El New York Times explica ‘cómo criar un hijo feminista’

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Hay que animar a los chicos, por ejemplo, a intentar actividades “como probarse ropa». Y leerles cuentos sobre niñas. Y animarles a que jueguen con chicas para así evitar que las vean sólo como objetos sexuales. Sin embargo, el texto del New York Times también contiene algunas recomendaciones inesperadas…

Gaceta.es/Rafael Nuñez Huesca.– La periodista norteamericana Claire Cain Miller ha pedido a una serie de especialistas que respondieran a la pregunta que da nombre a su artículo en el New York Times: «Cómo criar a un hijo feminista». La autora expone sus conclusiones en un controvertido texto.

Cain Miller denuncia lo que denomia “roles de género”, las “princesas color rosa” para ellas y “camiones azules” para ellos. Serían los intereses de los niños los que acaban por alinearse a eso y no al revés. “Los especialistas en neurociencia dicen que los niños no nacen con esas preferencias”. Hasta mediados del siglo XX, explica, el rosa era el color para los niños y el azul para las niñas.

Este establecimiento de roles de género “artificiales” tendría “efectos a largo plazo en las brechas de género en términos académicos, así como en el desarrollo de habilidades espaciales y sociales”. Así, habría que animar a los niños a que sigan sus intereses, “ya sean tradicionales o no” y que “no estén limitados”. Hay que animar a los chicos, por ejemplo, a intentar actividades “como probarse ropa».

«Cualquiera puede jugar con collares»

Y si un niño recibe insultos por jugar con juguetes considerados para niños, la periodista recomienda una batería de respuestas que podría usar el propio niño cuando le acusen de “niña”: “No es cierto, cualquiera puede jugar con collares”, o “No soy niña, pero ¿crees que realmente son peores que los niños?”.

Es necesario enseñar a los hijos (chicos) “a cocinar, limpiar y cuidarse: a ser igual de competentes en la casa que como esperamos que lo sean nuestras hijas en una oficina”, del mismo modo que resulta capital leerle al niño “historias sobre mujeres y niñas”, pero no de niñas que necesitan ser salvadas ni de niños que salvan el mundo sino de “historias que rompan el molde”.

La peridosta denuncia que aún son las mujeres las que “cuidan más a otros —los niños y los ancianos— y se encargan de las tareas de la casa”, algo que urge cambiar. ¿Cómo? “Pídele ayuda a tu hijo para hacerle sopa a un amigo enfermo o para visitar a un pariente hospitalizado. Hazlo responsable de cuidar a las mascotas y hermanos menores. Anímalo a cuidar niños, a ser entrenador o tutor”. El objetivo es cambiar, desde pequeños, los “roles de género”: “Si la mamá cocina y limpia la casa, y el papá corta el césped y sale de la casa a menudo, eso se aprende”.

El texto se refiere a una investigación según la cual si los niños se relacionan con niños “refuerzan los estereotipos de género”, es por ello que hay que procurar que los niños jueguen con niñas puesto que así “aprenden a comunicarse y solucionar problemas de mejor manera” y es “menos probable que los niños con amigas consideren a las mujeres como solo conquistas sexuales”.

Y en este sentido habría que hacerle entender a los niños que “pregunten antes de tocar el cuerpo de otro” y que entiendan el significado de la palabra “no”, incluso cuando se la digan a los propios padres: “deja de hacerles cosquillas o jugar a luchitas cuando la pronuncien”.

Algunas sorpresas…

Era previsible: hay que evitar usar la palabra “niña” cuando alguien lanza la pelota o corre como una niña, y lo mismo vale para “las bromas sexistas”. Lo contrario sería inculcar “los roles de género tradicionales en los hijos”.

Sin embargo, el artículo también dice que hay que evitar las diferencias verbales: un estudio halló que cuando los maestros de preescolar decían “niños y niñas” en lugar de “niños”, los alumnos tenían “más creencias estereotípicas sobre los roles de las mujeres y los hombres, y pasaban menos tiempo jugando unos con otras”.

El texto del New York Times ofrece una sorpresa más, y es que reconoce que “no hay borrar por completo las diferencias de género”. Incluso habría que animar a los niños a que “jueguen a las luchitas, hagan bromas, vean deportes, trepen árboles o hagan fogatas”. Y pone el ejemplo del reino animal, donde “todos los mamíferos machos participan en juegos bruscos”.

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Comentarios
2 comentarios en “El New York Times explica ‘cómo criar un hijo feminista’
  1. ¿No sería más rápida una castración química? Quizás acompañada de una lobotomía.

    A estos marxistas culturales hay que desearles mucha suerte en su guerra contra la naturaleza humana. Se ve que no leen nada que no tenga credenciales perfectamente neomarxistas. Para evitarse el desmayo, imagino. Un vistazo a ‘The Blank Slate» de Pinker y terminan todos en tratamiento.

    Qué basura totalitaria. Puro Lysenko.

  2. ¡Cuántas personas enloqucidas en este mundo enfermo que vivimos! ¡Que dejen en paz a la naturaleza humana, a los niños, a las niñas, a los heterosexuales, a los homosexuales, que nos dejen en paz a todos y nos dejen vivir nuestra vida conforme cada uno de nosotros queramos, en libertad, siempre que sea sin hacer daño a nadie y sin influir negativamente en otros seres humanos! ¡Que dejen de decirnos como hemos de comportarnos y lo que hemos de hacer, porque están enfermos, psicológica y moralmente enfermos, y quieren que acabemos como ellos! ¡La locura se contagia! ¡Que nos dejen en paz!. Bastante mal está ya el mundo para que cada cinco minutos, un iluminado vuelva a la carga. Lo que sucede es que ellos son enfermos, pero están dirigidos por gente que no lo es y que está librando una batalla contra toda la obra de Dios.

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