El Papa Francisco ha nombrado al cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Sucede en el cargo al cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova, quien llevaba 10 años al frente de la Conferencia Episcopal Italiana.
¿Quién es Gualtiero Bassetti?
Gualtiero Bassetti es apreciado por su estilo sencillo y cercano y por ser un pastor “abierto”. Dicen que es un pastor muy sensible a las cuestiones sociales, especialmente al mundo del trabajo y de las clases más pobres.
Gualtiero Bassetti, nació el 7 de abril de 1942 en Marradi, provincia de Florencia.
Fue ordenado sacerdote el día 29 de junio del año 1966 por el entonces Arzobispo de Florencia, el cardenal Ermenegildo Florit. Tras haber sido ordenado, inició en ese mismo año su ministerio sacerdotal siendo Vicario parroquial de la Parroquia de San Miguel en San Salvi de la ciudad de Florencia.
En 1968 entró a trabajar en el Seminario menor de Florencia, desempeñándose primero como asistente y responsable de la pastoral vocacional y en 1972 como Rector hasta 1979, que el cardenal Giovanni Benelli lo nombro Rector del Seminario mayor. En 1990 se convirtió en pro-vicario general y en 1992 en Vicario general de la Archidiócesis de Florencia.
El 9 de julio de 1994, el papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de la Diócesis de Massa Marittima-Piombino, recibiendo la consagración episcopal el 8 de septiembre de ese mismo año, a manos del cardenal Silvano Piovanelli y teniendo como co-consagrantes a los obispos eméritos Mons. Antonio Bagnoli y Mons. Juan Blanco.
Desde su breve pero intensa labor al servicio de la diócesis de Massa Marittima -Piombino (1994-1999), estuvo cerca de las familias de los trabajadores del acero que luchaban con una crisis difícil.
El 21 de noviembre de 1998, Juan Pablo II lo designó Obispo de la Diócesis de Arezzo-Cortona-Sansepolcro, iniciando su episcopado en esta diócesis el 6 de febrero de 1999 tras la ceremonia de bienvenida en la Catedral de Arezzo.
En los planes pastorales tocó los temas de la vida, de la familia, del descubrimiento de la identidad bautismal, de la parroquia como voto misionero y como comunidad que educa, y de la justicia social. La Carta Pastoral del primero de mayo de 2004 es un ejemplo, tenía como título ”En la crisis: la esperanza a pesar de cualquier miedo” un preanuncio del reciente terremoto económico-financiero.
Para Mons Bassetti el desafío más grande que la iglesia tiene hoy es el de la familia. Así dijo en una entrevista: “Si no damos atención a la familia así como Dios la ha concebido, es decir la unión entre un hombre y una mujer, la sociedad no solo se arriesga a transformarse en líquida, sino también a perder su significado. No es un juicio contra nadie, hay que tener respecto de todos y en ese sentido se necesita una pastoral siempre mas radicada, pero la Iglesia tiene que decir con verdad lo que es la familia”.
En junio de 2008, junto al obispo de Città di Castello, Domenico Cancian, firmó un documento en apoyo a las demandas de los 450 trabajadores de la fabrica de la marca de alimentación Buitoni de Sansepolcro debido a que iban a ser despedidos. Incluso fue personalmente a visitar a los afectados y comprobar lo que estaba sucediendo en la empresa.
El 16 de julio de 2009, el Papa Benedicto XVI lo nombró nuevo Arzobispo de la Archidiócesis de Perugia-Città della Pieve. Ese mismo año fue elegido Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
El 29 de junio de 2010, en la Basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, con motivo del día de San Pedro y San Pablo, el papa Benedicto XVI le impuso el palio como metropolitano.
El 16 de diciembre de 2013, el papa Francisco nombró a Gualtiero Bassetti como miembro de la Congregación para los Obispos. El 12 de enero de 2014, el Papa Francisco le incluía en la lista de los nuevos cardenales que crearía en el consistorio que se celebraría el 22 de febrero siguiente.
Cuando el Papa Francisco le nombró cardenal en enero de 2014, se “saltó” a otros candidatos más tradicionales en cuanto a sede episcopal se refiere, ya que se esperaba el nombramiento como cardenales de los arzobispos de Turín y Venecia, de tradición cardenalicia, y no de Perugia. Fue, junto con Vincent Nichols, el único cardenal europeo nombrado por Francisco en el primer consistorio de su Pontificado.
Cuando fue anunciado su nombramiento como cardenal, en Perugia, fue aclamado por el replique de las campanas de la catedral de San Lorenzo. Después de 160 años, la Iglesia de Perugia tenía otro cardenal, la última vez fue el 19 de diciembre de 1853, cuando el obispo Gioacchino Pecci fue nombrado cardenal, y casi un cuarto de siglo más tarde, en 1878, fue elegido Papa con el nombre de León XIII.
El día que se anunció el nombramiento, por la noche, después de cenar con las Hermanas Oblatas, se fue a la cama tarde, porque “el teléfono seguía sonando hasta la medianoche” y “Tenía miedo de no poder conciliar el sueño y en cambio fue un sonido bellísimo”, afirmó.
Al día siguiente por la mañana se despertó alrededor de las 5 y después de la oración matinal en la capilla del palacio episcopal, en el centro de Perugia, celebró misa, como todos los días. Tuvo sin embargo que retrasar sus actividades debido a los encuentros que tuvo con los periodistas, con las autoridades religiosas y con los ciudadanos que quisieron felicitarlo por el nombramiento. “Un río de gente”, sonrió Bassetti.
Y tenía prisa el nuevo cardenal, porque tras encontrarse con las felicitaciones de toda su gente, se colocó al volante de su coche para irse a Foligno, a unos ejercicios espirituales. “Estos ejercicios espirituales -explicó- me servirán también para estar un poco tranquilo, para pensar en todo lo que ha sucedido. Una “broma” del Espíritu Santo que todavía no entiendo”.
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