El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defiende en un discurso la libertad religiosa, se compromete a poner fin a los ataques a la religión y señala que son los padres y no los burócratas quienes saben mejor cómo educar a los hijos.
El pasado mes de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió una de sus promesas electorales firmando una orden ejecutiva para proteger la libertad religiosa. En el acto celebrado en la Casa Blanca, Trump se comprometió a no permitir que la gente de fe fuera señalada, acosada o silenciada nunca más.
Unas semanas después, el presidente de Estados Unidos ha querido volver a hacer esta promesa ante los presentes en el congreso de Faith and Freedom Coalition celebrado el pasado 8 de junio.
«Mientras yo sea presidente, nadie va a impediros que practiquéis vuestra fe», afirmó en un discurso en el que también manifestó que siempre va a «defender el derecho de todos los estadounidenses a seguir y vivir las enseñanzas de su fe».
«Queremos que nuestros pastores hablen, queremos sus voces en el discurso público y queremos que nuestros hijos conozcan las bendiciones de Dios», añadió el mandatario estadounidense. En este sentido, Trump defendió que la escuela no debe ser un lugar que expulse la religión y la fe «que inspira a ser mejores, más fuertes y a actuar en valiente defensa de lo que es bueno y lo que es correcto».
‘Es hora de poner fin a los ataques a la religión’
Durante su discurso, Trump alabó a las Hermanitas de los Pobres, la congregación religiosa perseguida durante el mandato del ex presidente Barack Obama por negarse a pagar un seguro de salud que incluyese anticonceptivos y fármacos abortivos.
«Es hora de poner fin a los ataques a la religión», aseguró el presidente de Estados Unidos, que quiso mostrar la determinación de su Gobierno por acabar con la discriminación contra las personas de fe y fomentar y proteger de nuevo la libertad religiosa.
Junto a la libertad religiosa, el dirigente estadounidense abogó por el derecho de los padres a educar a sus hijos: «Sabemos que son los padres y no los burócratas quienes saben mejor cómo educar a los hijos y crear una sociedad próspera.»
Trump también defendió que «la libertad procede de nuestro Creador» y que los derechos otorgados por la autoridad divina ninguna fuerza en la tierra los podrá arrebatar. «Y por encima de todo, sabemos esto: que en Estados Unidos no adoramos al Gobierno, adoramos a Dios, ¿está claro?», concluyó.
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Providencial Trump. Que el Señor te guarde.
Sin duda esta en la onda de Dios, y en contra del NOM, por eso nunca sera del agrado de Bergoglio. Todavia se recuerda el careto descortes que le puso en su visita al vaticano , al contrario que a su amigos Castro, Obama, Morales, Hollande, o cualquier transexual que le pida audiencia privada.
Que Dios le acompañe en su andadura.
Esta muy bien la intención pero podía empezar por defenderla en su propia vida y actos.
Por cierto, los medios católicos españoles parece que no han publicado la noticia de las deportaciones masivas de cristianos iraquíes que ha emprendido el gobierno de Trump, imcumpliendo una de sus promesas electorales:
http://www.newsweek.com/iraq-christians-trump-death-sentence-deportation-625722
Impresionante el presidente Trump. No elude los temas espinosos; va de frente. Protege una libertad básica: la religiosa. Propia de cualquier nación civilizada. Además, no oculta su cristianismo, no se somete a las presiones de los grupitos hostiles a Cristo.
En cambio, con inicuo salvajismo Obama-Clinton, no sólo persiguieron la fe de los creyentes -no nos olvidamos del vergonzoso acoso a la Hermanitas de los Pobres- sino que además, en desborde descomunal y en secreto, pretenden cambiar los dogmas religiosos.
Unoquepasaporaqui. Con estas noticias incompletas, sesgadas y tendenciosas, mejor que no pases por aquí. El papa Francisco te puede condenar por «chismoso».
Otra notica relacionada con la Academia dw la Vida, Paglia no comentó el nombramiento del rabino judío Avraham Steinberg, quien defiende el aborto, la fertilización in-vitro y el diagnóstico genético previo a la implantación.
Debo aclarar ante alguna queja de algún católico desenfocado que acusa a San Juan Pablo II de haber nombrado miembros ateos a la Pontificia Academia para la Vida, por el santo polaco creada. No se advierte ningún inconveniente, por el contrario, en la designación de ateos miembros de dicha Academia. Fue muy inteligente hacerlo, de modo de que no quede que la defensa de la vida del niño por nacer como algo de católicos, en exclusiva.
La defensa de la vida humana -desde el inicio hasta la muerte no provocada. es algo que se puede entender perfectamente desde la mera razón. Por eso, hay ateos que lo hacen. Los creyentes le sumamos a esto la perspectiva religiosa.
Lo realmente novedoso y penoso es la designación o autorización de abortistas por parte de Francisco para una Academia donde, por definición, por esencia, por decencia, no deberían ni asomar por allí.