Sacerdote iraquí: ‘Los primeros refugiados cristianos regresarán pronto a sus casas en Karamles’

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“Si Dios quiere”, el regreso del “primer grupo” de refugiados cristianos a Karamles, una de los pueblos de la Llanura de Nínive ocupado durante mucho tiempo por los yihadistas del Estado Islámico, está previsto “para finales de este mes”, ha señalado el sacerdote Pablo Thabit Mekko.

Amigos de Irak.– En declaraciones a AsiaNews, el sacerdote iraquí explicó los trabajos de reconstrucción que comenzaron hace unos meses y que podrían suponer, en breve, el esperado regreso de las familias desplazadas. “Los proyectos iniciados hasta ahora deberían proseguir sin obstáculos, siempre que los benefactores y las ONG sigan garantizándonos su contribución”, dijo el P. Pablo, que ha estado supervisando en primera persona los trabajos en Kramles.

‘Debemos darnos prisa’

Frente a un cauto optimismo, el sacerdote iraquí reconoció que “hasta ahora no se hizo nada” en términos de la reconstrucción general de la ciudad. Para lograr esto, añadió, “se necesita más ayuda para acelerar el trabajo”. “Debemos darnos prisa, o de lo contrario, la voluntad y el entusiasmo podrían decaer”, destacó.

Para el P. Pablo, el primer objetivo es “reparar las casas que tienen daños menores” y cuyos trabajos puede hacerse rápidamente. Sin embargo, apuntó, las necesidades “son múltiples” y no son simples de satisfacer. “Se necesita comida, medicinas y generadores eléctricos para purificar el agua”. Este último problema es cada vez más acuciante –recordó– debido a la llegada del verano y la subida de las temperaturas.

Además de seguir los trabajos de reconstrucción en Karamles, el sacerdote caldeo es el responsable del campo de refugiados “Ojos de Erbil”, en la periferia de la capital de Kurdistán iraquí, donde encontraron refugio centenares de miles de cristianos, musulmanes y yazidíes después de la invasión del Estado Islámico. Sus instalaciones todavía acogen a 140 familias, unas 700 personas en total, divididas en 46 mini-apartamentos. También cuentan con una zona para la recogida y distribución de la ayuda, una guardería y una escuela para cursar estudios de Primaria y Secundaria.

Los fondos recaudados hasta ahora para el renacimiento de Karemlash provienen de las asignaciones hechas en estos meses por el Patriarcado caldeo, a las cuales se suman las contribuciones de algunos benefactores locales e internacionales. “Pero las necesidades son múltiples –insistió el sacerdote– y por esta razón renovamos nuestra petición de ayuda, recordando también que el proceso de reconstrucción necesita el apoyo de todos, tanto material como no material, incluyendo la oración”.

Reparación de 50 casas

El proyecto inicial prevé la reparación de un primer grupo de 50 casas, que fueron parcialmente dañadas después de la invasión del Estado Islámico. “Estas casas cuestan menos, porque sólo necesitan reparaciones en las puertas, ventanas u otros elementos con daños superficiales”, aseguró el P. Pablo.

La oficina para la reconstrucción de Karamles, administrada por el Patriarcado caldeo a través de la Liga Caldea, confió “estos trabajos de restauración a obreros y trabajadores originarios de Karamles”. Algunos de ellos “recorren todos los días” el trayecto que separa Erbil del pueblo de la Llanura de Nínive. Además, “la parroquia preparó un centro para los obreros que prefieren quedarse en la ciudad, ofreciéndoles comida y un lugar para dormir”. “De este modo es posible ahorrar tiempo y dinero y lograr acelerar los tiempos de la reconstrucción”, enfatizó el sacerdote iraquí.

El P. Pablo manifestó que el mayor problema es la restauración de las casas incendiadas por completo, para las cuales “no hay por el momento fondos suficientes”. Sin embargo, los primeros pasos para reconstruir Karamles “son fuente de esperanza” para esta y otras ciudades de la Llanura de Nínive y “crean una atmósfera de entusiasmo en vista de un posible retorno”.

La propia Iglesia, por boca del Patriarca caldeo, alentó a todos “a ir más rápido y terminar los trabajos lo antes posible”; Mar Sako invitó al mismo tiempo a los refugiados “a tener todavía paciencia y mantener firme la fe y la esperanza” para un futuro de “paz y seguridad”.

Volver, concluyó el sacerdote iraquí, significa “recuperar la propia existencia y tener de nuevo una vida, una identidad, una espiritualidad que parecían perdidas”. La frase más usada por las familias es: “Resurgiremos cuando regresemos a Karamles. Tendremos un techo, sólo cuando podamos volver a nuestras casas, aunque en el Kurdistán ya no vivamos en las tiendas de campaña. Nuestro verdadero hogar está en Karamles”.

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