El sacerdote Luis Montes cuenta a InfoVaticana la historia de los Mansur, familia cristiana perseguida por el Estado Islámico, desde su experiencia como misionero en Irak. «Tenemos que hacer algo para ayudarlos», defiende.
El sacerdote Luis Montes se ha convertido en unos de los portavoces de los cristianos perseguidos en Oriente Medio. Este misionero en Irak explica a InfoVaticana que le ha tocado «vivir muy de cerca los desastres de la persecución a los cristianos», pero que también «se me ha permitido ver las maravillas de Dios en las almas de los cristianos perseguidos, como los ha cambiado para bien».
«Muchos piensan que el calvario de los cristianos en Irak comenzó hace dos años, pero en realidad empezó hace mucho más tiempo, en 2003», explica.
«Lo peor comenzó el verano de 2014, cuando el Estado Islámico llegó a Mosul obligando a las familias cristianas a dejar atrás su hogar. La mayoría se desplazaron hasta Ankawa, en Erbil. Viven en campamentos para refugiados o en casas que les alquila la Iglesia», señala.
Esto es lo que le ha ocurrido a la familia Mansur, «símbolo de los cristianos perseguidos en Irak». «Es una situación muy difícil. Han perdido todo lo que tenían, incluidos familiares que han sido asesinados. Tenemos que hacer algo para ayudarlos», sentencia.
Respecto a esta familia cristiana, Luis Montes asegura que «es impresionante ver el agradecimiento que tienen a Dios a pesar de las dificultades del pasado. Ven la mano providente de Dios en cada acontecimiento, nunca se revelan contra Dios. Se puede hacer un bien enorme para la gente de este país y un bien enorme para todo el mundo».
Puede leer la historia completa de la familia Mansur aquí:
Así tuvieron que abandonar su hogar los Mansur, familia cristiana perseguida por el ISIS
Los Mansur vuelven a su hogar: todo había sido reducido a cenizas por el ISIS
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
No se puede permitir el cautiverio, martirio, asesinatos de los miles de cristianos de manos de los moros, islamistas, yihadistas. Y algunos de los Obispos y el Bergoglio tan contentos. Pues yo, ni olvido ni perdono. Espero que occidente haga algo para acabar con los crimenes de los inocentes católicos.