‘Ningún fin puede justificar la destrucción de embriones humanos’

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El Papa Francisco anima a genetistas y científicos que se dedican al estudio y la búsqueda de una terapia para la enfermedad de Huntington a realizar su trabajo «siempre con medios que no contribuyan a alimentar la cultura del descarte». 

Ningún fin justifica la destrucción de embriones humanos. Es el mensaje que ha transmitido el Papa Francisco a los científicos y genetistas presentes en el Aula Pablo VI con motivo de la audiencia dedicada a las personas afectadas por la corea de Huntington.

El Papa Francisco ha animado a los genetistas y científicos que se dedican al estudio y la búsqueda de una terapia para la enfermedad de Huntington a realizar su trabajo «siempre con medios que no contribuyan a alimentar esa cultura del descarte que a veces se insinúa también en el mundo de la investigación científica».

En su discurso, el pontífice ha hecho referencia a «algunas líneas de investigación» que utilizan embriones humanos provocando inevitablemente su destrucción.

«Pero sabemos que ningún fin, aunque en sí mismo sea noble ―como la posibilidad de una utilidad para la ciencia, para otros seres humanos o para la sociedad―, puede justificar la destrucción de embriones humanos», ha declarado Francisco.

Dirigiéndose a quienes «llevan en su cuerpo y en su vida las huellas de esta enfermedad», el Papa Francisco ha recordado que Jesús se encontró con muchos enfermos, se hizo cargo de su sufrimiento y «derribó los muros del estigma y de la marginación que a muchos de ellos les impedía sentirse respetados y queridos».

«Para Jesús, la enfermedad nunca ha sido obstáculo para acercarse al hombre, sino todo lo contrario. Él nos ha enseñado que la persona humana es siempre valiosa, que tiene siempre una dignidad que nada ni nadie le puede quitar, ni siquiera la enfermedad», ha señalado.

A continuación, puede leer el discurso del Santo Padre:

Queridos hermanos y hermanas:

Os recibo con alegría y os saludo a cada uno de los que estáis aquí presentes en esta reunión y reflexión dedicada a la enfermedad de Huntington. Doy las gracias sinceramente a todos los que se han esforzado para que esta jornada se pudiera realizar. Agradezco a la señora Cattaneo y al señor Sabine sus palabras de presentación. Me gustaría extender mi saludo a todos los que llevan en su cuerpo y en su vida las huellas de esta enfermedad, así como a los que sufren otras enfermedades denominadas raras.

Sé que algunos de vosotros habéis tenido que realizar un viaje muy largo y difícil para estar hoy aquí. Os lo agradezco y me alegro de vuestra presencia. He escuchado vuestras historias y las dificultades que cada día tenéis que afrontar; conozco la tenacidad y la dedicación con que vuestras familias, los médicos, el personal sanitario y los voluntarios están a vuestro lado en este camino lleno de cuestas arriba, algunas muy duras.

Durante mucho tiempo, los temores y las dificultades que han caracterizado la vida de las personas enfermas de Huntington han provocado a su alrededor malentendidos, barreras, verdaderas marginaciones. En muchos casos, los enfermos y sus familias han experimentado el drama de la vergüenza, del aislamiento, del abandono. Pero hoy estamos aquí porque queremos decir a nosotros mismos y al mundo: «HIDDEN NO MORE!», «NUNCA MÁS OCULTA», «MAI PIÙ NASCOSTA!».

No se trata simplemente de un eslogan, sino de un compromiso que todos debemos asumir. La fuerza y ​​la convicción con que pronunciamos estas palabras se derivan precisamente de la misma enseñanza de Jesús. Durante su ministerio, él se encontró con muchos enfermos, se hizo cargo de su sufrimiento, derribó los muros del estigma y de la marginación que a muchos de ellos les impedía sentirse respetados y queridos. Para Jesús, la enfermedad nunca ha sido obstáculo para acercarse al hombre, sino todo lo contrario. Él nos ha enseñado que la persona humana es siempre valiosa, que tiene siempre una dignidad que nada ni nadie le puede quitar, ni siquiera la enfermedad. La fragilidad no es un mal. Y la enfermedad, que es expresión de la fragilidad, no puede y no debe llevarnos a olvidar el inmenso valor que siempre tenemos ante Dios.

También la enfermedad puede ser una oportunidad para el encuentro, la colaboración, la solidaridad. Los enfermos que se encontraban con Jesús quedaban regenerados sobre todo por esta toma de conciencia. Se sentían escuchados, respetados, amados. Ninguno de vosotros se debe sentir nunca solo, ninguno se debe sentir una carga, ninguno debe sentir la necesidad de escapar. Vosotros sois valiosos para Dios, sois valiosos para la Iglesia.

Me dirijo ahora a las familias. Quien sufre la enfermedad de Huntington sabe que nadie puede superar la soledad y la desesperación si no tiene a su lado personas que con abnegación y constancia se transforman en «compañeros de viaje». Vosotros sois todo esto: padres, madres, esposos, esposas, hijos, hermanos y hermanas, que cada día, de manera silenciosa pero eficaz, acompañáis a vuestros familiares en este duro camino. También para vosotros el camino se hace a veces cuesta arriba. Por eso os animo también a que no os sintáis solos; a que no cedáis a la tentación del sentimiento de vergüenza y de culpa. La familia es un lugar privilegiado de vida y dignidad, y podéis contribuir a crear esa red de solidaridad y de ayuda que sólo la familia es capaz de asegurar y a la que está llamada a vivir en primer lugar.

Y me dirijo a vosotros, médicos, personal sanitario, voluntarios de las asociaciones que se dedican a la enfermedad de Huntington y a las personas afectadas por ella. Entre vosotros hay también personal del Hospital «Casa Sollievo della Sofferenza» que, con su atención y su investigación, son una manifestación de la aportación que la Santa Sede quiere dar en este ámbito tan importante a través de una obra suya. El servicio de todos vosotros es muy valioso, porque la esperanza y el impulso de las familias que se confían a vosotros depende ciertamente de vuestro compromiso e iniciativa. Son muchos los retos que plantea la enfermedad desde el punto de vista diagnóstico, terapéutico y asistencial. Que el Señor bendiga vuestro trabajo: que seáis un punto de referencia para los pacientes y sus familias, que en muchas ocasiones se ven obligados a hacer frente a las ya duras pruebas que la enfermedad comporta en un contexto socio-sanitario que, con frecuencia, no corresponde a la dignidad de la persona humana. Así las dificultades aumentan. Con frecuencia, la enfermedad se agrava por la pobreza, las separaciones forzadas y una sensación general de confusión y desconfianza. Por eso, las asociaciones y los organismos nacionales e internacionales son decisivos. Sois como las manos de Dios que siembran esperanza. Sois la voz de estas personas que quieren reivindicar sus derechos.

Por último, están aquí presentes genetistas y científicos que sin escatimar energías se dedican desde hace tiempo al estudio y la búsqueda de una terapia para la enfermedad de Huntington. Es obvio que se mira a vuestro trabajo con mucha expectativa: la esperanza de encontrar un camino para la curación definitiva de la enfermedad depende de vuestros esfuerzos, pero también para la mejora de las condiciones de vida de estos hermanos y para su acompañamiento, especialmente en la etapa delicada del diagnóstico, cuando aparecen los primeros síntomas. Que el Señor bendiga vuestros esfuerzos. Os animo a realizarlo siempre con medios que no contribuyan a alimentar esa «cultura del descarte» que a veces se insinúa también en el mundo de la investigación científica. Algunas líneas de investigación, de hecho, utilizan embriones humanos provocando inevitablemente su destrucción. Pero sabemos que ningún fin, aunque en sí mismo sea noble ―como la posibilidad de una utilidad para la ciencia, para otros seres humanos o para la sociedad―, puede justificar la destrucción de embriones humanos.

Hermanos y hermanas, como veis sois una comunidad grande y motivada. Que la vida de cada uno de vosotros, marcada directamente por la enfermedad de Huntington o comprometida cada día en acompañar el dolor y la dificultad de los enfermos, sea un testimonio vivo de la esperanza que Cristo nos ha dado. Incluso a través del dolor pasa un camino fecundo de bien que podemos recorrer juntos.

Gracias a todos. El Señor os bendiga y por favor, no os olvidéis de rezar por mí, igual que yo rezaré por vosotros. Gracias.

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Comentarios
11 comentarios en “‘Ningún fin puede justificar la destrucción de embriones humanos’
  1. Muy acertado el comentario de Cristina.Éstos sí que son por encima de todas las PERSONAS, PORQUE SON PERSONAS desde el pfimetmomento fe su concepción, los más desherefados de la tierra.

    El papa habla.acertadente aquí, pero tendr8a que corregir a la Ciencia y denunciar la más horrible monstruosidsd de ésta y la exhortavión a que no la perviertan, seleccionando y desechando posteriormente embriones-, seres humanos INOCENTES E INDEFENSOS, QUE merecen el mayor amor y compasión en este mundo cruel y hóstil, por encoma de cualquier tipo de pobreza.

  2. Sorpresivamente, el Papa recibe hoy a la cúpula de la Conferencia Episcopal Española. Decisivo para el futuro de la Iglesia en España y para todos los españoles. Lo hace después de que sectores eclesiásticos hayan apoyado el robo del cupo vasco, realizado a la par que la mascarada de la marca ETA, usándola descaradamente. Y de la nota de los obispos catalanes, comandados por el opusino Pujol, proclamando ellos la nación catalana para consagrar la colonización y explotación de toda España. El Papa decide. El Papa decide si la Iglesia es un instrumento de esclavistas oligarcas o cumple su misión. Decide si cumple su deber, expresado por él mismo hace poco en Egipto: “Tenemos el deber de quitar la máscara a los vendedores de ilusiones sobre el más allá, que predican el odio para robar a los sencillos su vida y su derecho a vivir con dignidad, transformándolos en leña para el fuego y privándolos de la capacidad de elegir con libertad y de creer con responsabilidad.“ Decide si los que predican el odio –y ya explícitamente la guerra, como Francesc Homs coincidente con los obispos catalanes en su proclama de la “afirmación nacional”- nos roban a los sencillos españoles la vida y el derecho a vivir con dignidad. Dios le ayude a resistir las taimadas asechanzas.

  3. Pues cuando se defiende la vida de verdad y no en apariencia, no se comete el escándalo de invitar al Vaticano para dar una conferencia a Paul Erlich, el mayor ideólogo del aborto como arma para controlar la población , el mayor ideólogo del aborto selectivo de fetos femeninos para impedir la reproducción de la raza humana y el partidario de las esterilizaciones masivas. ¡ Algo huele a podrido en Dinamarca! , como escuchó decir Hamlet a su centinela Marcelo.

  4. Hace 9 años una pareja deseaba fervientemente tener hijos . No llegaban y el estudio pertinente confirmo que era i plsible su llegada
    Queriendo ser consecuentes con su fe consultaron al Vaticano la posibilidad de utilkzar un embrion congelado.Respuesta: » ese tema esta en eztudio»
    ¿Hasta cuando? Hay temas tan urgentes y necesarios que no admiten demora. Y los matrimonios en estas circunstancias necesitan claridad y ayuda.
    Los catolicos ezperamos rezpuestas y CLARAS.
    RESPUESTAS QUE SE ENTENDAMOS TODOS, LOS CULTOS, LOS INCULTOS, LOS MAS INTELIGENTES Y LOS MAS DISTRAIDILLOS.
    RESPUESTAS QUE LUEGO SU INTERPRETACION NO VAYA A DERIVAR EN UN CISMA
    QUE DE TODO PUEDE HABER SI NO SE HABLA CLARO.

    Me gustaria saber si sobre este tema hay algo nuevo.Si alguien tiene informacion le pido que me la pase por favor

    Queriendo ser

  5. Isabel : Aunque no hay un pronunciamiento oficial del Magisterio de la Iglesia sobre este tema ,en general la opinión no es favorable . En la última instrucción sobre la dignidad de la persona en el ámbito científico Dignitas personae, en el punto 19 se dice : La adopción prenatal no es una solución éticamente aceptable. Dice un catedrático de bioética de la Universidad de Valencia , que tambien es miembro de la Academia Pontificia para la vida, que el problema es que para llegar a la adopción habría que utilizar ténicas y procedimientos eticamente no aceptables, los mismo que para los llamdos vientres de alquiler o fecundación in vitro . Pero también dice que no es fácil admitir que salvar la vida de un embrion sea una postura éticamente incorrecta y que hay expertos de recta conciencia que la defienden. Dice que hay que profundizar más en él , que es un tema abierto y que hay que esperar a que la iglesia se pronuncie. Te paso el enlace para que lo leas , dónde vienen los argumentos a favor y en contra y al final del todo te viene otro enlace de médicos a favor, es decir, es un tema abierto http://es.aleteia.org/2014/12/10/que-dice-la-iglesia-catolica-sobre-adopcion-d

  6. Bueno Isabel, no sé por qué no nos deja acceder a la página. Busca directamente en Internet la siguiente pregunta : ¿qué dice la Iglesia católica sobre la adopción de embriones? : ahí veras la respuesta de aleteia , pero también de catolicnet que es otra página católica mejicana de fiar y también el documento Dignitas Personae del Varticano. Luego hay otras entradas , pero muchas no son católicas.

  7. María R: Es claro que para ti el Espiritu Santo cometió el mayor error de su historia al elegir al Papa Francisco. Siempre le falta algo que tu le» aportas»; siempre hay un «inteligente» matiz que tu agregas. La critica se vuelve en tu contra. Tu critica tiene poco de católica.

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