Una madre obtiene la custodia del hijo que iba a vender tras alquilar su vientre

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Otro ejemplo más de las sombras que rodean al negocio de los vientres de alquiler, una práctica que mercantiliza el cuerpo de la mujer y transforma al bebé gestado en un mero producto.

Son infinitas los enredos y complicaciones que rodean al negocio de los vientres de alquiler, una práctica que mercantiliza el cuerpo de la mujer y transforma al bebé gestado en un mero producto que se compra y se vende sin tener en cuenta su dignidad.

El último ejemplo de ello ha sido lo ocurrido en Utrecht (Holanda), después de que la justicia haya dado la custodia a una madre que había alquilado su vientre a una pareja de homosexuales formada por Stefano Franke y Arnout Janssen.

Durante el proceso de inseminación, la mujer continuó manteniendo relaciones sexuales con su marido, a pesar de haberse comprometido a no hacerlo, ya que era una de las condiciones del «contrato».

Tras dar a luz, la madre entregó la niña a la pareja que la había comprado, sin embargo no todo salió como esperaban. Tal y como recoge El Mundo, el análisis de ADN mostró que la pequeña era hija de marido de la madre de alquiler, por lo tanto no poseía los genes de ninguno de los homosexuales.

Según informa el citado diario, la madre no quiso dar importancia a este dato, sin embargo, el padre biológico exigió la devolución de su hija. Así las cosas, como si de un objeto se tratara, los homosexuales se vieron obligados entregar de nuevo a la niña después de que la justicia holandesa fallara a favor de los padre biológicos.

 

 

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