamos a ver: una cosa es que la natalidad tenga un control y que exista el acceso universal a los medios anticonceptivos –qué manía tiene la Izquierda con pensar que todos los de Derechas defendemos solo las familias numerosas de más de ocho hijos– y otra muy distinta es el suicidio colectivo de nuestras sociedades europeas por no tener hijos, por los motivos que sean, pero esa es la realidad, amigo, no hay hijos, y sin hijos, somos todos carne de cañón para el futuro. ¿O es que no lo ve? Es triste, pero lo cierto es que nuestras sociedades son excesivamente pendulares a la hora de solucionar los problemas: vamos siempre de un extremo –el exceso de hijos– al otro –la carencia de los mismos– en tan solo unas décadas. ¿No habrá nunca en nosotros un término medio?
    Me pregunta después, con ironía, si pretendo “decirle a su mujer que sus “ganas” de trabajar salen de la 1ª o la 2ª guerra mundial y no de una evolución de la sociedad”. ¡Pues por supuestísimo que lo pretendo y se lo vuelvo a repetir! No obstante, lo que yo le digo de la 1ª guerra mundial se suma a lo que Vd. aporta. No resta. ¿No ve que tanto lo que Vd. dice como lo que yo digo no es contradictorio? ¡Claro que la mujer de hoy está trabajando por una evolución de la sociedad, pero esa evolución está marcada por hechos históricos precedentes que han favorecido que la sociedad se mueva hacia un lado u otro!
    Por otro lado, veo que Vd. TODO lo quiere dirigir hacia cuestiones profilácticas, en las que yo no me meto, porque en general estoy a favor de ellas, pero, por favor, no permitamos que las libertades personales e individuales de hombres y mujeres aplasten la viabilidad de nuestras sociedades del futuro. La solución, pues, no está tanto (que también) en el acceso universal a los métodos anticonceptivos, como en las ayudas del Estado a favor de la natalidad, a favor de la mujer-madre-trabajadora y a favor, en definitiva, de una cultura de la procreación, QUE NO EXISTE, porque la Izquierda en su locura suicida de ir siempre en contra de la Derecha, establece esa estúpida ecuación suya del binomio “procreación = Derecha”, y parece no importarle que nuestras sociedades sean aniquiladas con tal de que la Derecha no llegue al poder y que las personas gocen de lo que ella pomposamente llama siempre “derechos sexuales y reproductivos”. Necesitamos más estadistas y no políticos interesados en ganar solo las elecciones dorando la píldora a los ciudadanos, anestesiándolos con derechos individuales que, si bien pueden ser, según cuáles, justos, no buscan (no siempre) en realidad el bien de la sociedad, sino tan solo (no siempre) la complacencia individual y egoísta del individuo. Hay que pensar también en el futuro de la sociedad. Y por favor no se obsesione solo con el lema “condones para todos”, tenga más altura de miras, porque de qué nos sirve que las mujeres trabajen -¡que por supuesto que tienen derecho!- si luego no procrean. ¿Me entiende ahora? Hagamos políticas de izquierdas o de derechas en cuestiones «menores» y que se presten a ello (en la organización del Estado, la educación, la sanidad, presencia o no presencia de la religión en la sociedad, etc.), pero en las cuestiones vitales, como esta de la que hablamos, desideologicémosla. Nos va en ello la supervivencia de todos. ¡Caramba! ¡Que los antiguos griegos estaban siempre a la gresca, pero cuando llegaban los persas, bien que se juntaban todos, hombro con hombro, para echarlos fuera! ¿No? ¡Hagamos nosotros lo mismo!

  20. Para «Demanda»: Por cuestión de la hora que es, le contesto, si no le importa, solo a lo primero que me dice. Mañana le contesto a lo demás. Es irónico que me diga Vd. que me he equivocado de bando. Je, je. Las definiciones que hace Vd. de Derecha e Izquierda son solo «teóricas», y Vd. lo sabe, no son reales. Personalmente, y a grandes rasgos, yo estoy en lo que tradicionalmente se llamaba ser conservador, pero Vd. sabe que hoy en día las líneas rojas entre Izquierda y Derecha son muy difusas y se confunden. Decir, por ejemplo, como hace Vd. que la Derecha es la que está a favor de bajar impuestos, hacer el Estado más pequeñito, ¿no lo dirá por la política del PP que no hace más que subir impuestos? ¿O Vd. cree de verdad que Montoro es un liberal de derechas? En lo único en lo que estoy de acuerdo con Vd. es en su definición de Izquierda, que esa sí que, más o menos, sigue siendo fiel, desde 1917, (con las correspondientes variantes dulcificadoras de la llamada socialdemocracia), a su idea de agobiar a la gente con impuestos y de controlar toda la vida de los ciudadanos desde que nacen hasta que mueren, haciéndoles creer, eso sí, ilusamente que son muy libres y que tienen to´os los derechos del mundo mundial. Y lo que me dice a continuación no es que sea irónico, es ya puro sarcasmo. Me anima, poco más o menos, a que me defina mejor de izquierdas, porque la Izquierda sí que “es la que está a favor de subir los impuestos, que el Estado sea grande y fuerte, y pueda hacer políticas” como la que yo comento, de apoyo a la familia. ¿De apoyo a la familia? ¿Pero qué familia? Y no…que no la quiero llamar “tradicional”. Dejémosla en “esa que tiene hijos”, esos que sirven para revertir, si es que aún es posible, la pirámide truncada de población que representa ahora mismo a España, que es de lo que aquí estamos hablando. ¿Y de qué ayudas económicas me habla? ¿Pero cuándo la Izquierda en este país ha apoyado políticas natalistas? ¿Bromea? ¡Pero si todas sus acciones han estado y están siempre abocadas a las políticas antinatalistas y proabortistas! ¡Si lo que quieren es que las familias no tengan hijos! No lo dirán nunca expresamente, porque esto no se puede decir, pero es lo que hacen. Y la Derecha del PP lo que está haciendo es seguir esas mismas políticas de la izquierda, que proceden todas, como Vd. sabrá de la mismísima ONU. Pero este sería otro debate.

  21. Seguramente los pedos de los seres humanos contaminan mucho más el ambiente, pues también eliminemos los ajos que eso sí tiene aroma a ARSENIO!
    de paridas en «paridas»!

  22. Demanda, es mucho peor cualquier totalitarismo bajo apariencia democrática, como ya denunciara Tocqueville, que uno impositivo. En el primero, simplemente se aísla y ningunea a quien piensa o actúa de manera diferente. Pero eso es más eficaz que las multas o las cárceles.

    La maternidad es un claro ejemplo. Hoy por hoy tener hijos es algo heroico, y no sólo por la cuestión económica, sino también porque cualquier familia numerosa tiene puesto ya el sambenito. Supuestamente hay libertad, pero hace falta mucha voluntad para poder nadar a contracorriente. Eso es la sociedad actual.

    Por lo demás, el control de la natalidad sí es un imposición. Lo es bajo apariencia de libertad, pero sus fines son claramente torticeros, como denuncia de Prada en sus artículos «capitalismo y derechos de bragueta», y «derechos de bragueta y marxismo». Las familias con pocos o ningún hijo convienen al sistema porque así se puede reducir a su mínima expresión los derechos laborales, los sueldos, y convertir la sociedad en una masa de individuos, peleles del aparato económico. Y lo han conseguido mediante el eslogan y la provocación de nuestro egoísmo (es obvio que tener hojos siempre va a exigir un esfuerzo). En las sociedades donde todavía esto no se ha conseguido por el culto que hay a la maternidad (Africa, por ejemplo) recurren los organismos internacionales a presiones, a condicionar las ayudas a los planes anti-natalistas, incluso a campañas subrepticias de esterilización.

  23. Asi nos engañaron

    Mexico

    Pir Alejandro Velasco

    Anteriormente en nuestro país las familias, estaban constituidas por los padres y un promedio de 7 hijos, por supuesto que las condiciones eran otras, tanto económicas como culturales, por lo mismo una familia de 9 integrantes no era nada extraordinario, en cambio cuando se trataba de solo dos hijos, eso sí era extraño, sin embargo por el mismo crecimiento de la población y las necesidades de tener un control de la natalidad, mismo que incluso se le denomino “explosión demográfica”; en 1974 nació el Consejo Nacional de Población (CONAPO), mismo que entre sus propósitos están el regular el crecimiento de la población con miras a que tengan mejores condiciones de vida, al menos en la teoría, incluso en ese entonces se acuñó la frase de “La familia pequeña vive mejor”, la cual pretendía bajar el número de hijos de forma considerable por medio de campañas que provocaran que cada pareja  decidiera qué tantos hijos quería tener, situación que se consiguió y hoy en día es normal ver familias de dos hijos e incluso de uno solo; bueno la situación está llegando a niveles en que, los matrimonios simplemente ya no quieren tener descendencia y en lugar de ello deciden conseguir una mascota, esa tendencia ya se le da el nombre de “perrhijos”, por lo mismo proliferan todo tipo de servicios dirigidos a esos integrantes de las familias de hoy

  24. Demanda, ¿qué cree Ud. que haya de malo en tener más de 4 hermanos? ¿De qué se va a contagiar su hijo? ¿Eso es tolerancia y respeto?

    Por otro lado, su hijo, en el caso de que finalmente no tenga algún hermano más, no va a poder conocer de primera mano lo que es la fraternidad, lo que es compartir, etc. Al margen de que cuando fallezcan uds, sus progenitores (que Dios quiera que ocurra lo más tarde posible), no van a tener con quién compartir esa pena (esto último se lo garantizo, después de ver dos casos así en mi familia).

    Sí, ya sé que si solo tienen uno dispondrá de más juguetes, de cursos de ski en Xanadu, o en la sierra, de estancias de inmersión en el extranjero… Pero para mí no es argumento suficiente. En fin, allá cada uno, claro.

  25. Sí, ha un ninguneo, perdona que te diga, y no se puede decir abiertamente ciertas cosas. Eso es claro. Ni vivir de cierta manera.

    Su propio discurso es un ejemplo. Parece que por el propio hecho de ser católico, yo aquí ya soy una mala persona, estoy contra los homosexuales y soy intolerante. Eso es también un discurso totalitario. Por ahí se empieza. Por si hay una casilla de más para que los católicos puedan poner una cruz (voluntariamente, claro, que a nadie se le obliga). Y se sigue sembrando odia, hasta el punto que insultar a gente provida, asaltar capillas universitarias o quemarlas es hasta normal. Se os ve el corazón totalitario a la legua.

  26. Para «Demanda». Sigue Vd. a vueltas con su viejo argumento, como si nos hubiera descubierto algo que nadie más que Vd. sabía, de que la Derecha sube impuestos y quita subvenciones (solo a veces, no siempre, como parece que da Vd. a entender), mientras que la Izquierda baja impuestos y mantiene subvenciones (solo a veces, no siempre, como parece que da Vd. a entender). Así es. Lamentablemente la Izquierda y la Derecha parecen estar borrachas. Ya no es lo que era antes. Todos lo sabemos. Pero no insista por favor en parecer querer convencerme de las “bondades” de la Izquierda, que me la conozco muy bien, como si la hubiera parido. Sepa que en mi juventud fui más rojo que la muleta de Manolete. Luego cambié, leí, sobre todo libros de Historia, y me posicioné ideológicamente en donde ahora mismo estoy. Y no…yo no voy a cometer el error suyo de insinuarle, como parece que hace, no ya solo Vd., sino en general toda la Izquierda, que lo mejor del mundo mundial es ser de derechas y conservador. No. A la Izquierda, en cambio, sí que le gusta hacer ese proselitismo ideológico. Pero el problema de la Izquierda no siempre son sus propuestas económicas (en ocasiones, bien barnizadas por la Derecha, son hasta acertadas, no desde luego lo fueron nunca las “¡¿ideas?! económicas” de Zapatero). No. El problema de la Izquierda no es ese, son sus mentores ideológicos, los Grandes Padres del Engendro: Voltaire y sobre todo Rousseau, entre otros, que la tiene idiotizada (con perdón). Pero sobre todo sobre todo, el gran problema de la Izquierda es esa cansina e insoportable Superioridad Moral. La conocí bien de joven. Recuerdo que estábamos todos henchidos de Ella. La sacralizábamos incluso. Teníamos, naturalmente, buenas razones. Teníamos la razón, por supuesto. Ya ve, los católicos dicen/decimos estar llenos del Espíritu Santo. Los de Izquierdas dicen estarlo del “Espíritu de la Superioridad Moral”. Hagan lo que hagan siempre ella tiene razón. Cuando yo era joven también nos parecía todo tan evidente, que no entendíamos cómo los de derechas no se pasaban a nuestro bando. Mire. Yo respetaré siempre sus ideas, Demanda, pero ya no las comparto; las atacaré, las criticaré y reconoceré sus aciertos (pocos, ciertamente). Le explicaré las mías, pero nunca jamás le diré que estoy en posesión de la verdad (ya sé que Vd. no la ha dicho, pero… lo insinúa, sé que lo insinúa, la Izquierda siempre lo hace), ni que solo en esta orilla del río la clase trabajadora encontrará la verdadera justicia social, que es justo lo que hace siempre la Izquierda. Ese viraje ideológico en todo caso lo hará libremente aquel que quiera buscar la verdad por sí mismo. No seré yo desde luego su barquero. En cambio, el progresismo, al parecer, tiene solo un dueño: la Izquierda, claro. Sí: la Izquierda, que ama tanto a los pobres que los crea a millares, ¿verdad?

  27. Y sí, es cierto, muchos de los de derechas estamos ahora mismo desencantados con nuestros “lideres”. Por eso hay tantos miles y miles de votos que antes eran de la Derecha y que ahora mismo están huérfanos, pero por favor no nos quiera Vd., aprovechando nuestra orfandad y abandono, vender la moto de que Zapatero fue un gran estadista que encaja mejor con nuestras ideas económicas que cualquier líder de la Derecha. Eso por un lado.
    Tema: tener hijos. Vd. dice que le “da igual cuántos hijos tenga el vecino”. Pues se lo vuelvo a repetir. A mí no me da igual. Respeto su libertad individual de querer tener o no hijos, pero su decisión no me da igual. Y eso es porque en el fondo la Derecha, (más la conservadora que la liberal, desde luego), es, en esto al menos, más “colectivista” que la propia Izquierda, porque nos preocupa y mucho el bienestar de las familias que son y han sido siempre el sostén de las sociedades fuertes. Y cuando digo “colectivista”, entiéndame bien la hipérbole y no cometa el error de confundirnos con el fascismo-nazismo colectivistas. Yo me estoy refiriendo a las sociedades liberales del siglo XIX, esas que, con todas sus carencias e injusticias sociales, trajeron por primera vez en la historia de la humanidad lo que ahora llamamos progreso. No fue desde luego la Izquierda quien lo trajo, aunque bien supo luego apropiarse de esa palabra, el progreso, que lo convirtió en su divisa. Pero este sería abrir otro melón…
    Y lo que dice del orgullo gay tampoco estoy de acuerdo con Vd. Esas “procesiones” son más una demostración de mal gusto y de odio hacia la Iglesia que una justa manifestación reivindicativa de los derechos civiles que sin duda tiene este colectivo. Se les ve más preocupados por hacerse notar en su anticlericalismo que en la reivindicación (justa, insisto) de los derechos civiles del colectivo. En cambio, en las procesiones de Semana Santa, el ruido de los tambores, el colorido de las cofradías, el olor a incienso, etc. no buscan el escándalo, ni atacan a otras creencias o no creencias, como obviamente sí hacen las patéticas carrozas de los gays, sino que convocan a los creyentes que voluntariamente quieran acercarse y vivir una determinada experiencia religiosa. Vd. confunde, como hace además toda la Izquierda, el justo derecho que todos tenemos a criticar lo que no nos guste con la prohibición. En efecto, ¿por qué siempre que oyen Vds. a un cura o un obispo criticar a los homosexuales, automáticamente se echan contra él acusándole de querer acabar con los homosexuales y de prohibir sus manifestaciones?
    Vamos a ver, en general, a la Derecha las manifestaciones del Orgullo nos resultan antiestéticas (objetivamente, incluso, creo que lo son, aunque sobre gustos…), cargadas de odio contra la Iglesia y de un inequívoco tufillo de superioridad homo con respecto a lo hetero (esto sí que es mucho más objetivo y evidente). Por eso las criticamos, pero a mí al menos no se me ocurrirá jamás prohibirlas (y nunca he oído a la Conferencia Episcopal que, si estuviera en su mano, las prohibiría también), porque la Derecha cree/creemos en la libertad de expresión, (que no es patrimonio de nadie y menos de la Izquierda). Defenderé siempre la libertad que tienen periódicos satíricos como EL JUEVES o Charlie Hebdo a publicar sus sacrílegas viñetas contra la Iglesia Católica, pero ¿me permitirá Vd. por lo menos a mí y a la que muchos llaman “Derecha casposa” el derecho a la contrarréplica? ¿No se nos permitirá denunciar, cuando lo estimemos oportuno, ni protestar la sevicia e injusticia de esas viñetas y el desparrame y cachondeo antiestético del Orgullo Gay? Es que yo todavía no he oído a nadie de la Iglesia (la del siglo XXI, no me traslade a la del siglo XIV) que quiera prohibir esas publicaciones y esas algarabías homosexuales del Orgullo. Solo queremos protestar, criticar, y si hubiera delito, llevarlos a los tribunales, para que por lo menos no les salgan gratis sus astracanadas.

  28. Por otro lado, y seguro que el Sr. Demanda estará de acuerdo conmigo en lo siguiente: lo de la emisión de CO2, al menos en España, es una falacia. Si permitieran que particularmente pudiéramos generar (y almacenar) nuestra propia energía eléctrica (algo no permitido en España), con baterías tipo Tesla, con los 350 días de sol al año de que gozamos, seguro que emitiríamos mucho menos CO2 en el conjunto del país. Ah, claro, que entonces no se podrían jubilar muchos de nuestros queridos políticos (da igual el color) en las grandes eléctricas.

  29. Por último, a los neomaltusianos no les ha dado por aplicar la densidad de población de Holanda al resto del mundo. Saldría una barbaridad, 60000 millones, creo. Y en Holanda no se vive nada mal.

  30. Para “Demanda”, por si aún sigue ahí. He leído atentamente y con mucho interés el resto de su comentario de ayer miércoles. Mire, se contradice Vd. mismo. Primero dice que con Zapatero, (por lo visto un gran defensor de la familia, en su opinión, y yo sin enterarme), se daban los famosos 2500 euros por hijo, y que Aznar, en efecto, los suprimió, entre otras razones porque, en general, la Derecha (al menos la de Aznar, no la de Rajoy, que uno no sabe ya muy bien qué es), como Vd. mismo ha reconocido, huye de las subvenciones y el despilfarro. (Y hace bien). Pero a continuación reconoce también Vd., aunque no lo diga expresamente, que de poco debieron de servir esos 2500 euros –fueron como el “Plan E para las familias”– para revertir la terrorífica situación demográfica que padece España, cuando Vd. mismo se cuestiona cómo sería posible que la gente tuviera más hijos, porque Vd. sabe perfectamente que esos 2500 euros son insuficientes, ya que, cuando hablamos de políticas de natalidad no hablamos solo de una ayuda económica (que no digo que no venga bien, porque para mí la hubiera querido), sino sobre todo de un cambio de mentalidad, que nunca ha existido, ni con Aznar, ciertamente, ni mucho menos con Zapatero, y ese necesario cambio de mentalidad no se da a golpe de talonario, sino socavando esas ideas que precisamente Vd. y la mayoría de la sociedad tienen sobre los hijos, ideas como la que de forma subrepticia se le ha escapado a Vd. en su comentario cuando, sin rubor alguno, ha dicho “los hijos dan trabajo”. ¡Claro! Es que de eso se trata, amigo mío. ¡Me encanta que lo haya dicho Vd. mismo! Es que los “hijos siempre dan trabajo”, toda la vida además. Este tipo de ideas acomodaticias y egoístas que se han asentado en nuestra sociedad son las que habría que erradicar, para empezar a revertir la situación demográfica de España y de la Europa occidental. ¿Y cómo? ¿Volviendo al pasado? ¿Tener seis hijos por familia como antaño? No, porque como Vd. sabe hoy eso es algo impensable, pero algo habría que empezar a cambiar, ¿no? Yo no sé cómo, pero desde luego no repartiendo dádivas de 2500 euros por hijo.

  31. Sigo. Vd. a todo esto lo quiere llamar “ingeniería social” de la Iglesia Católica. Es curioso. Pero Vds. ¿de verdad, de verdad, se creen todavía que la Iglesia Católica del siglo XXI querría dictar a los ciudadanos las leyes civiles, prohibirles los anticonceptivos y perseguir a los homosexuales como se hacía en la Edad Media, estableciendo una especie de “sharia católica”? ¿De verdad se lo creen? A juzgar por lo que Vd. mismo dice, parece ser que sí. ¿No valora entonces Vd. para nada los cambios habidos en la Iglesia a lo largo de los siglos, bien es verdad que forzados a regañadientes muchas veces por el poder temporal, (eso se lo reconozco), sobre todo a partir de la Revolución Francesa? Pero está visto que la Izquierda quiere más. No se conforma. ¿Verdad? Claro. La Izquierda ha querido, y quiere, no ya que la Iglesia “se adapte”, como les gusta decir a Vds., a los nuevos tiempos –“la sociedad ha cambiado” repite Vd. con insistencia–, sino que, si fuera posible, ¿verdad?, se diluya en las criptas más ocultas de sus templos de oración, volver a las catacumbas, en defintiva. Y si se les pudiera expropiar todos sus templos, para el solaz y el esparcimiento de la clase trabajadora, mejor que mejor, ¿verdad? Y si se pudiera todavía estrechar más la dimensión espiritual de los ciudadanos y ciudadanas a sus oraciones privadas en la soledad de sus alcobas, o mucho mejor aún, en lo más profundo de las circunvoluciones de sus cerebros, eso sería ya la perfección absoluta, el paroxismo totalitario de la Izquierda. ¿A que sí? Por fin se haría efectivo el viejo exabrupto anticlerical de Voltaire, «Écrasez l´Infâme», «Golpead a la Infame», a la Iglesia, evidentemente, y así el gran liberticida que fue Rousseau, padre de toda la Izquierda, alcanzaría finalmente su catasterismo más glorioso.

  32. “Demanda”, todo lo anterior, lo de pedir a la Iglesia “que se modernice”, es como pedir peras al olmo, porque la Iglesia, no es que no quiera, por ejemplo, permitir a los homosexuales que se casen, como un “matrimonio” heterosexual, no es que goce siendo cruel con ellos, es que, sencillamente, no puede, si quiere seguir siendo fiel a la visión antropológica que tiene del hombre, que es justo la que la Izquierda quiere trastocar, ocultando su verdadera intención de querer acabar con el concepto de ser humano cristiano, en un totum revolutum, maquillado magistralmente, como solo la Izquierda sabe hacer (agitprop), en una falsa y engañosa propuesta infinita de derechos y libertades para todos, para todas y para todes, que encandila a los más incautos, porque ven delante de sus narices la sabrosa y sensual zanahoria, pero no el palo que la sostiene, ni mucho menos al gran Demiurgo –la Ideología, la Luz de la Razón– que detrás de él, a sus espaldas, todo lo controla y lo dirige allá donde solo él quiere. Por eso Vds. atacan insistentemente, muchos quizás inconscientemente, ese modelo que, con sumo desprecio llaman “tradicional”, “conservador” o sencillamente “judeo-cristiano” –sin percatarse de que ese modelo “tradicional”, junto con la impronta de Grecia y Roma, mal que les pese, los tres a la vez, conforman los pilares de aquello que es nuestra civilización, que es también la suya, y mira tú por dónde, “casualmente” siempre coincide con los lugares donde hay democracia en este planeta: “Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”. Porque la Izquierda sabe muy bien dónde hacer daño: promover el desprestigio de la familia tradicional, la exaltación de la homosexualidad en detrimento del modelo heterosexual, que nada tiene que ver con los derechos civiles que indiscutiblemente tiene el colectivo LGTBI, etc. Y todas estas acciones reivindicativas suyas Vds. las hacen sin ningún tipo de plan definido, es cierto. Por eso, estoy completamente seguro de que Vd., si es que ha llegado a leer hasta aquí, se estará diciendo… “–¡Pero si yo no tengo nada en contra de la familia tradicional!” “–Al contrario”, exclamará, “yo tengo mujer e hijos; soy una de esas familias tradicionales”. ¡Claro! Se lo repito: no hay, ciertamente, ninguna estrategia en las bases de la Izquierda (otros se encargaron de diseñarla por Vd. hace dos siglos). Por eso todos Vds. son, hasta cierto punto, inconscientes de lo que hacen, al defender las ideas que defienden: “¡Que cada cual haga lo que quiera en su casa!”, es una de sus máximas. ¿No es cierto? Y estoy de acuerdo con ella, pero hay que saber ver un poco más allá de esa reflexión. Porque Vds. dan, ofrecen, reparten falso “progresismo”, distribuyen supuestas libertades para todos y para todas, pero su engañosa liberalidad está destruyendo (quiero creer que inconscientemente) el edificio que tanto costó levantar en Europa.

  33. Acabo ya. Una última cuestión sobre los homosexuales. Vd. dice, así, en plan liberal, que les dejemos casarse si quieren y que tengan hijos, que esa, apostilla Vd. no sin cierta ironía, sería “la respuesta liberal”. ¿Casarse? Sí, por supuesto, y que puedan testar como cualquier otro matrimonio heterosexual, con los mismos derechos y obligaciones. Pero ¿adoptar hijos? ¿Dónde está la madre o el padre? ¡Ah! Que “eso da igual”. ¿Seguro? Si todo da lo mismo y todo da igual (odioso relativismo con el que la Izquierda le encanta embadurnarse), el que los dos sean hombres o las dos mujeres, ¿por qué “extrañísima razón” todo el mundo (sin excepción además) considera que es muy “triste” que, por ejemplo, un viudo o una viuda críen solos a sus hijos huérfanos de padre o madre? La Ley, como no podía ser de otro modo, lo permite, pero todo el mundo ve en esa familia sin padre o sin madre que hay “ALGO” que falta. ¿Me sigue? Y en cambio, cuando la familia es gay, ahí, como por arte de birlibirloque, no hay ninguna carencia afectiva de ningún tipo. No hay problema, dicen. “Lo importante es que haya cariño, no hace falta el rol de un padre y el de una madre”. Pero a los hijos huérfanos del pobre viudo o viuda, en ellos sí que lamentamos la ausencia del padre o de la madre. ¿O no? ¡Qué curioso! Antes era la Iglesia la que decían que tenía largos sus brazos; ahora son los del lobby LGTBI los que llegan a todas partes. ¿No le parece? Y en especial se introducen en las mentes más desprevenidas. (¡Hasta la Derecha ha capitulado!) Y si te atreves, como yo, a poner el dedo sobre la llaga, te llaman enseguida homófobo. Y otra cosa. ¿No le parece también hipócrita por parte de los gays que, siendo como siempre han sido promiscuos y enemigos de las convenciones sociales de la “familia tradicional”, en las últimas décadas hayan decidido apropiarse de la “odiosa” terminología judeo-cristiana, enarbolando y reivindicando para sí el término “matrimonio”, que es, no lo olvide, el verdadero casus belli de todo este conflicto? ¿Por qué no seguir usando el término, mucho más apropiado para ellos, de “unión” o cualquier otro término que ellos se hubiesen inventado? La Izquierda es hábil en el uso (y abuso) de la lengua. El agitprop siempre ha sido la especialidad de la casa. ¿Por qué en cambio han tenido que escoger precisamente el término “matrimonio”? ¡Eh! ¿Por qué cree Vd. que lo han hecho? ¿Para formalizar su situación irregular? ¡Qué diantre! ¡Eso les importa una higa! Evidentemente que para molestar, nada más que para molestar, para seguir siendo el azote de Voltaire sobre los “gordos” traseros de las sotanas católicas, para seguir con el «Écrasez l´Infâme». Si Vds. no ven esto, arránquense los ojos como Edipo. La verdad está ahí delante de nosotros, solo hay que tener valor para verla. Decía Diderot: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”.

  34. Tampoco,tampoco… ¡Me ha convencido! ¡Vuelvo a mis orígenes! ¡Vuelvo a la Izquierda roja de mis amores de donde nunca debí marcharme! ¡Zapatero es mi nuevo líder espiritual! ¿Dónde tengo que ir para hacerme del PSOE, Demanda? Es más, aún me voy a tirar piedras a mi propio tejado (aparentemente) y le voy a añadir a los suyos otro argumento más a su favor: Según el responsable de Religión del periódico EL PAÍS: «Zapatero hizo más concesiones a la Iglesia que el propio Franco»
    http://www.religionconfidencial.com/en_voz_baja/Religion-Pais-Zapatero-Iglesia-Franco_0_1993600648.html
    Y aún podríamos aportar más ejemplos los dos. Si los hechos están ahí, es cierto, pero, amigo Demanda, ¿y la intencionalidad oculta de todos esos hechos «buenistas»? ¿O es que se cree de verdad que Zapatero era una suerte de «prelado disfrazado», un agente infiltrado del Vaticano o de la Conferencia Episcopal? Por sus obras los conoceréis dice el Evangelio. También Azaña, al principio, durante el Gobierno Provisional adoptó medidas muy moderadas, no precisamente contra la Iglesia, como poner al frente de la República al católico Niceto Alcalá Zamora y como ministro de la Gobernación al también católico Miguel Maura. Y la Iglesia, al principio, bien que acató el nuevo régimen. Pero luego el cordero se descubrió y mostró el lobo que llevaba dentro. No sea iluso, Demanda. Por cierto…luego, si aún quiere, le contesto a lo de ayer. Prepárese. Un saludo.

  35. No sea tan relativista, Demanda. ¿Por qué dice «yo ni me creo ni me dejo de creer nada»? Además, si tan apegado está a los hechos como Vd. dice ¿por qué no acude un poco a la historia y comprueba qué es lo que la Izquierda, tradicionalmente, le viene haciendo a la Iglesia? Las persecuciones, las matanzas de curas y monjas, esos son los hechos de la Izquierda. Demanda, es que está Vd. empeñado en hacerme creer que la Izquierda de Zapatero es un buen aliado para la Iglesia. Que sí, que con Azaña le fue peor, pero hombre, no me quiera vender la moto. Le doy datos, hechos y Vd. me dice que hago ciencia-ficción. ¿Dónde a ver?
    Yo no he dicho nunca que Zapatero ofreciera esos 2500 euros por hijo nacido para ir contra la natalidad. Yo lo que le he escrito es que esa medida no sirvió de nada para revertir el problema de la natalidad en España. Que fue como el Plan E, un brindis al sol, un plan para la galería. Y que es obvio que Zapatero, en la línea ideológica de la Izquierda jacobina, le interesaba la natalidad lo que a mí la pastelería. Después de ofrecer esos 2500 euros me pregunta que cuál era el siguiente plan de Zapatero. Buff, Demanda, no me obligue aquí sí a hacer ciencia-ficción. Prefiero no saberlo. Pero ¿por que se centra además tanto con este tipo, que sin duda ha sido el peor gobernante que ha tenido España desde Godoy? ¿Por qué no toma como modelo a Felipe González, quien aunque también cometió errores, va a pasar a la Historia como uno de los grandes gobernantes de España? Y era de izquierdas, para que vea que no todo lo bueno está en la Derecha. No soy tan reaccionario, como se cree.

  36. Y que yo no hablo solo de «intencionalidad de la Izquierda». Yo lo que le digo es que acuda a la historia reciente y vea en qué se ha traducido esa intencionalidad: en hechos, en matanzas, en golpes de Estado (PSOE en el 34), en millones de muertos por el progresismo de la clase trabajadora.

  37. Además, volviendo a su pregunta de cuál era el plan de Zapatero después de lo de los 2500 euros. Pues evidentemente que la ley de matrimonio homosexual, que evidentemente no defiende mucho que digamos la práctica de tener hijos. Por eso lo de los 2500 euros fue solo de cara a la galería, para quedar bien con todas las familias (en especial con la «tradicional»). De verdad, Demanda, a lo mejor, como dice Vd., Zapatero es uno de los políticos que más ha impulsado la natalidad, pero como se suele decir «la mujer del César no solo debe ser honrada, sino también parecerlo». (Aún le debo una respuesta a otros comentarios suyos. Prepárese). Un saludo.

  38. Buff, Demanda, vale. Que bien, que de acuerdo, quite si quiere el adjetivo que yo he añadido a lo de «intencionalidad». Ya no es «oculta», porque ciertamente, en eso estoy de acuerdo, la Izquierda no suele hacer las cosas ocultamente, las hace a la luz del día. Dejémoslo en que la Izquierda tiene una intencionalidad no oculta (o sea, clara) de no favorecer a la familia tradicional judeocristiana. No es que esté en contra de ella, sencillamente es que todo lo que a la Izquierda le huele a incienso (y lo de «tradicional» y «judeocristiano» suena a «Iglesia») la Izquierda lo persigue. Este es un hecho, no una opinión.
    Lo de que con la ley homosexual hay más niños que sin ella, francamente, yo quisiera encontrar una solución al problema de la baja natalidad, pero no a cualquier precio. Por la misma también podría haber dicho que gracias a los emigrantes musulmanes solucionamos igualmente el problema de la natalidad, lo cual es cierto, pero a costa de qué. Lo de los 2500 euros es calderilla. Sus propios datos lo confirman (de 1.4 a 1.7 hijos). Con esas medidas, se lo digo por enésima vez, no se revierte la situación. Hace falta un cambio de mentalidad, que la Izquierda no está por la labor de querer emprender (tampoco la Derecha, ciertamente). Pero déjeme que le explique más…

  39. Al final…como la canción de Julio Iglesias (unos que nacen otros morirán…la vida sigue IGUAL), seremos todos rumanos o moros con sueldos de bajeza pero eso sí salvando el terruño de los «otros» -NOM- VIVA el aborto ESPAÑOL, cambio de climax absoluto…….sin duda! O como dijo Guerra: » A España no la reconocerá ni la madre que la parió!» Buena solución «climática» más para unos que para otros……

  40. La flojedad de su argumentario empieza ya a preocuparme. «Sostenella y no enmendalla» parece ser su lema. Todavía sigue, erre que erre, intentando convencerme de que las mejores medidas a favor de la natalidad y de la familia las voy a encontrar en la Izquierda, y ¡encima en la izquierda de Zapatero! Me dice en otro lugar que si estoy obsesionado con Zapatero. ¡Pero si es Vd. el que continuamente lo saca a colación! Yo creo además que no me ha leído bien lo que pienso de todas esas “medidas” de los 2500 euros. Se lo vuelvo a repetir: ni Aznar ni Zapatero ni que yo sepa ningún líder de la Derecha ni de la Izquierda han sido capaces de revertir el problema de la falta de hijos, ni aquí ni en Europa. No sea patético mostrándome sus “pequeñas” cifras carpetovetónicas. Todo se cuece mucho más arriba. Está todo bien ideologizado y diseñado en las altas esferas, en las “grandes” cifras de la ONU (el aborto, el matrimonio homosexual, etc.)
    http://www.laizquierdadiario.com.bo/La-ONU-a-favor-de-la-despenalizacion-del-aborto
    https://www.actuall.com/criterio/familia/asi-impone-la-onu-soto-voce-el-matrimonio-homosexual/

  41. La flojedad de su argumentario empieza ya a preocuparme. «Sostenella y no enmendalla» parece ser su lema. Todavía sigue, erre que erre, intentando convencerme de que las mejores medidas a favor de la natalidad y de la familia las voy a encontrar en la Izquierda, y ¡encima en la izquierda de Zapatero! Me dice en otro lugar que si estoy obsesionado con Zapatero. ¡Pero si es Vd. el que continuamente lo saca a colación! Yo creo además que no me ha leído bien lo que pienso de todas esas “medidas” de los 2500 euros. Se lo vuelvo a repetir: ni Aznar ni Zapatero ni que yo sepa ningún líder de la Derecha ni de la Izquierda han sido capaces de revertir el problema de la falta de hijos, ni aquí ni en Europa. No sea patético mostrándome sus “pequeñas” cifras carpetovetónicas. Todo se cuece mucho más arriba. Está todo bien ideologizado y diseñado en las altas esferas, en las “grandes” cifras de la ONU (el aborto, el matrimonio homosexual, etc.)
    El problema de la falta de hijos no ha sido, salvo alguna rara excepción, asunto prioritario ni para la Derecha ni para la Izquierda europea, tampoco es que le preocupe mucho a la ONU, la verdad sea dicha, que cree haber encontrado la solución a ese “problemilla” con la entrada masiva de emigrantes que llegan a Europa, quienes ocuparán el vacío dejado por los hijos que aquí no tenemos. Y esto no es una opinión subjetiva mía, son hechos. Desde que empezó la crisis de los refugiados se ha hablado de ello en distintos medios de comunicación de prensa y televisión. Esos son los planes de la ONU. Evidentemente nadie tiene pruebas (que yo sepa al menos) de que esto sea así. ¿“Intencionalidad oculta”? me replicará Vd. con sorna. No. Oculta lo que se dice oculta no lo es, porque se les ve de lejos las intenciones, pero, como comprenderá, nunca reconocerán abiertamente que ese es el plan que tiene la ONU diseñado. Puede ver en distintos medios de comunicación la veracidad de estos asertos míos. Si no me cree, le pasaré esa información. Mientras tanto nuestros políticos están a lo de siempre: ganar las siguientes elecciones. Ya no hay estadistas que miren de frente los problemas que en unas décadas nos devorarán a todos (https://m.youtube.com/watch?v=FGRkgHUFtv4). Más aún: esos problemas ya los tenemos aquí, pero muy pocos se atreven a darles soluciones. La corrección política asfixia a nuestra clase política, tanto de izquierdas, como de derechas. Esa es, creo yo, la tristísima realidad. Demanda, no sabemos muy bien en manos de quiénes estamos.
    Sobre lo que yo le decía del “justo derecho que todos tenemos a criticar lo que no nos guste”, Vd. me replica haciéndose la siguiente pregunta retórica:

  42. Sobre lo que yo le decía del “justo derecho que todos tenemos a criticar lo que no nos guste”, Vd. me replica haciéndose la siguiente pregunta retórica:
    «¿Tiene derecho un racista a criticar, porque no le gusta, que su vecino sea negro, o a pedir que le impidan casarse o adoptar criaturas porque es negro?»
    Razone bien por favor. Cuando haga comparaciones, hágalas bien, por favor, es decir, que los términos, ideas o conceptos que se quieren parangonar sean, si no exactamente iguales, sí por lo menos, parecidos. A ver. Está Vd. comparando los inexistentes derechos de un racista a criticar a los negros con el justo derecho que todo hijo de vecino, ya sea este un obispo, un arcipreste, un cardenal o yo mismo, tenemos a criticar (¡que no a prohibir!) las injuriosas manifestaciones de un colectivo, que, si bien tiene derecho a gozar de los mismos derechos civiles que los heterosexuales, se dedica más bien en sus antiestéticas celebraciones a ofender a todos aquellos que criticamos sus astracanadas. Pero es que ¿aún no me entiende? ¿Por qué si yo exijo –fíjese lo que le digo– a las autoridades civiles que revistas como EL JUEVES o Charlie Hebdo tengan –aunque me duela en el alma– el sacratísimo derecho a ofenderme e injuriarme todo lo que les dé la gana con sus repugnantes publicaciones, (porque los de Derechas creemos en la libertad de expresión), a ver por qué razón Vd. no me va a dejar ni a mí ni al Obispo de turno decir lo que pensamos del lobby de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales? ¡¿Pero por qué me compara Vd. con una racista?! Insisto: haga bien las comparaciones.
    A continuación, menos mal, me aclara que sí tengo derecho “a réplica” con cualquiera que se meta con nosotros, pero ¡me niega ese derecho “a réplica” contra la pareja de lesbianas que crían a sus hijos! ¡O sea que no puedo decir nada al respecto, no puedo dar mi opinión! ¡¿Pero quién se ha creído que es la Izquierda (o la Derecha) para decir quiénes y sobre qué asuntos podemos dar nuestra opinión?! ¿Tampoco, si yo fuera un psicólogo o psiquiatra –que no lo soy, pero podría serlo– sobre lo que la psiquiatría considera que se le puede estar haciendo de mal (o de bien) a ese niño que vive con dos mamás o con dos papás? Según Vd. no tenemos derecho a dar nuestra opinión. ¡Pero qué digo, incauto de mí, que no solo es Vd. el que nos quiere tapar la boca, es la nueva LEY de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación la que a partir de ya nos va a poner el bozal a los disidentes. ¿Y Vd. cree en la libertad de expresión? ¿Sí? Porque a mí me la está coartando Vd., directamente además. Me dice que sí puedo defenderme si por ejemplo me ofenden los de EL JUEVES con sus tiras satíricas anticlericales, pero en cambio tengo que mantener la boquita bien cerrada sobre lo que piense o deje de pensar del matrimonio gay. No es justo eso, caballero. Yo por ejemplo jamás le impediré que hable y que despotrique sobre lo que Vd. desee, siempre que lo haga con respeto, como yo con Vd.

  43. Sobre las “ideas como la que de forma subrepticia se le ha escapado a Vd”. me replica contestándome:
    «¿? ¿Subrepticia? De subrepticia nada. Lo he dicho muy claro. Los hijos dan mucho trabajo. ¡¡¡Si lo sabré yo!!!» Está claro que no me ha leído, pero le excusa el que tenga Vd. muchos frentes abiertos de otros usuarios en este debate. O no me ha leído bien o no me ha querido entender (que creo, más bien que es eso). Le vuelvo a citar a Diderot: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”.
    Luego vuelve otra vez a la carga con lo de los 2500 euros. ¡Y dale! Una de dos, caballero: o es Vd. muy joven y está abrumado ante la batería de argumentos que le he expuesto o no me entiende por propia incapacidad mía de no saber expresarme. Argumentos que Vd. se empeña en disfrazar en ciencia-ficción. Yo le valoro a Vd. el manejo de sus datos económicos, que veo que los conoce mejor que yo (tendría que contrastarlos, pero me fío de lo que Vd. me dice). Pero a cambio Vd. reconózcame a mí una cosa: en un debate no solo hay que manejar datos y cifras, y fiarse solo de lo que dice el BOE, como Vd. me dice, sino que también las ideas cuentan (la “batalla de las ideas”), y yo me muevo más en ese terreno. Y las ideas no son ciencia-ficción. Las ideas mueven el mundo (para el Bien y para el Mal).
    En cuanto a su visión de la Iglesia, como me temía, es la propia de un anticlerical de izquierdas. No es por nada, pero yo, cuando era más joven, y de izquierdas, como le dije en otro lugar que era, no recuerdo que tuviera tanta obsesión contra la Iglesia, como ha tenido y sigue teniendo la Izquierda, y Vd. es un vivo ejemplo de ello. Quizás gracias a que no mostré nunca una inquina anticlerical, ni siquiera en mi etapa más roja, pude hacer sin traumas la travesía ideológica hacia la Derecha. Posiblemente. No lo sé… En cualquier caso lo de Izquierda anticlerical es una manía persecutoria, sin duda heredada de la Revolución Francesa, que si la Izquierda lograra alguna vez desembarazarse de ese odio visceral que siente por el incienso, le iría bastante mejor, pues tendría el apoyo de más de un católico. En fin, nada nuevo bajo el sol.

  44. Luego añade: «Respecto a la izquierda, sólo puedo hablar por mí. Yo no quiero que recen en sus casas. Me da igual que recen en sus iglesias, o en sus procesiones. No me da igual que la pared del colegio, que su hijo comparte con el mío, tenga colgado un crucifijo».
    Aquí elude descaradamente el bulto, amigo, (aunque entiendo que lo haga: yo en su lugar, si fuera de izquierdas, haría lo mismo), cuando dice que solo habla por Vd., como persona individual que se siente de Izquierdas, pero que no habla “por la Izquierda”. Se fijará, en cambio, que yo, a diferencia de Vd., no solo cuento mi experiencia personal, sino que hablo también de lo que yo considero que ha sido la Izquierda y si tengo que hablar de la Derecha, hablo también, aunque obviamente ninguno de los dos seamos “sus” representantes. Todos hablamos por nuestra propia experiencia personal, pero eso no quita para que hablemos también de lo que nuestros correligionarios ideológicos han hecho en el presente o en el pasado.
    Eso por una parte. Por otra. Muchas gracias por dejarnos rezar en nuestras iglesias. Sabrá también que otros correligionarios suyos están empeñados en que por fin “iluminemos” al mundo, como en el 36. ¿Lo ve? Vd. habla por sí mismo, y se lo agradezco, pero no debería esquivar lo que sus compinches ideológicos más radicalizados pretenden hacer con nosotros. Y no estoy hablando de la prehistoria, amigo, sino de un pasado reciente que la Izquierda encima se empeña en resucitar (Azaña y la 2ª República). La Inquisición, en cambio, (si es que pretende atacarme por ahí), sí que es “prehistoria (aunque si quiere hablamos de ella también). Y sin embargo, a pesar de su moderación, que vuelvo a agradecérsela (sé que Vd. no acercaría la tea al sagrario), no puede librarse del tufillo anticlerical que asfixia a toda la Izquierda, a Vd. incluido. Me refiero al tema de los crucifijos. ¡Qué hay en él/Él que tanto odiáis! Mire, Gustavo Bueno, ateo confeso, se declaraba no obstante “católico cultural”, creo que lo decía así, porque se daba cuenta, inteligente como él era, que había que distinguir entre las creencias religiosas de cada cual, con la cultura que uno hubiese mamado. Y sabía que arrancar los crucifijos de las aulas no era propio de un pueblo inteligente, porque suponía tirarte piedras a tu propio tejado. Se lo decía también yo antes. El problema de la Izquierda es que está excesivamente ideologizada. Le pesa la ideología mucho más que a la Derecha la suya. Ésta si tiene que votar por ejemplo a favor del aborto o del matrimonio homosexual o subirse a una carroza del Orgullo a hacerse la foto, vota a favor así sea con la nariz tapada. La Izquierda en cambio ideológicamente está mucho más anquilosada y es más inmovilista que la Derecha. Por eso en su obsesión por querer ser fiel al ideario no se da cuenta de que quitar los crucifijos y eliminar los símbolos religiosos de la vida pública no solo complace al ateo y al laicista beligerante, sino también al enemigo de su propia civilización, que se frota las manos contemplando cómo nos vamos despojando de lo que son/eran nuestras raíces. Pero Vds. los de izquierdas no ven más allá de sus narices. No tienen altura de miras. Hablo siempre aquí de la Izquierda radical, no de la socialdemócrata, pero lamentablemente los que más fuerza han tenido siempre han sido los radicales (tipo Podemos) que son los que se han llevado por delante a la Izquierda razonable. Veremos cómo acaba el culebrón de Podemos-PSOE. Pero en general la Izquierda, salvo excepciones, nunca ha tenido altura de miras. Les pesa su ideología más que un yunque, que es para Vds. como su Biblia, y cuando no es la ideología del Partido es el progreso (siempre están a vueltas con este mantra), o la igualdad, o la libertad, o los derechos de todas y de todos, o la Ley de Memoria Histórica, o la laicidad, y últimamente también los derechos de los animales, etc. Gustavo Bueno, ateo convencido, lo supo ver: no se puede ir en contra del sentimiento religioso católico. Es más importante nuestra civilización que nuestra ideología de izquierdas. Pero la Izquierda, como de costumbre, sorda y ciega (pero no muda), va a lo suyo, anclada todavía en 1789: «Écrasez l´Infâme!», «¡Golpead a la Infame!»

  45. Sigue Vd. «Respecto a la muerte de un padre/madre, obviamente es triste, claro. Por supuesto. Tengo una amiga que perdió a su marido con unos 30 años y dos hijos. Una tragedia (no me lo quiero ni imaginar). ¿Y? ¿Acaso se dice lo mismo de la madre que acude a un banco de esperma para tener su hijo? ¿Es triste? No, es su decisión. Y puede ser muy feliz con su criatura. Y la criatura con dos madres puede ser más feliz todavía.»
    Vuelve otra vez a errar en las comparaciones. Se ve que esta ya cansado, que lo suyo es más la economía, el IRPF aplicado por los gobiernos de Zapatero y Aznar que parece conocerlos al dedillo., pero en estos otros lances dialécticos, está Vd. más torpe. Yo sí le puse, en cambio, creo, una certera comparación que veo que no ha sido Vd. capaz de rebatírmela: la viudedad, al margen de los chistes que podamos hacer de la “viuda alegre” y demás chascarrillos, es un estado “triste” para una familia, sobre todo si los hijos son pequeños. No es el marco ideal para unos niños, tanto si pierden al padre, como a la madre. Yo le decía que si esa misma “carencia de algo” se da en la familia de un viudo o una viuda, no entendía (ingenuamente se lo decía, claro) por qué razón no se producía también en la familia homosexual esa misma carencia, a no ser, como es el caso, que hubiera una fortísima presión del lobby LGTBI sobre la sociedad entera que, como en el cuento de El emperador desnudo, nos obligara a todos a cerrar la boca, en lo que ciertamente es uno de los mayores chantajes de la historia.
    Para intentar contrarrestar mi comparación, hace Vd. una pirueta mortal con otro símil que es obvio que no le sale, porque además no hay por dónde cogerlo, puesto que le sale el tiro por la culata, como le acabaré por demostrar, ya que intenta compararme la inequívoca tristeza de la familia que pierde al marido o a la esposa con la tristeza de la madre soltera que acude a un banco de esperma para tener su hijo, sin darse Vd. cuenta de que me está dando la razón, porque lo que está haciendo es ponerme otro ejemplo similar al mío. Sí, mire. Se lo explico. Primero se hace Vd. una pregunta retórica en relación con el hecho de que una mujer soltera acuda a un banco de esperma para poder tener su hijo: «¿Es triste?», se pregunta Vd. Y en vez de contestarnos a todos que por supuesto que sí es una situación triste, porque es una situación similar a la del estado de viudedad: un padre o una madre que han perdido a sus respectivas parejas y que van a tener que criar ellos solos a su hijos para el resto de sus vidas. Que es una situación igual de triste que la de la madre soltera que va al banco de esperma. Pero Vd., igual que la Izquierda, hace trampas con el lenguaje y se contesta retóricamente que “no” que “no es triste, que es su decisión. Y puede ser muy feliz con su criatura”, añade a continuación. Es curioso, la Izquierda (y Vd.) siempre hablan de “la decisión personal del individuo”. ¿Y el interés del niño? Porque yo aquí veo que se busca más el interés y la felicidad “egoísta” de la madre soltera que el interés del niño, que va a crecer sin un padre. Pero claro…habló el Oráculo: “Es su decisión”. A callar entonces. Me recuerda a los casos de mujeres, muy mayores, de sesenta o de más años que se empeñan en querer tener hijos. “Es su decisión”, atajaría Vd. también ¿no? En este caso particular, como el lobby gay no tiene nada que rascar, a la pobre sexagenaria madre le llueven palos por todos los lados (que si es muy mayor para criar a su hijo, que si es más una abuela que una madre, que si es un capricho de mujer mayor, etc.), pero si estas mujeres les pidieran amparo a los gays, tenga Vd. por seguro que automáticamente toda la sociedad empezaría a verlo de otra manera: “Es su decisión”, dirán de nuevo. Ya… “Con la LGTBI hemos topado, amigo Sancho”. En fin, dele todas las vueltas que quiera, amigo. Será su decisión, como Vd. dice, pero el niño de la mujer del esperma nunca va a tener un padre, igual que tampoco lo tendrá el niño huérfano. Esa es la triste realidad. Por supuesto que ambos podrán ser felices. ¿Quién lo niega? Tengo un amigo viudo que está “felizmente” criando solo a sus tres hijos. Sí, lo que Vd. quiera, son ahora muy felices, pero es algo “triste”. Ningún juez en su sano juicio daría un niño en adopción a un padre o una madre viudos, pudiendo elegir antes entre otras familias con un padre y una madre. Este es un hecho incuestionable. No llame, pues, “decisión personal” de una mujer soltera a tener “su” hijo en un banco de esperma a lo que claramente es “egoísmo” y “capricho” de esa mujer.

  46. En cuanto al video de “el hombre criado por dos lesbianas que era feliz”, no lo pongo en duda. Conocía ya el vídeo, pero no quiero entrar en una guerra con Vd. mostrándole otros testimonios que dicen justo todo lo contrario. Yo lo único que digo es que sí se puede ser feliz en el seno de una familia de gays o de lesbianas, como en la familia de un viudo o una viuda, pero que ese no es el marco ideal de convivencia para un niño pequeño. Pero Vds., envueltos en ese relativismo moral que todo vale, dan prioridad absoluta a la «decisión personal» de cada cual.

  47. Y por último: el tema matrimonio. Se sirve Vd. del viejo y falaz argumento de que «fueron los católicos quienes se apropiaron del término matrimonio, muy anterior a cualquier religión, como se apropiaron del Solsticio de Invierno, del de Verano, del bautizo, de la primera comunión, y prácticamente de cualquier otra fiesta pagana ya existente». ¿Y a dónde quiere ir a parar? Lo que dice no es nada nuevo, lo reconoce hasta la Iglesia más inmovilista, cualquier estudiante de 1º de Bachillerato lo sabe además. Aunque yo no habría utilizado la palabra “apropiarse de”, que suena a “robar”. En cambio, un simpatizante de la Izquierda jacobina como parece que es Vd. sí.
    Bien. Le explico. ¿Por qué muchos nos oponemos al matrimonio homosexual, que no a las uniones homosexuales? Pues porque es una aberración llamar «matrimonio homosexual» a algo que per se no puede ser nunca un “matrimonio”, por pura definición de lo que es un ´matrimonio`, palabra que viene del latín mater, ´madre` + el sufijo -monium, ´calidad de`, que procede a su vez de munia -ium que significa “deberes, cargos, funciones, ocupaciones”, en tanto se consideraba que la madre era la que contribuía más a la formación y crianza de los hijos, definición ésta que procede del Derecho Romano, para quien el matrimonio es el derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad. Nada que ver por cierto con el concepto hostil que por ejemplo tiene el islam de esta institución, que, como es bien sabido, no es nada favorable para la mujer.
    Es decir, para empezar, amigo, los católicos no “se apropiaron”, como dice Vd., del término matrimonio, sino que este forma parte de la cultura y civilización romana, la cual absorbió (o si le gusta más ´fue absorbida` por) el cristianismo, formando con él una sola entidad civilizadora, a partir del emperador Constantino el Grande, que con el paso de los siglos daría lugar a la civilización occidental, aquella que nos permite a Vd. y a mí expresarnos libremente, entre otros méritos y logros que la Izquierda rancia y jacobina se empeña en socavar. Y no son meras especulaciones lo que le cuento. Son hechos. Si me pide pruebas se las pasaré con mucho gusto. El término matrimonio es, pues, latino-cristiano, mal que le pese a Vd., no hay que retrotraerse a los egipcios ni a los mesopotámicos, como Vd. insinúa en uno de sus comentarios. Y en cuanto al resto de “apropiaciones” que cometieron los católicos con los pobres romanos, a las que también se refiere Vd. («el solsticio de Invierno, el de Verano, el bautizo, la primera comunión, y prácticamente cualquier otra fiesta pagana ya existente»), debería Vd. saber, que ningún historiador serio habla hoy aquí de “apropiaciones” o “robos”, sino de influencias, préstamos o transmisiones culturales, pero no de “robos” o “apropiaciones”. Podría hacerlo si se refiere a bienes materiales (oro, cuadros, etc.), pero no cuando de lo que estamos hablando es de tradiciones culturales que han pasado de generación en generación y a través de culturas y civilizaciones distintas. Porque si en su pueril interpretación de la historia de la Iglesia, esta “se ha apropiado” del matrimonio y del solsticio de invierno y de no sé cuántas cosas más, entonces también tendrá que decir lo mismo de los romanos, que mucho antes que los católicos se lo copiaron a los griegos, y estos a su vez a los egipcios y mesopotámicos, y estos a su vez al hombre de Cromagnon.
    Pero aún le diré más. La quimera del «matrimonio homosexual» no es sólo por el asunto de la etimología. Aún hay más. Y es que, si mezclamos las cosas contra lo establecido, contra la norma, las pervertimos. Es decir, que si consentimos las copias ilegales y fraudulentas, necesariamente también pervertimos la idea original y la ponemos al mismo nivel de vulgaridad que las copias, con lo que la marca original se devaluará, languidecerá y finalmente desaparecerá.
    http://infocatolica.com/blog/esferacruz.php/1107030904-ien-que-te-afecta-que-los-gay
    Es lo que le están haciendo al matrimonio eclesiástico (también al civil, aunque menos) los defensores del llamado «matrimonio homosexual». No se trata en absoluto de querer hacerles la vida imposible a los homosexuales –está más que demostrado que es inútil coartarles su modo natural de vida, aparte de injusto, pues la naturaleza lo consiente, de forma natural, tanto en animales como en seres humanos en un porcentaje, eso sí, “¡afortunadamente!” pequeño para la supervivencia del resto de la especie–; se trata más bien de que nosotros queremos sobrevivir con nuestra marca, que no nos la plagien ni nos la pisoteen. Esto es algo fundamental que deberían entender los homosexuales y la Izquierda, porque creo además que no se les ha explicado con claridad, por lo que siempre andan con la cantinela ésa de que la Iglesia Católica lo único que quiere es “imponer” a todos su modelo de familia, cuando no es eso. ¿Por qué no lo pueden llamar ´gaymonio` o ´unión` o como les dé la gana? Fíjese: yo estoy a favor de que los derechos que trae consigo el matrimonio, (obviamente me refiero aquí solo al civil), fuesen, por supuesto, exactamente los mismos, con tal de que los homosexuales dejasen de llamarlo ´matrimonio`. Pero ¿tan difícil es entender esto? Creo que con lo dicho sería bastante para entenderlo, pero explicaré un poco más a qué obedece nuestra particular aversión a esta apropiación del término –que a ojos de un ateo bien podría parecer un capricho o una excentricidad típica de “la secta de los católicos”, que nos “hemos enfadado como niños pequeños” porque “nos han quitado” nuestra palabra sagrada ´matrimonio`.

  48. Para empezar, los hombres no tenemos derecho a estirar arbitrariamente las palabras, como si éstas fueran de chicle. http://www.abc.es/hemeroteca/historico-24-11-2004/abc/Opinion/palabras-como-chicles_963602806746.html
    Las palabras podrán sufrir todo tipo de cambios, ajustes y cuantas modificaciones semánticas sean precisas para adaptar el léxico a las nuevas necesidades, realidades y usos, pero la espontaneidad, el desinterés y el anonimato en todos esos cambios debe ser una ley de oro. ¿No es cierto? Y sin embargo, no es el caso que aquí tratamos, pues hay un colectivo de personas que, obviamente, están detrás de todos esos cambios semánticos presionando a la comunidad de hablantes para que determinadas palabras (cf. ´matrimonio`) se inflen con nuevas acepciones y se acomoden así a su ideología. Así, una ´mesa`, por poner un ejemplo, según la RAE puede ser también un «terreno elevado y llano, de gran extensión, rodeado de valles o barrancos», pero no podemos de forma arbitraria y caprichosa llamar ´mesa` a lo que todo el mundo llama ´silla`. Algo parecido es lo que quieren hacer los homosexuales con la palabra ´matrimonio`. Con razón que los comerciantes, amenazados por el fraude de las bandas de imitadores y plagiadores, sean muy celosos en la defensa de la marca original de sus productos y, lógicamente, no desean que aquellos utilicen su marca, para beneficiarse ellos gratis y encima desprestigiarles a ellos con un producto de mala calidad. El derecho de todos estos comerciantes a defenderse de las acometidas delictivas de estas bandas de plagiadores e imitadores siempre sería justo, aunque la copia fuese incluso excelente, extraordinaria, perfecta, de buenísima calidad, más aún: aunque fuese mejor incluso que el original. Es esto lo que no quieren entender –no porque no lo entiendan (que es muy fácil), sino porque no les “interesa” entenderlo– los homosexuales (y la Izquierda, que está detrás) que se empeñan en llamar ´matrimonio` a sus ´uniones`. Carguen de forma natural la palabra ´unión` con una nueva acepción, u otra que más les convenza, pero no se apropien por favor de una palabra que ya está cogida por otro colectivo de personas desde hace más de dos mil años. Cualquiera se da cuenta de que uno no puede apropiarse del correo electrónico de otra persona que ya estuviera registrado. ¿Por qué entonces la Iglesia Católica, como cualquier otro tipo de organismo público o privado, iba a permitir que se cometiera el robo de su dominio, en algo que es incluso mucho más íntimo que un e-mail? Porque no se trata de una palabra cualquiera que es tomada por varias instituciones para nombrar realidades distintas en sus respectivos campos (catedral  catedrático, y tantas otras similares), sino que, en el caso particular de la palabra ´matrimonium` hay detrás un sacramento sagrado. Esto es lo que no se quiere entender y lo que la Izquierda pretende puentear. ¿Para qué? ¿Para dar derechos civiles a los homosexuales? Sí, cierto…y de paso hacer daño a “La Infame”.

  49. Concluyendo. Los lobbys de gays y lesbianas lo que hacen es copiar a lo grande la marca original enterita, tal cual, con la lógica pretensión de suplantar a su legítimo propietario dándole una patada en el culo. Y así, llaman ´matrimonio` a lo que sólo puede ser la ´unión` de dos personas del mismo sexo que se quieren –esto último nadie se lo va a discutir nunca–, ya que en ninguna de sus variantes (hombre + hombre, mujer + mujer) existe una madre perfectamente clara y bien definida. Y si no hay una madre, tampoco podrá haber un padre. Y si no hay una madre y un padre legalmente reconocidos, no tendrá sentido el supuesto “derecho” a la adopción entre los homosexuales (que es otra más que nos han colado). Y es que, según el Derecho Romano (anterior por tanto incluso al Cristianismo), un matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, en donde la mujer que lo contrae puede ser madre dentro de la legalidad. «“Puede” ser madre», es decir, se habla de potencialidad, no de obligatoriedad. Lo digo esto por el tema de las familias que por problemas de esterilidad no pueden tener hijos. La función final del matrimonio, no solo del religioso, que por supuesto que sí, sino también del civil, es el de la procreación, aunque no obliga a tenerlos (ni el civil y ni siquiera el religioso), pero el destino final es el de la procreación. El matrimonio no debería enlazar una amistad profunda entre dos amigos o dos amigas que se quieren mucho y que “son como” una familia, pero “no son”, ni pueden ser nunca una familia. Será otra cosa. Será…un “mi familia”, pero como cuando alguien que no la tiene, lo dice cariñosamente de sus amigos o de sus vecinos que lo tratan muy bien y le quieren mucho, “como si fueran ´su familia`”.

  50. Algunos (o algunas) https://madametafetan.wordpress.com/2011/11/07/no-me-toques-las-etimologias/
    hablan aquí también de la relación semántica entre las palabras ´matrimonio` y ´patrimonio`, aludiendo a que, si matrimonio significa “calidad o cuidado de la madre”, patrimonio sería “calidad o cuidado del padre”, es decir, los bienes materiales, el dinero, las tierras, las posesiones inmobiliarias, una herencia, un beneficio pecuniario, etc. que adquiere el paterfamilias para su mujer y sus hijos. Según estos mismos, los dos términos interrelacionados semánticamente desprenden, ciertamente, un claro tufillo a machismo por todos sus costados. (Nada que objetar aquí).
    Le pido, Demanda, si es que ha sido capaz de llegar hasta aquí, un poquito más de paciencia. Vuelvo al asunto este del matrimonio/patrimonio, que es pieza clave para entender bien el problema. La mujer –lo hemos señalado ya antes– «“puede” ser madre», es decir, volvemos a hablar de potencialidad de tener hijos, no de obligatoriedad. Pero eso sí, tanto el Derecho Romano como el Canónico hablan siempre de un hombre y de una mujer. No siendo así, no puede hablarse de ´matrimonium`.

    Bien. Las mujeres, igual que los hombres, desde hace ya siglos, pueden tener (no ser) un patrimonio (aunque el machismo, ciertamente, haya querido relacionar la capacidad de generar bienes sólo para los varones: es la clásica imagen del hombre primitivo en busca del alimento para la familia o el clan, mientras la mujer se quedaba en casa cuidando de la prole). Todo eso es cierto. Pero en cambio, ni los hombres ni las mujeres, aisladamente o uniéndose entre sí (polo positivo con polo positivo, negativo con negativo), podrán ser nunca jamás en la vida un matrimonio. Esto es lo que los progre-gays, igual que toda la Izquierda (también la razonable), debido tal vez a la enorme presión que sobre sus cabezas ejerce el yunque de su ideología, no alcanzan a entender. Es más, en su cortedad de miras, toda esta historia sabemos que se la trae al pairo.
    Atienda por favor si es tan amable a lo que viene a continuación. Ya casi estoy acabando.
    Es decir, el tener siempre se relaciona unilateralmente con lo patrimonial, el ser en cambio con lo matrimonial (son como uña y carne), lo que no impide que ambos términos puedan tener a veces otros usos figurados, del tipo: ser patrimonio de la humanidad o tener un matrimonio concertado. Pero fuera de esos usos lingüísticos, no son intercambiables tener patrimonio con ser un matrimonio. Por consiguiente, tener algo (un patrimonio) lo puede tener, ciertamente, cualquiera, el hombre y la mujer. Ambos están capacitados además para ello. En cambio, ser algo (un matrimonio) sólo lo puede ser la madre (¿se da cuenta?), junto con la inestimable ayuda del padre, pues de momento es la única que puede parir, y, si se me permite el juego de palabras, es la que da el ser. Por algo también se llama a la unión entre un hombre y una mujer ´matrimonio` y no ´patrimonio`. ¿Lo ve?
    Adviértase además del abismo moral en el que nos veríamos todos abocados, si se diera legalidad (civil y/o religiosa) al matrimonio homosexual y a la adopción de niños para ese tipo de “matrimonios”, pues si se admitiera como algo «normal» la unión entre dos hombres o dos mujeres, nada, absolutamente nada, impediría ver también como algo «natural» e incluso «normal» la unión/matrimonio entre tres o más personas que se quieran y deseen formar una familia en común: dos mujeres + un hombre, o dos hombres + una mujer. ¿Y por qué no también un matrimonio entre tres hombres? ¿Y entre tres mujeres? ¡Qué divertido! Y ahora que estamos con los animales…Uhmm…El caso es que yo quiero mucho a mi mascota. ¡Quiero casarme con ella! ¡Qué lindo! ¡Cuánto amor! ¡Eh…no se metan conmigo Vds. los de la Derechona, que “es mi decisión personal”! ¡Yo tengo derecho a hacer el amor con mi Toby! ¡Qué diversidad familiar!
    Acuérdese siempre de esto: Los sueños de la Razón producen monstruos.
    Aún me queda un fleco más que atender, y termino.

  51. ¡Ah! Eso sí. Gracias a todo este multicolor abanico de familias, solucionamos también, como diría Vd., el pequeño problemilla ese de la natalidad, porque yo quiero tener un hijo con mi Toby, ¿sabe? «Es mi decisión personal» y tengo derecho a ello. ¿Me entiende ahora cuando le decía en otro lugar que no todo vale, que la natalidad no se soluciona a cualquier precio?

  52. Le pondré otro ejemplo para que entienda por qué defendemos con tanto ahínco la marca ´matrimonio` (no solo para el religioso, sino también para el civil). Si en los toros, que tienen como sabe unas reglas seculares determinadas, regidas por la tradición y el uso, de repente se modificaran arbitrariamente sus normas, permitiéndose con medidas propias del actual relativismo reinante en nuestra sociedad que el torero pudiera ir vestido como le diera la gana, en chándal, por ejemplo, etc., no haría falta ya la presión de los antitaurinos para acabar definitivamente con los toros. ¿No cree? La propia tauromaquia se estaría haciendo el haraquiri. Pues eso mismo pasaría (ya está de hecho pasando) con el matrimonio (da igual el civil que el religioso).

  53. Y por último. Dice Vd.: «El matrimonio católico, lo que un católico entiende por matrimonio, no tiene hoy en día ningún valor jurídico. Es el matrimonio civil el que vale. Con todos su derechos y deberes. Si yo fuera homosexual querría exactamente esos mismos derechos y deberes. Ni uno más y ni uno menos. Y dos personas sometidas a esos derechos y deberes son un matrimonio. Por eso la palabra es importante. Porque lleva asociados unos derechos. ¿Qué le importa a usted esa palabra si ya define algo tan ateo como el matrimonio civil? ¿O acaso el uso por parte de los ateos no les importa, pero el de los homosexuales sí? ¿Podría explicarme por qué?»
    Se lo explicaré todito. La primera frase que dice. Es correcta. Vamos, no es que sea correcta, es que es una perogrullada, un hecho objetivo: el matrimonio religioso no tiene absolutamente nada que ver con el jurídico o civil, salvo en un “pequeñísimo” detalle, que la Izquierda y Vd. con ella pasan de largo y que más tarde le aclararé, y que hace que ambos matrimonios, el civil y el religioso, tengan un nexo en común que los hace exactamente iguales entre sí en un solo pero esencial ´detalle`, y radicalmente distintos, ambos matrimonios, del mal llamado ´matrimonio homosexual`. Pero antes… El matrimonio religioso únicamente tiene un componente espiritual del que carece el civil. Es otra verdad de Perogrullo. Esa es la única diferencia (o la más trascendental, si lo prefiere). Y efectivamente el matrimonio civil es el que, como Vd. bien dice, vale a efectos prácticos en una sociedad civil, como la nuestra, donde hay separación Iglesia-Estado, aunque a la Izquierda jacobina lo que le gustaría es que hubiera, más que ´separación`, ´aislamiento total`, ´desconexión absoluta`. Esa es, ha sido y será por los siglos de los siglos su intención. Yo en otra parte añadí al sustantivo ´intencionalidad` el adjetivo ´oculta`. El término ´oculta` a Vd. le escoció de veras. Me exigió pruebas, me habló de que lo único que cuentan son los hechos, los datos y todo aquello que esté en el BOE. Yo le he dicho y se lo repito aquí de nuevo que en política no cuentan solo los datos, también las ideas, las ´intenciones` y, por supuesto, los hechos que son los que al final hacen que todo ese ideario se ponga en marcha. ¿Me va a obligar de verdad a que le dé toda la retahíla de hechos históricos que confirman que a la Izquierda europea (incluida por supuesto la española) le trae al pairo la familia judeocristiana, el gravísimo problema de la natalidad y todos aquellos valores que conforman la civilización occidental? ¿Me va a venir otra vez con los 2500 euros de Zapatero por hijo? ¿Aún no quiere darse cuenta de que lo de los 2500 euros de Zapatero no solucionan nada –del 1.4 al 1.7 ¡Qué éxito! ¡Es de risa!–, que no fue más que una medida para intentar quedar bien ante todos y contrarrestar sus verdaderas medidas estrella (aborto, matrimonio homosexual, adopción de hijos para gays y lesbianas…), que es por lo único por lo que va a ser recordado este individuo? ¿No ve que incluso aunque la media de los 2500 euros la hubiera adoptado la Derecha, pensaría yo lo mismo de ella, porque la Derecha en este país ha tomado, casi, como suyo el discurso de la Izquierda (Izquierda moderada, obviamente)? La solución al asunto este de la natalidad, como casi todo en esta vida, pasa por la ideología, por el cambio de actitud ante la vida, no por dar la calderilla esa de los 2500 euros. De 1.4 a 1.7 solo hay tres décimas de hijo, por Dios (dos bracitos y una piernita, no da pa´más). ¿Vd. sabe cuántos hijos tienen las familias musulmanas?… Abra los ojos, por Dios. Recuerde la cita de Diderot, que no pasa precisamente por ser de derechas, me parece: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”.
    Hay que labrar en la sociedad otra vez la idea del esfuerzo, del sacrificio, ideas que han sido desterradas. Es necesario volverlas a recuperar. Pero para ello hacen falta estadistas, no políticos, y ahora mismo no los hay ni en la Derecha, ni en el Centro ni muchísimo menos en la Izquierda, que, como le he demostrado hasta la saciedad, va a su rollo y a su bola. ¡Y claro que los hijos dan trabajo! ¡Es que de eso se trata, amigo Demanda! Hay que erradicar de la sociedad esas ideas acomodaticias suyas y de esta sociedad, del tipo: “yo no quiero tener más hijos, dan mucho trabajo” o esa que le gusta mucho a la Izquierda y a Vd. mismo: “Es mi decisión personal”.

  54. Sigo. Y como la Izquierda, lo que quiere y desea es acabar con la Iglesia o por lo menos dejarla en un rincón para que no moleste, por eso está tan obsesionada en hacer desaparecer los crucifijos y cualquier otro símbolo religioso de la vida pública. Lo que le decía antes: a su rollo y a su bola. No es ciencia-ficción lo que le cuento, amigo Demanda. Las palabras son importantes. Se lo he demostrado antes. Y es que la Izquierda por ejemplo no se conforma con la ´separación` Iglesia-Estado, quiere el ´aislamiento` total, porque anhela convertirse Ella en “Iglesia” de todos los ciudadanos y ciudadanas (sin ´separación` “Izquierda-Iglesia / Estado”: lea a Rousseau y a Isaiah Berlin y lo entenderá https://www.clublibertaddigital.com/ideas/tribuna/2017-04-20/alicia-delibes-rousseau-visto-por-isaiah-berlin-81978/). Pero como la Izquierda sabe que no es políticamente correcto hablar de ´aislamiento`, siempre dice que lo que ella quiere es solo ´separación` –las palabras, amigo Demanda, las palabras…ve cómo son muy importantes: la Izquierda con gran maestría siempre las convierte en chicle–, cuando los hechos demuestran (eliminar TODO lo religioso de la vida pública) su verdadera cara, su auténtica ´intencionalidad`, más o menos ´oculta`. Esto es algo que la Izquierda lo sabe hacer de maravilla, mucho mejor desde luego que la Derecha, que suele ser torpe a la hora de publicitarse.

  55. «Y dos personas sometidas a esos derechos y deberes son un matrimonio. Por eso la palabra es importante». Claro que es importante, pero creo haberle explicado antes por qué razón no puede una unión de dos hombres o de dos mujeres utilizar el término ´matrimonio`.
    «Porque lleva asociados unos derechos. ¿Qué le importa a usted esa palabra si ya define algo tan ateo como el matrimonio civil? ¿O acaso el uso por parte de los ateos no les importa, pero el de los homosexuales sí? ¿Podría explicarme por qué?»
    Le decía antes que existía un sutil nexo en común entre ambos matrimonios, el civil y el religioso. ¿Cuál es, se preguntará? Si me ha leído bien hasta aquí ya debería saber la respuesta. Evidentemente, el rol de la madre, que es lo que desde el Derecho Romano da sentido al ´matrimonio`. Me da igual que este haya sido bendecido por Dios o por un funcionario del Juzgado. En ambos matrimonios el elemento ´madre` y ´padre` están presentes. No sé si acaba de entenderme…Lo que importa, pues, es salvaguardar el término ´matrimonio` en su esencia de «derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad». Nos da igual que la madre sea atea o devota creyente católica. Evidentemente, para un católico, la ceremonia religiosa tiene algo más de lo que carece la ceremonia civil, pero eso efectivamente, ahí sí estoy con Vd., es una “decisión personal”. Lo importante…–¡Qué digo!…Lo vital– para nuestra sociedad civil (¡y hablo de sociedad civil!) es que se mantenga la esencia romana y/o cristiana (tache lo que a Vd. más le disguste u odie) del matrimonio, porque de no ser así nos pasaría/pasará lo que le decía antes de la tauromaquia o del plagio de las marcas: de-sa-pa-re-ce-rí-a-mos todos.

  56. Y para acabar (eso espero). Dice Vd.: «Pero lo más importante en realidad es lo de poder adoptar niños, ¿Verdad? Si le dieran a usted a elegir qué preferiría, ¿cambiar la palabra matrimonio por “unión” o que no pudieran adoptar?»
    Pero esa disyuntiva que me propone es muy cruel, es como preguntarle a un niño: –Oye Pepito. ¿A quién quieres tú más? ¿A tu mamá o a tu papá? Pues evidentemente no quiero ninguna de las dos cosas que me propone, porque las dos me resultan igual de peligrosas y suicidas, pero no ya solo para la supervivencia de la Iglesia –esta idea es fundamental que me la entienda– sino también y sobre todo para la sociedad civil, a la que pertenecemos ambos.
    Yo en cambio sí le voy a hacer una pregunta final sin trampa, cuya respuesta, eso sí, requiere buenas dosis de sinceridad consigo mismo, mirándose al espejo mientras me contesta con sinceridad: Sea sincero: ¿Le habría dado exactamente igual haber nacido en el seno de una familia gay maravillosa, recibiendo mucho cariño de su papá y de su otro papá? ¿No habría querido nacer en una familia ´convencional`? No se escabulla aquí contestándome que si el padre y la madre fuesen los dos unos borrachos perdidos muchísimo mejor con los gays, porque sepa que yo también habría preferido en ese caso que me hubieran criado ellos, y cualquier persona con dos dedos de frente elegiría lo mismo. Tampoco me conteste a posteriori, pensando en el caso particular del joven aquel que era feliz, a pesar de haber sido criado por dos lesbianas. No. Yo estoy preguntándole a priori, y desde un punto de vista teórico, ideal. ¿Qué familia es la ´ideal` para un niño? No le estoy preguntando dónde un niño puede ser feliz, porque también hay caso de niños que han sido felices en el orfanato.
    Que tenga un buen día. Espero sus respuestas.

  57. La primera en la frente, ya nada más empezar a leer su comentario. Me suelta un: “No es usted honesto, y no tiene ni idea de lo que habla”.

    Genial. Empieza Vd. muy fuerte. Haciendo amigos, sí señor. Vuelve otra vez con lo de que no soy honesto y que no tengo ni idea de lo que hablo. Eso se llama atacar con un argumento ad hominem. ¿Sabe lo que es eso verdad? En otro comentario yo ya le hablé de la “Superioridad Moral” de la Izquierda. ¿Se acuerda? Pues bien, casi todos sus comentarios están insuflados de esa misma cansina superioridad. ¡Ya vale!

    Más. Tema “datos”. «Sostenella y no enmendalla»: Aumento de la tasa de natalidad de 1.4 a 1.7 hijos gracias a los 2500 euros por hijo de Zapatero. En primer lugar, ya en otro comentario suyo me dio un “capón de Superioridad Moral de izquierdas”, cuando textualmente me dijo: “No pasó de 1.4 a 1.7, sino de 1.4 a 1.47”. Y añadió: “Ni siquiera cuando copia usted mis datos lo hace bien”. ¿Se acuerda? Luego yo, como soy de Derechas (¡y encima conservador!), o sea un lerdo, he vuelto a poner mal por segunda vez sus datos (no lo he hecho adrede, se lo prometo), pero ahora Vd. no me corrige, sino que los da por válidos (se ve que 3 décimas siempre serán más que 7 centésimas, ¿no?), es decir, que al final la diferencia fue de 1.4 a 1.7. Bueno…vale…lo que Vd. quiera. Vamos a ver: si finalmente fueron tres décimas lo que aumentó la T.N. gracias a los 2500 euros de Zapatero, eso equivale…más o menos –deme tiempo para calcular que soy de letras– a…dos bracitos y una piernita de bebé. ¿No es eso? Y si por el contrario fueron 7 centésimas (la diferencia de 1.4 a 1.47, que fue lo que Vd. me corrigió) la equivalencia en kilo de feto vendría a ser…aproximadamente –déjeme calcular…–… pues algo así como una vesícula biliar y un trozo de la vena ácigos…más o menos, calculo yo. Esa fue la aportación de Zapatero al aumento de la tasa de natalidad de España. No está nada mal. ¡Sí señor! Pero Vd., en cambio, envuelto en esa capa de Superioridad Moral, sigue apostando por Zapatero y aún “se la juega” Vd. afirmando que el expresidente Zapatero, de haber podido seguir con sus 2500 euros por hijo nacido habría podido resolver él solito el problema de la natalidad. Y si tan sencillo era de resolver el problema ¿por qué no lo han hecho otros gobiernos? ¿Cómo otros gobiernos de Europa no se han dado cuenta de lo sencillo que es resolver el problema de la baja natalidad europea aportando 2500 euros por hijo nacido? Amigo, soy de letras, pero no idiota.

    Dice: «Como no es Vd. honesto, y no se entera, no pensaba responderle más». Haciendo amigos otra vez. ¡Eh! Muy “conciliadoras” sus palabras. Ya veo que no me considera rival dialéctico digno de Vd., y por eso me despacha en su comentario de esas maneras, desabridamente y, haciendo gala de un simulado orgullo ofendido, voltea su capa de Superioridad Moral, haciendo como que se marcha y que me deja con la palabra en la boca, pero…hete aquí…, amigos de Infovaticana, que, tras tener que aguantar sin duda el Señor Demanda con paciencia y buenas dosis de estoicismo laicista la larguísima lectura de mis anteriores comentarios (puesto que un hombre de Izquierdas, a diferencia de nosotros, como todo el mundo sabe, es siempre honesto y no podemos siquiera poner en duda que no se haya leído íntegro mi alegato), tiene la sin par deferencia de concederme la Gracia (laica, por supuesto) de una última audiencia…una revisión a “algo” que al parecer he dicho al final de mi prolijo y aburrido sin duda pliego de comentarios y que, por lo visto, le ha llamado la atención al Señor Demanda –(aparte: no sé, pero pa´mí que solo se ha leído el final)– y así, con engolada voz me dice: «Pero me ha hecho usted –carraspea el Señor Demanda– una última pregunta que me parece muy interesante: ¿Me habría dado exactamente igual nacer en una familia gay?» ¡Oh! Gracias, gracias, gracias, por atenderme, Señor Demanda, muchísimas gracias.

    Con todo el respeto del mundo, Señor Demanda, Vd. por casualidad no será monologuista de esos de la tele. Lo digo porque cuando Vd. ponderaba a Rodríguez Zapatero por su feliz medida pro natalista de los 2500 euros por hijo nacido, medida que según datos suyos supuso un aumento de la T.N. del 1.4 a 1.47 (o 1.7, que bueno… da igual, una vesícula biliar de más o de menos), me decía que eso suponía un aumento del 20%, lo que, al cambio del kilo de feto, calculo yo, vendría a ser ya un ¡costillar entero con todos sus órganos y vísceras! ¡Ojo al dato, ojo al dato del Señor Demanda!), y apostillaba con un glorioso comentario digno del mejor de los monologuistas. Agárrense a la silla si es que hay alguien al otro lado de la pantalla que me esté leyendo: «Si fuera una empresa cotizando en bolsa Zapatero sería “Superlópez”». Frase, la suya, de verdad de verdad que se lo digo, lapidaria, Señor Demanda, pa´enmarcar.

    Sigo. Respondiendo, pues, a mi pregunta, me contesta –corríjame si me equivoco– que aunque las dos familias fueran maravillosas, preferiría Vd. la de los gays. Luego explica los motivos que le impulsan a adoptar esa decisión. Los he leído con mucha atención. No los comparto, en absoluto, esos motivos, porque albergan solo odio y resentimiento contra la Iglesia y la religión en general. No hay argumentos en lo que dice, solo azufre. Y a mí me gusta, me apasiona incluso, discutir con argumentos. Por eso, yo tendría más motivos que Vd. para dejar esta conversación, pero soy más humilde que Vd. y no voy a hacerle ese feo.

    En otro lugar me dice: “igual a alguno se le curaba eso de la religión” ¡Ah! O sea que la religión es una enfermedad. ¿Y por qué es una enfermedad? Ilumínenos, pero no en el sentido ígneo del término (Vd. ya me entiende; uno tiene que tomar sus precauciones). De nuevo: ¡cuánto odio y resentimiento abriga en su corazón, amigo Demanda!

    Por cierto, a Vd. que le gustan tanto los datos ¿qué datos maneja Vd. que nos demuestren a toda esta pobre recua de ignorantes que somos todos nosotros (menos Vd., claro) que los católicos –como no concreta ni adjetiva, entiendo que se está refiriendo aquí a “todos” los católicos, incluido yo– “insultamos constantemente y perseguimos a los homosexuales”? ¿Existe algún texto canónico, expreso o de “intencionalidad oculta” que vaya en esa dirección de acoso y derribo de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales? (No me saque textos del principio de los tiempos, de la Inquisición y demás, sobre los que también habría que hablar por cierto, pero ese sería otro tema).

    Otra: ¿Dónde digo yo (o la Iglesia) que las uniones de personas homosexuales son “engendros de la naturaleza y que los padres de esas uniones son unos degenerados”? En particular, me interesa sobre todo que me diga dónde lo digo expresamente yo (o lo insinúo).

    Y termina Vd. diciendo: «No se olvide usted que la Biblia dice que la mujer debe someterse al hombre:
    “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Efesios 5:22-24)»

    En primer lugar, no confunda la Biblia con el Corán. En segundo lugar, no se sirva de la realidad social en un determinado momento de la historia (primeros siglos del cristianismo), en donde la supremacía del hombre sobre la mujer era una realidad incuestionable, trasladándola anacrónicamente a nuestra época. Eso lo hace el Islam, no el Cristianismo. En tercer lugar, no haga cortes selectivos cuando maneje datos. Le pongo este enlace sobre su cita bíblica de Efesios que he encontrado a voleo en internet https://www.gotquestions.org/Espanol/papel-esposo-esposa.html, donde aparecen otros textos de la Biblia que clarifican el testimonio de Efesios 5:22-24 y no dan una visión tan rastrera de la mujer. Comprobará que se trata de una pg. web protestante, no católica, pero como no soy un ultracatólico, totalitario e intransigente, me vale perfectamente para rebatirle a Vd. la idea suya de que la mujer en la Iglesia está subyugada al marido, como si lo está en cambio –y de forma real y fehaciente en el Islam– (pero este sería otro tema). No es que esté yo por el ecumenismo cristiano, pero estoy abierto a algunas, no todas, de las propuestas de nuestros hermanos cristianos protestantes. Y esta en particular, lo que dice esa pg. web la podría suscribir perfectamente, yo creo, cualquier católico. Seguramente Teresa, que es una habitual por estos foros, tendría más a mano y encontraría mejores textos que yo sobre este asunto.

    Y acabo con ejemplos de la “honestidad argumental” del Señor Demanda: ¡Qué pena, por cierto, que Teresa y otros habituales de Infovaticana no sigan este debate –bueno…a lo mejor sí– que aquí estamos manteniendo Vd. y yo, solos, para ver su verdadero rostro! Lo digo porque me he dado cuenta de que se sirve Vd. de argumentos que yo ya se los he vuelto del revés, pero a Vd. eso le da igual, como cuando, usando, cómo no, un argumento ad hominem –muy típico de la Izquierda– nos pregunta a mí y a otro forero, en otro debate, no recuerdo si fue a Teresa o a quién, si “tiene derecho un racista a criticar, porque no le gusta, que su vecino sea negro, o a pedir que le impidan casarse o adoptar criaturas porque es negro”, equiparando así a los católicos con los racistas. Como le digo, yo ya le he destrozado ese capcioso argumento suyo ad hominem (y muchos otros más), pero Vd., ufano y engreído, sigue usándolo triunfante en otros sitios, como si se creyera que no ha habido aún nadie que haya sido capaz de rebatírselo. ¡Pues aún estoy esperándole a que me diga algo al respecto! Claro, que para eso, primero tendría que leerse mis comentarios, tal y como yo me “he tenido que tragar” los suyos. Tan solo debo reconocerle que en el asunto aquel de los 2500 euros por hijo, igual hasta tenía razón Vd., fíjese lo que le digo, porque bien pensado, menos es nada, y más vale un páncreas de feto que seguir sin tener hijos. La verdad…, Demanda, lo del “Superlópez”…muy bueno.

    Más ejemplos de la “honestidad argumental” del señor Demanda.
    En https://infovaticana.com/2017/07/11/la-liberticida-batalla-lgtb/ en un comentario suyo dirigido al forero Gonzalo le habla Vd. de “terroristas católicos”, para lo cual le remite el siguiente hipervínculo: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/31/internacional/1243807194.html Le pregunto yo ahora: “¿´Ande` están “los terroristas católicos” esos que mataron a ese pobre médico abortista? ¿´Ande`están, señor Demanda?”

    Otra prueba más de su fatuidad y “honestidad argumental”: Le dice a uno (también a mí me lo ha dicho hasta la saciedad): “Usted no rebate mis datos. Y mis datos rebaten sus argumentos”. (Amén, Jesús). Oiga, y eso ¿no lo dirá por cómo ha sido incapaz de replicarme a mí mis argumentos? Vamos a ver. No es que haya sido incapaz de rebatírmelos, es que no me ha dicho ni mú. ¡Yo creo que ni se los ha leído!

    Otro ejemplo de su fatuidad y “honestidad argumental”: En https://infovaticana.com/2017/07/13/boicotear-la-natalidad-eje-del-discurso-globalista/ Vd. le pregunta a Teresa: “Le he hecho una pregunta. Tenga el coraje de responderla. ¿Dónde le enseñan a nuestros hijos a masturbarse?” Teresa ya le ha contestado, contundentemente además, a su incisiva pregunta. ¿Le replicará Vd. como hace conmigo, soltándole las lindezas que a mí me ha dedicado? En el momento en que escribo estas líneas aún está ella esperando. O ¿está Vd. todavía rebuscando entre su arsenal de “datos”? Porque veo que es lo único que sabe hacer.

    Y penúltimo ejemplo de la fatuidad y “honestidad argumental” del Señor Demanda: Me dice Vd. que soy yo el que no tiene honestidad, porque no le replico a “sus datos”. ¡Tendrá gracia la cosa! Le contesto, no me dice absolutamente nada de nada de lo que le argumento y encima me viene aquí en plan “perdona vidas”. Increíble.
    Vd. pretende aquí abrumarnos con datos, pero los datos, amigo Demanda, son humo si no los refuerza con hechos y con argumentos bien trabados. Vd. no me ha leído nada (o casi nada de lo que yo le he escrito).
    Viene aquí, como todos los de izquierdas, con sus ínfulas de Superioridad Moral, con su pequeña batería de datos. Mire, cuando yo era de Izquierdas no recuerdo que fuera tan fatuo y vanidoso como Vd., aunque quizás…quizás sí lo fuera –debe de ser el estigma de ser de Izquierdas–, porque cuando uno recupera la salud, tras una larga enfermedad, el convaleciente suele hacer memoria selectiva y olvida siempre todo aquello que le hizo daño, a sí mismo, y a veces también olvida incluso a quienes con paciencia infinita le cuidaban y atendían, aguantándole los exabruptos de cuando estaba enfermo. Digo todo esto porque ya no me acuerdo de aquella época, pero sí quiero recordar que nunca fui un furibundo anticlerical, como Vd.

    Y sea un poco más humilde. A los progres como Vd. les fascina sobre todo el Big-Bang y desentrañar los misterios del Universo (lo dice Vd. mismo en su comentario). ¡Y a quién no! Pero creen, erróneamente, que la Iglesia Católica humilla a sus fieles engañándolos y obligándoles a postrarse ante un ídolo de madera, en vez de ser ellos los únicos dueños y señores de su destino, ensalzándose a sí mismos, como nuevos dioses, y dirigiendo sus impulsos hacia la revelación de los misterios del Universo con la única ayuda de la Ciencia y la Razón, tal y como hacen Vds., los progresistas, o sea, la izquierda. Pero lo que pasa es que Vds. confunden, (como tantas y tantas cosas), dos palabras, dos conceptos, iguales en su etimología, distintos en su significado: la humildad y la humillación. Así, el creyente no es que se humille o goce mortificándose, como suponen los progres, por creer en un Ser invisible e imaginario, sino en todo caso vive su vida terrenal, aquí en la Tierra, con humildad, religándose (de ahí el término ´religión`) en la Fe continuamente con su Creador. No se trata, pues, de humillación, sino de humildad, que es de lo que la Izquierda de todas las épocas ha carecido. Le ruego no las confunda más.

    Y si la Izquierda anticlerical ha sido y es nefasta para la Iglesia, ¿qué decir de sus aportaciones a la economía de los países? El sacerdote jesuita, el argentino Leonardo Castellani lo dejó muy claro con esta frase antológica. Léala con detenimiento, es un compendio clarificador de la diferencia entre el cristianismo y el comunismo (lo que está entre paréntesis son anotaciones mías) que ojalá iluminara también a su paisano Pontífice, el Papa Francisco, que anda un poco desnortado cuando se mete en política. Esto decía Leonardo Castellani: «No es lo mismo poner los bienes en común para que sean de todos (eso sería el Cristianismo), que tener los bienes en común para que no sean de nadie» (o sea el Comunismo, es decir, para que sean del Estado, de «la Bestia»).

    Acabo, cómo no, con un representante suyo, Señor Demanda, de la Izquierda jacobina, ateo para más señas, Denis Diderot: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”. Un último consejo. Yo me lo aplico a mí mismo, y por eso me puedo permitir el lujo de compartirlo con Vd.: Mírese esta noche a solas en el espejo, fijamente, y dígase a sí mismo y a su conciencia, que ha sido honesto conmigo y con Vd. mismo. Es un buen ejercicio diario de limpieza de conciencia.

    Y que tenga una feliz tarde de Domingo.

  58. La primera en la frente, ya nada más empezar a leer su comentario. Me suelta un: “No es usted honesto, y no tiene ni idea de lo que habla”.
    Genial. Empieza Vd. muy fuerte. Haciendo amigos, sí señor. Vuelve otra vez con lo de que no soy honesto y que no tengo ni idea de lo que hablo. Eso se llama atacar con un argumento ad hominem. ¿Sabe lo que es eso verdad? En otro comentario yo ya le hablé de la “Superioridad Moral” de la Izquierda. ¿Se acuerda? Pues bien, casi todos sus comentarios están insuflados de esa misma cansina superioridad. ¡Ya vale! Pero no se vaya aún.

  59. Más. Tema “datos”. «Sostenella y no enmendalla»: Aumento de la tasa de natalidad de 1.4 a 1.7 hijos gracias a los 2500 euros por hijo de Zapatero. En primer lugar, ya en otro comentario suyo me dio un “capón de Superioridad Moral de izquierdas”, cuando textualmente me dijo: “No pasó de 1.4 a 1.7, sino de 1.4 a 1.47”. Y añadió: “Ni siquiera cuando copia usted mis datos lo hace bien”. ¿Se acuerda? Luego yo, como soy de Derechas (¡y encima conservador!), o sea un lerdo, he vuelto a poner mal por segunda vez sus datos (no lo he hecho adrede, se lo prometo), pero ahora Vd. no me corrige, sino que los da por válidos (se ve que 3 décimas siempre serán más que 7 centésimas, ¿no?), es decir, que al final la diferencia fue de 1.4 a 1.7. Bueno…vale…lo que Vd. quiera. Vamos a ver: si finalmente fueron tres décimas lo que aumentó la T.N. gracias a los 2500 euros de Zapatero, eso equivale…más o menos –deme tiempo para calcular que soy de letras– a…dos bracitos y una piernita de bebé. ¿No es eso? Y si por el contrario fueron 7 centésimas (la diferencia de 1.4 a 1.47, que fue lo que Vd. me corrigió) la equivalencia en kilo de feto vendría a ser…aproximadamente –déjeme calcular…–… pues algo así como una vesícula biliar y un trozo de la vena ácigos…más o menos, calculo yo. Esa fue la aportación de Zapatero al aumento de la tasa de natalidad de España. No está nada mal. ¡Sí señor! Pero Vd., en cambio, envuelto en esa capa de Superioridad Moral, sigue apostando por Zapatero y aún “se la juega” Vd. afirmando que el expresidente Zapatero, de haber podido seguir con sus 2500 euros por hijo nacido habría podido resolver él solito el problema de la natalidad. Y si tan sencillo era de resolver el problema ¿por qué no lo han hecho otros gobiernos? ¿Cómo otros gobiernos de Europa no se han dado cuenta de lo sencillo que es resolver el problema de la baja natalidad europea aportando 2500 euros por hijo nacido? Amigo, soy de letras, pero no idiota.
    Dice: «Como no es Vd. honesto, y no se entera, no pensaba responderle más». Haciendo amigos otra vez. ¡Eh! Muy “conciliadoras” sus palabras. Ya veo que no me considera rival dialéctico digno de Vd., y por eso me despacha en su comentario de esas maneras, desabridamente y, haciendo gala de un simulado orgullo ofendido, voltea su capa de Superioridad Moral, haciendo como que se marcha y que me deja con la palabra en la boca, pero…hete aquí…, amigos de Infovaticana, que, tras tener que aguantar sin duda el Señor Demanda con paciencia y buenas dosis de estoicismo laicista la larguísima lectura de mis anteriores comentarios (puesto que un hombre de Izquierdas, a diferencia de nosotros, como todo el mundo sabe, es siempre honesto y no podemos siquiera poner en duda que no se haya leído íntegro mi alegato), tiene la sin par deferencia de concederme la Gracia (laica, por supuesto) de una última audiencia…una revisión a “algo” que al parecer he dicho al final de mi prolijo y aburrido sin duda pliego de comentarios y que, por lo visto, le ha llamado la atención al Señor Demanda –(aparte: no sé, pero pa´mí que solo se ha leído el final)– y así, con engolada voz me dice: «Pero me ha hecho usted –carraspea el Señor Demanda– una última pregunta que me parece muy interesante: ¿Me habría dado exactamente igual nacer en una familia gay?» ¡Oh! Gracias, gracias, gracias, por atenderme, Señor Demanda, muchísimas gracias.
    Con todo el respeto del mundo, Señor Demanda, Vd. por casualidad no será monologuista de esos de la tele. Lo digo porque cuando Vd. ponderaba a Rodríguez Zapatero por su feliz medida pro natalista de los 2500 euros por hijo nacido, medida que según datos suyos supuso un aumento de la T.N. del 1.4 a 1.47 (o 1.7, que bueno… da igual, una vesícula biliar de más o de menos), me decía que eso suponía un aumento del 20%, lo que, al cambio del kilo de feto, calculo yo, vendría a ser ya un ¡costillar entero con todos sus órganos y vísceras! ¡Ojo al dato, ojo al dato del Señor Demanda!), y apostillaba con un glorioso comentario digno del mejor de los monologuistas. Agárrense a la silla si es que hay alguien al otro lado de la pantalla que me esté leyendo: «Si fuera una empresa cotizando en bolsa Zapatero sería “Superlópez”». Frase, la suya, de verdad de verdad que se lo digo, lapidaria, Señor Demanda, pa´enmarcar.
    Sigo. Respondiendo, pues, a mi pregunta, me contesta –corríjame si me equivoco– que aunque las dos familias fueran maravillosas, preferiría Vd. la de los gays. Luego explica los motivos que le impulsan a adoptar esa decisión. Los he leído con mucha atención. No los comparto, en absoluto, esos motivos, porque albergan solo odio y resentimiento contra la Iglesia y la religión en general. No hay argumentos en lo que dice, solo azufre. Y a mí me gusta, me apasiona incluso, discutir con argumentos. Por eso, yo tendría más motivos que Vd. para dejar esta conversación, pero soy más humilde que Vd. y no voy a hacerle ese feo.
    En otro lugar me dice: “igual a alguno se le curaba eso de la religión” ¡Ah! O sea que la religión es una enfermedad. ¿Y por qué es una enfermedad? Ilumínenos, pero no en el sentido ígneo del término (Vd. ya me entiende; uno tiene que tomar sus precauciones). De nuevo: ¡cuánto odio y resentimiento abriga en su corazón, amigo Demanda!
    Por cierto, a Vd. que le gustan tanto los datos ¿qué datos maneja Vd. que nos demuestren a toda esta pobre recua de ignorantes que somos todos nosotros (menos Vd., claro) que los católicos –como no concreta ni adjetiva, entiendo que se está refiriendo aquí a “todos” los católicos, incluido yo– “insultamos constantemente y perseguimos a los homosexuales”? ¿Existe algún texto canónico, expreso o de “intencionalidad oculta” que vaya en esa dirección de acoso y derribo de los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales? (No me saque textos del principio de los tiempos, de la Inquisición y demás, sobre los que también habría que hablar por cierto, pero ese sería otro tema).
    Otra: ¿Dónde digo yo (o la Iglesia) que las uniones de personas homosexuales son “engendros de la naturaleza y que los padres de esas uniones son unos degenerados”? En particular, me interesa sobre todo que me diga dónde lo digo expresamente yo (o lo insinúo).
    Y termina Vd. diciendo: «No se olvide usted que la Biblia dice que la mujer debe someterse al hombre:
    “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Efesios 5:22-24)»
    En primer lugar, no confunda la Biblia con el Corán. En segundo lugar, no se sirva de la realidad social en un determinado momento de la historia (primeros siglos del cristianismo), en donde la supremacía del hombre sobre la mujer era una realidad incuestionable, trasladándola anacrónicamente a nuestra época. Eso lo hace el Islam, no el Cristianismo. En tercer lugar, no haga cortes selectivos cuando maneje datos. Le pongo este enlace sobre su cita bíblica de Efesios que he encontrado a voleo en internet https://www.gotquestions.org/Espanol/papel-esposo-esposa.html, donde aparecen otros textos de la Biblia que clarifican el testimonio de Efesios 5:22-24 y no dan una visión tan rastrera de la mujer. Comprobará que se trata de una pg. web protestante, no católica, pero como no soy un ultracatólico, totalitario e intransigente, me vale perfectamente para rebatirle a Vd. la idea suya de que la mujer en la Iglesia está subyugada al marido, como si lo está en cambio –y de forma real y fehaciente en el Islam– (pero este sería otro tema). No es que esté yo por el ecumenismo cristiano, pero estoy abierto a algunas, no todas, de las propuestas de nuestros hermanos cristianos protestantes. Y esta en particular, lo que dice esa pg. web la podría suscribir perfectamente, yo creo, cualquier católico. Seguramente Teresa, que es una habitual por estos foros, tendría más a mano y encontraría mejores textos que yo sobre este asunto.
    Y acabo con ejemplos de la “honestidad argumental” del Señor Demanda: ¡Qué pena, por cierto, que Teresa y otros habituales de Infovaticana no sigan este debate –bueno…a lo mejor sí– que aquí estamos manteniendo Vd. y yo, solos, para ver su verdadero rostro! Lo digo porque me he dado cuenta de que se sirve Vd. de argumentos que yo ya se los he vuelto del revés, pero a Vd. eso le da igual, como cuando, usando, cómo no, un argumento ad hominem –muy típico de la Izquierda– nos pregunta a mí y a otro forero, en otro debate, no recuerdo si fue a Teresa o a quién, si “tiene derecho un racista a criticar, porque no le gusta, que su vecino sea negro, o a pedir que le impidan casarse o adoptar criaturas porque es negro”, equiparando así a los católicos con los racistas. Como le digo, yo ya le he destrozado ese capcioso argumento suyo ad hominem (y muchos otros más), pero Vd., ufano y engreído, sigue usándolo triunfante en otros sitios, como si se creyera que no ha habido aún nadie que haya sido capaz de rebatírselo. ¡Pues aún estoy esperándole a que me diga algo al respecto! Claro, que para eso, primero tendría que leerse mis comentarios, tal y como yo me “he tenido que tragar” los suyos. Tan solo debo reconocerle que en el asunto aquel de los 2500 euros por hijo, igual hasta tenía razón Vd., fíjese lo que le digo, porque bien pensado, menos es nada, y más vale un páncreas de feto que seguir sin tener hijos. La verdad…, Demanda, lo del “Superlópez”…muy bueno.
    Más ejemplos de la “honestidad argumental” del señor Demanda. En https://infovaticana.com/2017/07/11/la-liberticida-batalla-lgtb/ en un comentario suyo dirigido al forero Gonzalo le habla Vd. de “terroristas católicos”, para lo cual le remite el siguiente hipervínculo: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/31/internacional/1243807194.html Le pregunto yo ahora: ¿´Ande` están “los terroristas católicos” esos que mataron a ese pobre médico abortista? ¿´Ande` andarán?
    Otra prueba más de su fatuidad y “honestidad argumental”: Le dice a uno (también a mí me lo ha dicho hasta la saciedad): “Usted no rebate mis datos. Y mis datos rebaten sus argumentos”. (Amén, Jesús). Oiga, y eso ¿no lo dirá por cómo ha sido incapaz de replicarme a mí mis argumentos? Vamos a ver. No es que haya sido incapaz de rebatírmelos, es que no me ha dicho ni mú. ¡Yo creo que ni se los ha leído!
    Otro ejemplo de su fatuidad y “honestidad argumental”: En https://infovaticana.com/2017/07/13/boicotear-la-natalidad-eje-del-discurso-globalista/ Vd. le pregunta a Teresa: “Le he hecho una pregunta. Tenga el coraje de responderla. ¿Dónde le enseñan a nuestros hijos a masturbarse?” Teresa ya le ha contestado, contundentemente además, a su incisiva pregunta. ¿Le replicará Vd. como hace conmigo, soltándole las lindezas que a mí me ha dedicado? En el momento en que escribo estas líneas aún está ella esperando. O ¿está Vd. todavía rebuscando entre su arsenal de “datos”? Porque veo que es lo único que sabe hacer.
    Y penúltimo ejemplo de la fatuidad y “honestidad argumental” del Señor Demanda: Me dice Vd. que soy yo el que no tiene honestidad, porque no le replico a “sus datos”. ¡Tendrá gracia la cosa! Le contesto, no me dice absolutamente nada de nada de lo que le argumento y encima me viene aquí en plan “perdona vidas”. Increíble.
    Vd. pretende aquí abrumarnos con datos, pero los datos, amigo Demanda, son humo si no los refuerza con hechos y con argumentos bien trabados. Vd. no me ha leído nada (o casi nada de lo que yo le he escrito). Viene aquí, como todos los de izquierdas, con sus ínfulas de Superioridad Moral, con su pequeña batería de datos. Mire, cuando yo era de Izquierdas no recuerdo que fuera tan fatuo y vanidoso como Vd., aunque quizás…quizás sí lo fuera –debe de ser el estigma de ser de Izquierdas–, porque cuando uno recupera la salud, tras una larga enfermedad, el convaleciente suele hacer memoria selectiva y olvida siempre todo aquello que le hizo daño, a sí mismo, y a veces también olvida incluso a quienes con paciencia infinita le cuidaban y atendían, aguantándole los exabruptos de cuando estaba enfermo. Digo todo esto porque ya no me acuerdo de aquella época, pero sí quiero recordar que nunca fui un furibundo anticlerical, como Vd.
    Y sea un poco más humilde. A los progres como Vd. les fascina sobre todo el Big-Bang y desentrañar los misterios del Universo (lo dice Vd. mismo en su comentario). ¡Y a quién no! Pero creen, erróneamente, que la Iglesia Católica humilla a sus fieles engañándolos y obligándoles a postrarse ante un ídolo de madera, en vez de ser ellos los únicos dueños y señores de su destino, ensalzándose a sí mismos, como nuevos dioses, y dirigiendo sus impulsos hacia la revelación de los misterios del Universo con la única ayuda de la Ciencia y la Razón, tal y como hacen Vds., los progresistas, o sea, la izquierda. Pero lo que pasa es que Vds. confunden, (como tantas y tantas cosas), dos palabras, dos conceptos, iguales en su etimología, distintos en su significado: la humildad y la humillación. Así, el creyente no es que se humille o goce mortificándose, como suponen los progres, por creer en un Ser invisible e imaginario, sino en todo caso vive su vida terrenal, aquí en la Tierra, con humildad, religándose (de ahí el término ´religión`) en la Fe continuamente con su Creador. No se trata, pues, de humillación, sino de humildad, que es de lo que la Izquierda de todas las épocas ha carecido. Le ruego no las confunda más.
    Y si la Izquierda anticlerical ha sido y es nefasta para la Iglesia, ¿qué decir de sus aportaciones a la economía de los países? El sacerdote jesuita, el argentino Leonardo Castellani lo dejó muy claro con esta frase antológica. Léala con detenimiento, es un compendio clarificador de la diferencia entre el cristianismo y el comunismo (lo que está entre paréntesis son anotaciones mías) que ojalá iluminara también a su paisano Pontífice, el Papa Francisco, que anda un poco desnortado cuando se mete en política. Esto decía Leonardo Castellani: «No es lo mismo poner los bienes en común para que sean de todos (eso sería el Cristianismo), que tener los bienes en común para que no sean de nadie» (o sea el Comunismo, es decir, para que sean del Estado, de «la Bestia»).
    Acabo, cómo no, con un representante suyo, Señor Demanda, de la Izquierda jacobina, ateo para más señas, Denis Diderot: “Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”. Un último consejo. Yo me lo aplico a mí mismo, y por eso me puedo permitir el lujo de compartirlo con Vd.: Mírese esta noche a solas en el espejo, fijamente, y dígase a sí mismo y a su conciencia, que ha sido honesto conmigo y con Vd. mismo. Es un buen ejercicio diario de limpieza de conciencia.
    ¡Ah! Y que tenga una feliz tarde de Domingo.

  60. Vayan por delante todos mis respetos hacia Vd., pero le voy a decir lo que pienso, con mucha educación. Mire, yo creo que lo que está haciendo Vd. es la típica “espantá” de aquel que en una riña se siente asustado y para no parecer que lo está les dice, en falso, a sus compinches: “¡Sujetadme que lo reviento! ¡Eh! ¡Que no respondo de lo que yo pueda hacer! ¡Que es que no tengo ni para empezar con este mequetrefe!” Y extiende a los lados sus brazos, como para invitar falsamente a sus compinches a que lo sujeten, cuando es obvio que no tiene agallas de hacer lo que con gran fanfarronería amenaza que va a hacer.

    Empiezo. Me asegura que sí se ha leído lo que yo le he escrito. Pero no lo parece, cuando sigue sin decirme nada de nada de lo que yo le he escrito. Sigue sin mencionar –no digo ya “atacar”, “hincarle el diente”– hablo solo de “mencionar” alguno de mis argumentos. Tan solo ha picoteado y escarbado algo de lo que yo le he dicho, aquí y allá, pero siempre de una manera superficial. No entra en los meollos. Yo puedo entender que no atienda a todos los flecos que surgen en un debate de estas características –nadie podría hacerlo en un escenario tan estrecho como este en el que nos desenvolvemos–, pero sí por lo menos decir “algo”, no sé…tocar algún aspecto nuclear de lo que plantea el rival…no sé… ¡algo! Pues nada, solo me habla, una y otra vez, de los ya famosos 2500 euros de Zapatero y su aumento de la tasa de natalidad en 3 décimas (aunque antes me había dicho Vd. que fueron 7 centésimas, pero bueno). Yo en cambio no he eludido sus “datos”. Además, de todo lo que yo hablo es de asuntos o temas que Vd. ha sacado a colación (matrimonio homosexual, la Iglesia, etc.), no los he sacado yo, porque desde el principio, creo, me he ceñido al tema inicial del artículo de EL PAÍS y toda la problemática de la natalidad. Vd. ha sacado el ventilador y yo, pacientemente, he atendido casi todas las acometidas suyas. Esos han sido mis datos, mis argumentos. Vd., en cambio, nunca me ha demostrado que se haya leído casi nada de lo que le planteo. Ha picoteado un par de detalles colaterales y allí se ha lanzado con su batería de “datos”, desnudos, porque no los acompaña muchas veces de argumentos sólidos.
    Me dice después: «Mi superioridad no viene de que yo sea de izquierdas, viene de que yo sé de ciencia. Decir que un aumento del 1.4 al 1.7 de la tasa de natalidad es “pequeño” es una auténtica burrada. Una barbaridad. “Sería” un aumento brutal».
    Pero vamos a ver, Señor Demanda, ¿no me dijo –y además me corrigió Vd. con una buena colleja de superioridad moral de izquierdas– que el aumento fue solo de 1.4 a 1.47? ¿En qué quedamos, Señor Demanda? Maneje bien sus datos, que son suyos, no míos.
    Y sí, Señor Demanda, su SUPERIORIDAD MORAL viene de su ideología de Izquierdas, no de ser de ciencias. Sea más humilde. Mire, si Vd. fuera de letras tendría el mismo aire de superioridad que muestra en todas sus intervenciones conmigo y con el resto de usuarios. Toda la izquierda es igual. ¡Si lo sabré yo que fui más rojo que la muleta de Manolete!

    En lo que dice a continuación: «Que usted se equivoque, y confunda 1.47 con 1.7, y yo se lo diga, y usted vuelva a equivocarse me dice que no vale la pena discutir con usted, porque usted no se entera de nada (¿Será por ser de letras?)», en todo eso que me dice, con ese tonillo de clara superioridad, Señor Demanda, se define Vd., no ya como hombre de ciencia que dice ser, ni tan siquiera de Izquierdas (conocí a muchos de sus correligionarios y no eran afortunadamente tan fatuos como Vd.), sino como persona. No usaré aquí adjetivos. No hace falta. Cualquiera que lea lo que Vd. me acaba de decir sabe muy bien el adjetivo que encaja muy bien con Vd.

    Tema “datos”. Cuando Vd. habla de “datos”, es evidente que se está refiriendo exclusivamente a datos numéricos, ¿no es cierto? Pero “datos”, amigo Demanda, en su segunda acepción del diccionario son también todo tipo de documentos y testimonios, que es lo que yo más he manejado en mi discusión con Vd. Se lo he dicho y se lo vuelvo a repetir, los datos (numéricos) sin los argumentos, testimonios e ideas que los avalen son humo, no valen nada, puesto que en un debate no solo hay que manejar datos y cifras, y fiarse solo de lo que pone el BOE, como Vd. me dice, sino que también las ideas cuentan (la “batalla de las ideas”), y yo me muevo más en ese terreno, aunque lógicamente sin obviar los “datos” numéricos, que Vd., en cambio, los quiere elevar a la categoría de únicos e insustituibles, como si las ideas y los argumentos no fueran tan importantes. El desprecio que claramente muestra por los estudios de letras demuestra lo que yo aquí le estoy ahora diciendo. Creo que se ha equivocado de foro, amigo, no porque Vd. sea de Izquierdas y los que aquí estamos seamos de derechas, sino porque en los asuntos y temas de los que aquí hablamos, como en los de cualquier otro medio digital de comunicación (las ideas, sean de izquierdas o de derechas) son vitales, son su combustible. Tan aficionado que es Vd. a los “datos” numéricos estaría mucho mejor ubicado, creo yo, en algún otro foro exclusivo de ciencias o de matemáticas…no sé…quizás de Estadística. Porque las ideas no son ciencia-ficción. Las ideas mueven el mundo (unas veces hacia el Bien, otras hacia el Mal) y las ideas se defienden y se atacan con argumentos. Esos son mis “datos”. Sus “datos”, esos que me exige a mí que le dé tan insistentemente, en cambio, los “del 1.4 al 1.47” (o 1.7, que aún no me lo ha aclarado) son datos valiosos, pero son solo una muestra aislada en un momento político particular, el de la legislatura de Rodríguez Zapatero. Son datos positivos, sin duda (en natalidad todo lo que suma es por definición mejor que lo que resta), pero son “datos” numéricos que no marcaron una tendencia general alcista de la T.N. esperanzadora, no tanto porque después la Derecha suprimiera esas ayudas, sino porque la Izquierda nunca ha tenido (tampoco la Derecha, ciertamente) verdadero interés en aumentar la T.N. Ya se lo dije antes, todo esto son directrices de la ONU. Vd. también esto lo sabe (ya ve que yo, aunque irónico y a veces incluso demasiado sarcástico, nunca le diré que “no tiene ni idea” o que “no se entera de nada”). Pues bien, esto que le he dicho de la ONU, este dato (no numérico) sobrecogedor barre de un bufido todos sus pequeños “datos” (numéricos), todas las medidas zapateriles, que no fueron otra cosa que un brindis al sol, o, como sarcásticamente le decía yo, una vesícula biliar de más o un trozo más de la vena ácigos de un feto. Es por ello ridículo y patético levantar las campanas al vuelo por el “aumento pírrico” de la T.N. durante la legislatura del expresidente Zapatero, máxime cuando, como le he demostrado con “mis datos” la Izquierda, tradicionalmente, –y también la Derecha, quien, necia, la imita en muchas de sus atolondradas medidas–, no ha tenido nunca un interés real por querer solucionar este problema, más bien al contrario, puesto que ambas, Izquierda y Derecha, siguen a pies juntillas las directrices que les llegan de la ONU.
    Y hablando de datos. A ver, uno “numérico” de los suyos. ¿Cómo puede Vd. ser tan optimista con el aumento de la T.N. lograda por Zapatero, si, como seguramente Vd. mejor que yo sabrá, solo para poder reemplazar la población actual de un país se necesitaría mantener la tasa de natalidad de 2.1 hijos por mujer? Con humildad, espero su respuesta.

    Continúa Vd. con lo de que “me siento inferior a Vd. en esta discusión”, que “no me entero de nada”, que “no tengo ni idea”, que “metí la pata”, que si “intencionalidad oculta”, etc.
    Luego me dice que si busco la ayuda de otros foreros, como Teresa, para que me echen una mano. La verdad, Señor Demanda, es Vd. un liante (y lo sabe). Me da un poco pena Vd. ¿De dónde saca por ejemplo que recurro a los argumentos de otros? Deme un solo ejemplo, tan solo uno.
    A veces Vd. me hace dudar sobre con quién estoy tratando realmente: no sé si estoy hablando con un adulto o con alguien más joven.

    Sobre lo que dice Vd. de que tiene derecho a odiar a la Iglesia porque de niño le obligaron a comulgar, a confesarse, a rezar, etc. le tengo que decir que no tiene derecho, que nadie tiene derecho a odiar a nadie. Otra cosa sería que hubiese sufrido Vd. abusos sexuales. Pero ni tan siquiera en ese extremo tendría derecho la víctima a odiar. Otra cosa muy distinta es que respetemos que la víctima odie a su verdugo y a la Institución entera. Eso es algo que lo comprenderíamos todos, porque es absolutamente humano y nadie –yo al menos no– le recriminaríamos a una víctima de abusos sexuales que no odiase a su verdugo, puesto que sería lo más lógico y natural que tuviera esos sentimientos hostiles. Pero “derecho”, lo que se dice “tener derecho” a odiar, per se, nadie “tiene” ese “derecho”. Y desde luego, como señala Vd., odiar a la Iglesia, solo porque el cura de su pueblo, cuando era Vd. un niño, le obligaba a ir a misa, a comulgar, a confesarse, etc., en fin…eso es propio de una persona que anida en su corazón un resentimiento y un odio injustificados, que voluntariamente lo ha ido nutriendo, y gozándose en ese odio, sin que haya habido motivos reales de peso que lo justificaran racionalmente.

    Para acabar. Vd. dice que prefiere que le digan la verdad. Eso le honra. Pero la verdad no está solo en el Big Bang. Ella es caprichosa y voluble, porque a la verdad le gusta esconderse. Es mucho más compleja que un simple dato numérico científico de los suyos, incontestable, o que una idea de las mías (o de otros), por muy bien desarrolladas y perfectas que estas sean. Quien, huyendo del incienso y de lo espiritual dirige sus pasos a lo “científico”, o a la “ideología”, exclusivamente, anda cojo, pues solo encontrará parte de la verdad, pero no la Verdad. Además, lo que Vd. propugna no es huir de la religión católica, como erróneamente cree, para refugiarse en la Ciencia. Vd. lo único que está haciendo es sustituir una religión por otra, a la que considera única, insustituible y verdadera, y que se llama “cientificismo”, llena de “datos” y de verdades exclusivamente científicas, pero, aunque se empeñen Vds. en demostrar lo contrario, el ser humano no es solo un trozo de carne que emite sonidos articulados susceptible de ser sometido a las mismas reglas de la Ciencia que cualquier víscera de animal.
    La diferencia entre Vd. y yo no está en que Vd. sea de izquierdas y yo de derechas. Eso sería muy simplista. No. La gran diferencia estriba en que yo no renuncio, como hace Vd., a ninguna de las “dos religiones”, ni a la suya, que es solo “cientificista”, ni a la “religiosa”, que, desde la humildad (y con dudas, con muchas dudas por parte del creyente) complementa a la otra. Yo, como Vd., tengo la esperanza de que algún día me cuenten la Verdad (o más bien la encuentre yo, porque la haya buscado). Yo no sé si lo lograré, tengo la esperanza de que sí, pero de lo que sí estoy seguro es de que yo la veré con los “dos ojos”. Vd. en cambio, si es que logra ver algo, solo la verá por “uno”, porque estará tuerto.
    Y en cuanto a lo que Vd. me dice al final de que no vale la pena discutir conmigo, pues yo creo que se equivoca, pero no porque yo me vea a mí mismo como un rival de su altura, o incluso superior, sino porque nadie es mejor que nadie y todos tenemos una pequeña parte de razón. Sea más humilde, Demanda. Ya se lo dije antes. Vds. en cuestiones religiosas confunden la humildad con la humillación.
    Hasta cuando quiera. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

  61. ¡Hola! ¿Hay alguien ahí?…….. Parece que el Señor Demanda definitivamente ya se ha ido. Me he quedado solo. Bueno… pues yo también me marcho. Adiós. Me voy yo también a otra parte. ¡Chao! (Aparte: Sigo creyendo que el Señor Demanda no se leía nunca nada de lo que le escribía. Y si lo hacía…yo creo que no me entendía ni papa. Je, je, je…)

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